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Capítulo 7: Grandes Noticias

El dolor de cabeza fulminante que sintió apenas abrió sus ojos, le recordó de golpe la noche anterior. Por su mente desfilaban distintas imágenes: él llegando muy compuesto y bien vestido al cumpleaños del que consideraba su nuevo amigo Jimin, luego él bebiendo mucho en el bar, él mirando a su odioso vecino siendo abrazado por un actorcito que no era ni la mitad de lo guapo que él era. Él bailando acaloradamente junto a sus vecinos y amigos, junto a un corpulento chico que todavía no recordaba el nombre. Y luego las otras imágenes..., los besos apasionados que se había dado con Jin, las manos de éste buscando tocar su trasero. Su erección golpeando la suya. Llevó sus manos a la cara. No lo podía creer. ¿cómo era que siempre Seokjin lo arrastraba a situaciones donde perdía el control?

Luego de cantar a Jimin el tradicional Feliz cumpleaños y que éste apagara las velas de su torta de dos pisos, Jungkook simplemente desapareció. Aprovechó que Jin estaba arriba del escenario, para huir y refugiarse en su departamento.

Abrió de nuevo los ojos y Hoseok lo miraba desde la puerta con los brazos cruzados.

—Gran fiesta de la anoche, ¿no JungKook? Jimin estaba feliz, la comida y la torta exquisita, buena música, pero lo mejor fue el gran espectáculo que Jin y tú brindaron. Te felicito.

JungKook sabía que Hoseok estaba siendo sarcástico y que estaba un poquitín enojado.

—¿Estás enojado?

—Nooo, cómo se te ocurre. Son las tres de la tarde, recién despiertas. Me he paseado media hora por el condominio y tú y tu vecino son el comidillo de todos. "Se estaban comiendo las bocas" "estaban follando contra la pared" "son novios" "Jungkook es gay" ¿que más te puedo comentar, sobre todo lo que escuché?

En ese momento sonó el timbre. Si era Seokjin lo iba a asesinar. Hoseok fue a ver y le gritó que eran Jimin y Taehyung. Jungkook le indicó que los dejara entrar, mientras él se duchaba y se ponía ropa decente.

Quince minutos después y con dos aspirinas en el cuerpo, más su amada leche, Jungkook miraba avergonzado a la pareja que le sonreía maliciosamente.

—Sólo quería venir a darte las gracias a ti y Hoseok por los regalos. Espero que hayas disfrutado de la fiesta... aunque por lo que vimos parece que sí.

El rostro de Jungkook se encendió. Ellos también se estaban formando una idea equivocada de lo que había pasado. Tenía que aclararlo lo antes posible.

—Disfruté mucho tu fiesta Jiminie y lamento lo que sucedió...Seokjin y yo no debimos...yo había bebido y Jin...bueno él...me provocó y nada debió pasar...

—Nosotros pensamos que hacen una hermosa pareja. Ya notábamos cierta tensión entre ustedes y queríamos verlos explotar..., pero lo de anoche fue... ¡Wow!

—No somos pareja y no seremos pareja. Anoche había bebido y estaba un poco perdido. Jin me encontró desprevenido. Tendré que hablar con él. No quiero falsos rumores esparcidos por ahí.

—De todas formas, debes quedarte tranquilo. Es probable que sean el comidillo por unos días..., pero luego todos lo olvidarán. Y algo muy importante...lo que sucede en este condominio, aquí se queda. Míranos a nosotros. Por mi contrato aún no puedo reconocer públicamente mi bisexualidad, pero aquí dentro, Jimin y yo podemos demostrar nuestro amor. Y supieras todos los escandalillos que ha habido. No debes preocuparte.

Aun así, JungKook se preocupaba. Especialmente por lo que Jin pudiera estar pensando o lo que pudiera decir. Estaba decidido a hablar con él. Sólo necesitaba armarse de valor para hacerlo.

