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Capítulo 1: Adivina Quién Será Tu Nuevo Vecino

Seokjin venía de vuelta de su habitual paseo matutino. Le encantaba salir antes de las ocho a recorrer el gran parque situado detrás del hermoso y exclusivo condominio en el que vivía. Más aun en otoño, cuando las hojas que caían le daban un olor y un sonido especial. Venía como siempre de un humor excelente. Y es que él amaba sonreír y disfrutar de la vida. Había comprado un café y al entrar a la recepción, reconoció enseguida a su vecina del piso 20, Kim Jisoo, que hablaba animadamente con otro de sus encantadores vecinos, Park Jimin.

—¡Seokjin-ssi! —gritaron ambos al verle venir.

—¡íbamos a llamarte para contarte la gran noticia!, ¡No- tie-nes- i-dea! — chillaba Jimin.

Ahora sí, la curiosidad lo mataba. Jisoo y Jimin, eras quienes iban y llevaban los chismes del condominio y gracias a ellos, siempre estaba al tanto de todo.

—¿Y cuál es la maravillosa noticia que todavía no sé?

—¡Tendrás vecino nuevo!

—¡Buh! Jisoo-ah, esa es noticia vieja. Claro que lo sabía. De hecho, hace dos días les llevé pastelitos recién horneados a dos chicos que habían llegado muy temprano. Me dijeron que estaban poniendo muebles nuevos en la cocina. Claro, imagino que van a remodelar todo. La señora Lee tenía muebles antiguos. Seguro que el nuevo inquilino no los quiere.

—Esa no es la noticia Seokjin-ssi..., a todo esto, me pregunto, si los chicos eran guapos o no—, pensó en voz alta, Jimin.

—¡Jimin-ssi! No dejé a mi ex novio en tus brazos, para que andes pensando esas tonterías.

—Aish! Sólo era curiosidad...como si Tae no mirara para el lado...en fin. A lo que iba. Te vas a desmayar cuando te diga quien es...

La verdad era que Seokjin, ya había intentado averiguar por todos los medios, quien sería su nuevo vecino/a. La curiosidad lo estaba matando, pero luego de casi torturar al señor Park y al señor Lee, de recepción, a los tres guardias que vigilaban la multitud de estrellas del condominio, al señor del café, a los chicos de los muebles de cocina...no había conseguido nada. Así es que ahora, al fin sabría...

—¡Bueno díganlo de una vez! —gritó ante tanta tardanza de parte de sus vecinos.

—¡Jeon Jungkook! —Gritaron a la par.

Seokjin se quedó en un breve shock. Entonces, el chico más famoso de Corea y casi del mundo entero, ¿sería su vecino? Esa sí que era noticia. Y, además, muy interesante. Él sentía curiosidad, mucha curiosidad por Jeon Jungkook. Y es que, en realidad, él no era su fan, a diferencia del 99,9% de Corea que lo adoraba a más no poder. No le caía mal, no lo odiaba, pero...había algo de Jeon que no le gustaba..., por eso sería muy interesante para él, tenerlo tan cerca y poder conocerlo mejor.

—¡Wow! Eso sí que no me lo esperaba..., Jeon Jungkook en nuestro edificio...y frente a mi departamento...vaya, vaya...creo que la vida una vez más me sonríe.

—Que envidia..., ya quisiera yo tenerlo de vecino y tú lo tendrás frente a tu puerta desde mañana—dijo Jisoo.

Pero, Seokjin no le prestó atención. Más bien su cabeza comenzó a trabajar a mil por hora con ideas para recibir a la super Estrella de los Idol.

—Entonces debemos prepararle una fiesta de bienvenida. Debemos organizarnos y recibirlo como es debido.

—Tal vez, él no quiera Seokjin-ssi, es un chico ocupado y...

—Tonterías—Seokjin interrumpió a Jimin alzando su mano derecha—. Nadie se resiste a una fiesta. Como Presidente del Comité de bienvenida, digo que hagamos una fiesta y eso haremos.

Y así era. Seokjin había llegado a vivir al condominio hacía dieciocho meses y pronto se había ganado el cariño de todos. Su personalidad alegre y extravagante los cautivaba. Se había encargado de organizar un comité de bienvenida para los nuevos inquilinos y la verdad era, que todos terminaban agradecidos por las maravillosas fiestas que organizaba. Y Park Jimin, primer bailarín del Ballet Nacional de Corea y Jisoo, cantante y Idol, eran sus secuaces. Por lo tanto y aprovechando que sus agendas estaban relajadas, comenzaron enseguida los preparativos para la fiesta de bienvenida para Jeon JungKook.

Al día siguiente, en el Distrito de Yonsang, en el piso 17 del moderno edificio de BigHit, Jungkook leía distraídamente los comentarios de sus fans en sus redes sociales. Por su puesto la mayoría de ellos eran amor y aliento para él, aunque también tenía sus detractores.

—Pensé que estarías en medio de tu mudanza—Kim Namjoon dueño de BigHit, se sorprendió de encontrarlo en su oficina.

