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36


Nam Joon.

¿Son ideas mías o hay quienes nacen con la desgracia pisándoles la sombra?

— ¡Nam Joon hyung! ¡Noona! —Gritó Taehyung entrando al bar mientras corría hacia mí con el rostro preocupado y unas gotas de sudor corriendo por su frente.

— ¿Qué pasó Taehyung? ¿Por qué entras así? —Pregunté confundido ante la mirada perdida del chico que suplicaba ayuda.

— Es... Esto —Comenzó él. No sabía si era por la impresión por lo que acababa de pasarle pero las palabras no salían de su boca fluidamente, sólo balbuceaba cosas inentendibles.

Tami y yo nos miramos preocupados hasta que ella decidió ayudarlo a tranquilizarse un poco.

— ¿Qué pasa? Siéntate —Intervino Tami sentándolo en la barra —¿Dónde está Hye Ri?

— Es cierto, ella dijo que estaría contigo afuera... —Me vi interrumpido por Tae quien se levantó de la silla y empezó a caminar de un lado al otro frenéticamente.

— Se la han llevado —Dijo mordiéndose el labio inferior mientras se tomaba la cabeza —¡Se llevaron a Hye Ri!

Sentí que el rostro se me empezó a poner caliente y las palpitaciones en mi pecho se hacían cada vez más y más rápidas.

— ¿Cómo que se la llevaron? —Salí tras el mostrador y lo tomé por los hombros —¡Taehyung, mírame! —Demandé para que pusiera orden a sus nervios.

— Ella estaba contigo, ¿cómo es que se la llevaron? ¿quién? —Tami no dejaba de hacer preguntas contagiada de los nervios de Taehyung.

— Un auto, es decir... —Balbuceó el chico.

— ¡Desde el principio! —Dije alzando un poco la voz para que Tae guardara la compostura —Respira y empieza a hablar lentamente para que te podamos entender.

Taehyung se quedó inmóvil con los ojos bien abiertos y una expresión de miedo por unos segundos hasta que finalmente aún con esa mirada en sus ojos empezó a hablar.

— Yo la llamé para que habláramos de algo importante... Bueno la verdad es que terminamos peleando —Bajó la mirada avergonzado —Le dije cosas muy feas —Su voz empezaba a flaquear y volverse más aguda —Estaba muy molesto y no la dejé hablar.

— Continúa —Dije suavemente llevándolo de nuevo hasta la silla.

— Entonces me fui, la dejé ahí en el estacionamiento y me fui furioso. Caminé unas dos cuadras calle arriba aún enojado con ella pero sentí que —Bajó el rostro y se lo tomó con las manos —Que debía disculparme por lo que le acababa de decir.

Tami me miraba impaciente mientras alternaba su mirada entre el chico y yo, Taehyung movía su pierna incansablemente y yo intentaba mantener la calma por ellos dos.

¿Se llevaron a Hye Ri?

¿Qué significaban esas palabras?

Quizás había sido Jimin o debido a la pelea Hye Ri se había montado en un auto y se había devuelto a su departamento. Quizás Taehyung estaba exagerando. Pero... ¿Y si no?

— Entonces decidí devolverme y empecé a caminar un poco rápido porque la calle estaba muy oscura —Siguió muy afligido el chico —La vi a lo lejos, Hye Ri estaba todavía allí de pie pero...

— ¿Pero? —Pregunté intranquilo.

— Un auto estaba delante de ella. Hye Ri estaba hablando con alguien de adentro pero no se veía... —Meditó —¿Cómoda? Es decir, no pude ver bien de lejos pero ella quería irse o eso parecía.

— ¿Y por qué no corriste a ver qué pasaba? —Intervino Tami.

— Eso pensé, imaginé que quizás era algún pervertido o qué se yo. Pero entonces Hye Ri se montó en el auto y yo no supe qué hacer. Se me ocurrió que podía ser Jimin y que habían discutido o...

— ¿Y cómo sabes que no era Jimin? —Interrumpí pensando en la posibilidad de que Taehyung había exagerado.

Pero algo no anda bien.

Me sentía inquieto.

— Porque —Taehyung sacó su móvil de su bolsillo y se cubrió el rostro para que no viéramos que sus ojos se habían tornado vidriosos –Mira acá hyung.


Para: Novio de la enana

Por favor dime que tu auto es un Mercedez Benz

Enviado 7:16 pm ✓✓

Hombre Jimin... dímelo por favor.

Recibido 7:22 pm ✓✓


De: Novio de la enana

No

Recibido 7:24 pm ✓✓

¿Por qué? ¿Quieres regalarme uno?