El lunes, fue muy temprano a la agencia junto con Hoseok. No había visto y ni siquiera había sentido a Jin el resto del fin de semana, lo que fue un alivio. Si se encontró con Jisoo, quien corrió a abrazarlo y felicitarlo por ser parte de la comunidad LGBT y por haber "aceptado" de novio a Seokjin.

Él y yo no somos novio Jisoo. Lo que viste el viernes en la noche...fue algo del momento, producto del alcohol.

—Realmente es una pena—ella hizo un puchero—Jin merece alguien que lo ame. Es un hombre tan bueno y tú eres tan lindo. Hacen una bella pareja. Esperaba que pudieran serlo..., pero tal vez esto sea sólo el inicio...quien sabe.

Pero Jungkook no quería pensar en eso. Ahora sólo le preocupaba su album y carrera, aun cuando todavía su boca y su cuerpo ardían cada vez que recordaba el beso y las manos de Jin viajando hacia su trasero...

—¡Jungkook! —Hoseok tuvo que gritarle para que le prestara atención.

—Lo siento hyung, ¿qué ocurre?

—Nam quiere verte. Las dos semanas se han cumplido. Ese hombre no aparece y su mánager no contesta el teléfono.

Jungkook suspiró. Él ya estaba resignado. El Maestro nunca lo consideraría. Ahora lo sabía y para suerte de él y de la empresa, estaban avanzando con el disco. No había nada que hacer. Ahora sólo quedaban unos días para el pequeño fanmeeting que tendría y seguramente Namjoon quería planear el resto de la agenda.

Ese día trabajó duro. Ensayando, intentando componer algo que rondaba su cabeza, pero que no había logrado plasmar. Tenía una melodía, pero sus avances eran pequeños. Aun así, no se desesperó. Intentaría continuar trabajándola en su departamento.

Eran las nueve, cuando junto a Hoseok decidieron que ya era hora de volver a casa. Su pobre mánager había corrido todo el día coordinando el fanmeeting, su vestuario, y hasta su almuerzo y ahora su cena. Él estaba muy agradecido de tener a Hobi, quien realmente era su amigo y hermano. Antes de entrar, miró la puerta de enfrente y su corazón se aceleró. Esperaba que Seokjin abriera y lo sorprendiera, como muchas veces lo hacía, pero nada sucedió. Podía sentir música venir de adentro, así que supuso que estaría ahí. Tenía que armarse de valor y hablar con él. Mucha gente seguía hablando de ellos, por lo que debían ponerle un fin. Entró a su hogar, con el firme propósito de después de cenar, buscarlo para hablar.

Justo a las once de la noche, Jungkook se mordía el labio y sentía como sus piernas temblaban. Era absurdo, sólo era Jin, su vecino. Pero ¡se habían besado! Y de qué manera. Tal vez si hubiese sido un beso tímido, pero no, ellos tenían que arrinconarse contra una pared frente a todos sus vecinos. Finalmente tocó el timbre. Nunca había ido hasta el departamento de Jin, pues nunca había tenido la necesidad de hablar con él. Era su vecino quien lo acosaba.

Seokjin por su parte, luego de bajar del escenario junto al cumpleañero y su novio, intentó encontrar a Jungkook. Preguntó a todos, pero el chico había desaparecido. Intuyó que el muy cobarde había huido. Y él, que quería continuar con lo que habían empezado..., pero al parecer, su querido JK no pensaba igual.

Así que luego de aquello, se dedicó a disfrutar el cumpleaños, cantó en el Karaoke, bailó con quien lo sacó a bailar y se tomó todos los tragos que le pasaron. Al día siguiente, Jimin y Tae lo observaban, pues lo habían traído en un coma etílico deplorable y querían asegurarse que aún estaba vivo. Cuando tuvieron pruebas suficientes, lo metieron a la ducha, le dieron café y comida. Llamaron al chofer de su madre y éste lo llevó a Gwacheon, para pasar el fin de semana.

