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Capítulo 13: De Almas y Llamitas Gemelas

Los besos y gemidos seguían sin detenerse. Estaban completamente enredados el uno con el otro, rozándose y murmurando palabras tiernas.

—¿Puedo tocarte JK? —Jin preguntó tímido. Era una pregunta un poco tonta, considerando que sus cuerpos se estaban tocando por todas partes. Aun así, Jungkook guio la mano de Jin hasta su miembro, gimiendo al momento de sentir como lo apretaba y acariciaba la punta.

Jin comenzó a masturbarlo lentamente. Con su otra mano tocaba su cuerpo. Quería conocerlo, sentir cómo era su piel, su textura, su firmeza. Jungkook se acercó a su boca y jadeó sobre los labios gordos de Jin, para luego besarlo. Al mismo tiempo también buscó el pene que tanto le había gustado y comenzó a acariciarlo.

Ahora, ambos gemían y seguían rozándose el uno al otro. Finalmente, JK se vino en la mano de Seokjin. Aceleró sus movimientos y logró que éste también alcanzara el clímax.

Por un momento se separaron y quedaron tirados en la cama. Agitados, emocionados. Un poco nerviosos, por el acto íntimo que acababan de realizar.

—Te quiero—quebró el silencio Seokjin—no sé qué pasó hoy..., pero necesito que sepas que te quiero. Estoy enamorado de ti JK.

—Yo también te quiero Jin. Lamento lo que pasó ayer. Lamento haber sido cobarde. Nunca me había enamorado y estaba asustado. No quiero que esto tan bonito y especial que tenemos, el que estemos creando juntos un disco...no quiero que nadie ni nada lo arruine.

—Vamos a hacer que funcione. Lo prometo. Yo..., estoy tan feliz de que al fin decidieras aceptarme. Prometo que seré una buena pareja para ti, aun cuando haya cosas que no pueda hacer o que no pueda darte.

Jungkook entonces se preocupó. Notó a Seokjin vulnerable al decir esas palabras. Probablemente se refería a su ceguera y las limitaciones que podría haber. Él ni siquiera podía pensar en alguna en ese momento.

—¿Por qué dices esas cosas? Te quiero Jin, no hay nada que no podamos hacer juntos.

—Bueno JK, no puedo conducir..., no puedo ver televisión contigo o una película...claro he ido al cine con algún amigo a veces y también he intentado seguir alguna serie de televisión..., pero no es atractivo para mí.

—Está bien...detente—Jungkook salió apresurado de la cama y fue hasta el baño para buscar algo con que limpiarse. Seokjin se quedó estático, pensando que probablemente Jungkook saldría huyendo en ese momento. Pero pronto sintió como éste limpiaba con suavidad sus manos y su vientre. Jungkook se sentó en la cama y obligó a Seokjin a hacer lo mismo. Luego enredó sus manos entre las suyas. Hubiese deseado en ese momento decirle que lo mirara, para que pudiera ver la sinceridad de lo que quería decirle, pero en cambio eligió el tacto. Poco a poco iba descubriendo que ese sentido sería muy importante en su relación con Jin.

—¿Por qué comienzas a poner obstáculo a algo que recién está empezando? Yo sí puedo conducir y ambos tenemos choferes. Es una soberana estupidez. Tampoco me interesa demasiado la televisión y si quiero ver una película, la veremos juntos y yo te contaré los detalles...Jin, para mí no hay limitaciones. Ni siquiera me importa si tengo que salir del closet frente al mundo. Hay un montón de cosas que tú haces y que yo no sé—Seokjin iba a interrumpirlo, pero no lo dejó—No sé tocar el piano, ni ningún instrumento, y si bien puedo escribir canciones, ni siquiera me acerco a la poesía y maestría con la que tú lo haces. Dijiste que podías hacer snowboard, yo no sé...Deja de decir lo que no podemos hacer y concentrémonos en lo que sí vamos a hacer juntos. Desde lo cotidiano, caminar, cocinar, bailar, hasta trabajar juntos. Tú componiendo y yo cantando tus canciones..., vamos a hacer el amor de todas las formas posibles y eso...eso será grandioso.

—¡Oh JK! Me acabo de enamorar todavía más de ti..., claro que vamos a hacer el amor de todas las formas posibles. Mini Jin estará feliz de hacer feliz a Gran Jeon.

—No me digas que acabas de ponerle nombre a mi culo...

—¿No te gusta? Mis manos no mienten....

Jungkook comenzó a reír. Seokjin no tenía remedio. y eso también hacía que él se sintiera un poquito más enamorado.

La mañana siguiente fue muy agradable. Se habían quedado dormidos de la forma más ridícula. Inventando nombres para sus penes y traseros. Eso en medio de toqueteos, besos y una masturbación mutua extra.