—Hobi-Hyung está allá. Confió plenamente en él. Me dijo que no era necesario que estuviera presente. Además, es sólo mi ropa y otras tonterías. Los muebles ya estaban instalados. Después que trabaje un rato en el estudio iré hacia allá.

—Puedes descansar unos días Jungkook. Para que te acomodes y te acostumbres a tu nuevo hogar. Es un departamento más grande y cómodo para ti.

—Lo sé. Aunque aquello que sea "el edificio de las estrellas" me preocupa un poco. Espero no tener por vecino a nadie con un ego demasiado elevado. Le pedí a hyung que intentara averiguar quien es.

—No deberías preocuparte por eso. Eres un chico encantador y todo Corea te ama. Estoy seguro que será alguien agradable.

Jungkook esperaba lo mismo. Se conocía demasiado bien. Su carácter introvertido le dificultaba un poco el relacionarse con otras personas.

Tenía amigos cantantes y actores, pero ninguno de ellos vivía en el lujoso condominio. Esperaba que la gente que lo rodeara fuera agradable.

—Y entonces... ¿Pudiste comunicarte con él? —Jungkook sólo había ido al edificio, porque quería saber si al fin, Namjoon había conseguido hablar personalmente con "El Maestro".

¿Y quién era el Maestro? Básicamente un gran productor coreano, que había pasado casi toda su vida viviendo en Estados Unidos y que había ganado un Grammy gracias a una canción que le había escrito a un gran artista de allá. Sin embargo, nadie sabía con exactitud quien era o cómo lucía. Vivía en el anonimato. Ni siquiera fue a recibir su premio. Era un misterio y muchas especulaciones lo rondaban. Lo último que se había sabido de él, era que hacía un año había anunciado un retiro temporal y que volvería a su país natal. Sin embargo, en Corea, tampoco nadie sabía quién era o donde se encontraba. Todo lo que se sabía era que su apellido era Kim, lo que no decía mucho, pues una gran cantidad de la población en Corea llevaba ese apellido.

El sueño de Namjoon y Jungkook era conseguir que el famoso Maestro Kim escribiera una canción para el nuevo álbum del cantante. sabían que eso podría ayudar enormemente a alcanzar la meta de llegar al N° 1 del Hot 100 del Billboard. Sin embargo, hasta ahora, sólo había conseguido contactar a su representante, Min Yoongi, quien era la voz y rostro del Maestro.

—Ayer contacté a Min, le expliqué lo que queríamos y aunque me insistió con que el Maestro no estaba trabajando, prometió hablarle de nosotros.

—y tú hyung, ¿crees que él querrá hacerlo?

—No lo sé Jungkook. Min dice que el Maestro está cansado y desea darse un tiempo...sabes...creo que debe ser un hombre mayor y los últimos años tuvo un trabajo fructífero. Tal vez hasta tenga problemas de salud. No te hagas demasiadas ilusiones.

Sin embargo, Jungkook se las hacía. Básicamente porque admiraba al hombre que escribía un éxito tras otro. Todos los artistas que habían trabajado con él reconocían su talento y admiración. Aun cuando nunca lo hubiesen visto.

—No voy a perder la esperanza hasta que conteste. Y si en necesario, yo mismo intentaré hablar con él—. Jungkook estaba decidido a conseguir la participación del productor en su próximo disco.

Min Yoongi conocía perfectamente la respuesta que el Maestro le daría sobre la petición de escribir una canción para Jeon Jungkook. Conocía la opinión que tenía de éste. Sin embargo, él debía preguntar y que mejor oportunidad era en ese momento que lo tenía sentado en el sofá de su cómodo departamento, mientras escuchaban viejas canciones de Seo Taiji.

—Hoy me llamó Kim Namjoon, el CEO de BigHit. ¿Lo conoces?

—Por supuesto que sé quién es. Es un muy buen productor y letrista.

¿Qué quería?

—Quiere que participes con una canción en el próximo álbum de Jeon Jungkook. Ya sabes el chico...

—Sé también quién es Yoongi. Y sabes lo que opino de él. Así es que imagino que ya le contestaste que no.

Yoongi, tragó saliva. En realidad, no se había atrevido a ser tan rotundo con su respuesta. No sin antes preguntarle al Maestro. A veces, era un poco impredecible y tal vez...

—En realidad le dije que hablaría contigo, tal vez no sea una mala idea.

—Sabes lo que pienso y la respuesta es no. No voy a hacer una canción para él, ni para nadie. Por favor llámalo y dile que lo olvide...

—Pero...

—Yoongi...

—Está bien. Lo llamaré y le diré que por ahora no puedes...

—No es por ahora, ahora ni nunca...no estoy interesado en trabajar con Jeon. Ahora debo irme porque tengo mucho que hacer.

Yoongi no dijo nada más. Discutir con el Maestro cuando se ponía así de testarudo...no venía al caso. Intentaría ser lo más diplomático posible con Namjoon. No lo conocía, pero le parecía un hombre respetable y además un gran músico. Sabía que había logrado mucho con Jungkook y aun cuando no era del gusto total del Maestro, él reconocía talento en su música.