Recibido 7:25 pm ✓✓


Imposible. Hye Ri no podía haber sido secuestrada.


Imposible.


No tiene sentido.


Está en sus manos.


Ellos la tienen.


Ese Mercedes Benz no le pertenecía a Jimin sino al desgraciado de Eric.

— Nam Joon —Llamó Tami al ver que dejé caer el peso de mi cuerpo sobre la barra del bar y cubrí mi rostro con mis manos.

— Ellos la tienen —Murmuré —Eric es el dueño de ese auto y se ha llevado a Hye Ri. Ese es el auto de Eric, estoy seguro.

— No puede ser —Tami estaba al borde de un colapso nervioso al igual que yo —¡Tenemos que llamar a la policía! —Dijo buscando su móvil.

— ¿Es su padrastro? —Preguntó Taehyung, yo asentí —Debí correr hacia ella, maldición.

— No, no te culpes por eso —Intentó calmarlo Tami —Quién iba a imaginar que... ¡Nam Joon! ¿qué vamos a hacer?

No lo sabía. No tenía ni la menor idea de qué debía hacer en ese momento, si buscar ayuda, si ir hasta casa de Hye Ri buscándola allá, si sentarme y llorar esperando lo peor.

Tantos años queriéndola alejar de allí para que en un abrir y cerrar de ojos se la llevaran en frente de mis narices y yo sin poder hacer nada más que estar a punto de llorar de la rabia y la impotencia.

— Tenemos que llamar a Jimin —Dijo Tami mientras que Taehyung la secundaba.

— No —Dije rápidamente. Me gané la atención de ambos que me miraban incrédulos.

— ¿Por qué no? —A Tae no parecía gustarle aquello.

— Porque tenemos que saber primero que vamos a hacer. Si le decimos a Jimin no sabemos cómo actuará, puede que haga una imprudencia.

— Nam Joon pero... —Tami se oponía a no contarle.

— Primero lo primero —Dije revolviendo mis bolsillos y sacando las llaves de mi auto —Vamos ya a casa de Hye Ri, si no está allí —Sentí una ola de miedo invadirme —Iremos a la policía.

— ¿No deberíamos ir a la policía primero? —Preguntó Tae.

— No porque si no está allí quedaremos como los locos que inventaron un secuestro —Respondí mientras caminaba hacia la puerta del bar —Tami tú te quedas aquí.

— ¡No te dejaré ir solo!

— Sí lo harás —Repliqué decidido —Iré yo sólo a corroborar que están en su casa y si no te llamaré para que vayas avisando a la policía.

— Pero Nam Joon... —Quiso resistirse pero al final cedió.

— Taehyung tú tampoco tienes que venir, no sé que voy a encontrar allá y lo menos que quiero es que te veas involucrado en una situación peligrosa —Taehyung me siguió hasta mi auto insistiendo en que iría.

— Si yo no la hubiese llamado ella... —Dijo con culpabilidad.

— Oye —Tomé su hombro derecho y lo obligué a mirarme a los ojos —Esto no es tu culpa, ¿está bien? Tarde o temprano ese degenerado iba a dar con ella.

— Pero hyung...

— Pero nada, ahora sí vienes quita esa cara y prométeme que harás lo que yo te diga. Nada de cometer imprudencias, ¿estamos?

Finalmente luego de escrutarme con la mirada por unos segundos, asintió con seguridad mientras se montaba en el asiento del copiloto.

— Te juro que si lo veo —Dijo mientras yo encendía el auto —Lo voy a matar a golpes.

— Somos dos.

Espero llegar antes de que le haya hecho algo.

Por favor, aguanta Hye Ri.

***


Hye Ri.

Esta era la noche más oscura de todas para mí, no sólo por el hecho de que Eric me había dado una venda para cubrir mis ojos cuando íbamos en el carro sino también porque estaba en manos de la persona que más odiaba y temía.

— ¿Por qué haces esto Eric? —Pregunté sin contener mi rabia —Se supone que yo era un estorbo en esa casa.

— Cállate la boca, no quiero escucharte —Respondió.

— ¡Si no quieres escucharme! —Hice caso omiso a su petición y levanté la voz en un chillido —En primer lugar ¿por qué me secuestras?

Aquel atrevimiento me costó una buena cachetada en la mejilla izquierda que no vi venir a causa de la venda pero que cada músculo de mi rostro sintió profundamente. Allí donde me golpeó me empezó a arder y fue entonces cuando mis ojos se tornaron vidriosos.

¿Qué está planeando este animal?

