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Capítulo 8: El Maestro

Jungkook nunca creyó que este día llegaría. Llevaba años admirando las composiciones del Maestro. Todas para artistas extranjeros. Nunca había compuesto ninguna para un artista coreano. Bueno, no era de extrañarse si toda su vida había vivido en Estados Unidos y ahí había obtenido su fama. Por eso se sentía doblemente orgulloso de que finalmente el hombre misterioso hubiese aceptado trabajar con él ¡Y en persona! No podía dejar de pensar en cómo sería. Probablemente tendría unos cuarenta años. Tal vez con un poco de sobrepeso, pero, aun así, elegante y distinguido.

Por eso ahora estaba frente al espejo decidiendo que ropa usar.

¿Debería ser elegante o casual? Quería causarle la mejor impresión al Maestro y sabía que el primer vistazo era muy importante. Él hombre lo miraría y se formaría una primera opinión de él y Jungkook anhelaba que fuera la mejor.

-Jungkook, te has cambiado de ropa al menos cinco veces. ¿No vas a comer nada antes de salir?

-Hyung, no puedo siquiera pensar en comer algo en este momento. Ni si quieres creo que voy a ser capaz de tomar mi leche. Prefiero asegurarme de verme correcto, que otra cosa.

-Así estás perfecto. Estás casual, pero elegante. El negro te siente muy bien.

-Estoy seguro que si Jin te escuchara se espantaría. Odia el negro. Dice que es para los funerales. Que debería ser como él, vestirme con colores alegres. Está loco.

-Aun cuando todos tus pensamientos están puestos en el bendito o maldito, no lo sé, Maestro, no deja de pensar en tu vecino.

Jungkook al escuchar eso se ruborizó, porque Hoseok tenía razón. No lo había vuelto a encontrar desde la última conversación y era extraño para él, que, siendo tan entrometido, no hubiese venido en toda la noche a tocar su timbre.

-No es así...es sólo que es extraño que él no haya venido ¿no crees? Jin nunca deja pasar el día sin que me venga a preguntar qué hice, cómo lo hice y todas esas cosas más...

-Te diré algo, pero no sé cómo lo vas a tomar...

Jungkook entonces dejó de mirarse en el espejo y puso toda su atención en Hoseok.

-Hace un rato bajé a recepción para verificar si la Van ya había llegado, y disimuladamente le pregunté al señor Lee por tu vecino y...

-¿Y? ...-se impacientó JungKook.

-Casualmente Jimin venía entrando. Ya sabes, desde que tienen a ese perrito, sale a dar una vuelta muy temprano y me dijo que Seokjin se había ido a quedar a casa de un amigo.

Sabía que era absurdo, sabía que era tonto, pero no pudo evitar sentir como una ola de celos lo atacaba. Sin embargo, intentó mostrarse indiferente frente a Hoseok.

-Así que un amigo...vaya...no pierde el tiempo-. Un ligero temblor en su voz le indicó a su mánager que esa indiferencia no era tal.

-Bueno eso dijo Jimin. Que era un muy querido amigo y que le había avisado que no llegaría hasta hoy en la tarde. Pero Jungkook...tú y Jin son sólo amigos ¿no?, ¿por qué te pones así? -Hoseok sabía que esa información no le iba gustar nada a su querido chico. Jungkook era un poquitín celoso y posesivo, y aunque entre él y su vecino se suponía que no había nada...

Jungkook intentó no demostrar ninguna emoción. Era verdad. Ni siquiera es que fueran amigos. Además, sólo habían sido unos besos locos y punto. Todo el mundo se besaba. Al menos esa fue la mentira que se dijo a sí mismo. No tenía que ser nada tremendo. Ellos sólo habían quedado en trata de no pelear más. Además, que importaba si Jin dormía con alguien que no era él. Total, él podía hacer lo mismo no había ningún compromiso ni nada.

-No me importa. Jin puede hacer lo que le plazca. Ni siquiera somos tan amigos. Ya sabes esos besos fueron solo producto de la fiesta y el que le di aquí, fue por...por compasión...si por compasión.

-¿Cuándo besaste a Seokjin aquí? Y ¿Cómo es que yo no sabía nada?

-Hoseok se sorprendió. Entonces esa cosa entre los dos vecinos no era algo casual.

Maldita mi boca. Pensó Jungkook.

-Hyung creo que estamos atrasados, no haré esperar al Maestro ni un minuto. Si dices que estoy bien así, confío en tu criterio. Nos vamos.