Jungkook no pudo evitar hacer un puchero, cuando Namjoon fue hasta su estudio para darle la mala noticia. Lamentablemente el Maestro por ahora no podía trabajar con él, aunque tal vez más adelante y si su apretada agenda lo permitía podría ser...

—Estoy convencido que él no está interesado. Creo que fue una manera elegante de decirnos no. ¿Recuerdas que, en una entrevista, dijo que yo tenía una buena técnica? Ni una palabra más...eso dice mucho.

—Jungkook...te dije que no te ilusionaras. Podemos sacar adelante el disco sin su ayuda. Trabajaremos juntos y el resto de los productores están listo para ti.

—Lo sé hyung y no crea que no estoy agradecido. Eres un magnífico productor. Es sólo que él es...lo admiro mucho y mi sueño era trabajar con él.

—¿Por que no vas a tu nuevo hogar?; te acomodas y en unos días más comenzamos a delinear el álbum. ¿Estás de acuerdo?

Jungkook asintió. No había mucho más que hacer y todavía debía acomodar sus pertenencias.

Seokjin estaba muy animado horneando los pastelitos, con los que esperaba recibir a su nuevo vecino. Cuando se había instalado en su departamento, su vecina era la famosa actriz Lee Jung-Eun, quien, a sus ochenta años, había decidido irse a vivir con su hija menor, pues quería disfrutar sus últimos años de vida al lado de sus nietos. Seokjin había estado muy triste, pues pasaba horas en el departamento de la anciana compartiendo anécdotas de tiempos pasados. Por lo que el cambio sería radical, al tener al joven cantante como vecino. De todas formas, esperaba llevarse bien.

—Y ustedes, ¿no tienen trabajo que hacer que todavía están instalados en mi departamento? —Seokjin les hablaba a sus vecinos Jimin y Tae, que llevaban media hora parloteándole sobre la fiesta que ya tenían lista para el cantante.

—Pensé que podríamos tener algunos de tus pastelitos...

—Tae...lo siento, pero son para Jungkook. Y ahora váyanse, que todavía me tengo que duchar y cambiar. El señor Lee me dijo que llegará en cualquier momento. Bueno, eso le dijo su mánager.

A la pareja no le quedó más remedio. De todas formas, Taehyung en unas horas debía ir a grabar unas escenas de su drama.

Luego de hornear los pastelitos, Seokjin se duchó y se vistió. No iría a presentarse delante de su nuevo vecino, con unos simples pantalones de chándal rosados y la vieja camiseta amarilla que siempre usaba.

Optó por unos colorinches pantalones verdes y una camisa naranja. Seokjin pensaba que la combinación de colores fuertes le daba un toque especial a su personalidad animada y optimista.

Jungkook al fin arribó a su nuevo edificio. Sus guardaespaldas bajaron con él, pero al entrar al condominio se dieron cuenta que la seguridad era impecable. Saludó al recepcionista, quien, al verlo, avisó de inmediato a Seokjin "que el pájaro había llegado al nido" . Bueno, esa era la jerga que habían estado usando para no despertar sospechas.

Hoseok le abrió y lo abrazó. Su mánager era absolutamente sobreprotector con él. Lo había "criado" desde los quince años, cuando llegó a Seúl desde Busan para convertirse en cantante.

—Él no acepto, Hyung. El maestro no quiere trabajar conmigo.

—No digas eso Jungkook. Estoy seguro que si lo desea, pero entiende, es un hombre muy ocupado. Tal vez más adelante...

—Lo sé. No quiero pensar en eso ahora. Me gusta como quedó esto. Gracias por todo tu trabajo. ¿Supiste quien es mi vecino?

—Bueno..., si..., el señor Park de recepción me dio una lista larga de famosos y no tanto que viven aquí. Kim Taehyung, Kim Jisoo, Park Chanyeol...

—Hobi-hyung eso ya lo sabía. ¿Algunos de ellos es mi vecino?

—En realidad no. Tu vecino no es alguien famoso..., pero si debes saber algo importante acerca de él.

—¡Oh! —Jungkook se extrañó ante esa nueva información—y ¿qué es lo que debo saber?

—Bueno tu vecino es....

En ese momento el timbre sonó. Ambos se extrañaron. Probablemente sería el conserje con alguna información.

Hoseok fue hasta la puerta y abrió. Ahí frente a él estaba un hombre vestido en forma extravagante y con una bandeja llena de Cup-Cakes.

—¡Hola soy Kim Seokjin tu vecino de enfrente! ¡Bienvenido Jungkook! Hoseok lo miró y comprendió...

—No, no soy Jungkook. Soy Jung Hoseok su mánager. Jungkook está dentro...Pasa por favor...

Jungkook miró al hombre que acababa de entrar a su departamento y comprendió lo que Hoseok seguramente le había querido advertir. Los lentes...el bastón... El hombre, su vecino era...ciego.

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