— ¡Te dije que no quiero escucharte! ¿Se te olvida que tengo esto, eh? —Dijo amenazante y mi cuerpo se congeló cuando sentí el hierro frío del revolver rozar mi mejilla golpeada.

— Está bien, está bien, me callaré —Dije en un intento por evitar que me matara.

Si tenía que estar callada lo haría, si tenía que dejar de moverme entonces sería una momia siempre y cuando no me hiciera daño.

Tenía miedo, un miedo real de esos que nunca te imaginas que vas a sentir en tu vida y que cuando lo sufres en carne propia tu cabeza te hace preguntarte si estás soñando como mecanismo de defensa.

Como cuando tienes un accidente, como cuando alguien cercano muere... Queda ese miedo a la incertidumbre, a preguntarte ¿qué pasará luego? ¿estaré bien? ¿saldré de esto? ¿o simplemente me estoy aproximando a mi final como un cerdo en el matadero y aún no he caído en cuenta de ello?

— Mamá... ¿Dónde está mamá? —Pregunté luego de largos minutos en silencio.

— Que te calles te dije, ¿te lo tengo que repetir? ¡Maldita sea! —El auto frenó de repente haciendo que mi cuerpo chocara con el tablero del auto.

Aún en mi oscuridad escuché como Eric se bajó del auto.

¿Y si me quito la venda y corro?

Una bala es más rápida que tus piernas.

— No pienses en huir —Escuché su voz de mi lado, al parecer sólo se había bajado para abrir mi puerta.

Me sacó de un tirón del auto y me empujó rápidamente a algún lugar desconocido que el resto de mis sentidos no lograba identificar.

— ¡Hye Ri! —La voz quebrada de mi madre llegó hasta mí como un balde de agua fría.

— ¿Mamá? —Me quité la venda y noté que estaba en casa.

Mi mamá estaba atada a una silla de la cocina con la cara toda magullada y el rostro lleno de lágrimas que caían una tras otra.

— ¡Mamá! —Inmediatamente rompí en llanto junto a ella cuando la vi de esa forma, empecé a desatarla frenéticamente hasta que la liberé por completo —¿¡Qué le hiciste animal!? —Enfrenté a Eric con una mirada llena de odio.

— ¡Cállate o se llevan una bala cada una!

¿Cómo es que habíamos caído bajo las garras de semejante bestia?

— ¿Dónde está el niño? —Le preguntó a mi madre quien lo veía con temor —¿¡Que dónde está!? —Gritó impaciente porque ella no le respondía.

— Está en su cuarto —Respondió temblorosa aferrada a mis brazos.

— Búscalo —Me señaló con el revolver.

— No metas a Lucas en esto —Pedí.

— ¡Que lo busques te digo! —Gritó apuntándole a mi madre pero yo me interpuse entre ambos.

— Lo haré, lo haré —Levanté las manos en señal de rendición.

— ¡Y ni pienses en huir o tu madre se va directo al infierno! —Le escuché gritar cuando subí hasta el cuarto a buscar a Lucas.

El cuarto estaba totalmente a oscuras, tuve que acostumbrarme a la oscuridad para dar con el pequeño quien estaba acobijado sollozando.

— Jiri —Brincó de la cama y me abrazó por la cintura, yo lo levanté y lo abracé con fuerzas.

— ¿Cómo estás campeón? —Dije suavemente mientras sentía la cara empapada por las lágrimas.

— ¡Papá se volvió loco Jiri! —Chilló mientras arrancaba a llorar —Quiero irme, vámonos Jiri —Empezó a patalear sin cesar.

— Ya nos vamos campeón pero tienes que prometerme una cosa —Lo miré con dulzura, él asintió y vi sus mocos chorrear de su nariz —Vas a hacer lo que yo te diga, no le puedes decir nada a papá —Volvió a asentir.

Ambos nos sobresaltamos por un grito de dolor que mi madre profirió en el piso de abajo.

— ¡Baja ya si no quieres que tu madre se lleve la primera bala! —Gritó Eric.

Corrí lo más rápido posible hacia las escaleras pero antes le pedí a Lucas que cerrara los ojos y que sólo los abriera cuando yo le dijera.

— Aquí estoy, aquí está Lucas —Dije con la mirada suplicante.

Eric tenía a mi madre sujetada fuertemente por el cabello.

— Baja al niño y dame tu móvil —Ordenó.

Mi madre se escabullo arrodillada de su agarre y se situó detrás de mí tomando a Lucas que ya estaba en el suelo.

— Lo perdí hace semanas —Mentí. Lo tenía escondido en uno de mis bolsillos traseros pero no conté con que a Eric le importaría un comino tocarme el trasero y sacarlo de allí.

