Capítulo 3: Sólo es una Pequeña Fiesta
Hoseok no entendía nada. ¿Cómo era posible que dos personas que apenas se habían conocido, ya estuvieran completamente peleadas? Él conocía a su Kookie y sabía que tenía un carácter un poquito difícil y malhumorado, pero nunca pensó que estaría enojado con su vecino en menos de cinco minutos. Respecto a Seokjin, tampoco actuaba muy maduramente.
—Jungkook, ¿puedes explicarme qué sucede? No entiendo.
—Hyung, puedes decirle a Seokjin que por favor se retire. Ya no vamos a esa fiesta y tampoco quiero volver a verlo.
—Hoseoki, puedes decirle al niño malhumorado, que, aunque esté enojado conmigo hay personas que lo están esperando y que se esmeraron en prepararle una fiesta de bienvenida.
—Hyung, puedes decirle a Seokjin que se puede ir a la mierda...
—¡Jungkook basta!
—Por qué no le gritas a él también? —Jungkook estaba comenzando a enfurecerse un poquito más.
—Porque soy mánager tuyo, no de él. Seokjin-ssi, no sé qué le habrás dicho a Jungkook, pero creo que deberías disculparte. Recién se vienen conociendo y...
—Está bien. Los siento JK. No debí criticar tu ropa. Tienes razón. Puedes vestir como quieras. Odio que la gente me diga cómo debería vestirme y
yo estoy haciendo lo mismo. Lo lamento. Y ahora, ¿nos podemos ir?
...tengo hambre.
Jungkook cerró los ojos. Odiaba que lo llamara JK, pero al menos se había disculpado y no quería armar un lío con sus vecinos, el primer día.
—Ok. Iré sólo porque soy educado y no dejaré a esas personas esperando. Vamos.
Los tres salieron del departamento de Jungkook. Seokjin no dijo nada más y entraron al ascensor. Hoseok como siempre, con su carácter conciliador, trató de poner algún tema de conversación, mientras bajaban pues con el ambiente que había, parecía que descendían al mismísimo infierno.
—Y tú que haces Seokjin-ssi? —Preguntó en un tono amable, que hizo a Jungkook bufar un poco.
—Bueno, ya sabes...esto y aquello...aquí y allá...—contestó vagamente Seokjin.
—¿Y qué significa exactamente eso? Claramente no es una respuesta— Jungkook lo increpó, pero Seokjin no le dio importancia, porque justo en ese momento las puertas se abrieron y salieron a uno de los jardines del condominio, donde un guardia de seguridad vigilaba.
Caminaron siguiendo a Seokjin, quien parecía conocer muy bien todo el sitio, pues apenas si le sostenían el paso. Cuando llegaron a otro edificio y entraron. Seokjin los condujo por un nuevo laberinto de pasillos, hasta llegar al final de un hall, donde había una gran puerta de madera. Y al abrirla quedaron en shock. "La pequeña fiesta" como la había denominado su antipático vecino, sí, porque para Jungkook ya era su antipático vecino, no tenía nada de pequeña. El lugar estaba lleno, había
gente comiendo, bailando, bebiendo y riendo en gran manera. Al fondo se podía divisar un DJ, que tenía puesta música electrónica, un bar que al parecer tenía mucho trabajo, una pista de baile y un pequeño escenario.
—Dijiste que sería algo pequeño...—Le susurró Jungkook a Jin, quien se había quedado parado en la puerta.
—Claro que es pequeño. Sólo unos cuantos invitados. Pero vamos JK, te quiero presentar a todos. Sin que pudiera detenerlo, lo tomó de la mano y lo arrastró por entremedio de la multitud. Al verlos, varios se voltearon y comenzaron a saludarlo. Jungkook apenas entendía los nombres.
Algunos le eran rostros medianamente familiares, modelos que había visto en comerciales, uno que otro actor de reparto y gente en absoluto desconocida.
Finalmente, Seokjin lo arrastró hacia un grupo que había gritado su nombre, en medio de la música.
—Al fin llegas Jin, pensé que te habían secuestrado los extraterrestres de camino acá.
Seokjin se rio obviamente y tiró de Jungkook y Hoseok, que lo tenía tomado de la mano, temeroso de perderse en esa multitud.
—Les presento a Jeon Jungkook y a su mánager, Jung Hoseok. Chicos, ellos son mis mejores amigos, Kim Jisoo, Park Jimin y Kim Taehyung.
De los nombrados, Jungkook conocía de vista a los dos Kim, pero no al tal Jimin.
—Jungkook-ah, al fin nos conocemos. Es un gran honor para mí, me encanta tu música.
