Capítulo 5: El Polvo
Resultó que los pastelitos que con tanto cariño y arrepentimiento había horneado Seokjin terminaron en el estómago de Jimin y Taehyung.
Jungkook no volvió a abrirle la puerta de su departamento, desde aquella fatídica clase de yoga.
Habían pasado cerca de diez días y no había luces del cantante más popular de Corea. Al menos para Seokjin quien a pesar de estar atento a los ruidos provenientes del departamento de enfrente, jamás volvió a cruzarse con Jungkook. Éste ya había desarrollado una técnica de "evadir-al-molesto-vecino-de enfrente-Kim-idiota-Seokjin".
En realidad, el humor de Kook no era el mejor. Habían tenido unos problemas logísticos, por lo que Namjoon le había comunicado que tendrían que aplazar su come back en al menos un mes. Si bien eso le daba más tiempo para planearlo, implicaba también que toda su agenda debía moverse y ya no podría quedarse unos días extras a fin de año con su familia en Busan. Lo único bueno era que podría realizar un fanmeeting no planeado, a fin de mes. Por lo que ahora se encontraba preparándolo, en paralelo a su trabajo en el álbum, lo que conllevaba que salía muy temprano de su casa y llegaba tarde, por lo que sus encuentros con Kim no se habían producido.
Seokjin por su parte, tenía espías por todo el condominio, para que le avisaran si veían al escurridizo cantante. El realmente quería disculparse con él. No le gustaba que la gente le guardara resentimiento, o que hubiese un mal ambiente entre ellos. Especialmente si era su vecino de enfrente.
Ahora, venía llegando del colegio para ciegos, donde daba sus clases y al entrar se encontró con el señor Lee, quien tiró de él y lo encerró en la bodega donde guardaban las cosas de aseo y le hizo un "shiii" para que no dijera nada. Seokjin que casi había muerto del susto por el asalto inesperado, esperó al conserje para que le explicara la razón del secuestro.
—Acabo de dejar a Jungkook-ah en el gimnasio solo. Su mánager me preguntó si podía ocuparlo en forma exclusiva por media hora. Como no había nadie, accedí y puse un letrero que dice que el gimnasio está en mantención, para que nadie lo moleste. Ahora, esto jamás te lo dije y tú solo llegaste ahí porque estás ciego y no pudiste leer el letrero. ¿Ok?
—Señor Lee, no sabe cuánto le agradezco esto. Ese mocoso ha estado escapando de mí y yo sólo necesito hablar algo pequeñito con él. Ahora le debo una...
El señor Lee sonrió. Le encantaba ser cómplice de las locuras que hacia Seokjin. Desde que había llegado a vivir al condominio, todo era más divertido con las fiestas y reuniones que organizaba. Ambos salieron de la bodega y Seokjin se dirigió hacia el gimnasio. Al fin podría hablar con el esquivo conejo saltarín.
Antes de entrar al gimnasio, pegó su oreja a la puerta y lo que escuchó puso su cuerpo en alarma. Eran unos quejidos muy sexis que provenían del interior. Con mucho cuidado abrió la puerta y los gemidos se sentían más fuertes. Siguiendo su oído y guiado por su bastón, caminó hacía el lugar de donde provenían esos ruidos. De pronto estos terminaron abruptamente.
—¿Pero qué mierda haces aquí? ¿Acaso no sabes leer? —después de decir eso, Jungkook se dio cuenta de la tremenda estupidez que había dicho.
—¡Estoy ciego Jeon! ¡¿Cómo diablos iba a leer lo que sea que tenía que leer?
Jungkook se paró de la maquina donde estaba ejercitándose y se secó el sudor. Obviamente el chico no exudaba ningún olor, pero Seokjin se sintió excitado sólo con el calor que podía sentir emanaba el cuerpo del joven cantante.
—Lo lamento, tienes razón. Yo...no debí hablarte así. Es sólo que quería un momento a solas...Hobi le pidió al conserje que me dejar ejercitar un rato sin que nadie pudiera entrar. Puso un cartel que decía en mantención.
—Bueno, lo lamento, pero no podía saberlo. Vine aquí pensando que encontraría a Jimin—era la mentira más grande del mundo, pero no iba a exponer al conserje—de todos modos, me alegra encontrarte. Has estado evadiéndome y yo quería disculparme contigo, por lo de la clase de yoga y todo eso... de tocarte—bajó su rostro avergonzado.
Verdaderamente, él estaba arrepentido y esperaba que JK lo disculpara.