— ¡Perra mentirosa! —Dijo sosteniéndolo delante de mí y dándome en la cabeza con la culata del revolver haciendo que me tambaleara.

Eric tiró mi celular al suelo y lo pisó con tanta fuerza que lo destruyó de inmediato. Mientras tanto yo tuve que recostarme de la pared para pasar el mareo que me provocó el golpe, quería gritar y llorar pero sabía que no podía.

Ese teléfono era la única salida que tenía, la única forma de avisarle a alguien que nos ayudara y que vinieran con nosotros.

— ¿Cogiste los papeles? —Le preguntó a mi madre.

— S—sí —Respondió ella temblorosa abrazada a Lucas.

Su rostro me dolía, estaba tan magullado que lloraba más por ella que por mí. Tenía los labios rotos y una cortada debajo de uno de sus ojos que estaba totalmente hinchado y morado.

— Vámonos ya —Dijo Eric empujándonos de vuelta al carro.

Lo vi cerrar con llave la puerta de la casa pero no se molestó en apagar las luces. Nos montamos en el auto y nuevamente me tuve que poner la venda cuando inició la marcha a nuestro fatal destino. Yo me senté en el puesto de copiloto mientras que mamá y Lucas iban detrás.

A mi madre no le exigió ponerse una venda sino le ordenó que usara un tapabocas y unas gafas de sol para ocultar los moretones.

— ¿Por qué haces esto Eric? —Pregunté de nuevo con la sospecha de que me ganaría otro golpe y aún ni me había terminado de recuperar del anterior.

— ¡Es por el dinero de tu padre! —Chilló mi madre.

— ¿El... qué? —Pregunté confundida.

— Tu papá dejó una buena herencia a tu nombre Hye Ri, los ahorros de su vida —Dijo la voz quebrada de mi madre —Los papeles llegaron hace poco... Sólo tú puedes acceder al dinero.

— ¿Estás haciendo esto por dinero? Eres una basura —Proferí con todo el odio que sentía en ese momento.

— Esto se va a terminar pronto si ambas colaboran —Dijo él tranquilamente —Pero si no, me encargaré de que veas a tu madre irse al otro mundo junto a tu querido padre.

Lucas empezó a llorar súbitamente tras escuchar aquello.

— ¡Cállalo! —Gritó Eric.

Escuché a mi madre azuzar al pequeño que poco a poco se fue tranquilizando.

— ¿Y qué quieres que haga? ¡Eh! —Lo reté —Si ese dinero está a mi nombre...

— Calla, calla —Dijo lentamente —Ahí es donde te necesito. Vas a renunciar a ese herencia voluntariamente y a ponerla a mi nombre para que yo pueda tener ese dinero y utilizarlo para mis negocios.

— ¿Qué negocios? ¡Si estás en bancarrota! —Chilló mi madre desafiante con el poco coraje que le quedaba.

— ¿Y por qué tenías que meter a mamá en esto? ¿Te dio placer golpearla? —Lo desafié nuevamente pero él sólo se rió a carcajadas.

— Tu madre se ganó eso por no querer colaborar en buscarte y traerte a la casa. ¡Si la muy perra me hubiese hecho caso esto hubiese acabado por las buenas!

En eso Eric se equivocaba, yo nunca hubiese ido a esa casa de nuevo.

Así que la había golpeado por negarse a buscarme y terminó optando por literalmente secuestrarnos.

— ¿Y tú crees que te saldrás con la tuya una vez que firme ese documento? —Dije ganándome otro golpe en la cabeza con la culata.

— ¿Y tú crees que van a salir de esta si sigues hablándome así, insolente? —Gritó.

— Hye Ri por favor... Firma ese documento —Pidió mi madre entre sollozos —Eric por favor, quédate con el dinero y déjanos ir. No diremos nada a la policía, ¿verdad Hye Ri?

Nada me haría más gusto que verlo encerrado en una celda pero mi madre tenía razón. Lo único que quería era que se quedara con el dinero y se fuera al quinto infierno donde no podríamos verlo más.

— En cuanto tenga ese dinero me iré lejos de esta mierda de país —Intervino él chasqueando la lengua –Y me llevo al niño conmigo.

— ¡No, no puedes! —Replicó mi madre.

— ¡No, Jiri! —Gritó Lucas aterrado.

— Eric por favor —Supliqué yo.

— ¡Cállense ya, es mi hijo y se va conmigo! —Gritó dando un golpe seco a quien sabe que cosa que hizo que los tres nos calláramos automáticamente —No quiero oír ni una sola palabra el resto del camino o las magulladuras serán el menor de sus problemas.

