#8 Patinar - TCD8+ x TCD4+ (Hataraku Saibou) 

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 Patinaje

Era un día como cualquier otro en su mundo con los eritrocitos llevando oxigeno y nutrientes, otros recogiendo dióxido de carbono para llevarlo a loa pulmomes, los leucocitos patrullando cada rincón y los linfocitos novatos haciendo su entrenamiento del día bajo los gritos de los más antiguos. Sin embargo, no es un día del todo común si el linfocito T CD4+ no discute con el linfocito T CD8+.

—¡¿Es necesario que estés gritando tan temprano?!

—¡Al menos yo si hago un trabajo de verdad!

Los novatos a cargo del T CD8+ miran del uno al otro suspirando resignados y algo divertidos, buscan con la vista a la célula dendrítica, que siempre solía estar por allí en los momentos más oportunos para tomarles fotos, y al encontrarla se acercan a él. Saben que si su líder se entera que ven sus antiguas fotografías cada vez que esos dos pelean es muy posible que nunca llegaran a salir fuera de los ganglios.

—Buenos días chicos —la célula dendrítica les sonríe ofreciéndoles a cada uno un vaso de te antes de mirar en el librero para seleccionar un álbum.

—Buenos días —responden a coro tomando el té viendo con curiosidad a la célula buscar detenidamente entre todos los libros. Piensan que no deberían disfrutar tanto de las anécdotas que les cuenta la célula pues saben que cuando les toque liderar su propio escuadrón él tendrá evidencia vergonzosa de ellos, pero joder que vale la pena.

—Aquí —sonríe triunfal abriendo un álbum en una página específica y les muestra las fotos allí.

Al principio están confusos con lo que ven, pero al reconocer las figuras mucho más jóvenes de CD4+ y CD8+ ríen bajo. En las fotografías se puede ver a ambos patinando en el lago congelado, pero en sus rostros se nota que no lo hacen por mera diversión.

—Las señoritas macrófagas habían propuesto el patinaje para que los jóvenes se relajaran del arduo entrenamiento —explica la célula dendrítica mostrándoles la página anterior dónde se ve a las macrófagas enseñando otros linfocitos a patinar.

—Por supuesto, ellos encontraron la forma de que fuera algo más que sana diversión y terminaron compitiendo tres días completos —pasa varias páginas riendo—. Lo hacían por ver quién era el más rápido, quién llegaba más lejos, quién hacía mejores maniobras. Incluso quién duraba más tiempo sobre el hielo sin sus guantes y abrigos.

—¿Alguno ganó alguno de sus retos? —pregunta un linfocito novato mirándolo curioso.

—Bueno...

—¿De qué hablan ustedes? —la voz de su superior los hace tensarse y se giran lentamente no llegando a ver cuándo la célula dendrítica saca su fiel cámara.

—Señor usted...

—¡Dejen de holgazanear! ¡350 vueltas ahora mismo!

—Si... ¡Si señor! —asustados salen corriendo y van al campo para cumplir con su exigente castigo.

—Deja de gritar —el T CD4+ se acerca arreglando sus lentes.

—Ou, no les mostré la mejor foto —la célula dendrítica llama su atención sosteniendo en sus manos una foto de ambos cayendo al hielo y otra de ellos saliendo todo empapados siendo cubiertos por las macrófagas como si de niños pequeños se tratará.

Ambos se sonrojan violentamente y se lanzan sobre la célula dendrítica exigiéndole que se deshaga de esas fotos mientras este corre por el lugar riendo alegremente.