—Para mí también es un placer Jisoo-ssi. También soy un gran admirador suyo.
—Deja los honoríficos Jungkook. Sólo soy Jisoo. Ni te atrevas a llamarme Noona o te colgaré de tus bolas. Aquí todos somos iguales.
Jungkook se asombró por la forma como la chica le habló, pero ¿Qué iba a hacer? Todos ahí estaban un poco locos.
—Soy Jimin y soy un fan tuyo. Te sigo desde que hacías esos Vlogs, cuando apenas eras un bebé de quince años... ¡eras tan lindo! —El chico de labios gruesos y guapo, se acercó a él y le apretó sus cachetes, por lo que Jungkook retrocedió espantado.
—¡Lo asustas, Jimin! Discúlpalo, mi novio es un poco sasaeng, con los artistas que le gustan. Soy Taehyung y bienvenido.
Jungkook lo conocía. Era el actor más amado en todo Corea y él no podía negar que tenía un pequeño crush con él, pues Taehyung, era un hombre muy atractivo, con esa voz varonil y seductora. Además, a diferencia del idiota de Seokjin, lo había llamado artista. Por eso no pudo evitar ruborizarse al tenerlo tan cerca. Era una lástima que tuviera novio..., era gay...pero estaba ocupado...siempre le pasaba lo mismo.
—Bueno JK, como verás, aquí todos son muy amables. Espero que te sientas cómodo y feliz. Ahora vamos al escenario y te presentaré como es debido—Seokjin lo volvió a arrastrar hacia otro sitio y lo subió al escenario. Tomó el micrófono y saludó. Al hacerlo todos lo vitorearon. Al parecer realmente era muy querido.
—Gracias a todos por venir. Les quiero presentar a nuestro nuevo vecino. ¡Jeon JungKook! —Tomó a JK y lo empujó hacia el micrófono—
¡Saluda a tus vecinos JK!
Jungkook tenía el rostro rojo. Si bien era capaz de cantar en un estadio lleno, esta situación lo tenía un poco incómodo. Era raro ser el centro de atención, sin cantar ni un solo verso.
—Hola a todos—tragó un poco de saliva y resopló—. Es un placer para mi estar aquí. Gracias a todos por organizar esta fiesta y espero que podamos llevarnos bien.
Todos gritaron de emoción y el DJ, comenzó con la música y cada uno siguió con lo suyo. La mayoría se puso a bailar y otros fueron al bar. Vio a Seokjin caminar acompañado de Park Chanyeol hacia unas mesas atiborradas de comida. En ese momento JungKook se dio cuenta que su llegada, sólo había sido una excusa para la fiesta que Seokjin había organizado.
Bajó del escenario y se quedó en un rinconcito con Hoseok, que estaba un poco asustado, ante semejante fauna. Pero no duró mucho, porque pronto aparecieron Jimin y Taehyung a su lado con tragos para ellos.
Jungkook se dio cuenta que Seokjin había desaparecido de las mesas de comida y cuando al fin sus ojos lo encontraron, se asombró. Estaba en la pista de baile junto a Chanyeol y Jisoo bailando alocadamente. No importaba al parecer, lo que el DJ estaba tocando. Seokjin seguía su propio ritmo. No sabía tampoco, de adonde es que había sacado una chaqueta brillante, que le daba un toque todavía más de locura, del que ya tenía. Jimin y Taehyung miraban hacia la pista de baile y comenzaron a animarlo todavía más. Jungkook no dijo nada. Esperaba poder escapar lo antes posible.
Pero su deseo no se cumplió, porque pronto la pareja dejó de prestar atención a la pista y se concentraron exclusivamente en él y en preguntarle todo acerca de su vida. Jungkook evitó todos los aspectos demasiados íntimos, especialmente el relacionado a si le gustaban las chicas, los chicos, etcétera. Él era gay, pero no iba a salir del closet, en medio de una fiesta de su condominio.
Media hora más tarde, él y Hoseok se había enterado de que Park Jimin era el Primer bailarín del Ballet de Corea, en su división baile moderno y que era el novio de Taehyung desde hacía seis meses. Que vivían juntos y que Seokjin "había sido muy lindo", al terminar su relación con el actor, para dejarle a él, el camino libre...Jungkook quedó un poco sorprendido con aquello y realmente no entendía, como es que todos eran amigos...
Con más alcohol que el conveniente, Jungkook ya había perdido un poco la noción del tiempo, cuando lo vio. Seokjin subía al escenario. Se había cambiado de ropa y ahora lucía un pantalón ajustadísimo de cuero, una camisa negra y la famosa chaqueta brillante. No se había quitado los lentes rojos y estaba totalmente despeinado.
