2. Alicia
—¿¡Terminaste con Eric!?
Tengo que alejarme el celular del oído debido a la fuerza del grito.
— Primero, yo no termine con él, él terminó conmigo, segundo, agradecería que bajaras tu tono de voz, casi me dejas sorda.— contestó mientras me entraba a la boca otro puñado de palomitas.
— Ese hijo de su madre, tan lindo y tierno que se veía. — dijo Alicia indignada, ella era mi mejor y única amiga. — ¿Y cómo te lo estás llevando?
— Mal, Eric fue mi primer novio y mi primer amor, no mentiré y diré que estaba perdidamente enamorada, pero él me gustaba y mucho, yo me imaginaba un par de años más a su lado. — habló con tristeza, pero aun masticando la palomita en mi boca. — Y lo peor de todo es que justamente decide terminarme en este momento sabiendo que hace solo 5 días había tenido la pelea del mundo con mi madre.
— Quizás ya no lo tengas a él, pero me sigues teniendo a mí, y yo soy mil veces mejor que ese enano, te lo aseguro.
No puedo evitar soltar una pequeña risa. Alicia siempre sabia que decir para hacerme sentir mejor
Y disculpa mi curiosidad, pero ahora que tocamos ese tema, ¿Has vuelto a hablar con ella? — Indagó con cautela, sabía que era un tema delicado para mí.
— No, parece que ahora prefiere fingir que no tiene hija antes que hablar conmigo, pero no hablemos de eso, lo que menos necesito ahora es deprimirme nuevamente.
— Perdóname, Mic, lo que menos necesitas ahora es entristecerte más. Y hablando de necesitar. ¿Sabes lo que si necesitas?
— ¿Qué?
— ¡Un día de chicas! — Chilló emocionada— Necesitas relajarte y quitar toda esa tensión que tienes, tengo todo ya planeado, spa, cine, compras, juegos ¡Todo! Y no te preocupes por el dinero, yo pagaré, ya estoy orga-
— Mm, no creo que pueda ser posible esta semana, quizás el fin de semana podamos. — le interrumpo antes de que siga imaginando.
—¿Ah? ¿Qué planeas hacer ese día? No creó que sea trabajar, porque que yo recuerde estás desempleada.
— Gracias Ali, no hay nada que me guste más que me recuerden mi lamentable situación laboral. Es mi cosa favorita. — digo con reproche.
Alicia era la persona más agradable que conocía y también la más imprudente, dice todo lo que se le viene a la mente antes de pensar bien. Yo siendo su amiga desde hace tres años estaba acostumbrada, pero otras personas pueden llegar a tenerla por desagradable.
— Sorry, mi culpa, pero ya dime, ¿por qué no puedes?
— Tengo un curso de repostería.
—¿Qué?
— Tengo un curso de repostería. — repito con simpleza.
— ¿Tú? ¿Un curso de cocina?
— De cocina, no, repostería, son diferentes. — corrijo.
— Déjame ver si entendí, Michelle Hernández, la chica de 21 años que ni siquiera sabe hervir un huevo, que prefiere pasar todos sus días comiendo comida rápida antes que aprender a cocinar un simple arroz y que tiene como enemigo mortal el aceite.
— Esa soy yo.
— ¿¡Decidiste entrar a clases de cocina!?
Otra cosa más de Alicia, era la persona más dramática en toda la tierra.
— Cocina no, repostería, preparar bizcocho, galletas, cupcakes, etc. — digo.
— ¿Por qué no me habías dicho nada? ¿Cómo planeas pagarlo? ¿Desde cuándo estás interesada en eso?
— Primero, porque que yo recuerde no eres ni mi madre ni mi novio o algo parecido, segundo, no está tan caro, y no planeo estar sin trabajo toda mi vida y tengo varios ahorros, y tercero no lo estoy, solo estoy haciendo un favor.— le explico como si se lo estuviera explicando a un niño pequeño.
—Explícate me-
— ¿Sabes? Me acabo de acordar que tengo que ir al súper a comprar algunos ingredientes para las clases, nos vemos luego, chao. — interrumpo mientras cuelgo el cel, conocía a Ali lo suficiente para saber qué era capaz de durar la mañana entera hablando, y en este momento no era un lujo que podía permitirme.
Observe la bolsa de palomitas en mi mano, ya no quedaba ni una sola, mire a mi alrededor para ver si quedaba alguna otra, ninguna.
Genial.
Ya había acabado nueve bolsas de palomitas entre ayer por la noche y hoy por la mañana.
Realmente la separación me había pegado duro.
Con el dolor de mi alma (y mi cuerpo) me levanté de mi cama donde estaba acostada, y me dirigí al baño, me veía y apestaba horrible.
Este iba a hacer un largo día.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro