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21


Hye Ri.

Era domingo y desde las ocho de la mañana estaba despierta por culpa de Taehyung y sus insistentes mensajes acerca de que hoy jugaríamos...

— ¡Videojuegos! —Gritó extendiendo los brazos mientras íbamos camino hacia Morezt.

Nos habíamos detenido a comer algo en una tienda de conveniencia y ahora estábamos en una parada de bus a sólo unas cuadras del bar.

— Si vuelves a decir la palabra videojuegos voy a detenerme aquí, no te diré donde es el bar y no podrás jugar —Me quejé poniéndome mis lentes de sol negros.

— ¡Ah! No serías capaz Hye Ri —Me dio levemente con el puño en el hombro mientras sonreía victorioso.

— ¿Ah no? —Dije indignada quedándome estática en medio del camino —Ahora me quedo aquí y tú no podrás jugar nada.

— ¡Hye Ri, no seas tan cruel! —Dijo haciendo puchero y jalándome por un brazo, yo ponía resistencia a su jalón —¡Te vas a derretir como un helado aquí a causa del sol!

Yo suspiré pesadamente y luego de meditarlo Tae tenía razón, empezaba a sudar por culpa del clima tan caluroso.

— Sólo porque Nam Joon tiene aire acondicionado —Musité abriendo marcha de nuevo hacia Moretz.

De camino había puesto un poco al tanto a Tae acerca de Nam Joon y Tami. Le había contado que no me llevaba bien con mi familia, que sólo vivía con mi madre y que recientemente tenía un padrastro con el que me llevaba muy mal y que por eso me había mudado sola y que con ayuda de Nam Joon podía pagar el apartamento donde vivía. Además le había contado sobre Morezt y que a veces iba allí a ayudar con los clientes.

Me había ahorrado los detalles de la violencia en mi casa, del escape de mi hermanastro, del golpe en mi cara y de Mary Lee. No era necesario que Tae estuviera enterado de todo eso y además no quería recordarlo.

— ¿Hay algo que deba saber de tu amigo? —Preguntó Tae pasándose los brazos por detrás de la nuca.

— ¿Algo como qué?

— No lo sé, algo como... —Meditó —Que no debo tocar sus cosas sin permiso o decir groserías o algo así. No quiero llevarme mal con él, quiero caerle bien y que me deje jugar —Sonrió.

— Mmm... No, no hay nada en particular. Si le caes mal te lo hará saber y ya —Sonreí yo de vuelta notando cierto nerviosismo en Tae —Tranquilo, seguramente le vas a caer muy bien.

Cuando llegamos a Morezt Tami estaba en la puerta hablando por teléfono.

— ¡Hye Ri! —Llamó animadamente mientras colgaba la llamada y se acercaba a nosotros —¿Y este pequeño es nuestro invitado? —Preguntó alborotando el cabello de Tae quien estaba sonrojado hasta la médula.

— Soy Kim Taehyung, noona —Dijo este cabizbajo.

— Sí, este es Taehyung. El ser más molesto de todos cuando se trata de videojuegos —Bromeé haciendo que Tae me lanzara una mirada de súplica para que no lo avergonzara delante de Tami.

— ¿Más que Nam Joon? No lo creo —Guiñó un ojo haciendo que Tae ahora estuviera del color de su franela roja.

— Vamos, señor tomate —Le dije invitándolo a pasar a Morezt siguiendo a Tami.

Como era domingo a las diez de la mañana no había clientes en el bar por lo que todo estaba tranquilo y lo único que se escuchaba era una canción suave de jazz proveniente del equipo de sonido de la tarima que supuse había puesto Tami mientras limpiaba el lugar. Es una costumbre de ella colocar música mientras asea.

— Primero que nada, ¿quieres agua o algo de beber? —Le preguntó Tami a Tae al pie de la escalera —¿Eres mayor de edad, no?

Tae asintió repetidas veces con la cabeza.

— Pero no bebo alcohol, no me gusta —Respondió.

— Ah... Eso me agrada, eres igual a Hye Ri —Dijo ella subiendo por las escaleras mientras nosotros la seguíamos en silencio —Bueno, bienvenido, Taehyung.

Llegamos hasta el segundo piso, a la guarida de Nam Joon, a nuestra guarida. Este estaba comiéndose un plato de ramen mientras miraba la televisión y sólo advirtió que estábamos ahí cuando Tami le dio la bienvenida a Tae.

— Oh —Nam Joon aspiró rápidamente unos fideos y se levantó del sofá —Pensé que llegarían más tarde —Se acercó hasta nosotros y me dio un abrazo.

Tae había permanecido todo el rato con la cabeza gacha.

Este chico es realmente tímido.

— Tú debes ser el amigo de Hye Ri —Dijo Nam Joon paseando su mirada por el chico.

— Así es, mi nombre es Kim Taehyung —Articuló mecánicamente como un soldado.

— Hubiese venido más tarde si alguien no me hubiese despertado a las ocho porque quería venir a jugar —Comenté cruzándome de brazos y mirando de reojo a Tae que se había vuelto a sonrojar.

— ¿Tanto te gusta jugar? —Preguntó Nam Joon sobándose el mentón —Bueno si es así, siempre serás bienvenido aquí, Taehyung —Lo tomó por los hombros y lo llevó hasta el sofá –Me llamo Nam Joon soy...

Mientras ambos empezaban a hablar de qué modalidad de juego les gustaba más yo me quedé cerca de la mesa hablando con Tami.

— Se ve como un buen chico —Dijo ella mirando a ambos chicos.

— Hasta ahora lo es —Respondí —Estos días me ha mantenido distraída —De Jimin.

— ¿De Jimin? —Preguntó ella como una madre que está a punto de darme un consejo.

— Sí... —Dije suavemente. Aún no le había dicho a Tami y Nam Joon sobre Jimin y la chica —Y tampoco lo haría.

— ¿Estás segura que no quieres luchar por él, Hyeri?

— No estoy segura de nada —Me senté en la mesa y sostuve mi cabeza con mis manos —Es decir... —Cada vez que pensaba en Jimin no podía evitar que mi corazón saltara y se regocijara con imaginarse su rostro —Me gusta muchísimo y cada vez que lo veo no sé dónde meter la cabeza. Parezco un estúpido avestruz —Suspiré.

Tami me miró con una tenue sonrisa de lado mientras me escuchaba con cuidado.

— Eso pasa cuando te enamoras.

— ¿Enamorarse? —Pensé —Nunca había pensado en eso antes y no sé cómo saber si lo estoy o no, pero supongo que si cuando ves a esa persona quieres salir corriendo para que no te vea con las mejillas encendidas y tu cabeza no deja de preguntarse dónde está y qué está haciendo, entonces creo que sí estoy enamorada —Me encogí de hombros y luego abrí los ojos como platos cuando me di cuenta de lo que acababa de decir.

Acababa de confesar libremente y sin ningún tabú lo que sentía por Jimin.

— Sí, eso es exactamente lo que yo siento por Josephine —Escuché decir a Tae detrás de mí.

Me levanté de un brinco de la silla porque tanto él como Nam Joon acababan de escuchar lo que dije.

— ¿¡No les han dicho que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas!? —Grité llevándome una mano al pecho.

Todos rieron excepto yo porque me estaba muriendo de la vergüenza y probablemente mis mejillas estaban más rojas que la franela de Tae.

— Cuando descubrí que te gustaba el peli naranja no pensé que era tan serio, Hye Ri —Comentó Nam Joon sorprendido.

— Por favor, no hablemos de esto —Dije yendo hacia el refrigerador para servirme un vaso de agua fría.

— Un momento, ¿ustedes también conocen a ese profesor? —Preguntó Tae asombrado.

— Sí, es cliente regular del bar —Respondió Tami —Es muy simpático.

— Pero el peli naranja no sabe que nosotros conocemos a Hye Ri —Dijo Nam Joon.

— Y no debe saberlo —Intervine yo —Ni tampoco debe saber que tú los conoces, Taehyung —Me bebí el vaso de agua de un solo trago.

— Soy muy bueno guardando secretos —Respondió Tae haciendo que se cerraba la boca como un cierre —Fingiré que no sé nada de ustedes.

— Este chico me gusta —Nam Joon le dio una palmada a Tae en la espalda y sonrió.

Yo los miré como quien no puede creer que dos personas que se acababan de conocer se llevaran tan bien, aunque en realidad lo mismo podría decir de Taehyung y yo.

Al parecer ese es su encanto.

— Oye Taehyung —Intervino Tami —¿Y quién es Josephine? —Preguntó curiosa.

— ¡Ah! —Tae brincó hasta la mesa y se sentó emocionado dispuesto a contarle sobre ella —Es la chica que me gusta desde que soy pequeño, está en nuestra universidad.

— ¿Y son novios? —Preguntó ahora Nam Joon.

— Par de chismosos... —Musité yo recostada del refrigerador.

— No, por desgracia aún no —Respondió Tae cabizbajo —No sé si yo le gusto y por eso le he pedido ayuda a Hye Ri.

— ¿A Hye Ri? —Nam Joon me miró confundido.

Yo tragué duro porque sabía que lo que iba a decir Tae quizás no le gustara.

— Le dije que si podía fingir ser mi novia delante de ella, si Josephine reaccionaba o hacía algo entonces...

— Confirmarías que le gustas, ¿no? —Preguntó Tami conmovida por Tae.

— Y si no... —Nam Joon miraba a Tae con atención, ni siquiera había reparado en el plan del chico.

— Hye Ri me hizo prometer que dejaría a Josephine en paz y que no me seguiría lastimando yendo tras ella —Respondió el enamorado reposando su cabeza en sus manos.

Todos nos quedamos en silencio mirándolo por unos segundos.

— Ánimo Tae, de seguro sí le gustas pero nunca ha tenido la oportunidad de decírtelo —Comentó Tami dándole ánimos —¿No es cierto, Nam Joon?

— Eh, ah... —Nam Joon se rascó la nuca —Bueno eso no lo sabemos pero si resulta que no, ya encontrarás a la indicada —Se encogió de hombros.

Tae levantó la mirada y sonrió ampliamente como de costumbre.

— Gracias por apoyarme —Agradeció —¿Otra partida? —Me guiñó un ojo y luego se dirigió al sofá junto a Nam Joon.

Y así era como un completo extraño empezaba a formar parte de mi pequeña familia.

***


— Me van a salir raíces aquí si sigo sentada viéndolos jugar —Refunfuñé mientras miraba la hora. Eran las dos de la tarde y desde las once estos dos idiotas no habían parado de jugar.

— Te dije que lo intentaras una vez pero no quisiste —Respondió Tae concentrado en la televisión apretando los botones del control de la consola.

— No voy a jugar eso, no me gusta andar matando zombies y perros zombies —Dije acomodándome en el sofá mientras me arropaba con una cobija que Tami me había traído —Nam Joon, tengo hambre.

— En las alacenas hay ramen instantáneo —Dijo este también con la vista clavada en el videojuego.

Tami había tenido que salir a visitar a sus padres, por eso la habían llamado en la mañana cuando la vimos en la entrada de Morezt.

— ¡Ah! ¿Dónde está unnie cuando la necesito? —Me quejé pataleando en el sofá.

— ¡Sí, volví a ganar! —Celebró Tae —¿Siempre fuiste así de malcriada? —Se dirigió a mí y como respuesta le lancé un cojín en la cara.

— Uff... Y no has visto nada —Nam Joon se levantó del sillón y se sacó la billetera del bolsillo —Vayan a comprar pizza, Hye Ri sabe dónde.

— ¿En serio? —Me levanté de un brinco del sofá y tomé el dinero —Esas pizzas son deliciosas. Muévete, Tae —Lo tomé por una de las mangas de su franela y lo jalé hasta la puerta.

— Compra tres y algo de beber —Gritó Nam Joon cuando estábamos bajando por las escaleras.

