epílogo.
—SeungMinnie, no debería estar aquí, los novios no deben verse antes de la boda. —intentaba quejarse, pero al final terminaba riendo debido a los multibles besos que el pelimorado repartía por su rostro, separándose tan solo unos escasos centímetros para mirarle con adoración en sus ojos.
Oh, que hermoso se sentía sentirse tan amado.
—Es solo que estoy tan emocionado, tuve que esquivar a MinHo Hyung y JiSung Hyung durante todo el camino, hasta tuve que usar a YongBok Hyung como carnada para alejar a JiSung de la habitación y poder entrar a verte. —se quejó con un pequeño puchero, obteniendo una animada y dulce risa de parte del mayor.
—Mi alfa es tan adorable. —acercó su mano hasta el rostro del contrario, pellizcando con ternura sus mejillas.
—Tu alfa y futuro esposo. —le corrigió divertido.
Esposo, esa palabra suena muy bien viniendo de los labios de su pareja.
¿Cuántos años habían pasado ya? Parece que fuera ayer cuando aún eran jóvenes adolescentes descubriéndose a si mismos, donde estaba lleno de dudas e inseguridades hasta convertirse en el omega fuerte que es ahora. Había terminado sus estudios y continuó con sus sueños, abriendo un estudio de baile junto a MinHo y YongBok, llegando incluso a entrenar hasta a traines aspirantes a idols, seguía sorprendido y orgulloso con lo mucho que había logrado hasta ahora, de lo mucho que todos habían crecido.
Su relación con SeungMin solo se hizo cada día mas fuerte con el tiempo hasta llegar a este punto en su vida, a nada de estar caminando hacia un altar para unir sus vidas en santo matrimonio.
Aún recuerda ese día donde le propuso al alfa que se casase con él, habían tenido una maravillosa cita y terminaron su día admirando las estrellas en el solitario parque, tirados sobre el césped, molestándose entre ellos, batallando entre cosquillas y rodando por el suelo ensuciando sus prendas y despeinando sus cabellos.
—Dios, te amo tanto. —había murmurado con adoración el pelimorado, admirándolo en silencio antes de unir sus labios en un profundo beso lleno de sentimientos, separándose cuando sus pulmones se lo exigieron y sentándose al lado del otro para continuar viendo el cielo.
Hasta que SeungMin se encontró con la caja del anillo tirada en el suelo, sin duda ese momento había sido muy vergonzoso mientras le entregaba de vuelta la caja y esperaba la pregunta con una brillante sonrisa en sus labios, al final pudo proponerle lo que tanto había pensado en decirle y tras un ‹‹acepto›› y otras rodadas por el suelo más, regresaron a su departamento compartido, durmiendo abrazos luego de ver una película, planeando su boda al día siguiente, dándole la noticia a sus amigos quienes festejaron junto a ellos.
HyunJin aprecia cada uno de estos recuerdos, sonriendo en dirección a SeungMin, quien le sonríe igualmente, acercándose lentamente para juntar sus frentes, disfrutando la presencia del otro hasta que MinHo y JiSung irrumpieron la escena con el omega mayor abriendo la puerta de golpe, casi con una patada, mientras regañaba al pelimorado y lo tomaba del cuello de la camisa, arrastrándolo hacia la salida y diciéndole que debería terminar de arreglarse.
HyunJin solo miró la escena con diversión, estallando en risas junto a JiSung hasta que este decidió terminar de arreglar su cabello, dejando una bella corona de rosas blancas sobre su cabeza
MinHo llegó minutos después, quejándose entre murmuros hasta que vio a su amigo, pasando a modo dramático en cuestión de segundos mientras lloriqueaba sobre lo hermoso que se veía HyunJin y lo mucho que había crecido.
—Nuestro pequeño se esta por casar en tan solo unos minutos Hannie. —lloraba junto al beta.
—Y es el novio más hermoso sin duda alguna.
—Chicos, los amo tanto. —HyunJin se unió al llanto, abrazándose fuertemente entre los tres mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas.
Dios, HyunJin adoraba tanto a sus mejores amigos, sus brillantes chicos, aquellos que siempre estuvieron a su lado en cada momento, compartieron risas, lágrimas, alegrías y dolores, se apoyaron en cada momento, e incluso se hicieron cargo de gran parte de la boda, no era nada realmente grande ya que no había tanta gente que invitar, una pequeña pero dulce boda hecha en el patio de su antiguo hogar, con decoraciones blancas y un pequeño altar, con sillas decoradas con manteles blancos para que se ubicasen los invitados.