Había disfrutado estar con su familia. Aunque el querer no pensar en Jungkook no había resultado para nada. Su linda sobrinita de cinco años, se sabía todas las canciones de su idol y su madre no dejaba de preguntarle por su vecino. ¡Que tormento! No podía olvidar la lengua de JK metiéndose en su garganta ni sus manos tocándolo. El recuerdo hacía que su cuerpo vibrara. Por eso, cuando regresó el domingo muy tarde, entró sigilosamente y no había querido salir de su encierro, para no cruzarse con él.

Ahora siendo las once la noche del lunes, escuchaba música tranquilamente, no muy fuerte. Mientras comía y comía sus propios Cup- Cakes. De pronto lo sintió. El timbre. No podían ser Jimin o Tae, pues ellos conocían su código de entrada y se paseaban por su departamento libremente. Tampoco era alguien de afuera, pues le hubieran avisado. Y sabía que el resto de sus vecinos, no iban a verlo, pues él ya les había advertido que no le abría la puerta a nadie.

—¡¿Quién es?! —gritó, aunque muy dentro de su corazón sabía de quien se trataba.

—Soy Jungkook, Seokjin. Tenemos que hablar. Y no lo voy a hacer a través de la puerta.

Seokjin entonces fue un manojo de nervios. Tiró lejos la fuente con los pastelitos y tomó su bastón, para abrir la puerta, salir y cerrarla tras de sí.

—¡JK!, que sorpresa... ¿necesitas azúcar o algo así?

—No...tenemos que hablar sobre lo que pasó en el cumpleaños de Jimin. ¿No me invitas a pasar?

—Es que...está todo desordenado y oscuro—Seokjin comenzaba cada vez más a ponerse nervioso. La presencia de Jungkook realmente lo alteraba, más todavía al ya saber cómo es que besaba y apretaba...— vamos al tuyo o a donde quieras.

—Está bien, al mío, no quiero que nos vean.

Ese último comentario, le dolió un poquito. Aunque era una frase que había escuchado muchas veces durante su adolescencia. Chicos que sentían vergüenza de andar con un ciego. Sólo lo usaban, pero Seokjin en ese tiempo no era el mismo que es hoy y se dejaba engatusar y usar. Entendía que Jungkook no quería verse envuelto en esto.

Cuando entraron, Seokjin se quedó parado sin saber que hacer. Tal vez lo mejor era dejar las cosas hasta ahí y ya no molestar más a su vecino famoso.

—Sabes que Jungkook, no te preocupes por esto. Yo no volveré a molestarte. Entiendo que no quieres que la gente te vea conmigo. O que piensen que tienes una relación conmigo. Ya no te avergonzaré..., es más ni siquiera te hablaré..., sé que no es muy glamoroso para ti ser visto con un ciego...

Jungkook que estaba en la cocina preparando té verde para su vecino, se paralizó. Entendió perfectamente lo que estaba pasando. Seokjin había malinterpretado sus palabras.

—¿De qué estás hablando ahora? ¿Qué tiene que ver tu ceguera con todo esto?

—Bu-bueno, dijiste que no querías que nos vieran juntos...y lo entiendo.

—Seokjin, realmente eres ridículo. No lo digo porque me avergüence que me vean contigo por estar ciego. Es por lo otro...

—Lo otro...

—Ya sabes, el beso y todo lo demás..., todos están hablando de nuestro supuesto noviazgo o lo que sea...no quiero que nos vean juntos y tengan ideas equivocas. Pero no es por tu ceguera. ¿Como puedes creer que soy esa clase de persona?

Seokjin ahora tenía la cara roja. Entonces a su lindo JK no le importaba...sólo estaba preocupado por los comentarios de todos por sus besos ...que bebé tan lindo.

—Entiendo. Pero JK no deberías preocuparte sólo fueron unos cuantos besitos..., nadie lo notó...

