Yoongi estaba enojado.

Ya habían pasado dos semanas en que los del equipo de hockey entrenaban junto con él.

Eran ruidosos, descuidados y muchas veces pudo haber sido peligroso, especialmente esta vez que Inhyuk y Jimin decidieron intentar ver cuál de sus compañeros podrían empujar más lejos mientras estos estaban acostados, los empujaron tan lejos que llegaron al área de Yoongi donde este estaba dando saltos, los idiotas chocaron con él pero Park patinó rápido hacia él para evitar que el omega cayera al suelo.

Yoongi estaba en la cafetería.

La temperatura de hoy era de dos grados, había un poco de nieve y Yoongi se estaba mentalizando para ir a correr como Changbin le había ordenado.

Aún tiene tareas que completar de la universidad, y preparar la clase de esta semana para sus alumnos más pequeños.

Yoongi estudiaba Psicología en una universidad privada en el centro de la ciudad, tenía una beca deportiva e intentaba conseguir una académica, era costoso, pero no tenía opción, en la universidad pública de la ciudad le negaban tiempos si es que tenía entrenamientos o competencias.

El sonido de unos alfas bromeando se escuchó por toda la cafetería.

Al ver a la entrada, Yoongi vio a Jimin y Wonwoo, los dos se habían cambiado por ropa un poco más cálida.

Wonwoo al ver a Yoongi, empezó a empujar a Jimin para que se acercara a Yoongi.

—¡Acércate! —Wonwoo susurró—. No te comerá —rió Wonwoo

Jimin negó.

—¿Estás loco? Él es un salvaje, me matará incluso si sólo le digo "hola", ¿no viste cómo me vio cuando lo salvé de caerse?

Wonwoo rió recordando cómo Yoongi golpeó a Jimin con sus manos haciéndolo que lo soltara y se alejó como si Jimin tuviera garrapatas.

—Es lindo —dijo Wonwoo viendo al lindo omega con un gorrito azul claro con un pompón en la cabeza de color blanco—, también es agradable, el otro día me ayudó cuando mis patines se atoraron en los casilleros.

Jimin negó.

—Me detesta, y además creo que es insoportable, es tan antipático y frío como el presidente.

Yoongi se levantó de su silla y pasó al lado de los alfas.

—Hola, Yoongi. ¿Cómo estás? —Wonwoo le sonrió al omega que le sonrió un poco.

—Bien, Wonwoo. Nos vemos, tengo que ir a correr —Yoongi ignoró a Jimin y salió de la cafetería.

Jimin le señaló a Wonwoo eso.

—Tiene una personalidad espantosa, ni siquiera volteó a verme.

Wonwoo rodó los ojos.

—Tal vez puede ser porque gracias a ti y a Inhyuk casi cae en el hielo.

Jimin bufó y vio hacia afuera.

Hacía mucho frío, ¿qué demonios hacía el demente de Yoongi corriendo?

La verdad es que Yoongi estaba sobrecargándose.

La competencia era importante, no podía dejar de pensar en esta y no podía dejar de entrenar.

Se había empezado a despertar a las cuatro de la mañana para poder hacer sus ejercicios de flexibilidad, se enfocaba en sus trabajos de la universidad para no tener ningún extra y sus entrenamientos se extendieron.

Yoongi estaba un poco estresado, pero realmente necesitaba ganar esta competencia, si no lo hacía perdería patrocinadores y una oportunidad en el futuro de trabajar como un patinador artístico profesional.

Al salir del centro deportivo, Jimin empezó a caminar lento hacia su auto, hasta que vio a alguien acostado en una banca.

Reconocería donde fuera ese gorro con un esponjoso pompón en la punta.

—¿Yoongi?

Se acercó y vio al omega que estaba con sus ojos cerrados.

Sus manos estaban abrazándose a sí mismo y la punta de su nariz, mejillas y labios se veían rojos.

Jimin se dio cuenta que probablemente el omega se había quedado dormido.

Le dio una palmada a la frente del omega que despertó asustado y cubrió sus ojos para evitar la brillante luz molesta del día.

—¡¿Qué demonios, Park?!

—¿No querrás decir "gracias por salvarme de congelarme afuera"? —el alfa levantó la ceja.

Yoongi se levantó de la banca, quitándose la nieve de encima.

—Gracias —susurró—, pero no tenías que golpearme —acarició su frente.

Jimin sonrió.

—Era eso o despertarte con un mágico beso en los labios.

Yoongi hizo una mueca.

—En tu vida dejaría que me besaras, Park.

—En mi vida querré besarte, Min.

Yoongi se dio la vuelta y empezó a trotar.

Tenía que seguir con su entrenamiento.

Jimin lo siguió.

—¿Sabes que está terriblemente helado aquí afuera? —Jimin caminaba junto a él, sus pasos largos eran técnicamente igual a cuando Yoongi trotaba.

Yoongi seguía viendo hacia adelante.

—Podrías dejarme correr solo, e irte a tomar chocolate caliente a tu casa —dijo el omega sarcástico.

Jimin sonrió involuntariamente, el aroma del omega era dulce, era parecido al chocolate caliente con malvaviscos, le pareció adorable por un momento, hasta que recordó que era el mismo omega que lo había empujado cuando estaba entrando a la pista haciéndolo caer al suelo el otro día.

—Sólo creo que un omega tan delicado como tú debería de estar resguardándose del frío.

Yoongi se detuvo un segundo.

—¿Qué es lo que quieres, Park?

Jimin se detuvo frente a él.

—Quiero saber por qué me odias tanto.

Yoongi frunció el ceño.

—No te odio, simplemente no me interesa hablar contigo.

—¿Y por eso me empujaste hace unos días?

—Tapabas la entrada a la pista —dijo el omega obvio.

—Tiraste mi chocolate caliente.

—Lo dejaste al lado de mi maleta donde no se veía —Yoongi se cruzó de brazos, empezando a alejarse del alfa molesto.

—¡Rompiste mi palo de hockey! —se paró enfrente del omega.

—¡Me golpeaste con él! —Yoongi dijo exasperado.

Estaban cerca, con Yoongi viéndolo enojado, sus respiraciones eran agitadas.

—¡Tal vez te golpeé por accidente y tú lo tomaste demasiado en serio!

—¡Patinaste hacia mí, idiota!

Jimin rió sarcástico.

—¡¿Qué tal si hablamos de la vez que decidiste usar toda la pista por todo un día?!

Yoongi abrió la boca impresionado por la osadía del alfa.

—No sé si lo sepas, Park, pero tengo una competencia importante en unos meses, necesito la pista completa a veces —Yoongi dijo exasperado—. Y si hablamos de cosas insoportables que decimos o hacemos, ¡¿podemos hablar de cómo todo el tiempo rebajan mi deporte?!

Jimin frunció el ceño y rió.

—¿De qué hablas? —rió.

—¡Ustedes creen que son lo mejor! ¡Que su deporte es mejor que el mío! ¡Bola de alfas inútiles! —Yoongi de verdad se veía furioso.

—¡Sólo estás bailando en el hielo, cualquiera podría hacerlo! —el alfa gritó exasperado, ni siquiera pensaba lo que decía, él solamente podía pensar en lo exasperante que era Yoongi. Se volteó y empezó a caminar, pero se detuvo al sentir un golpe fuerte y frío en su nuca.

Al voltear se dio cuenta que Yoongi le aventó una bola de nieve.

El alfa se sacudió la nieve del cuello.

—Qué inmaduro eres, Min.

—Tú eres un idiota.

El omega se fue con pasos enojados dejando al alfa viéndolo a lo lejos.