Jungkook observó a su vecino. Como siempre vestía con colores que no combinaban para nada, pero que absurdamente lo hacían ver muy atractivo. Notó que su arrepentimiento era genuino, aunque no confiaba cien por ciento en él.
—Está bien, te disculpo. En realidad, no entiendo tu humor, ni tu forma de ser..., pero no me interesa tener una mala convivencia contigo, así es que...vete tranquilo. Ya estás disculpado.
—¿Irme? Pensé que podríamos conversar un rato, sobre lo que has hecho. Sobre tu nuevo disco y eso.
—Jin, estoy haciendo ejercicio. Necesito esto para liberar mi estrés y olvidarme del trabajo y tú quieres hablar de eso. Lo siento. No estoy de humor.
—Nunca lo estás... ¿puedo preguntarte algo personal?
—No.
—¿Tienes alguna novia? Porque yo creo que, si tuvieras una, no estarías tan estresado. Ya sabes a lo que me refiero ¿no?
Que parte de "No puedes preguntar" no entendía el tipo? Aún así, respondió.
—En realidad si estás hablándome que necesito tener sexo para aliviar mi estrés...sinceramente esta conversación morirá aquí.
—No respondiste mi pregunta de si tienes novia.
Jungkook estaba perdiendo la paciencia otra vez. ¿Por qué Seokjin se empeñaba en escudriñar su vida?
—Mira...
—No puedo.
—¡Ah Seokjin, basta! Si tanto te interesa... No, no tengo novia. Y para saciar aún más tu curiosidad, soy gay. Me gustan los hombres no las mujeres y tampoco tengo novio. No necesito un hombre para botar mi estrés. No suelo tener amantes ocasionales, sólo para "desahogarme"
Seokjin ya sabía que era gay. Jimin se lo había contado, porque éste tenía su gay-dar muy desarrollado y en cuanto lo conoció lo supo, por lo que no estaba nada asombrado.
—Bueno yo creo que ahí está tu error. Tal vez si necesitas un buen polvo.
—¿Y qué? ¿Acaso te vas a ofrecer de voluntario? ¿Tú también necesitas un buen polvo Jin?
A Seokjin se le encendieron la punta de las orejas. Y además sintió un tirón en la parte baja del vientre. Este chico sí que era caliente...y él en realidad necesitaba un buen polvo..., pero sabía que no lo tendría con Jeon, pues probablemente éste preferiría patearle las bolas antes que tener una noche de pasión.
—C-Claro que no..., además yo no me acuesto con bebés—Sí, una respuesta muy madura Seokjin, pensó para sí mismo.
—Y yo no me acuesto con viejos ridículos. No eres mi tipo Jin.
—Pues tampoco me gustan los chicos tan mal geniudos como tú. ¡Y no soy ningún viejo!
Y ahí estaban de nuevo. Sólo habían sido dos minutos de paz. ¿Cómo era que no lograban hablar sin discutir?
—Estoy cansado de discutir contigo. Estoy cansado que siempre estés opinando y dándome consejos acerca de lo que debo o no hacer. Eres un entrometido y estos días que logré escapar de tu presencia, fueron los mejores. Sé que aquí todos te adoran y te siguen todas las estupideces que haces o dices. He escuchado rumores de ti y de las fiestas que te encanta organizar. No me interesa ser parte de tu grupo de culto, Seokjin. Así es que me vas a dejar en paz y aunque vivamos uno frente al otro, espero que dejes de ¡meterte en mi camino!
—Está bien. Pero déjame decirte algo Jeon Jungkook. Siempre has tenido una mala disposición hacia mi persona. No tengo ningún grupo de culto. Si le caigo bien a la gente, es porque procuro ser amable con cada uno. Incluso con aquellos como tú que se creen ídolos de oro y que nadie puede tocar o decir algo porque se ofenden. Te encanta gritarme y decirme esto y aquello. Cada vez que como dices me he entrometido en tu vida, es para darte algún buen consejo. Sin mala intención. Pero tú sólo me atacas. ¡Sería muy bueno que esa misma pasión para atacarme la usaras cuando cantas!
Eso había sido el colmo. Ya estaba bueno de escuchar tonterías. Le importaba muy poco que Seokjin fuera ciego, viejo o lo que fuera. Quería golpearlo...pero se contuvo. Era una cobardía de su parte, su contrincante no podía verlo.
—Si estás pensando en golpearme, hazlo. Sólo avísame y yo trataré de detenerte—Seokjin tomó entonces una actitud defensiva, esperando el golpe de Jungkook.
