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🍰 O1.

La mañana relucía perfectamente ese 2 de febrero. Seokjin podía sentir sus manos hormiguear y sus sentidos expandirse por ese nuevo curso al que se había inscrito.

La pastelería siempre había sido uno de los fuertes de Jin, por ello, estar en un curso en donde la mayoría de cosas ya las sabía, era algo que el joven peli castaño no quería perderse por nada del mundo, pues era gran amante de lo rutinario y clásico, aún si esto implicaba que más tarde se aburriera, aunque claro que nadie podría cansarse de un postre tan rico como los que hacía el castaño de Seokjin.

Caminando con firmeza por el pasillo principal de su nueva institución, Jin sonríe mientras afianza su mochila bandolera a su persona.

—Todo saldrá perfecto —Se dice a sí mismo una vez que se encuentra frente a la puerta AB que la hoja en la entrada de dicha institución le informó debía buscar al adentrarse.

Calmando los latidos acelerados de su corazón, Jin sonríe y gira lentamente el picaporte de la puerta, encontrándose solo en aquel pequeño y elegante salón de cocina.

—Mmm… supongo que no a muchas personas les gusta cocinar.

Avanzando hasta una mesa al centro del aula, el castaño de Kim jaló un banco de metal y tomó asiento, encontrándose con la novedad de que la primera clase, era resolver un cuestionario anotado impolutamente en el pizarrón frente a todos, uno que no podía ser más asertivo para el menor, que sabía extremadamente bien hacer de todo tipo de postres.

No tardando casi nada en comenzar a anotar todo en el pizarrón, un pequeño ruido proveniente de la puerta, logra captar la atención de Jin, haciéndolo sonreír al darse cuenta que es uno de sus futuros compañeros, uno con tantas o más ganas que él de realizar repostería, pues sobre su persona una filipina de manga larga lo deslumbra, al igual que una preciosa risa.

—Hola, mucho gusto. Soy Jeon Jungkook, estudiante aprendiz de repostería. —saluda muy animadamente el menor, haciendo al mayor frente a él rápidamente tomarle cariño.

—Es un verdadero gusto para mí conocerte, Jungkook. Soy Kim Seokjin, un experto en el arte de la repostería.

Cautivando al chico frente a él, Seokjin se permite ver la preciosa expresión que el rostro del menor que de pronto ha adoptado con sus más recientes palabras y que provocan que su persona le haga otra reverencia más.

—Hyung, por favor, cuide de mí y de los postres que llegué a hacer para mi novio durante este curso.

Risueño, Jin recuerda a su hermano menor, mismo que casi siempre le pedía hacer un postre delicioso para su novio.

—Cuidaré bien de ti, aunque dependerá más de tus ganas de hacerle un postre más que rico a tu novio.

—Tengo muchas ganas de aprender, así que descuida, lo haré muy bien.

Caminando con gran tranquilidad, Kim Taehyung va acercándose más y más al aula AA, en donde específicamente el letrero de afuera indicaba que se impartiría el curso de fotografía para principiantes.

Taehyung siempre había sido amante de aquellas cosas que las fotos podían capturar para recordar más ampliamente, porque a pesar de que la memoria era un instrumento mejor, las fotos preservaban mejor los recuerdos. O eso aprendió cuando a su abuela le detectaron Alzheimer.

Sintiéndose el más afortunado de todos, el castaño de Tae se abre paso dentro del aula frente a él, que para fortuna suya no se encuentra realmente lleno.

—Hola. —saluda cortamente un chico dentro de tés morena y mirada oscura, haciéndole recordar sus inicios en aquel ramo de arte, porque sí, para Taehyung todo curso de algún pasatiempo, era digno de llamarse arte, por más fácil que fuera.

—Hola. —Devuelve el saludo, visualizando un par de asientos vacíos todavía.

—Soy Kim Namjoon.

—Kim Taehyung.

—Creí que la clase estaría más llena. —susurra el moreno con una corta sonrisa.

—Yo igual. —asegura el castaño, para poco después reír levemente.

—Escuché que generalmente los cursos que imparten aquí no tienen más de diez personas por cada clase... —Cuenta el menor de los dos, sin darse cuenta que el mayor ya sabía dicha situación de la institución.

—Para que así sea mejor el aprendizaje que cada estudiante recibirá. —Termina de contar el mayor, haciendo reír al moreno junto a él, y es que Taehyung había tomado asiento junto al primer chico que le saludo en aquella clase, que sin imaginarlo lo haría conocer al chico de sus sueños.

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