²⁴°|[Engaño]|°
〝↢【Dess x Focus】↣〞
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Doncel.
¿Qué es un doncel?
Muchos los describían como fenómenos, otros como un verdadero misterio, otros como algo increíble.
Un doncel, es un hombre que puede traer vida al mundo como la mujer con ayuda de una intervención quirúrgica por cesárea, justo como lo es ése joven hombre pelinegro con un niño en brazos de pie en la puerta de su casa.
Es fácil saber cuál hombre cuenta con esa condición, pues su complexión es diferente, menos musculatura, hombros pequeños, cintura y caderas llegando a lo que podría decirse, perfectas en el estándar absurdo impuesto por la sociedad, y una belleza natural y elegancia en sus facciones que atrapaban a cualquiera.
–¿Llevas todo cariño?–
Preguntó acomodando el cuello del uniforme de su marido, a su ves que colocaba la placa que distinguía a su rango superior.
–Llevo todo mi amor, nos vemos en la tarde–
El hombre besó los labios de su esposo, seguido de darle un beso en la frente a su hijo.
–¡Adiós papi Fargan!–
–Adiós 8chito–
El hombre salió sonriente vistiendo un uniforme policial, con un maletín negro en mano con diversas carpetas de papeleo de la comisaría donde era comisario y un portátil dónde permanecía la información más confidencial, con su mano libre sosteniendo un termo de café y las llaves de su vehículo.
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Se encontraba regresando de dejar a su pequeño 8cho de la primaria, su bebé crecía rápido y eso le ponía algo triste, pero a la vez le hacía sentir orgulloso, pues ya cursaba su tercer añito donde cada vez demostraba más sus capacidades y habilidades.
Abriendo la puerta de casa con un par de bolsas con la compra para preparar la comida de cuando su pequeño salga de la primaria y su esposo regrese del trabajo, entró, notando que la chapa estaba floja y abierta.
Confundido y sintiendo un mal presentimiento, abrió completamente la puerta entrando de a poco, cruzando el pasillo que dirigía a las entradas de la sala, baño, cocina y escaleras al segundo piso donde se encontraban las habitaciones.
Abrió los ojos mirando impactado la escena, todo estaba fuera de lugar, parecía que simplemente habían entrado a ello, pues no faltaba nada.
Rápidamente se fijó en la cocina dejando las bolsas, mirando que era lo mismo, algunos platos rotos, los cajones abiertos y la puerta del refrigerador igual.
Subiendo a su habitación con cautela, pudo ver que la puerta de la habitación que compartía con Fargan estaba abierta, dejando ver lo mismo, todo desordenado, los cajones de la ropa abiertos e incluso tirados en el suelo, como si hubieran buscado desesperadamente algo.
Salió de ahí, mirando el cuarto de su hijo que mantenía la puerta entreabierta.
Un golpe dentro de ésta le hizo cubrir rápidamente su boca antes de hacer ruido, a la vez que vió pasar la silueta de un hombre paseando por la habitación de su hijo.
Cómo pudo, se dirigió abajo de manera lenta, con su celular en mano marcando el número de la policía, donde rápidamente le atendieron la llamada preguntando por la situación.
–Comisaría de TortillaLand, ¿Cuál es su emergencia?–
–Hay un ladrón en mi casa, está en la habitación de mi hijo–
Explicó rápidamente en un susurro.
–Bien, mantenga la calma y manténgase seguro, dígame su dirección–
–Calle T número 315–
Escuchó como había una pequeña intervención del otro lado.
–Bien, mantenga la calma y manténgase seguro, ahora mismo irán refuerzos del norte que están cercanas a su hogar–
–Gracias–
La llamada finalizó, rápidamente se dirigió cerca de la puerta, escuchando aún el ruido en la planta de arriba salió, ¿Qué mejor manera de estar seguro que saliendo del hogar?
[•••]
No solo era uno, eran tres que se habían colado, resulta que en la habitación de su hijo eran dos y en el baño de la habitación que compartía con su esposo y que nunca revisó estaba otro.
Al ver ésto sintió su alma salirse, pues los dos en la habitación de 8cho llevaban armas blancas y el del baño un arma de fuego.
Daba gracias a todos los santos de no haber abierto el baño de la habitación.
–¿Se encuentra usted bien, necesita ayuda médica?–
–Estoy bien, no se preocupe oficial–
Sintió su cuerpo relajarse un poco al ver a los tipos siendo llevados en dos patrullas de los sheriff.
–Comisario Dess–
Aclaró mostrando su placa que estaba guardada en su bolsillo del polo, una manía que tenía.
–Ha, disculpe, comisario–
El sheriff solo sonrió, caminando hacia donde una escoba estaba en el suelo.