— Te saliste con la tuya, enana —Dijo Tae —Por cierto... —Se detuvo en la puerta de Morezt antes de que yo pudiera abrirla y clavó su mirada en mí.

— ¿Qué quieres? Cuando me miras así creo que vas a matarme —Dije intentando quitarlo de la puerta.

Fue entonces cuando Tae me dio un abrazo.

— Muchas gracias por dejarme venir —Dijo como un niño pequeño —Me caes muy bien, tú, Tami y mi hyung —Sonrió de oreja a oreja.

— ¿Qué haces? —Dije apenada tirándolo hacia un lado —No me gustan los abrazos, a Nam Joon sí, ve y abrázalo a él —Me quejé nerviosa porque la verdad nunca antes había tenido amigos que me abrazaran.

Tae sacó la lengua y me guiñó un ojo.

— Cuando regrese le daré uno a él —Se pasó las manos por detrás de la cabeza y salió de Morezt seguido de mí.

— Qué extraño eres —Dije por lo bajo.

Extraño pero divertido. Extraño pero excesivamente bueno.

— Hey, ¿con qué te gustaría la piz... —Iba a preguntarle a Tae cuando se presentó la ocasión.

Justo delante de nosotros estaban Suga y... Jimin.

Últimamente el cielo y el infierno se habían unido para hacerme una broma pesada. Qué infierno era verlo cuando quería huir y que bien se sentía mirarlo aunque fueran cinco segundos.

***


Jimin.

¿Qué hacía Lee Hye Ri con ese idiota otra vez?

— ¡Ya! Profesor Jimin —Gritó el chico desde la distancia saludando animadamente con la mano.

No quiero que me saludes, sólo quiero que desaparezcas.

Intenté reprimir mi enojo y le devolví el saludo acercándome hasta ellos. Hye Ri parecía esconder su mirada de mí.

— ¿Ahora vienes regularmente aquí? —Pregunté a Hye Ri tratando de que me dijera por qué estaba con ese chico en un lugar como Morezt un domingo.

Hye Ri no me respondió y sólo me miró con desdén.

— Hola Hye Ri —Saludó Suga —Discúlpalo si hoy está más idiota que de costumbre —Dijo refiriéndose a mí.

— ¡Wow! Tu cabello es muy genial —Le dijo el chico a Suga sin una pizca de sarcasmo, de verdad le gustaba el cabello de hyung.

— ¿Y tú quién eres, franela roja? —Preguntó Suga.

— ¿Yo? —Él se señaló así mismo con el dedo —Yo soy Kim Taehyung... El novio de Hye Ri —Sonrió tan ampliamente que juré que podría partirle los dientes si aquello resultaba ser verdad.

¿El novio de Hye Ri?

¿Novio?

Hye Ri...

— ¿El novio de Hye Ri? —Preguntó Suga incrédulo —No me jodas —Bufó —Ven conmigo, Kim tallarín —Taehyung fue jalado por la franela hacia dentro de Morezt.

— ¿Qué? ¿A dónde... —Tae no terminó la frase porque Suga lo arrastró hacia dentro del bar dejándonos solos a Hye Ri y a mí.

Ahora sólo éramos ella y yo. Nunca me había sentido tan incómodo y nervioso delante de una chica como me sentía en ese momento.

No quería arruinar más las cosas con Hye Ri de lo que lo había hecho con mi borrachera y lo de Krystal, sólo quería agradecerle y tener un momento a solas, pero al mismo tiempo estaba el tema de que ella no quería ser más mi alumna y ahora lo de este tal Taehyung.

— ¿Qué haces aquí un domingo tan temprano? —Pregunté sin vacilar.

— ¿Por qué deberías saber eso? ¿Vas a regañarme o algo así? —Se cruzó de brazos con esa mirada obstinada de siempre.

Cálmate Jimin, ella es más madura que esto, sólo está molesta.

— No —Apreté la mandíbula —Sólo me causa curiosidad. ¿Conoces a los dueños del bar?

Ella soltó los brazos y negó con la cabeza.