—Ya, hay que calmarnos o arruinaremos lo bien que nos vemos. —bromeó el omega más bajo, separándose.
—La boda comienza en unos minutos, te estaremos esperando. —se despidió el beta, abrazándose una vez más antes de irse.
HyunJin se miró en el espejo de su cuarto, sonriendo con confianza y emoción, llevando un hermoso traje blanco. La puerta se tocó y su madre apareció por esta, sonriendole con cariño y orgullo, extendiendo su brazo para que el menor lo tomase y así comenzaron a caminar rumbo al altar, donde la música podía ya escucharse.
—¿Nervioso? —preguntó con una sonrisa la mujer.
—Un poco, pero emocionado ante todo.
—Eso es bueno, estoy muy feliz por ti Jinnie, y te deseo todo lo mejor en el mundo.
Sonrieron, abrazándose antes de seguir caminando, sus ojos encontrándose al fin con ese par que tanto amaba, ubicándose enfrente de su alfa, sonriendo con tanto cariño y amor.
La ceremonia comenzó, intercambiaron sus votos y dijeron el si acepto al final, prometiendo amar y proteger siempre al otro hasta el fin de sus días, terminando su unión con un pequeño beso para luego seguirle la fiesta, riéndose y diviertiendose con sus amigos, tirando ramo de flores que terminó golpeando en la cabeza de JiSung, quien se quejó pero igualmente se sonrojó mientras veía hacia la dirección de YongBok, sonriendo al ver a su pareja mirarle con las mejillas rojas y una tímida sonrisa. MinHo por su parte se quejó con un puchero que terminó siendo besado por JeongIn.
El omega rió divertido.
Terminaron de empacar sus maletas, dejándolas en una esquina de la habitación, dejándose caer en los brazos de morfeo tan pronto como terminaron, agotados de tanta diversión por una noche.
Durmieron abrazados en su cama hasta que fue hora de irse, despidiéndose de sus amigos y familia en el aeropuerto antes de tomar su vuelo a Las Vegas, donde pasarían su luna de miel. HyunJin irradiaba felicidad antes, durante y después del viaje, mostrándole los lugares que aún recordaba, alquilando una linda casa cerca del mar, donde fueron luego de una agradable siesta, bromeando y molestándose entre ellos.
—No me vencerás tan fácilmente Kim SeungMin. —exclamó determinado el rubio, tirándole agua.
—Oh, eso es lo que tú crees Kim HyunJin —comenzó a perseguirlo, riendo al escuchar los chillidos alegres de su esposo, nadando y bromeando hasta que pudo tenerlo entre sus brazos—. Te amo tanto, mi amado y adorable esposo.
—Y yo a ti mi dulce y tierno esposo.
Rieron y se besaron, antes de volver al ataque, bromeando como dos niños pequeños hasta terminar agotados, dejándose caer en la gran cama de la cabaña donde las cosas se intensificaron un poco más.
Besos, caricias, jadeos y gemidos, uniendo sus cuerpos junto a sus corazones.
—SeungMinnie, sueltame, se van a quemar los brownies si no me dejas revisarlos. —se quejó divertido ante la insistencia de su esposo por no soltarlo, continuaba manteniéndolo en su regazo aún con el peso que significaba la vida que había dentro de su gran barriga.
—No, quiero pasar tiempo con mis bebés. —respondió, aún acariciando el vientre de su esposo, su pequeña niña nacería pronto.
Recuerda ese momento con emoción, cuando le dijo a SeungMin luego de que ambos regresasen a casa de sus respectivos trabajos, aún puede recordar el rostro lleno de lágrimas de su esposo mientras lo abrazaba y repartía besos por cada una de sus pecas, manteniéndolo en la cama mientras le murmuraba a su futuro bebé el gran padre que sería y lo mucho que siempre la amaría.
—A veces tu te comportas como un bebé, nuestra pequeña no me crea tantos problemas como tú.
—No soy un bebé. —puchereo.
—Claro que si, eres mi bebé grande. —se burló, besando los labios de su alfa antes de lograr separarse, dispuesto a continuar con su labor de sacar los brownies del horno hasta que un dolor lo detuvo.
Oh, rompió fuente.
SeungMin actuó rápidamente, alterado y sacando primero la charola del horno para evitar un incendio, casi quemándose los dedos en el proceso; antes de llevar a su esposo al auto y conducir rumbo al hospital, donde una de las camillas lo llevó a una de las salas de parto.
Pasó un tiempo hasta que SeungMin al fin pudo ver a su omega, caminando de un lado a otro ansioso con los demás chicos viéndolo, se habían reunido todos en el hospital luego de que el pelimorado mandase un mensaje por el grupo.