–He, ¿Qué hace?–
Preguntó Focus mirando extraño al sheriff qué había comenzado a barrer.
–Le ayudaré con ésto–
Focus se sintió apenado, pero aceptó la ayuda, al final de cuentas tenía que mover muchas cosas pesadas también y una mano le vendría de maravilla.
El reloj de la pared avanzó hasta incluso dos horas, donde finalmente habían terminado, solo el comisario estaba sacando una bolsa donde las cosas rotas como platos, vasos y jarrones estaban.
Focus se sentó un momento para descansar, sintiendo el celular en su bolsillo del pantalón vibrar.
Lo tomó creyendo que sería posiblemente su esposo con algún mensaje sobre lo harto que estaba de procesar capullos.
Sonrió al solo imaginar eso, pero abriendo el WhatsApp de su celular pudo ver qué se trataba de un número que no tenía registrado.
Intrigado abrió el chat, mirando un vídeo y un mensaje seguido que decía "¿Él es tu esposo cierto?".
Con la curiosidad que todo ser humano puede tener, comenzó a reproducirlo con un volumen bajo.
Al ver de lo que se trataba, comenzó a sentir en su pecho una presión horrible y el frío cubrir su cuerpo, mientras sus lágrimas se adelantaban antes de poder emitir sollozo alguno, comenzando a caer una tras otra.
Fargan, su esposo, el padre de su pequeño hijo, estaba teniendo sexo con una compañera de su trabajo en su despacho, ambos disfrutando al máximo sin remordimiento alguno.
Un nuevo mensaje le llegó del mismo número.
"¿Creés que él te merece?".
"Deberías dejarlo".
"No es la primera vez que lo hace y no será la última".
Un fuerte sollozo escapó de su boca, que al escuchar la puerta ser abierta por el sheriff qué aún se encontraba en su casa, cubrió su boca y bloqueó el celular con el botón de apagado.
–Bueno, ésto ya quedó–
Dijo con una sonrisa sacudiendo sus manos entre sí, pero al ver las lágrimas cayendo por las mejillas del doncel se alarmó.
–¿Qué pasó, se encuentra bien, le duele algo?–
Se acercó rápidamente para verlo, notando cómo apretaba con fuerza el celular en su otra mano.
–E-estoy bien–
Intentó decir descubriendo un poco su boca, soltando otro sollozo que no pudo controlar.
Rápidamente el comisario del norte fue por un vaso con agua para darle al esposo de su compañero del sur.
–Es mi oportunidad–
Murmuró con una pequeña sonrisa.
Todo estaba planeado y por el momento estaba saliendo bien, estaba harto de sentir sentimientos tan fuertes y genuinos por el bello doncel y que el esposo del chico se la pasara follando con cualquier compañera en su despacho.
Al llegar le dió el vaso con agua mientras se sentaba a su lado, sobando con delicadeza su espalda mientras lo veía beber el líquido.
–Claramente no estás bien, ¿Quieres contarme?–
Focus dejó el vaso en la mesita de centro, secando las lágrimas que seguían corriendo por sus mejillas.
–N-no quiero quitarle más su tiempo–
Sintió como sus manos fueron suavemente tomadas entre las contrarias, mirando la sonrisa amable de Dess.
–No me quitas el tiempo, vamos, es bueno desahogarse, tendrás mi hombro para llorar–
Focus bajó un poco su mirada, sintiendo su labio inferior temblar levemente.
–Mi esposo, el padre de mi hijo...me ha estado engañando, y no se por cuánto tiempo–
Dijo bajo, sintiendo que si hablaba más fuerte su voz se quebraría completamente.
[•••]
–¡Ah! M-mgh~ E-espera ¡Dess!–
Apretó las sábanas de la cama con fuerza, cerrando sus ojos curvando un poco su espalda a la par que soltaba un par de sonoros gemidos que llenaban la habitación.
Sentía que podía perder la cabeza con cada embestida que Dess le daba, lo hacía tan profundo dando en su punto dulce pero a la vez era gentil, sentía que se derretía bajo suyo.
Su cuello comenzó a ser besado de nuevo, sintiendo esos labios succionando su piel, los dientes enterrandose delicadamente en ella, sentía que no podía más.
–Sujetate a mí–
Dijo Dess entre jadeos debido a la exitación y el esfuerzo, tomando ambas manos que dejaron de apretar las sábanas, con las cuales entrelazó sus dedos por unos segundos besando sus nudillos con amor, pasándolas por sus hombros dónde rápidamente se aferraron a su espalda con necesidad.
–Dess~–
Jadeó, para seguido soltar un par de gemidos lastimeros al sentir como apretaba sus caderas para comenzar con embestidas más rápidas.