Hoseok comprendió que era mejor dejar la conversación hasta ahí. Ya habría tiempo de hablar el tema de nuevo. Por ahora lo importante era concentrarse en el famoso maestro.

Cuando llegaron al edificio de BigHit, fueron de inmediato a la sala de reuniones, donde Namjoon les había indicado recibirían al Maestro y Min Yoongi. Faltaban diez minutos para las diez de la mañana.

Jungkook se paseaba, Hoseok lo miraba y Kim Namjoon miraba por el ventanal hacia las calles de Seúl, pensando si finalmente era una buena idea haber aceptado que el Maestro interviniera en todo el álbum.

Obviamente sabía que era un tremendo productor y había podido investigar también de Min Yoongi. Además de ser algo así como su vocero, era el Ingeniero de sonido que estaba detrás de todas sus producciones, por lo que también seguramente se involucraría en el álbum. Él debía confiar en que los resultados serían magnifico. Sólo le preocupaba aquello de las "condiciones" para trabajar. JungKook no tenía un carácter fácil y esperaba que eso no trajera problemas a la producción del álbum.

Faltando un minuto para las diez, entró una chica con una bandeja donde venía el café y por su puesto el té verde solicitado por la ilustre visita.

Salió y enseguida se asomó la asistente del CEO, para indicarles que habían llegado.

Jungkook sentía que su corazón saldría. Al fin iba a conocer a ese hombre que por años había admirado. Hoseok también se mostró emocionado y trató de calmarlo.

La asistente abrió la puerta y un hombre vestido de negro se asomó. No era muy alto y era más bien delgado. Jungkook se quedó sin aliento.

¿Ese era el Maestro?

-Buenos días, soy Min Yoongi y es un honor para mí presentarles al Maestro-. Mientras Yoongi hablaba, un hombre vestido de rosa, con lentes negros y un bastón entró en la sala-Kim Seokjin-terminó de presentar Min. Y fue en ese momento que Jungkook sintió que el mundo se detenía y que la tierra se abría a sus pies para tragarlo.

Unas horas antes...

Seokjin o el Maestro, había estado escondido en la cama de la habitación de visitas de su mejor amigo Yoongi toda la mañana. Como un cobarde se había atrincherado en la casa del hombre que desde los diecisiete años lo cuidaba y protegía. Luego de de confirmarle a JungKook que trabajaría con él, había colgado el teléfono y caído en pánico.

Yoongi lo había arrastrado fuera de la cama y obligado a ducharse y vestirse para enfrentarse al joven cantante.

-Eres un maldito cobarde y yo no voy a ser cómplice. Di mi palabra a Kim Namjoon que estaríamos ahí a las diez de la mañana. Y ahí estaremos. Enfrentarás los hechos. Te dije que debiste decirle al chico quien eras antes de llegar a este punto.

-Él va a odiarme. No al Maestro, sino que a Jin..., ya no va a querer darme besitos...

-En primer lugar, no debiste besarlo. En segundo lugar...eres un idiota. Seokjin y el Maestro son una misma persona. ¡Tú! Va a odiarlos a ambos. Pero..., yo exigiré el cumplimiento del contrato que me enviaron ayer. Namjoon es un hombre inteligente, no va a tirar su prestigio ni el del mocoso por la borda. Ahora, sal de esa cama, vístete con tu rutilante moda juvenil y vamos a BigHit.

Seokjin hizo lo que su amigo le dijo. Yoongi no se caracterizaba por su paciencia. Y sabía que ya estaba molesto, por haberse quedado en su casa, sin previo aviso. Debía enfrentarse a Jungkook valientemente.

¿Qué era lo peor que podía pasar? JK lo golpearía. Probablemente. JK lo insultaría. Probablemente. Pero JK también le había dado besos y eso en algo tenía que inclinar un poco la balanza a su favor. Con ese pensamiento, se puso el traje rosa que había escogido para la ocasión y se preparó para enfrentar a su lindo vecino.

Presente

Jungkook quería entender...Jungkook quería despertar... ¿El Maestro era Jin? ¿Jin era el Maestro? Realmente había sentido que el piso se había abierto y quería tragárselo. Completo. Era absurdo, imposible. Se sentía engañado, manipulado. Todo el tiempo hablándole a Seokjin del Maestro y era él. Maldito embustero y traidor. Quería llorar de la rabia y la frustración. Por eso lanzó lo primero que vino a su cabeza.