Un doctor lo llamó y todos corrieron hacia la habitación en donde estaba su brillante sol, entrando primero él donde pudo admirar a su amado esposo con el rostro agotado y una hermosa y adorable bebé en sus brazos, llorando al mismo tiempo que la bebé al verse.
—Los amo tanto, mis dos bebés. —rió HyunJin, calmando tanto el llanto de su hija como el de su marido.
/
Festejaban el cumpleaños número seis de su pequeña, con niños correteando por la casa, conversando animadamente con sus amigos y cargando a su segundo hijo en brazos, el tiempo pasaba volando mientras más feliz era, disfrutando cada momento.
Riendo al lado de su familia, jugando con sus hijos, viéndolos crecer y educándolos a ambos para que fuesen siempre quien ellos querían ser.
El tiempo avanzaba, vio a su hija entrar a la escuela, a su hijo dar sus primero pasos, se despidió de su madre, experimentó el dolor de la perdida y el tiempo siguió corriendo.
Vio a sus hijos experimentar diversas etapas, conseguir pareja, ver a SeungMin amenazar a sus respectivas parejas sobre si le hacían daño a sus pequeños, la pasarían sin duda muy mal, HyunJin reía divertido por mientras pero igualmente de serio, ofreciendo una mirada amenazante que dejaba a todos en silencio.
Los vio casarse y formar sus propias familias, llorar mientras veía a su pequeña de blanco casarse con un amable beta y a su pequeño con traje casarse con un dulce alfa.
Vio la edad llegar a ellos, las canas crecer por su cabello y las arrugas aparecer en su piel, ambos envejeciendo mientras la vida seguía. Sonriendo con cariño al lado del otro, viendo a sus adorables nietos corretear por el patio de su hogar.
SeungMin tomó su mano, llamando su atención mientras entrelazaba sus dedos lentamente, encajando a la perfección, admirando la vista con cariño, antes de comenzar a hablar, mirándole a los ojos con ese brillo lleno de tanto amor que nunca desaparecía, sino que seguía creciendo, amándolo cada día más, haciéndolo sentir como la persona más especial en todo el mundo y quizás lo era, era la persona con mayor suerte también porque había conseguido estar junto a Kim SeungMin, el alfa que lo amó desde el primer momento y que lo ayudó a seguir adelante, a ser quien era.
—Wow, realmente tuve tanta suerte de conocer al chico más bello en todo este mundo y cualquier otro mundo, el chico más bello en todo el universo. —dijo, sonriendo con cariño mientras los ojos de HyunJin se llenaban de pequeñas lágrimas y sonreía ampliamente, los rayos del sol bañando los envejecidos rasgos en su rostro.
SeungMin aún recordaba esas palabras.
—Pero estoy tan arrugado y soy una pasa.
—Y aún así, ante mis ojos, sigues siendo el chico más hermoso y brillante de todo el mundo. —acarició su mejilla con dulzura, besándose suavemente para luego separarse y juntar sus frentes, riendo divertidos cuando uno de sus nietos les llamó, con libro de cuentos en manos para que sus queridos abuelos le leyesen.
La tarde pasó llena de risas hasta que sus hijos llegaron para buscar a sus pequeños, quedando solos en casa, dirigiéndose a su habitación para descansar, recostándose al lado del otro, acurrucandose en el pecho de su alfa que le envolvía entre sus cálidos brazos.
—Te amo tanto mi adorado chico pastel.
—Y yo te amo a ti mi brillante chico sol.
Aún quedaba cierto tiempo por recorrer, un camino por el que seguir avanzando, y sabía que continuarían juntos, sin soltar la mano del otro, llorando, riendo, siendo felices hasta el último instante.
Si escucharon un chico de 18 años llorando como por media hora, tranquilos, fui yo mientras editaba este capitulo. Estado: Océano Pacífico.
NO ME PUEDO CREER QUR YA SÉ ACABO PASTEL BOY, AAAA.
Honestamente no quería que terminara, tipo, no es así el fanfic WOW con los mega arcos, tramoyas, y giros súper inesperados. Pero es verdad que es una obra muy, muy bomnita -sobre todo el final-, que me hace llorar como un bebé el hecho que ya se acabe TT
Pero bueno, supongo que todo acaba en algún punto. Así que no me queda más que decir que muchas gracias por acompañarme en esta adaptación, fue de las primeras que hice, y le tengo un cariño muy grande <3
¡Gracias por leer!
—☁️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro