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O19.

Era un nuevo día, lunes por la mañana cuando la alarma en el celular del pelimorado lo despertó, soltándose lentamente de su agarre para poder sentarse y estirarse, viendo la hora, tenían unos treintas minutos para desayunar algo y cambiarse. HyunJin se volteó en dirección al alfa dormido, que fruncía levemente el ceño y tanteaba su mano en busca del rubio, envolviéndolo alrededor de su cintura y sonriendo suavemente al sentir el calor en su brazo. El mayor soltó una pequeña risa ante la adorable vista.

—SeungMinnie, es momento de despertar, tenemos que asistir a clases. —comenzó a moverlo, primero suave y luego un tanto más fuerte, frunciendo sus cejas mientras el menor se negaba a abrir los ojos.

—Cinco minutos más. —se quejó, acercándose más para descansar su cabeza en el regazo del mayor, quien suspiró.

—Nada de eso, los dos sabemos que los cinco minutos más nunca son cinco minutos realmente. —le reprendió y SeungMin terminó rindiéndose, sentándose en el colchón, mirándolo con un ojo medio abierto y el otro cerrado mientras su cabello era un desastre, aunque no tenía mucho que decir, él igualmente lucía terrible, cosas que pasan cuando tienes una pelea de cosquillas a la una de la mañana antes de ir a dormir.

—No quiero ir a clases, quiero quedarme aquí contigo. —se quejó, con un tono infantil y un pequeño mohín, HyunJin arrullo y besó su mejilla.

Había sido un lindo día ayer, tras haber hablado con los padres de SeungMin y que estos comprendieran parte de la situación, permitiéndole quedarse el tiempo que necesitase, cosa que el rubio estaba muy agradecido, el tiempo al lado del alfa había sido agradable. Habían comenzado a ver una serie llamada 2gether e incluso se pusieron a hornear galletas a la noche, comiéndolas todas mientras disfrutaban de estar acurrucados en el sofá viendo una película aleatoria que se reproducía en la pantalla.

—Quiero abrazos y besos. —se quejó.

El pelimorado andaba más cariñoso que nunca y HyunJin pensaba que se debía a que tal vez entendía que esto es lo que más necesitaba ahora, ser bañado por besos y abrazos para calmar a su corazón tras todas las emociones vividas hasta ahora.

—Aunque la idea de una mañana de abrazos es tentadora, debemos asistir a clase, así que levántate. —le ordenó mientras se liberaba de su agarre y se ponía de pie, un suave escalofrío recorriendo su piel cuando sus pies descalzos hicieron contacto en el frío suelo, poniéndose rápidamente las pantuflas de conejos del menor que estaban contra la pared.

Se encaminó hasta la silla del escritorio, donde se encontraban dos mochilas, una amarilla que contenía algunas de sus prendas y otra blanca con sus materiales de la escuela; el día anterior se atrevió a ir a su casa, esperando a que fuese la hora en donde su madre se iba a trabajar, suspirando aliviando cuando al abrir la puerta con su llave de repuesto y entrar, no había nadie dentro, solo un gran silencio recibiéndolo. Se apresuró rápidamente a su cuarto, tomando dos mochilas donde en una metió su uniforme y ropa y en la otra sus útiles.

—Tu cuarto es lindo Hyung —había comentado el menor, explorando un poco y fijando su curiosa mirada en una foto colgada en una esquina de la habitación, en ella se observaban dos mujeres sonrientes y un pequeño pecoso en los brazos de una de ellas—. ¿Ellas son tus madres Hyung? —preguntó mientras volteaba a verle.

—Si... —se acercó hasta él, con una mochila colgando de su hombro y la otra en su mano, que fue rápidamente tomada por SeungMin para ayudarlo a cargar las cosas.

—Siempre hablas de una de ellas... ¿Qué sucedió con tu otra madre?

—Ella... Se fue hace mucho tiempo.

—Oh... Lo siento. —murmuró, apenado por haber hablado y ver como el rostro de su adorado Hyung se oscurecía un poco.

—Esta bien, no importa, salgamos de aquí. —le restó importancia, tomando sus manos en la puerta para irse.