Jungkook lo tomó del brazo bruscamente y lo hizo sentarse y le indicó donde había dejado la taza de té verde que ni siquiera le había pedido. "Tan lindo, se acuerda que me encanta..., este hombre me está intentando conquistar por el estómago", pensó.

—Seokjin—habló ahora JungKook—no fueron solo unos besitos y ¡todo el mundo nos vio! —trató de calmarse, cuando se dio cuenta que Jin casi bota la taza de té.

—Pero a ti te encantó, a mí también, mi mini Jin estaba realmente entusiasmado...no lo niegues, te diste cuenta cómo estaba de dur...

—No... ¿tu pene se llama mini Jin?

—Obvio, ¿el tuyo no se llama mini JK?

—¡No! Y pudieron entusiasmarse..., pero sabes que fue sólo la calentura del momento...

—Pero apretaste mis botoncitos...

—¿Tus "botoncitos"?

—Mis pezones.

—¡Dios no puedo hablar en serio contigo! Mini Jin, botoncitos, ¿qué nombre tiene tu culo?

—No lo sé...no lo he pensado... ¿cómo se llama el tuyo?

—Seokjin, enfócate...debemos tener una versión única para lo que pasó esa noche...

—Algo así como un comunicado de prensa...si quieres lo podemos publicar en el chat del condominio...y lo podemos pegar en la entrada, en el gimnasio...algo así como "Se comunica a toda la comunidad, que, aunque Jeon Jungkook acorraló al pobre Seokjinnie contra una pared, apretó sus botoncitos y le clavó su Mini JK, NO HAY NADA ENTRE ELLOS", ¿qué te parece?

Jungkook no pudo evitar reírse. Seokjin alegraba su vida quisiera o no. Era irritable, molesto, pero genial. Cada idea que cruzaba por su cabeza...

—Me rindo contigo. Sólo quiero que ambos tengamos claro que lo que pasó esa noche...

—No va a volver a pasar, bla, bla, bla...porque no siento nada por ti...bla bla..., voy a ser sincero, a mi si me gustó. Y no creo que hayas tocado mi cuerpo de la manera que lo hiciste sólo porque estabas ebrio...

—Jin..., me vuelves loco y a veces sólo quiero asesinarte...pero me agradas, y para satisfacción de tu ego...besas increíble y sí apreté "tus botoncitos" y fue...genial...—al decir esto se ruborizó e internamente dio gracias que Seokjin fuera ciego—, pero ahora debo enfocarme en mi álbum y mi carrera. ¿Qué tal si empezamos por no discutir tanto?

—Está bien. Lo entiendo. Pero no estás cerrando la puerta y eso me gusta...ahora, ya que hablamos de tu carrera, por qué no me dejas escuchar algo de lo que estás trabajando...

—No sé si es buena idea.

—Sólo soy un oyente...puedo darte una opinión desde un punto de vista simple.

Jungkook le encontró razón...tal vez podría decirle algo. Puso su celular y le mostró la melodía que no podía sacar de su cabeza...sólo eran segundos. No pudo evitar darse cuenta de la reacción de Jin.

—Eso es muy bueno JK...es un gran comienzo...te felicito. ¿Lo puedes poner otra vez? —Jungkook lo volvió a reproducir.

—Si tan solo supiera como continuar...

—Pero tu productor...él debería ayudarte y guiarte...

—Sí, él me ayuda mucho, pero quiero que esto sea mío..., si tan solo ese maldito hombre hubiera aceptado...Tenías razón, es un imbécil, ni siquiera llamó para decir que no...

Seokjin bajó la cabeza. Entendía la importancia que tenía para JungKook el tal Maestro.

—No deberías perder la fe aun JK. A veces, las cosas pueden cambiar...imagina, cuando ibas a pensar que estarías besándote conmigo de la forma en que lo hicimos...y por cierto...tú también besas maravillosamente—. Jungkook se ruborizó y sonrió. Él no iba a negar que ese cumplido le había gustado.