—Vamos a empezar con el karaoke...—Gritó a todo pulmón y comenzó a rapear Daechwita de Agust D.
Jungkook se sorprendió por lo bien que lo hacía, aun cuando Seokjin se reía a más no poder. Todos lo vitoreaban y se notaba que disfrutaba ser el centro de atención.
—Él es fantástico...—le dijo casi al oído Kim Taehyung—Seokjin es una inspiración para vivir. Es un hombre adorable. Los tres meses que estuvimos juntos, fueron muy lindos. Si no hubiese sido porque encontré a mi alma gemela, probablemente estaría con él.
Jungkook miró a Taehyung que observaba con ojos de admiración a Seokjin. ¿alma gemela? ¿Taehyung creía en esas tonterías? Intentó no pensar demasiado en ello y sí en averiguar más acerca de su vecino.
—¿Qué hace exactamente Seokjin? —Aprovechó de preguntar. Seguro que él sabría darle una respuesta.
—Nada en especial. Su familia es millonaria. Luego del accidente, heredó una parte de la empresa de su padre. Hace clases en una escuela para ciegos. Clases de Braille y piano.
—¿Piano?, entonces sabe de música.
—Hmmm—Tae meditó un poco su respuesta—. En realidad, Seokjin era un prodigo de inteligencia y talento. Al momento del accidente que lo dejó ciego, tenía cinco años y ya sabía leer y tocaba el piano. Luego estudió muchas cosas relacionadas con el arte. Es un hombre muy culto. Sé que te parecerá extraño, por la forma como actúa o cómo se viste. Pero créeme. Seokjin es un genio.
JungKook quedó procesando esa información. Realmente él se vestía así a propósito, pues estaba seguro que sabía exactamente que esa combinación de colores no era la más adecuada. Se preguntó que accidente habría tenido. La respuesta llegó media hora más tarde y en medio del karaoke (ahora era Tae el que estaba cantando, mientras Seokjin aplaudía a más no poder).
—Ellos se ven lindos juntos, ¿no crees? Para muchos eran la pareja ideal. Pero Seokjin cuando se dio cuenta que Tae y yo nos gustábamos, se hizo a un costado. Habló con nosotros, nos dijo que no podíamos dejar pasar la oportunidad que el destino nos daba...Nunca podré agradecerle lo suficiente, porque Taehyung, es realmente mi alma gemela.
Jungkook no supo que decir. Otro más con la tontería del alma gemela...eso era para los fic que sus fans escribían...Lo que más curiosidad le causaba, era aquello de que Seokjin se "había hecho a un costado". Se preguntaba qué persona haría eso. ¿Él lo haría?
Probablemente, pero terminaría con resentimiento y no siendo amigo de la pareja. Decidió cambiar de tema, para no darle más vueltas al asunto y le preguntó a Jimin detalles del accidente y éste le contó como sucedió.
Como perdió a su padre y ellos quedaron gravemente lesionados. De cómo Seokjin jamás se rindió y de cómo llegó a iluminar la vida de todas esas personas en el condominio.
—A él no le importa la ceguera. Dice que estar vivo es lo mejor. Vive cada día tan apasionadamente. Tienes suerte, al tenerlo tan cerca. Si llegan a ser amigos, te aseguro que será el mejor. Es leal, cariñoso y generoso. Sí debo advertirte, es muy sincero. Si algo le molesta, te lo va a decir. Pero, jamás lo he visto enojado en forma seria. Siempre hace unos pucheros y cruza sus brazos, pero es su forma de ser adorable.
—Yo creo que es un poco entrometido....
—Sí—Jimin comenzó a reír—no puede evitarlo, pobre. Siempre opina de todo y todos. Pero siempre te lo dirá directamente. Escucha chismes, pero no los dice, ni los repite. Si por su intromisión descubre algún secreto tuyo, te aseguro que estará a salvo.
—¡Jimin-ssi! —Una voz profunda desde el escenario, los sacó de la cómoda conversación—ven a cantar con tu novio—Taehyung le hacía señas, para que subiera.
—Una vez más, bienvenido y diviértete, Jungkook—Jimin fue hasta el escenario.
Jungkook se dio cuenta que hacía rato había perdido a Hoseok. Pero pronto lo encontró conversando con una chica, que reconocía de algún comercial. Decidió dejarlo un rato solo. Pero él necesitaba salir de ahí. "La pequeña fiesta" se había convertido en una "gran fiesta" y él no se sentía cómodo en ese ambiente. Sabía, además, que nadie notaría su ausencia.