— Sólo vine porque el día que te recogí aquí me pareció un lugar muy bonito.

Escucharla decir que me recogió ese día me dio un sabor amargo a la boca.

— Ya veo... —Dije un poco apenado —Hey, Hye Ri con respecto a ese día...

La miré con cierta vergüenza pero ella no me sostuvo la mirada.

— Muchas gracias por ayudarme, si no hubieses estado allí yo —Me interrumpió.

— No te preocupes por eso, Jimin —Dijo indiferente —De todas formas no era a mí a quien buscabas —No sé por qué eso último había sonado como si le hubiese dolido decirlo.

Yo sabía a qué se refería, al mensaje de texto que le envié a Mary Lee.

— Con respecto a eso... —Me volvió a interrumpir.

Estaba perdiendo la paciencia.

— Jimin, no es mi problema si ese día le escribiste a tu novia y por equivocación me lo enviaste a mí, de verdad. Olvidemos esto y ya —Dijo sin mirarme a la cara.

— ¡No es mi novia! —Me apresuré a decir. No quería que otra vez se fuera sin poder aclararle las cosas.

— Pues el otro día parecía que tuvieras una —Dijo molesta.

¿Y no que no es tu problema si tengo novia o no?

— Escucha —La tomé por los hombros acercándome a ella —Mary Lee, la chica del mensaje es sólo una amiga, ¿bien? Seguramente mientras estaba ebrio me pareció buena idea pedirle ayuda.

— Eso no parecía un mensaje de ayuda —Desvió su rostro hacia un lado.

— Es de una canción, ¿bien? —Me excusé —Y estaba borracho, ni siquiera me acuerdo de muchas cosas, Hye Ri. Las personas ebrias hacen y dicen tonterías.

Ella se quedó callada y luego giró su rostro lentamente hacia mí.

Estábamos tan cerca que podía escuchar su respiración y observar con mayor detenimiento su rostro que empezaba a absorberme como un agujero negro.

Dios, esos ojos...

— Y... —Solté sus hombros y retrocedí un paso nervioso con el corazón hecho terremoto —La otra chica, la del abrazo... —Eso había sido un total y absoluto error —Esa chica vive en mi casa porque es hija de una de las amigas de mi madre.

Pareció sorprendida al decirle eso porque entreabrió los labios y me miró como si estuviese alarmada.

— Ese día fui a llevarle el almuerzo pero estaba llorando porque tuvo un problema muy grave con sus padres —Le expliqué con calma —Y no sé, supongo que en su momento quería un abrazo y pues... Me lo dio a mí —Me avergonzaba decir eso y recordar que luego la muy psicópata me había besado.

Pero eso último no se lo diría a Hye Ri ni en un trillón de años, primero metía la mano en un avispero antes de decirle eso.

— No tengo novia, Hye Ri —Intenté explicarle.

Porque quisiera que tú fueras mi novia y nadie más.

— ¿Y por qué me lo cuentas? —Preguntó ella volviendo a su actitud de defensa.

Había estado tan cerca, tan cerca de que bajara la guardia pero no, la Hye Ri obstinada había vuelto recargada.

— Para que no haya malentendidos —Suspiré resignado a que esta chica nunca sentiría nada por mí.

— Pues ya no hay malentendidos, ¿terminamos? —Dijo girando sobre sus talones dispuesta a entrar a Morezt supuse que a buscar a su novio.

No... No hemos terminado.

— No —Musité y lo próximo que supe fue que tenía a Hye Ri abrazada a mí.

No podía permitir que se fuera, no tenía ni la más mínima intención de dejarla ir por lo que tomé su mano y la aferré hacia mí rodeándola con mis brazos y escondiendo mi rostro en su cabello.

— No hemos terminado, Lee Hye Ri —Dije con la voz a punto de quebrarme —¿Por qué habría de terminar cuando no me has dado la oportunidad de comenzar? —Hablaba sin pensar en lo que decía porque en ese momento quien hablaba era lo que sentía por ella.