Por favor que alguien nos ayude...

Ojalá el cielo escuchara mis súplicas y que Dios no se inmutara ante nuestro dolor porque hoy más que nunca necesitaba que cualquier fuerza divina, cualquier milagro nos sacara sanos y salvos a Lucas, mi mamá y a mí de esta pesadilla.

***


Nam Joon.

Cuando llegamos a casa de Hye Ri la esperanza de encontrarla allí se esfumó como una llama en medio del mar. El Mercedes Benz no estaba aparcado en el garaje y aunque las luces de la casa estuvieran encendidas nadie respondía a los incesantes golpes que Taehyung y yo dábamos a las puertas.

— ¡Maldita sea! —Profirió Tae dando una patada a la puerta de la entrada.

Habíamos intentado por delante y por la trasera pero ambas estaban cerradas con llave.

— ¡Eh Taehyung! —Lo llamé para que se acercara al porche de la casa. Había aceite caliente en el pavimento y eso sólo significaba que minutos antes Eric había estado allí.

— Estuvieron aquí —Dijo él con el ceño fruncido —O se está escondiendo dentro de la casa.

— No nos vamos sin revisar esta mierda —Le pedí que me siguiera hacia la parte trasera de la casa.

Entraríamos por una de las ventanas.

— Tiene rejas hyung y el ruido de los vidrios llamará la atención de los vecinos —Puntualizó él cuando revisamos minuciosamente varias formas de entrar por la ventana.

Tenía razón, no podíamos hacer tanto ruido o los vecinos pensarían que éramos unos delincuentes y llamarían a la policía.

Nos atraparían y perderíamos tiempo dando explicaciones cuando es Hye Ri quien debe ser salvada.

— Entonces —Tomé la piedra más grande que encontré en el jardín trasero —Retrocede.

— ¿Qué vas a...—

Golpeé el pomo de la puerta con la roca usando todas mis fuerzas y éste se deprendió de la madera dejando un gran agujero donde estuvo la cerradura que me permitió deslizar la mano y abrir la puerta.

— Wow —Tae estaba boquiabierto.

— Vamos —Lo invité a pasar con la mano —Yo arriba y tú abajo. Revisa absolutamente todo.

Clósets, colchones, debajo de la cama, en los baños, en todas las habitaciones, en la cocina, el comedor, la sala, el cuarto debajo de la escalera, el cuarto de la lavandería y nada. No había rastros de ellos, Eric no las tenía escondidas en la casa.

— Nada... Sólo encontré esto —Dijo Taehyung viniendo hacia el antiguo cuarto de Hye Ri donde estaba yo.

Habíamos terminado la requisa pero no había ni rastros de ella, sólo el esbozo de que habían estado allí. Lo que Tae tenía en sus manos era el nuevo teléfono de Hye Ri totalmente destrozado.

— Ese desgraciado la pensó bien. Seguro se imaginó que vendría hasta acá —Dije yo apretando los puños y totalmente decepcionado de mí mismo por no poder dar con Hye Ri.

El tiempo corría, los minutos no se detenían y cada hora que pasaba era otra hora con ese tipo poniendo sus manos en su cuello.

Repasé con la mirada la habitación de Hye Ri y noté unos cabellos rosa asomados debajo del armario, caminé hasta él y tomé lo que era una de las pelucas que utilizaba cuando salíamos a aventurarnos en las calles de Seúl a la media noche.

Desee entonces retroceder el tiempo y encontrarme en una de esas aventuras para poder verla con una sonrisa en sus labios mientras yo me fumaba un cigarrillo y le decía lo genial que era esa peluca y sus zapatos con pinchos.

— ¿Te sabes la historia de Mary Lee? —Dejé salir una sonrisa triste muy leve.

Tae negó con la cabeza y me miró confundido como si pensara que ya había perdido la cabeza.

— Así fue como se conocieron ella y Jimin.

— ¿Quién? ¿Hye Ri y Jimin?

— Sí.

Le conté a Taehyung que Mary Lee no era más que un nombre que le había puesto al personaje que Hye Ri se había inventado para escapar de casa un día a la semana por la noche. Usaba su peluca, su maquillaje oscuro y su ropa negra, salíamos, gritábamos en el río Han, nos divertíamos. Éramos los mejores amigos que cualquiera envidiaría.

— Y Jimin la conoció por primera vez como Mary Lee, con su peluca rosa. Y luego... ella descubrió que él sería su tutor —Dije con pesar pegando la peluca a mi pecho —Él empezó a buscarla en Morezt, una y otra vez.