—Ya...es suficiente, vete, debo dormir. Mañana tengo que estar muy temprano practicando.

Seokjin caminó hacia la salida y antes de que Jungkook cerrara la puerta, una vez más la sujetó.

—¿No me vas a dar un besito de buenas noches?

—¡Claro que no!

—Pero ambos besamos maravillosamente... Jungkook suspiró sonoramente. ¡Maldito Kim que retorcía sus palabras! Ahora, si era sincero se moría de ganas de probar esos labios otra vez.

—Sólo un besito... , como dices tú—se acercó a Seokjin para besarlo, pero en cuanto lo sintió cerca Seokjin tiró la puerta hasta atrás y besó con pasión a JK. Se aseguró de meter su lengua y saborear sus labios, y su lengua. Saliva escurriendo de sus bocas.

JungKook se separó totalmente aturdido y excitado.

—¿Esto es un besito para ti? SeokJin sonrió satisfecho y feliz.

—¿Otro? —La puerta en su nariz fue la respuesta de JungKook.

Al día siguiente, partió temprano a la agencia y estaba practicando una coreografía, intentando no pensar demasiado en sus "besitos" con Seokjin, cuando Hoseok entró a la sala de practica hecho un huracán.

—¡Jungkook, corre! ¡No lo vas a creer! ¡El Maestro llamó, El Maestro llamó!

El pobre Jungkook paró en seco su coreografía de Euforia y miró a su mánager, sin entender nada. Hobi todavía respiraba agitado y con los ojos brillando.

—Namjoon necesita que vayas AHORA a su oficina. Min Yoongi, su representante llamó. Quieren hablar contigo y con Nam.

—¿Quieren? ¿Te refieres a que el Maestro también llamará?

—Sí, dijo que cuando estuvieran los dos, hicieron una conferencia telefónica. Dijo que El Maestro quiere hacerte una canción.

Jungkook no lo podía creer. Comenzó a saltar de la alegría y quería tomar a Hoseok y bailar, pero éste tiró de él y lo arrastró a la sala de reunión, donde Namjoon se paseaba nervioso, mientras realizaban las conexiones para la conferencia telefónica.

—¿Hyung? —Jungkook miró al productor, quien le sonrió.

—Creo que al fin lo logramos pequeño. Ese hombre al fin cedió. A menos eso fue lo que me dijo Min. Ahora debemos hablar con ellos, pues dijo que había ciertas condiciones.

—¿Condiciones?, no entiendo...

—Menos yo, pero al parecer será el propio Maestro quien las diga.

Jungkook no daba más de los nervios. No podía imaginar cuales serían esas condiciones. Sólo esperaba que no implicaran un gasto extra para la compañía.

Al fin la secretaria hizo la llamada y de inmediato, Min Yoongi contestó al otro lado.

—Buenas tardes nuevamente Namjoon-ssi. Estoy con el Maestro a mi lado y espero que el joven Jeon esté con usted.

Nam y Jungkook se miraron emocionados. El propio Maestro estaba escuchando la conversación.

—Es un placer Yoongi-ssi. Saludos al Maestro y sí, estoy con Jungkook.

—Buenas tardes a todos. Soy el Maestro y les pedí que ambos estuvieran presentes pues he decidió colaborar en el álbum, pero bajo ciertas condiciones. Yoongi, les explicará.

Jungkook y Namjoon se miraron sorprendidos. No sabían si era por la conexión telefónica o qué, pero la voz del Maestro sonaba de una forma muy extraña. Como si estuviera distorsionada. ¿Era tanto lo que ese hombre quería mantener su anonimato, que incluso su voz la escondía? Realmente era excéntrico el Maestro. Pero Jungkook finalmente pensó que daba lo mismo, si haría una canción para él.

—Bueno, las condiciones son éstas —habló Yoongi—, el Maestro quiere participar en toda la producción del álbum, no sólo con una canción.