Ahora ambos comían un desayuno contundente, que habían preparado juntos y se disponían a trabajar un rato. Era domingo, pero Jungkook tenía agenda de trabajo durante la tarde, la grabación de un comercial para un teléfono móvil, por lo que sólo podrían estar juntos hasta mediodía.

—Quiero que hablemos sobre tu forma de cantar y pararte sobre el escenario JK—Seokjin hablaba con las mejillas llenas de comida y aunque no vio la cara de disgusto del cantante por el comentario, pudo percibir su molestia—¡No me mires así Jeon Jungkook!

—¡¿Cómo puedes saber cómo te estoy mirando, si eres ciego Kim Seokjin?!

—¡No puedo creer que llevemos sólo unas horas de noviazgo y ya me estés gritando!

—¡Yo no soy tu novio, no me lo has pedido! y siempre estás con esas cosas sobre mi canto. Sé que debo mejorar mi técnica y en eso estoy.

—¡Eres un mocoso tan enojón! No sabía que tenía que pedirte que fueras mi novio. Creí que lo harías tú. Después de todo tu te arrojaste sobre mí ¿Por qué tengo que ser yo? Sólo porque soy el mayor...creí que eras más moderno y de mente abierta. Por lo demás, no estoy hablando de técnica.

—Sólo deberías pedírmelo...—Jungkook había bajado el tono y Seokjin sabía que JK había pasado a modo "bebé". Ya lo conocía un poco y se daba cuenta que su precioso vecino y casi novio era un manipulador, y él era un debilucho sentimental. Por eso se movió hacia él y tocó su rostro, percibiendo que sus labios estaban estirados en un adorable puchero.

—Eres...un manipulador...y un bebé muy malo JK. Está bien... entonces... ¿quieres ser mi novio?, porque si aceptas, ya no podrás arrepentirte.

—Si quiero...—JK seguía en modo "bebé". Incluso muy dentro de su ser, Jungkook sabía que se estaba comportando como un estúpido e inmaduro hombre. Él no era así, al contrario, le costaba tanto mostrar sus emociones y ahora frente a este hombre, no podía ocultarlas. Jungkook sentía que en cierta forma Seokjin le estaba moldeando esa parte suya. Ser más abierto y era agradable para él.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por los labios de Seokjin que lo estaba besando. Estaban en cierta forma, sellando el compromiso de ser "novios" o pareja o lo que fuera. En realidad, a Jungkook no le interesaban los nombres o etiquetas, pero con Jin se sentía extrañamente posesivo y quería colgarle un letrero que dijera "este hombre es mío y sólo mío". Realmente su cerebro empezaba a fallar...pensó.

Cuando al fin Seokjin le soltó la boca, luego de devorársela por casi cinco minutos, acarició una vez más su rostro, rozó sus narices y le tomó las manos.

—Cuando hablo de tu canto, estoy diciendo que quiero que hablemos de cómo transmites lo que sientes y cómo lo percibe tu audiencia. Sé que tienes cientos de fan y que te siguen incondicionalmente, pero, aun así, yo, Kim Seokjin siento que falta algo. Y ahora que te conozco, sé que eres capaz de darlo. ¿Conoces el significado de la palabra "Pathos"?

Jungkook frunció el ceño. No tenía idea que significaba la palabra ni que idioma era ese. Seokjin al notar el silencio del menor le explicó.

—Pathos es una palabra de origen griego y significa emociones, sentimientos. En términos artísticos, es la íntima emoción presente en una obra de arte que despierta otra emoción similar en quien la contempla o la escucha en este caso...Hablo de empatía JK. De emocionar a tu audiencia. Y más que eso, conectar tus emociones con ellos.

Jungkook seguía con su boca en forma de "O" escuchando a Seokjin y no dejaba de admirarlo. Primero porque cuando se apasionaba, sus cachetes se ponían rojos y su voz masculina se tornaba aún más ronca. Era tan lindo. No, lindo no era la palabra. Era hermoso. Luego estaba aquello de Pathos, que para JK tenía mucho sentido. Era verdad y empezaba a comprender vagamente lo que El Maestro le quería decir. Él amaba a sus fans, amaba el escenario y por sobre todo amaba cantar.

Estaba seguro que transmitía sus emociones, pero en realidad, nunca se había preguntado si estaba en la misma sintonía con su público. Sabía que gozaban sus presentaciones..., pero ¿lograba él transmitir el mensaje que quería? ¿Había alguna forma de saberlo?