— ¿Por eso ella ocultó que te conocía a ti y a Tami?

— Para que él no supiera que era la chica tras el maquillaje que lo hacía reír. Tenía miedo de lo que Jimin pensara.

— Qué tonta —Bufó Tae con una leve sonrisa —Seguro Jimin se enamoraba más de ella.

— Quizás... Pero ella no lo vio así y mintió —Dejé la peluca sobre la cama y me llevé las manos a la cabeza —Me voy a volver loco —Me afinqué sobre mis talones y sentía ganas de llorar —¡Ese bastardo me las va a pagar!

— Hyung ya no hay nada que podamos hacer tenemos que avisarle a la policía —Tae intentaba calmarme mientras me palmeaba el hombro —Mientras más rápido vayamos es mejor.

Tan sólo había pasado una hora y media desde que Taehyung corrió hasta Morezt contándome lo del secuestro pero para mí era una eternidad y seguramente para Hye Ri era una pesadilla de nunca acabar.

— Está bien —Me puse de pie y me tallé los ojos que amenazaban con llorar —Vamos —Saqué mi teléfono y llamé a Tami dándole a conocer la situación.


"No encontramos nada. Iremos a la policía".


"Avísame cualquier cosa, estaré aquí por si..." —No alcanzó a terminar la frase sin romper a llorar.


Por si vuelve.

***


Jimin.

Para: Hye Ri

Ya estoy en casa, hablé con Suga

Enviado 9:18 pm ✓

Jin hizo ramen. Quedó muy bueno.

Enviado 9:40 pm ✓

¿Qué comiste?

Enviado 9:42 pm ✓

¿Comiste?

Enviado 9:45 pm ✓

¿Terminaste los deberes? Mañana es viernes.

Enviado 9:48 pm ✓


¿Renombrar contacto?

No

Hye Ri ha cambiado a Princesa mochi


No creerás como te he agendado.

Enviado 9:50 pm ✓

Deberíamos ir al museo.

Enviado 9:52 pm ✓

Mañana dormiré allá.

Enviado 9:55 pm ✓

¡Ya! ¡Lee Hye Ri!

Enviado 10:00 pm ✓

¿Estás ignorando mis mensajes?

Enviado 10:10 pm ✓

Buenas noches...

Enviado 10:35 pm ✓


— Te veo un poco deprimido Jimin —Dijo Jin mientras me acompañaba en el sillón de la sala.

Después de comer el ramen que había hecho me senté a ver una película con él y Krystal. Esta vez no sería una de Star wars sino que Krystal se había encargado de elegir lo que veríamos: If I Stay.

— Yo sé que esta película es súper triste, hasta yo estoy llorando —Siguió mi hermano mayor secándose las lágrimas.

If I Stay se trataba de una chica que había tenido un accidente y de alguna forma su alma podía ver lo que sucedía en el hospital con sus seres queridos que también habían sido afectados por el accidente. Mientras tanto había flashbacks en la historia sobre cómo era la vida de la chica antes del accidente.

— No es por la película —Dije empujándolo con un pie hacia un lado porque se había lanzado casi encima de mí.

— ¡Ya, me estás echando las palomitas encima! —Le recriminó Krystal a Jin que hacía las veces de que lloraba sonoramente.

— ¡Ya, hyung! Pareces una ballena bebé llamando a su madre —Me burlé.

Jin intensificó lo que yo llamaba grito de muerte y sólo se calló cuando Krystal le metió un manojo de palomitas en la boca.

— Arruinan mi actuación —Se quejó arrugando la nariz.

— Arruinas mi película —Contradijo la chica.

Nos volvimos a concentrar en la historia pero yo miraba de vez en cuando mi móvil por si Hye Ri me contestaba.

— Pssst —Llamó Jin con el rostro fijo en la tv.

Yo levanté una ceja y negué con la cabeza divertido de las locuras de mi hermano mayor.

— Pssst —Volvió a sisear en la misma posición —¡No voltees! —Susurró.

— ¿Qué demonios hyung? —Me reí en voz baja mientras miraba que Krystal siguiera viendo la película —¿Qué pasa?

— ¿Cuándo vas a traer a la cuñada a la casa?

— Nunca si sigues actuando tan extraño —Me burlé.

— La única extraña aquí es Krystal que no le gusta Star wars.

— Te escuché —Dijo ella rodando los ojos.

— ¡Ya! ¿En esta casa no se puede tener una conversación secreta? —Se empezó a quejar Jin hasta que el cuello se le puso rojo.

— Eres un bicho raro. Iré por más palomitas —Dijo Krystal yendo hacia la cocina.