—No voy a golpearte Seokjin, aunque lo mereces. No puedes decir que me falta pasión, porque amo cantar, la música es mi vida y pongo todo mi ser, en cada canción, en cada actuación, en cada paso de baile...tú no me conoces como artista. Sólo has escuchado un par de canciones y con eso te hiciste una idea llena de prejuicios...
—JK..., no te he visto actuar...no puedo. Pero tampoco jamás he visto un ballet o he visto una orquesta tocar. Tampoco he visto a Coldplay en un concierto. Todos...sólo los he escuchado...todos me hacen sentir...lleno, pero al escucharte a ti, jamás he sentido esa plenitud...
—El que ha ti no te gusten mis canciones, no significa que cante sin pasión.
—No es que no me gusten tus canciones..., me gustan, pero creo que te falta algo...
—Eres un simple oyente...no sabes de música. Que toques el piano no significa nada.
—Soy un simple oyente, tienes razón, ¿pero no es para los simples oyentes que haces música JK?
Ese era un punto para Jin. Jungkook muy en el fondo sabía que algo faltaba en él, para ser un artista completo y estaba en su búsqueda. De verdad lo estaba. Sólo que todavía no lo encontraba. Sin embargo, no iba a decírselo a su vecino.
—Tengo millones de seguidores. Muchos han escrito sobre mi talento, ¿o acaso, todos están equivocados y tú tienes la razón?
—No dudo de tu talento y del amor que tus fans sienten por ti...tienes razón...sólo es mi opinión. Soy un simple profesor de braille y piano. En realidad, tampoco tendrías porqué aguantar lo que digo..., yo...me disculpo. No voy a molestarte más. Tampoco quiero pasar todo el tiempo discutiendo contigo. Entonces, ¿una tregua? —Seokjin le extendió su mano.
Jungkook estaba cansado, transpirado y comenzaba a sentir frío. Estos absurdos enfrentamientos, lo tenían agotado. También extendió su mano.
—Sólo si prometes no ser más entrometido.
—Está bien. Pero tú también debes prometer que no serás tan gruñón conmigo y que aceptarás los Cup-Cakes que hornearé para ti. Hice algunos hace días para que me perdonaras, pero como nunca abriste la puesta...Jimin y Tae se los devoraron—Y un adorable puchero adornó el rostro de Jin.
JungKook movió su cabeza. ¿Cómo era posible que un un hombre en sus treinta años, fueran tan bebé?
—Está bien. Comeré tus Cup-Cakes.
Después de aquello, ambos caminaron hacia su edificio, subieron el ascensor en silencio y llegaron a sus respectivos departamentos.
—Buenas noches JK.
—Buenas noches, Jin.
En los siguientes días, Seokjin hizo suyo aquel viejo dicho que su abuelita le había enseñado "te doy la mano y te tomas el brazo/o el pie". Sí porque desde su particular perspectiva, aquel apretón de mano en el gimnasio significaba que él y JK se habían convertido en grandes amigos. Lástima que su vecino no pensara lo mismo. Fue así, como cada noche, cuando sentía pasos acercándose al departamento de enfrente, se alistaba para ir a visitarlo.
Hoseok seguía intentando mediar entre ellos y siempre de manera amable, intentaba al abrirle la puerta explicarle, que Jungkook venía agotado, luego de un día de ensayo, fotos, entrevistas y trabajar en su álbum. Pero de una u otra forma Seokjin lograba colarse dentro del departamento.
—No te preocupes Hoseoki, puedo esperar a JK, mientras toma su ducha. Mira hoy día hice, tteok, espero que los disfruten.
Hoseok no podía negar que moría de amor por la comida de Seokjin. Y quizá por eso le costaba tanto negarle el paso, aun cuando después Jungkook lo regañara severamente.
Este último ya había salido de la ducha y pudo sentir las risas en su sala. Cerró sus ojos. Era la cuarta noche que Seokjin se presentaba en su hogar. Y no es que se quedara mucho tiempo, para nada, pero igual le causaba una cierta incomodidad. Todavía. Pensaba ponerse pijama, total no lo podría saber, pero luego se arrepintió, así que optó por ropa casual, pero cómoda.
Al salir a la sala, quedó asombrado. Seokjin sí estaba en pijama. Sin lentes, con su rostro lavado y levemente despeinado. Se veía...adorable y por un momento deseó tocar sus mejillas abultadas por la comida que estaba tragando. Pero, se contuvo.
—Hola Jin.
—¡JK! ¿Cómo estuvo tu día? Hoseoki dice que trabajaste mucho hoy. No te preocupes me quedaré sólo un rato. En realidad, vengo a invitarlos.