—Entonces, lo que me dices es ¿que nunca logré emocionarte cuando escuchaste mis canciones? —aquello le dolió un poquito. Cuando lo había conocido, Seokjin le había insinuado algo y en ese momento le importó nada. Bueno se molestó, porque pensaba que su vecino era un idiota. Y era un poco prejuicioso con los llamados "idol", pero ahora, le dolía, porque era su Jin quien se lo decía. El Maestro y el hombre del cual estaba enamorado.

—JK..., ¿sabías que puedo percibir tu tristeza? ¿Y todos tus cambios de humor? Escucha..., eres un cantante increíble, y siempre pensé que tenías talento, pero no lo voy a negar...no llegaste a mi corazón. Antes de conocerte, de que llegaras aquí, sinceramente pensé que eras un muchachito más cantando y que probablemente te habías hecho tan popular por tu aspecto o por una buena promoción. Lo siento. Era una apreciación totalmente equivocada. Yoongi me lo había dicho, pero yo estaba un poquito cerrado.

—Y hora ¿qué piensas? —preguntó un poco asustado y cerrando sus ojos, tal vez así dolería menos la respuesta de Jin.

—Que eres precioso y que hay mucho talento dentro de ti. Talento que quiero que muestres, y desarrolles y que no temas esconder detrás de ese aparente mal carácter tuyo. Sé que te cuesta relacionarte, pero no tienes que temer, porque eres adorable, inteligente y sensible. Me enamoré de ti, ¿recuerdas? No puedo verte Jungkook. Se que todos dicen que eres lindo y no lo dudo, pero yo sólo me enamoré de ti, escuchándote, y sintiéndote. Quero que ahora, enamores al mundo...

—Seokjin..., es difícil para mí. ¿Incluso ahora, el aceptar estar en una relación seria contigo...es la primera vez ¿sabes? Tuve novios, pero realmente no significaron nada. Cuando la relación se terminó estuvo bien..., nada se quebró o terminó para mí. Pero..., yo no sé si podría aceptar ahora, una vida donde tú no estés. Con todo y lo molesto que eres...

Jin sonrió. Sabía que desde un principio lo que había incomodado a JungKook había sido su extravagancia y desfachatez. Algo que era muy contrario a la personalidad del cantante, que era introvertido y cerrado hacia los demás. El solía decir lo que pensaba sin importar lo incómodo que pudiese ser. Y sabía que en algún momento había herido a Jungkook. Ya habían hablado de eso, el día que se reveló como el Maestro, pero tal vez no había sido suficiente. JK todavía no se acostumbraba a su crítica y él tendría que aprender a ser más sutil y esperaba que teniendo una relación más íntima, pudieran trabajar esos aspectos.

—No quiero presionarte. Vamos a ir despacio en todo Jungkook. En esta relación que estamos construyendo y en tu empatía. Nada tiene que ser como un choque. Por ahora vamos a hacer algunos ejercicios que te ayudarán a construir tu Pathos...

Jungkook suspiró. Había tantas cosas que aprender de Seokjin. Lo que más admiraba era su dualidad. Su profundidad al hablar de música y su locura extravagante exterior. ¿Era posible tener esa combinación? No lo sabía o no lo entendía del todo, pero si sabía que era un hombre extraordinario que había venido a sacudir todo su mundo, alguien que estaba cambiando su realidad, probablemente la persona más importante de su vida.

Luego de terminar el desayuno y dejar limpia la cocina, Seokjin comenzó a explicarle algunos aspectos que podrían mejorar su conexión con el público. No sería un camino fácil, porque eso conllevaba mostrar un poco de vulnerabilidad. Partirían por cosas pequeñas, con los amigos, en un espacio íntimo y de confianza. Jin lo alentó a ser más abierto frente a Jimin y Tae por ejemplo, pues se daba cuenta que cuando se reunían, Jungkook permanecía largos momentos en silencio. Debía aprender a compartir sus sentimientos con las personas y él lo podría ayudar.

Mientras hablaban, Jungkook observaba a Jin. Estaba vestido como siempre con colores fuertes y totalmente fuera de combinación. Se preguntaba cuál era el motivo.

—¿Por qué te vistes así?, estoy seguro que sabes que tus colores no combinan ¿verdad? He visto tu ropa ordenada, todo en esta casa está en su lugar.

—Ah JK..., te lo dije una vez, a pesar de no ver nada, quiero exteriormente mostrar colores. La gente al verme así olvida que estoy ciego. Se concentra en mi forma de vestir, de moverme. Cuando era joven, en la secundaria, sufrí mucho bullyng. Si no hubiera sido por Yoongi...

—Cuéntame más—pidió Jungkook.

—Luego de quedar ciego, mamá decidió que fuéramos a vivir a Estados Unidos. Siempre fui a escuelas especiales, aprendí Braille en coreano e inglés, a usar el bastón, todas esas cosas de ciego. Hasta que los profesores le dijeron a mi madre que yo era muy inteligente, bueno eso tú ya te habías dado cuenta—Jungkook sonrió—y le sugirieron que el último año de secundaria lo hiciera en una escuela normal.