— Ya, en serio. ¿Cuándo vas a traer a Lee Hye Ri para que mamá y yo le demos la bienvenida?

Desde que empecé a salir oficialmente con Hye Ri le había contado a Jin sobre nuestra relación y lo bien que nos llevábamos. De hecho él sí sabía que me quedaba a dormir con ella en el apartamento. Mamá sabía que era mi novia y nada más. Ambos llevaban una semana insistiéndome que la trajera a casa.

— Pronto —Dije yo.

Cuando esta mocosa me responda los mensajes quizás lo considere.

— Pronto no, llevas una semana diciendo eso —Jin se cruzó de brazos haciéndose el ofendido.

— Es que aún no he hablado bien con ella de eso... Es decir, aún no estamos preparados.

— Mamá y yo no comemos gente Jimin.

— Admite que sólo quieres que sea la nueva víctima de chef Jin —Me crucé de brazos y enarqué una ceja.

El tema de chef Jin era que ahora se le había dado por probar nuevas recetas que veía en una canal de cocina en internet y nos ponía a todos a probarlas. La mayoría quedaban buenas pero había otras que me hacían desear no tener papilas gustativas.

— Quizás —Se cruzó de brazos y esquivó mi mirada —Tráela mañana o le digo a mamá lo que hiciste —Dijo como un niño malcriado.

— ¿Qué? ¡No te atreverías, es el código entre hermanos!

— ¡Mamá! —Gritó.

—Hyung, ¡no! —Brinqué encima de él y le cubrí la boca opacando sus intentos de seguir llamando a mamá.

— ¡Son casi las once cállense ya! —Gritó mamá desde su habitación.

— Está bien, está bien —Le descubrí la boca lentamente —Traeré mañana a Lee Hye Ri.

— ¿A esta casa?

— ¡A esta casa! ¡Aquí mismo probará tus delicias!

— Más te vale o le cuento a mamá.

— Palabra de hermano menor —Pegué mi mano a mi pecho y Jin estalló en risas.

— Mañana conoceré a la cuñada por fin —Sonrió satisfecho.

Me recosté de nuevo al sofá y Krystal regañó a Jin por los gritos cuando hubo regresado de la cocina.


Para: Princesa mochi

Hey te tengo una sorpresa.

Enviado 11:02 pm ✓✓

Dos palabras

Enviado 11:05 pm ✓✓

Chef Jin

Enviado 11:05 pm ✓✓

Deseo tenerte aquí...

Enviado 11:11 pm ✓✓

***


Nam Joon.

Y cuando parece que has encontrado una alternativa la realidad se encarga de quitarte todas las esperanzas que pudiste haber albergado.

Taehyung y yo estábamos en la estación de policía y por azares del destino hoy entre todas las noches los oficiales estaban más ocupados que de costumbre.

— ¿Número 901? —Llamó el oficial que nos iba a atender.

— ¡Nosotros! —Gritó Tae con el papel en la mano que tenía nuestro número.

Nos sentamos delante de su escritorio y luego de revisar unas cosas en su computadora se dirigió a nosotros.

— ¿En qué puedo ayudarlos?

— Venimos a reportar un secuestro —Intervino Tae.

— ¿Un secuestro? —El oficial levantó una ceja interesado y se volvió a dirigir a su computadora —Díganme sus nombres primero.

— Kim Nam Joon y Kim Taehyung —Intervine.

— ¿Son familia?

— No —Respondió Tae.

— Nombre de la posible víctima —Preguntó el oficial mientras tecleaba.

— Lee Hye Ri —Dije yo.

— Cuéntenme los detalles de secuestro —Pidió el oficial.

Taehyung se encargó de darle los detalles de cómo había sucedido todo.

— Fue cerca de las siete y algo... —Culminó Tae.

Ambos estábamos esperanzados en que nos ayudaran a encontrar a Hye Ri lo más pronto posible pero estábamos muy lejos de eso.

— Señores, ¿están seguros de que fue un secuestro?

— ¿A qué se refiere? —Pregunté yo empezando a cabrearme.

— Me explico, ¿no será que la joven... —Buscó el nombre en la pantalla —Lee Hye Ri se fue con algún amigo o con alguien conocido?

— ¡Le estoy diciendo que fue un secuestro! ¡Fue su padrastro! —Dijo Tae llamando la atención de varios oficiales en la comisaría —Lo siento.

— Sabemos que su padrastro es el responsable incluso fuimos a su casa y no había nadie allí, ni su madre o sus hermanos. Definitivamente él se los llevó —Expliqué calmadamente para que el oficial nos escuchara.