-¡¿PERO QUE JODIDA MIERDA DE BROMA ES ESTA?!¡¿QUE HACES AQUÍ JIN?!

Namjoon, quien todavía no salía de su asombro al ver que el Maestro en realidad no era un hombre barrigón de cuarenta y tantos, sino que un joven un poco mayor que Jungkook y un poco menor que él y además ciego, se dio vuelta a mirar a Jungkook que caminaba decidido y enrabiado hacia la puerta donde todavía permanecían de pie, Yoongi y Seokjin.

-¡Pero Jungkook, ¿de qué estás hablando?, y ¡por qué le hablas así al Maestro!

Jungkook llegó hasta Jin, quien pudo percibir esa aurea de rabia que tan bien conocía de su JK. Estaba furioso, su respiración agitada lo delataba. Podía sentir incluso un cambio sutil en su aroma.

-¡TU NO PUEDES SER EL MAESTRO!

En ese momento, Hoseok que también estaba en shock se acercó a Namjoon y le explicó en breves palabras quien era el famoso Maestro. El vecino molestoso de Kook. Obviando eso sí, la parte de los besos...

-Claro que lo es, mocoso atrevido-Yoongi comenzaba a perder la paciencia. Miró a Namjoon que todavía seguía en shock por todo lo que estaba aconteciendo-Si usted no controla a su artista, el Maestro y yo nos iremos.

Namjoon entonces reaccionó. Jungkook estaba descontrolado e intuyó que Jin era más que el vecino molesto que tenía.

-Jungkook...vamos a hablar...no podemos ser irrespetuosos con nuestros invitados. Firmamos un contrato...

-A LA MIERDA EL CONTRATO Y EL RESPETO. ME VOY DE AQUÍ. NO QUIERO NADA CON ESTE TIPO MENTIROSO-Jungkook empujó el pecho de Seokjin con su dedo, apuntándolo. Fue en ese momento que sintió como una mano fuerte detenía su brazo.

-¡YA BASTA MOCOSO ENOJON Y MALCRIADO! ¡TE VAS A QUEDAR AQUÍ Y VAS A ESCUCHARME!

Era la primera vez que Jungkook veía así de enojado a Jin que siempre era risas y bromas. Tenía la cara roja, los labios apretados y sujetaba con firmeza su brazo. Por un momento tuvo miedo. Además, nadie se atrevió a decir nada ante tamaña escenita.

-Hoseoki, ¿podrías mostrarle a Yoongi dónde es el estudio de grabación?, y Namjoon-ssi, lamento todo esto..., pero me podría dar unos minutos con el mocos...digo con su artista-Seokjin retomaba su habitual calma para indicarle a todos que lo dejaran a solas con su vecinito.

Jungkook seguía tratando de librarse del agarre de Seokjin sin éxito. Maldito Kim. Era fuerte y lo sostenía muy bien.

-Jungkook...-Namjoon no tenía intención de irse. No, si el chico no quería que lo dejara.

-Namjoon-ssi, vamos a ver ese estudio. Ellos son adultos, deben solucionar esto...solos-Yoongi tiró del productor y Hoseok también hizo lo mismo. Sabía que ambos tendían a sobreproteger a Jungkook, pero era verdad. Era un adulto y sólo él podía decidir que hacer en esta situación.

Frente al silencio del cantante y el firme agarre que aún tenía El Maestro o Seokjin sobre él, Namjoon decidió salir y finalmente ambos quedaron solos. Seokjin inteligentemente puso el seguro a la puerta. Y se plantó delante de ella.

-¡ME MENTISTE SEOKJIN! ¡TODO ESTE TIEMPO ME MENTISTE Y JUGASTE CONMIGO! ¡ERES UN HIPOCRITA! HASTA DIJISTE QUE EL MAESTRO ERA UN IDIOTA... ¡ERES...!

-JK. Primero, vas a dejar de gritarme. Soy ciego, no sordo. Y, además, SOY TU MAYOR-Jin respiró. No debía perder la calma-. Segundo, jamás te he mentido. Tú no preguntaste si yo era el Maestro...Tercero, sí, soy idiota por haber usado ese nombre tan absurdo. Pero si me escuchas lo vas a entender...

-Cuando te pregunté que hacías, me contestaste esto y aquello..., podrías habérmelo dicho...