HyunJin agitó su cabeza, saliendo de los recuerdos y fijando su mirada en el uniforme que tenía en manos.

—Iré a cambiarme —anunció—. Pero antes —se acercó al armario del alfa, sacando de allí un suéter amarillo claro—. Tomaré esto~ —SeungMin sonrió divertido, el chico amaba ver al rubio usar sus prendas.

HyunJin correspondió la sonrisa, saliendo del cuarto para ir hasta el baño donde cepilló sus dientes con un cepillo que SeungMin le regaló la noche anterior y arreglando su cabello antes de cambiarse, regresando con el chico una vez estuvo listo.

Sus mejillas se encendieron cuando notó la formada espalda del menor que aún terminaba de vestirse recibirlo al entrar, deslizando sus musculosos brazos por la camisa blanca del uniforme.

Seguramente parecía un idiota mientras miraba con la boca abierta a su alfa, pero mierda, ¿Quién podía culparlo cuando SeungMin era tan malditamente atractivo? Wow, hasta él mismo se sorprendía de sus propios pensamientos.

Una vez el pelimorado se puso su ultima prenda, la cual consistía en un suéter color rosa pastel y cuyas mangas eran un tanto largas, cubriendo parte de sus palmas, se volteó, chocando con la mirada avergonzada de HyunJin y riendo ante esto, ofreciéndole una sonrisa picara junto a un movimiento de sus cejas. El rubio desvió la mirada, acercándose con la cabeza gacha para tomar su mochila y salir con el menor aún riéndose en su espalda, mientras lo seguía luego de agarrar su propia mochila, pellizcando de vez en cuando las mejillas de su omega tan solo para molestar un poco más.

Saludaron a los padres del menor cuando llegaron a la cocina, disfrutando de los huevos revueltos y jugo de naranja que el señor Kim había preparado en esta ocasión, y cuando tan solo le quedaban unos diez minutos para llegar a clases, casi se ahogaron mientras terminaban la bebida rápidamente y se despedían de ambos. Poniéndose sus zapatos apresuradamente en la puerta y corriendo juntos tomados de las manos hasta llegar al instituto con cinco minutos de sobra, un logro, pero una derrota para sus pulmones.

—Dios, debo hacer mas ejercicio. —puchereó el omega, recibiendo una pequeña risa junto a un sonoro beso en su mejilla del contrario.

Fue cuando estaban ingresando al edificio que sus manos comenzaron a picar y su sangre a hervir en ira tras escuchar un silbido junto a un comentario sugerente que fue dirigido a una omega que estaba caminando, una expresión de disgusto dibujado en el rostro de la joven junto a la incomodidad, intentando ocultarse y tirar de su falda para cubrir mas sus piernas.

HyunJin simplemente no pudo soportarlo y se acercó hasta el idiota alfa que le había dicho a la chica que si tan desesperada estaba como para andar con una falda mas corta de lo usual y poder tener a alguien entre sus piernas, él con gusto se ofrecía como voluntario.

—Oye, tú. —lo señaló cuando estuvo a unos pasos de tenerlo enfrente.

—¿Qué sucede lindura? ¿Te gusto? —se burló con una sonrisa descarada, su grupo de amigos idiotas riéndose con él.

—Cierra el puto hocico y ve a aullar a otro lado, que el único desesperado por tener a alguien aquí eres tú. —lo enfrentó, con la cabeza en alto y llamas en sus ojos.

Su corazón latiendo rápidamente contra su caja torácica mientras dejaba atónito al alfa, quien gruñó tras oír las burlas de otros alumnos que habían escuchado, sin tener tiempo para defenderse debido al sonido de la campana. Sintió unas manos tirar de sus brazos y arrastralo por el pasillo hasta el salón, alzando la mirada para notar que se trataba de JiSung y MinHo, apenas dándole tiempo para despedirse con la mano de SeungMin.

Su pecho estaba alterado y una sonrisa de a poco crecía en sus regordetes labios, por primera vez había levantado la cabeza, había alzado la voz ante un alfa, le había encarado y maldita sea, eso se sintió increíble.

¡Gracias por leer!

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