Sus gemidos fueron ahogados por un beso, un beso apasionado en medio del acto que le hizo perder la poca cordura que le quedaba, arañando la espalda del sheriff al no poder más, aumentando sus gemidos ahogados entregándose completamente sin importarle nada más, la fuerza pero el trato tan gentil que tenía lo hacía derretirse y querer mucho más.
[•••]
Despertó debido al sonido de la alarma en su celular que avisaba que era hora de ir a recoger a 8cho, pues normalmente estaba ocupado en el hogar o en su trabajo que realizaba desde casa y no se daba cuenta del tiempo.
Confundido se reincorporó con un mareo, sintiendo la sábana deslizarse de su cuerpo desnudo.
–¿Qu...qué?–
Llevó su mano hacia su boca curbiendo ésta, mientras todo llegaba de golpe a su cabeza, sintiendo el calor en su vientre y mejillas.
–Qué, hice...cómo fue, posible–
Miró sus manos donde su anillo de bodas brillaba levemente apretando las sábanas, se puso de pie, tenía que tomar un baño rápido y prepararse para ir por su hijo.
Si se sentía fatal por el vídeo que le mandaron de su esposo teniendo sexo con una oficial en su despacho, ahora ésto, lo hacía sentirse, extraño, hace tiempo que esas mismas sensaciones no se las transmitía su esposo.
Estaba tan confundido, se sentía demasiado sensible y nuevamente las ganas de llorar llegaron al recordar el engaño, pero a la vez el tacto del comisario Dess seguía en su piel haciéndole sentir, amado.
Se puso de pie y al entrar rápidamente al baño sintiendo levemente temblorosas sus piernas, pudo ver en el espejo del baño un papel pegado con un pedacito de cinta.
Comisario Dess/2789301091
Se quedó viendo aquel papelito, para despegarlo con cuidado, colocándolo sobre un pequeño mueble dónde estaban las toallas de baño.
¿Estaría bien conservar el número?
[•••]
Dess caminaba sonriente por los pasillos de la comisaría del sur, jugando con su placa girándola con ayuda de la cadena, llegando frente al despacho del comisario Fargan.
Mirando a la misma mujer que grabó hace unas horas salir, entró mirando el rostro sorprendido de la chica que se fue rápidamente.
–Buenas comisario–
Fargan se sobresaltó, abrochando rápidamente su pantalón y cinturón por debajo de la mesa.
–¿Qué necesitas?–
Dijo mirándolo de mala gana, pues ambos apesar que eran compañeros y altos cargos, se caían demasiado mal al pertenecer uno a la facción del sul y el otro a la del norte.
–Nada, sólo vengo a presumir un poco–
Mostró la pantalla de su celular con todo el volumen, donde los gemidos de la chica saltando sobre el miembro de Fargan comenzaron a escucharse a la vez de lo capturado en cámara.
–¡Cómo fue qué-! –
Fue interrumpido rápidamente por la voz del contrario.
–Tuviste que ver a tu esposo, se quebró tan pronto miró ésto–
–¿¡Qué!?–
Fargan dió un fuerte golpe en el escritorio con ambos puños a la vez que se ponía de pie mirando con preocupación y angustia a Dess, estaba acabado.
–Y también, me encantaría mostrarte ésto–
Deslizó su dedo, donde apareció una fotografía de Focus en la cama, con su bonito cuerpo desnudo cubierto ligeramente con una sábana, su piel marcada por chupetones acompañados de algunas mordidas y su cabello suelto delineando su rostro cansado mientras se encontraba durmiendo.
–Focus es realmente hermoso, ¡Me deberías agradecer!, consolé de maravilla a tu esposo haciéndole el amor, cosa que seguro tú dejaste de hacer desde que te dió por follar con cualquier persona–
Con una sonrisa divertida pudo ver cómo el rostro de Fargan se transformaba, pasando de preocupación y angustia a una de ira total.
Lo más divertido para él, era que sabía que no podría hacer nada, pues un solo golpe y sería sancionado gravemente por el jefe de la comisaría en la que ahora estaba parado para no crear problema con su jefe del norte.
–Tal vez lo visite más seguido, sabes, me sigue gustando incluso después de que te lo conté y fuiste directo a él para quitarme mi oportunidad de acercarme hace años, ¡Ah por cierto! Suerte, creo que toca preparar los papeles del divorcio–
Y con eso último salió del despacho cerrando la puerta detrás suya mientras silbaba tranquilamente, dejando a Fargan de pie con sus puños temblando.
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Me gustó mucho cómo quedó skfjajf me inspiré bien cañón a las dos de la mañana con la música a tope con mis audífonos ª
Creo que hasta sale para una historia completa 🤔 sería raro adaptar una historia propia? xD
¡Nuevo récord! 2246 palabras ª increíble
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