-No mentí. Hago esto... y aquello. Escribo canciones...o escribía, hago clases de braille, hago yoga a mis encantadores vecinos, soy presidente del comité...

-¡ERES EL MALDITO MAESTRO!

-¡AISH Kookie! ¡Me dan ganas de bajarte los pantalones y azotar tu trasero y no de la manera sexy!

Jungkook se quedó congelado. Era la primera vez que lo llamaba con ese diminutivo. Y la sola imagen de Jin bajando sus pantalones y azotando su culo...Se mordió el labio. No era el momento para que Mini JK despertara con esa imagen mental. Empuñó sus manos. Seokjin iba a enloquecerlo completamente.

-No te dije que era el maldito maestro, porque prácticamente nadie lo sabe. Voy a ser sincero. No me interesaba trabajar contigo. No me gustabas como cantante. Cuando Yoongi me dijo que me buscaban, le dije que no. Y luego llegaste a vivir frente a mi departamento. Quise conocerte y la primera vez que nos encontramos, pude darme cuenta que algo te molestaba. No estabas feliz... y pensé que sería bueno saber que era. Por eso te seguía, te espiaba. Quería descubrir que era. Comencé a escuchar tu música, a conocerte...

-¡Todo lo que hacías era criticarme!

-Es verdad...porque vi que había rabia en ti. Había una incomodidad y quería que la sacaras. Y luego vinieron las cositas...

-¿las cositas?

-Ya sabes...cuando te enojabas conmigo y te ponías todo caliente y enojado...yo...sentía esas cositas en mi estómago.

Jungkook no lo podía creer...Jin y su lenguaje cursi... ¿Cómo era que ese mismo hombre escribía tremendas canciones?

-¿Me estás hablando de sentir...Mariposas?, sentías mariposas...No puedo creer que seas tan cursi e idiota...

-Yo no diría mariposas...estoy un poco mayor para sentir mariposas por un chico ¿no crees? Tal vez eran polillas -Y comenzó a reírse al pensar en las polillas en su estómago. Tenía un vago recuerdo de cómo lucían ambos bichitos y la verdad no le gustaban nada...-como sea...luego vinieron los besos y ¡Pum! Toda esa explosión de pasión entre tú y yo...y entonces decidí que tal vez si quería trabajar contigo... ¿tú no sientes esas cositas en tu pancita cuando me ves?

JungKook quería simplemente golpearlo. A él en ese momento le importaba nada, las "cositas" o mariposas que sentía cuando veía a Jin.

-¡Eso no importa ahora! Eres el Maestro y ¡nunca me lo dijiste! Hasta hablé de ti a tu madre. ¡Cómo se tiene que haber reído de mí!

-No digas eso. Ella estaba furiosa porque yo no te lo había dicho. Esa tarde le prohibi que te dijera algo. No quería aún que lo supieras. No hasta estar seguro que realmente me necesitabas a tu lado.

-Y cómo pensabas averiguarlo? ¿Besándome contra una pared?

-Pensé que ese punto estaba claro. Ambos deseábamos esos besos..

-Ya nada importa Seokjin porque eres el Maestro y yo...yo no sé que pensar. Estoy enojado, molesto...confundido...

-¿Decepcionado también? ¿Idealizabas una imagen y ahora te decepciona saber que sólo soy yo?

-Jin...hemos hablado de esto antes...si estás hablando de tu ceguera...sabes que no es así...es sólo que...ahora todo se mezcla...Ambos tenemos sentimientos por el otro...sería tan tonto negarlo..., pero, por otro lado, me exasperas tanto..., no podemos trabajar juntos...Además...pusiste un montón de reglas... ¿Qué quieres de mí? ¿Vas a obligarme a hacer las cosas a tu modo? No puedo...

-Jungkook-esta vez Seokjin se puso serio. Buscó y tomó las manos de Jungkook. Estaban frías y tensas-Vamos a calmarnos y tomar té, indícame donde nos podemos sentar.

Jungkook lo condujo a uno de los sofás y le sirvió una taza de té. Tenía razón, debían calmarse. El mismo tomó una taza.

-Quiero que cierres tus ojos-Seokjin buscó el rostro de Jungkook y tapó sus ojos.

-¿Qué haces?

-Ahora piensa... ¿con quién estás?

-Con Jin...mi molesto vecino...-Seokjin le pellizcó el brazo y Jungkook comprendió lo que le quería decir-está bien...estoy con el Maestro.