Salió al jardín y se sorprendió de encontrar sentado a Seokjin en una de las bancas, con su cabeza hacia el cielo. ¿En qué momento se había bajado del escenario? Iba a pasar de largo, total él no lo vería, pero fue un grave error.
—¿Ya te vas de tu fiesta JK? —Jungkook se paralizó. ¿Cómo lo supo?
—Cuando pierdes la visión, tu sentido del olfato, tacto y oído se agudizan. Tu perfume... eso te delató. Ven, siéntate un momento conmigo.
JungKook se acercó a la banca y se sentó. No se sentía muy bien. El alcohol en su sangre unido a la brisa de la noche, lo tenían un poco mareado. Miró a Seokjin que no tenía puestos sus lentes, pero mantenía sus ojos cerrados. Ahora que lo veía de cerca, se daba cuenta que no sólo era muy hermoso, sino que también tenía un rostro pequeño y casi infantil.
—Espero que te hayas divertido. Con el tiempo te darás cuenta que la mayoría de los que viven aquí son buenas personas. La prensa y la gente llaman a este lugar "el condominio de las estrellas" y tal vez tengan razón..., igual que ellas, la mayoría están solos y sin amigos. Todos intentando llegar ahí...donde tú ya estás...la cima, ser famoso, ser reconocidos. Muchas veces en ese intento, van dejando atrás amigos, novios, novias, familia. Supongo que es el precio que deben pagar.
—Bueno, yo no he dejado a nadie atrás. Y tampoco he buscado la fama. Sólo quería cantar y llegar con mi mensaje a muchas personas. Eso es lo que busco. Amo el escenario. Eso es más importante que ser famoso o tener seguidores en redes sociales. De hecho, reconozco que toda esta exposición mediática, me asusta a veces.
Seokjin entonces, extendió su mano hacia el rostro de Jungkook y abrió sus ojos. Eran bonitos, marrones, pero perdidos. Sin vida. Se asustó un poco, al ver la mano acercarse a su rostro, pero Seokjin no llegó a tocarlo.
—No te asustes, no volveré a tocarte sin tu permiso. Sólo quería asegurarme que te tenía de frente. Aun cuando no pueda ver, me gusta saber que tengo a la persona con la que hablo frente a mí.
Jungkook sonrió. Pensó en lo difícil que debía ser la vida para una persona ciega y aún así, Seokjin se veía tan tranquilo. Mientras que él, con todos sus sentidos funcionando, sentía que tenía un volcán a punto de explotar en su interior. El comienzo de su nuevo disco, lo tenía realmente lleno de pensamientos de todo tipo.
—Estás sonriendo..., eso es bueno para alguien tan gruñón como tú.
—No lo soy. Tú sacaste lo peor de mí.
—Me ofendiste. Y todavía no pides disculpas. ¿Crees que no sé lo que piensa la gente acerca de la forma cómo me visto? Sé exactamente lo que hago Jungkook.
Jungkook iba a replicar y a ofrecer una disculpa, cuando apareció Jimin.
—¡Qué hacen aquí afuera! La fiesta está buenísima. ¡Vamos Jin, quiero que bailemos! Y tú también Jungkook.
—Gracias Jimin, pero mañana debo levantarme temprano. Gracias por la fiesta estuvo genial, pero ahora me iré.
Jimin hizo un puchero y miró a Jin, quien se puso de nuevo sus lentes rojos y estrafalarios.
—Vamos Jiminie, la noche está empezando. Deja a nuestro nuevo vecino, seguro está cansado—En ese momento, apareció Hoseok, que llevaba un buen rato buscado a Jungkook, preocupado por si alguno de los locos vecinos lo había secuestrado.
—¡Estas aquí! Te busqué y no te encontraba—suspiró más aliviado— debemos irnos Kookie. Mañana tenemos entrevista con el fotógrafo y el director de marketing.
—Lo ven, me tengo que ir. Muchas gracias por la fiesta.
Jungkook y Hoseok, vieron como Seokjin y Jimin caminaban de vuelta hacia la sala donde estaba la fiesta. Ellos fueron directo a sus camas a descansar.
Ya acostado, Kook sentía que no podía dormir. Tenía un montón de pensamientos en su cabeza. El nuevo disco, el concepto que todavía no encontraba, el Maestro que se negaba a trabajar con él, su estrafalario vecino. Seokjin era un hombre completamente fuera de lo común. Y a pesar de la pequeña discusión que habían tenido antes de la fiesta, pensaba que tal vez podrían ser buenos vecinos....
Cuan equivocado estaba...
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