— Entiendo pero el problema es que por como se presentaron los hechos del secuestro —Hizo comillas con sus dedos —No podemos procesar esto como tal. Debió haber forcejeo o algún rastro de violencia...

— ¿Me está diciendo que mi amiga no está en peligro y que sólo estamos perdiendo el tiempo? —Dije claramente enojado y sin ánimos de guardar la calma.

El tiempo corría.

— No, lo que le estoy diciendo es que no podemos hacer nada ahora mismo —Respondió él con la mayor tranquilidad del mundo.

— ¿¡Entonces cuándo!? ¿¡Cuándo Lee Hye Re esté muerta!? —Gritó Tae levantándose del asiento.

Varios oficiales se acercaron pero el que nos atendía les hizo seña de que todo estaba bien.

— Tienen que pasar 24 horas para reportar a la chica como desaparecida. Si en ese lapso no ha aparecido procederemos a iniciar la búsqueda —Explicó.

Taehyung me miró pidiendo que hiciera algo, que reaccionara e hiciera cambiar de parecer al oficial pero eso era imposible. Mis manos estaban atadas, no la podía encontrar por mis propios medios y la única alternativa que teníamos nos decía que debíamos esperar un día entero para que empezaran a buscarla.

— Un día es demasiado... —Musité cabizbajo.

— ¿Disculpe?

— Esto es una mierda —Tae pateó la silla y salió de la comisaría fulminando a todos con la mirada.

— ¿Al menos pueden chequear estos nombres? —Dije débilmente. Estaba derrotado.

— Dígame.

Le dije el nombre de Eric y el de la madre de Hye Ri para que por lo menos buscaran en los registros si había alguna actividad extraña con ellos recientemente o quien sabe... Encontraran algo.

— Mañana pásese por aquí cuando se cumplan 24 horas e iniciaremos la búsqueda si la chica no ha aparecido.

— Me temo que la chica podría estar muerta para ese entonces —Reí con sarcasmo.

— Lo siento mucho señor.

— No... —Me levanté de la silla —Lo siento yo por ella.

Caminé casi arrastrando los pies fuera de la comisaría, Taehyung estaba sentado en la acera frente a la comisaría con la cabeza escondida entre sus rodillas y sus brazos.

— Vamos Taehyung —Le dije palmeándole la cabeza —Aquí no hay nada que podamos hacer.

- Si le pasa algo es mi culpa —Lo cierto era que Tae estaba llorando —Si le hace algo... ¡Tenemos que decirle a Jimin! Él...—

— Taehyung cálmate —Me senté a su lado y le pasé un brazo por encima de los hombros —Tenemos que esperar. Jimin no podrá hacer nada como nosotros, sólo llorará al igual que tú o aguantará las ganas de estallar como yo.

— Pero... —Aún lloriqueaba.

— Además como te dije puede actuar imprudentemente. ¿Te he contado la parte en la que Mary Lee y él se conocieron?

Negó con la cabeza.

— Una vez me metí en problemas con unos sujetos muy malos. Era de noche y...—

Corre Mary Lee.

Los recuerdos me inundaban.

— Ella intentó defenderme. Le dije que corriera aquella noche y así hizo con dos de esos desgraciados pisándole los talones. Llegó calle arriba —Suspiré mientras paseaba la mirada por una patrulla que acababa de llegar —Y ahí estaba Jimin y el peliverde.

Ella les gritó pidiendo ayuda y cuando pensaba que la habían atrapado.

— Jimin y su amigo se lanzaron como dos animales sobre ellos para salvarla. No midieron las consecuencias simplemente la ayudaron, me la devolvieron sana y salva.

Taehyung me escuchaba con atención mientras se tallaba los ojos de vez en cuando.

— Y así fue como se conocieron. En una noche como ésta, Hye Ri estaba en líos y él la rescató. Sólo que ahora no sé si seremos capaz nosotros de hacer lo mismo —Enterré mi rostro entre mis rodillas.

— Lo haremos —Soltó Taehyung. Yo me giré para verlo —Y si mañana a las siete Hye Ri no ha aparecido le diré a Jimin. Él no puede estar sin saber nada, tiene qué.

— Eso implicaría que descubra que Lee Hye Ri es Mary Lee y que nosotros la conocíamos.

— Eso ya no importa, lo que importa es que todas las personas que la queremos hagamos algo.

— Entiendo...

— Y eso implica a Jimin. De todos, al que más necesita es a él.

Todos los secretos de Hye Ri se desvelarían ante Jimin.

Como desearía que estuvieras aquí para que fueras tú quien se los cuente.


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