-Muy bien. Ahora mantén tus ojos cerrados y escucha.

Seokjin buscó en su mochila su laptop. La tenía encendida y en pocos segundos, la música inundó la sala. Jungkook casi se cae del sofá. Era la misma composición que le había mostrado a Jin...esa melodía que no sabía como continuarla...ahora sonaba diferente y con varios segundos más..., perfectos, hermosos...

-No tuve mucho tiempo para más...y además sólo la escuché dos veces..., pero quería trabajarla para ti. Me gustó mucho y pensé que si lograba mostrarte esto...me aceptarías. Me fui a casa de Yoongi, porque no quería encontrarme contigo..., estaba aterrado. Sabía que te ibas a enojar cuando lo supieras..., pero necesitaba que me conocieras tal como soy..., sin ese título absurdo del Maestro.

-Jin es hermosa....

Jungkook tomó el último sorbo de té y se levantó. Su cabeza estaba llena de confusión y caos. Por años había admirado a esa misteriosa figura.

Ese hombre que hacía magnificas canciones. Y ahora lo tenía frente a él y resultaba ser el hombre que en el último mes lo había estado volviendo loco. , en muchas formas. Cuando lo conoció, realmente lo odió. Era tan entrometido, con su risa fácil, siendo amigo de todo el mundo. , pero con el paso de los días y las semanas, fue tomándole un cariño especial. Seokjin lo hacía reír con todas sus locuras, era inteligente y mordaz. Y además muy hermoso. No le importaba que fuera un hombre ciego. De hecho, muchas veces lo olvidaba. Luego vinieron los anhelados besos y sí, él sentía cosquillitas cuando lo veía. Y eso también lo asustaba. Y ahora se daba cuenta que esos dos hombres, eran uno. El mismo que le decía Mini Jin a su pene, había escrito canciones perfectas y hermosas.

Y había tomado sus torpes notas musicales, para convertirlas en arte.

¿Qué debía hacer?

Seokjin por su parte odiaba sentirse así. Perdido. Podía sentir a Jungkook caminar por la sala, pero no sabía que pasaba por su cabeza. Sólo en ese momento después de muchos años, deseó poder ver.

Quería verle la cara al joven cantante, quería ver si había odio, resentimiento. Finalmente habló.

-No tienes que aceptar JK. Te dejaré esto de regalo. Si quieres podemos sólo hacer una canción y trabajar a distancia como lo hacía con los demás cantantes. No te preocupes por el contrato...y también evitaré encontrarnos en el condominio...-Jin se movió con su bastón y estiró su mano, intentó encontrarlo.

-Estoy aquí-JK estiró su mano y tomó la de Jin-No. Mi sueño era trabajar con el Maestro. Y tengo la oportunidad de cumplirlo. Y resultó que el Maestro es mi molesto vecino y profesor de yoga. Quiero trabajar contigo. Voy a aceptar, las que sé, serán tus absurdas reglas, pero...

Seokjin ya sabía lo que venía...

-Pero por ahora sólo será trabajo...nada de besos...trabajaremos profesionalmente, debemos sacar un gran álbum, tú y yo... ¿estás de acuerdo?

¿De acuerdo? ¿Nada de besos? ¡Por supuesto que no estaba de acuerdo! Pero no se lo diría a Jungkook. Ya lo iba a convencer..., pronto estarían dándose besitos maravillosos de nuevo.

-Está bien. De acuerdo. ¡Vamos a hacer el mejor álbum de la historia JK! ¡Vamos por ese N° 1 del Billboard!

Jungkook comenzó a reír. Al ver a Jin levantar sus brazos y sonreír. No tenía idea cómo iba a ser trabajar con él y que resultaría. Pero él iba a intentarlo. Y tenía razón. Harían un gran álbum. Romperían la historia de cualquier artista coreano.

Seokjin buscó el rostro de Jungkook y lo acarició. Éste lo dejó. En ambos había anhelo de algo más, pero acababan de prometer que por ahora sólo sería trabajo.

Jungkook en ese momento se dio cuenta que a pesar de aún estar un poco enojado con Jin por haberle ocultado algo tan importante, no guardaba rencor. Estaba frente a un hombre único, que a pesar de su tragedia, había hecho de su vida algo extraordinario. Un hombre que derrochaba vida, alegría y talento.

Un hombre que iba a cambiar su vida, aunque él todavía no lo supiera.

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