Entendemos que ya están trabajando en él, pero se acomodará al concepto que tengan. Obviamente bajo los lineamentos suyos Namjoon- ssi y los de BigHit. Aún así, el Maestro exige libertad para la composición de las canciones.

Jungkook no lo podía creer. ¿Todo el álbum producido por el Maestro? Eso era más, mucho más de lo que había soñado. Miró a Namjoon para saber si éste estaba de acuerdo. Después de todo, nunca habían trabajado con un productor externo, pero ¡se trataba del Maestro!

—No tenemos inconvenientes en que así sea. Sólo tengo dudas respecto a la forma del trabajo. La producción total del álbum implica trabajar estrechamente con el artista.

—Naturalmente así será —habló ahora el Maestro—Yo, personalmente trabajaré con el joven Jeon en el álbum. Pero...hay ciertas condiciones que ambos, pero especialmente él, tendrán que aceptar.

Jungkook quería desmayarse. El Maestro en persona. Lo conocería. Sería algo así como su mentor. Estaba a punto de saltar de su asiento y decir que sí a todo, pero Namjoon lo miró severamente. Necesitaba escuchar esas condiciones.

—¿Qué condiciones? —preguntó el productor.

—Jungkook tendrá que seguir algunas reglas de trabajo que tengo. Trabajaremos la mayor parte del tiempo en mi estudio personal, por razones que luego entenderán. También por supuesto en BigHit. Tendrá un estricto horario de trabajo, que ajustaremos a sus obligaciones como...idol—dijo esto último con un pequeño tono despreciativo— entiendo que tiene agenda con sus fans, prensa, etcétera. Yo también tengo mi propia agenda. Aun así, él tendrá que trabajar disciplinadamente conmigo y seguir mis instrucciones.

El joven cantante, nuevamente iba a levantarse y gritar a todo pulmón que sí a todo, pero Namjoon le hizo un gesto para que lo pensara un momento. Pero JungKook no tenía nada que pensar. Y asintió vigorosamente hacia su productor.

—Está bien, Jungkook está de acuerdo.

—Quero escucharlo de él—dijo con voz profunda y extraña el Maestro.

—Por supuesto Maestro, me pongo a su disposición para trabajar bajo sus condiciones.

—Maravilloso. Yoongi les enviará el contrato donde aceptan estas condiciones. Si hoy en la tarde lo envían firmado, mañana iremos a sus oficinas para conocernos. Es muy importante que además conserven la confidencialidad de mi identidad.

—Bien. Lo revisaré y le contestaremos esta misma tarde. Mañana los esperamos a las 10 si les parece. ¿Necesitan algo especial?

—Solo té verde—contestó el Maestro. Jungkook sonrió. Al Maestro le gustaba el té verde igual que a Seokjin.

—¿Dije algo gracioso jovencito? —preguntó.

—No señor. Sólo me recordó a alguien que también le gusta el té verde.

—Debe ser alguien muy inteligente entonces y de buen gusto.

Bueno Jungkook consideraba a Seokjin bastante ingenioso, pero ¿de buen gusto? Sólo bastaba ver la forma cómo se vestía. Aunque sabía que si su vecino no combinaba los colores de esa manera desastrosa no sería él. Pero, ¿Por qué diablos estaba pensando en Jin, en este momento tan importante?!

Cuando volvió de sus pensamientos, Yoongi y el Maestro se habían despedido. Fue entonces que comenzó a saltar de alegría, se abrazó a Namjoon, quien también estaba contento, aunque preocupado. Ese hombre era tan extraño. Pero en fin...así eran los genios pensó...

Luego de ponerse de acuerdo para el resto del día, Jungkook volvió a la sala de ensayo feliz. Al fin conocería y trabajaría con el Maestro. Era un sueño aún más grande de lo que había pensado.

Lo que Jungkook no sabía, era cómo su vida iba a cambiar de ahora en adelante. Cómo ese hombre iba a hacer girar su mundo, su forma de ver la vida e incluso su forma de amar. No, él no tenía idea...

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