Mañana, es el cumpleaños de Jiminie y el viernes le haremos una fiesta sorpresa. Bueno no tan sorpresa, porque él sabe que algo vamos a hacer, si no lo hacemos nos asesinará y luego nos matará..., pero igual no sabe todas las sorpresas...ya estoy hablando mucho...entonces, ¿Qué dicen?
Hoseok se mostró entusiasmado de inmediato. Le encantaban las fiestas y tal vez podría encontrarse otra vez con esa modelo del piso cuatro, que tanto le gustaba. El problema era convencer a Jungkook.
Contrario a sus pensamientos, éste aceptó. Estaba demasiado estresado y necesitaba un rato de diversión. Además, Jimin le caía muy bien.
—Estoy feliz. Ya saben nada formal. A Minnie le gusta las pulseras, aretes y todas esas chucherías, la ropa...bueno no es obligación que lleven regalo.
—No te preocupes Jin. Iremos y le llevaremos regalos. Gracias por la invitación—Jungkook estaba extremadamente amable esa noche y eso extrañó a Jin. ¿Le había hecho caso y se habría echado un buen polvo?
Como su boca era en ocasiones más rápida que su mente y su sentido común, simplemente lo escupió.
—Veo que me hiciste caso y liberaste tu estrés JK...y entonces, ¿quien fue la víctima?
—¿Qué estás insinuando?
—Es que te ves tan relajado hoy...no puedo dejar de imaginarme a que se deba.
—Escucha, no sé qué pervertidos pensamiento estás teniendo en este momento, pero no es nada de lo que imaginas. Tuve un buen día, las cosas fluyeron como debían ser. Fui al gimnasio en mi agencia y ahora me di una relajante ducha. No tiene nada que ver con sexo.
Hoseok cuando escuchó la palabra sexo, decidió que lo mejor era ir a su habitación.
—Los dejo chicos. Linda noche. Gracias por la invitación a la fiesta Seokjin.
Pero ninguno de los dos escuchó, pues ya se estaban preparando para una nueva batalla.
—Pensé que ya habíamos superado esta etapa de decir comentarios fuera de lugar Jin.
—Yo sólo pregunté. Además, sólo bromeaba. Jamás me inmiscuiría en tu vida amorosa o intima JK. Aun cuando muero de curiosidad por saber cómo te gustan los chicos.
—Bueno, al parecer tendré que ir a tu funeral, porque morirás de la curiosidad, porque no voy a hacer ningún comentario al respecto.
—Al menos... ¿me dirías si te gusta dar o recibir?
—¡Seokjin! ...voy a ....
—Ya, ya, sólo bromeaba. —su risa estridente llenó el lugar—tan enojón.
—Y tú eres un...
—Viejo ridículo. Si ya me los has dicho.. Me voy antes de que me golpees de verdad—Caminó hacia la puerta y JungKook lo siguió para asegurarse que se iría. Pero antes de cerrar la puerta, Seokjin la detuvo.
—Estoy seguro que te encanta recibir JK. Tienes el tipo—. Un portazo fue lo que recibió en respuesta.
Maldito Kim entrometido. , cómo es que siendo ciego podía darse cuenta que "era el tipo" o peor aún ¡¿a que se refería exactamente?!... lo que más le molestaba a Jungkook era que su vecino tenía razón. Si podía elegir, siempre prefería recibir...
Mientras tanto al otro lado de la puerta, Seokjin abría con una sonrisa su puerta. JK irradiaba una energía tan especial cada vez que lo sacaba de quicio... ¡era tan sexy! Él no era tonto y sabía que comenzaba a sentir una atracción hacia su vecino de enfrente. Todas esas discusiones ¡tan acaloradas! provocaban en él "cositas" en su estómago. Bueno sí, las cursis "mariposas". Pero él ya estaba mayorcito para esas cosas de adolescente. Pero no podía negarlo. Jungkook tenía un aurea varonil que a pesar de no poder ver podía percibir a través de su cuerpo, aun cuando ni siquiera lo tocara.
No importaba que JungKook lo llamara "viejo ridículo". Porque él de ninguna manera lo era. Bueno tal vez un poco ridículo. a veces, pero viejo...Sabía que lo decía para molestar. Después de todo JK tenía veinticinco...no era un bebé en pañales tampoco.
¿Eran malas esas nuevas sensaciones? En cierta forma sí, porque sabía que para Jeon eran todo lo contrario y que posiblemente sí lo odiaba..., pero tampoco él se echaría a morir por eso. El no sufría por amor...nunca lo había hecho y no sería esta la oportunidad. Simplemente disfrutaría de la presencia y de las peleas con su enojón, pero sexy vecino.
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