—Y fue ahí donde te hacían bullyng.

—Correcto. Fue horrible. Era asiático, ciego y luego cuando mi novio de ese entonces, también ciego, fue por mí a la escuela, se dieron cuenta que era gay. Me odiaban. Me molestaban, botaban mi comida, me estrellaban contra los casilleros. Hasta intentaron tocar a Mini Jin. Eso, hasta que Yoongi un día apareció y los envió lejos.

—Pero Yoongi-hyung es pequeñito y cómo...

—Era el hijo del director. Todos le temían. Él se acercó y me ayudó. Y desde ese día me protegió. Descubrimos que ambos amábamos la música desde distintas perspectivas y fuimos juntos a la universidad, él a estudiar ingeniera de sonido y yo composición y música. Un día participamos en un concurso de composición. Se debían usar seudónimos. Él se puso "genio" y yo nos sabía cómo llamarme. Me inscribió como "El Maestro" y lo demás...es historia..., más tarde un productor de un sello importante me descubrió, me llevó a trabajar con él. Pero yo siempre mantuve el anonimato. No quería generar morbo por ser ciego y luego me di cuenta que era mejor así. Tenía una vida privada sin intervención de nadie. Llegaron los éxitos, me independicé, Yoongi comenzó a trabajar conmigo en todo y se transformó en mi socio. Esa es toda la historia.

—Y... tú y Yoongi..., digo no sé sus preferencias, pero tú y él...

—Yoongi es mi alma gemela Jungkook. Somos algo así como inseparables. No necesitamos hablarnos para entendernos. Basta que Yoongi toque mi brazo y sé lo que está tratando de decirme. Lo quiero mucho. Pero jamás tuvimos sentimientos románticos el uno por el otro.

—Vaya...tu alma gemela..., eso es...—Jungkook no creía en esas locuras de fic, de las almas gemelas, hilos rojos, como Seokjin, pero ahora que lo mencionaba en relación a Yoongi..., le dolía un poquito. Él hubiese deseado ser su alma gemela. Pero al parecer, el lugar ya estaba ocupado.

—¿Kookie? ¿Por qué estás triste otra vez? ..., no seas tonto..., tú eres mi llamita gemela. Mi otra mitad, la que he estado esperando desde siempre. Siento que no puedo respirar bien si tú no estás conmigo...no sé que habría hecho si me hubieras rechazado...

—¡Oh Jinnie! ¡Eres tan cursi! Y por eso me gustas tanto..., no tengo idea que significa ser tu llamita gemela, pero me gusta—Jungkook se había arrojado a los brazos de Jin, sorprendiéndolo por un momento.

—Significa que tú y yo estamos unidos desde siempre. Lo puedo sentir. Estoy seguro que en este mundo o en otro, en cualquier dimensión, de alguna manera, tú y yo estaríamos juntos.

—Sígueme diciéndome esas cosas bonitas..., me pusiste sensible y cursi.

—JK...eres tan lindo...—Seokjin lo besó con tantas ganas...quería sentir cada rincón de su boca, quería saborear sus labios, su lengua y su cálida boca. Sus manos viajaron a través de la espalda de Jungkook hasta posarse sobre su trasero apretado, redondo..." gran Jeon es perfecto..." pensó.

Era tan bonito sentirse así, unidos por algo tal vez incluso cósmico. Jin imaginaba que en otra vida, se habían encontrado y se habían salvado. Tal vez Jungkook lo había rescatado de un dolor y ahora él iba a enseñarle a mostrarse y ser él mismo. Sin temores, sin máscaras.

Continuaron en un beso apasionado. Jungkook debía irse a trabajar. Su teléfono no dejaba de sonar, con un Hoseok desesperado que le contestara.

—Bien llamita gemela...me tengo que ir—al fin despegaron sus labios—. No me esperes, estos comerciales siempre se alargan. Descansa y mañana estaré para ti, para nuestro paseo de inspiración.

Seokjin suspiró. Cada vez le costaba más separarse de Jungkook. Lo que había dicho antes, de no poder respirar, a pesar que JungKook no lo tomó tan en serio, para él lo era. Se había metido en su piel, en sus sentidos. Sentía su creatividad al tope, su cabeza llena de canciones con letras de amor y pasión. De pronto una palabra vino a su mente "Euforia". Así era como se sentía...

—Ve JK. Yo estaré bien. Te quiero—mientras Jungkook cerraba la puerta de su departamento, Seokjin se sentó al piano. Al fin aquella canción que llevaba tanto tiempo en su mente estaba claramente frente a él. Y sería para su Jungkook.

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