No podía sentirme más cálido ni imaginarme un paraíso mejor que el tener a Hye Ri entre mis brazos y descubrir que su piel no era tan fría como su mirada y que no era tan dura como parecía, al contrario, sabía que con un apretón podría romperla o ahogarla contra mí y tuve miedo de siquiera pensarlo porque me gustaba cada pedazo de Hye Ri y lo menos que quería era lastimarla de alguna forma.

Por suerte, en lugar de intentar alejarse de mí, me sorprendió encontrar que Hye Ri se hundía en mi pecho así como yo lo hacía en su cabello.

— ¿De qué hablas Jimin? —Alcanzó a preguntar con la voz entre cortada —¿Comenzar qué?

Nosotros, tú y yo.

Pero en lugar de decirle lo que estaba pensando, que quería estar a su lado de verdad...

— ¿Por qué no quieres seguir recibiendo las tutorías? —Pregunté suavemente.

Ella tembló un poco entre mis brazos y se separó un poco mirándome aterrada y con el ceño fruncido.

— Jimin... —Comenzó pero no llegó a terminar lo que quería decir y simplemente se apartó de mí bajando el rostro —Lo siento, esto no debió pasar.

Yo todavía sentía los latidos de mi corazón acelerados pero ¿por qué de repente volvía a sentir que Hye Ri se iba a alejar de mí?

— ¿Qué cosa? Hye Ri, háblame. No puedo adivinar lo que estás pensando —Pedí.

O lo que estás sintiendo.

— Lo siento Jimin, me tengo que ir —Me dio la espalda.

— ¿Es por Taehyung?

Se paralizó sin girarse hacia mí.

— ¿Es por él? —Ya no podía evitar sentirme molesto con ella y conmigo mismo.

Con ella porque me dejaba así y conmigo porque estaba detrás de alguien que no me pertenecía.

— ¿Es porque es tu novio y no quiere que estés conmigo? ¿O eres tú que no quieres... estar conmigo? —Odiaba decir aquello, odiaba preguntarle eso porque temía su respuesta.

Y como supuse que su respuesta me dolería estaba preparado para enfrentarla. Pero no hubo respuesta, no hubo un o un no. Hye Ri simplemente se disculpó.

— Lo siento, Jimin.

Me dejas con el corazón en la boca y haces lo que quieres con él, mientras que yo... Sigo detrás de ti como si fueras lo único que puede hacerme feliz.

***


Suga.

Yo no me comía el cuento de que Hye Ri tenía novio, no después de verla llorar por Jimin aquella noche y que su mirada me dijera lo mucho que adoraba al idiota de mi mejor amigo.

Entré con Taehyung al bar y me encontré con que no había nadie adentro, ni clientes ni nadie que nos atendiera.

— ¿Qué hacían aquí si no hay nadie? —Pregunté con curiosidad.

— Pues... —El chico meditó —Ya nos íbamos justamente porque nos dimos cuenta que no había nadie.

— Mmmm —Lo miré tratando de analizar si mentía —Ven, vamos a sentarnos a hablar un momento tú y yo, de hombre a hombre.

Ambos nos sentamos en la barra y yo tenía la intención de saber qué era todo eso de que él era novio de Hye Ri.

— Muy bien, Kim tallarín —Recosté un brazo sobre la barra —Vamos a sincerarnos, ¿qué es todo eso de que Hye Ri y tú son novios? Y por favor, no hables mierda o digas mentiras porque lo sabré.

Taehyung me miraba como un cachorro que sabía que había hecho algo malo y que iba a pagar por ello.

— Yo sé que a esa chica le gusta Jimin y me parece muy raro que haya cambiado de parecer de la noche a la mañana.

— Hyung —Dijo él juntando sus manos en forma de plegaria —Te diré si no le dices nada a ese Jimin —Pidió.

— ¿Y eso por qué? Si me das una buena razón, no le diré nada a mi mejor amigo —Dije levantando una ceja.

Lo dejé meditar unos segundos y finalmente habló.

— Hye Ri no es mi novia, sólo está fingiendo serlo para darle celos a la chica que me gusta —Suspiró resignado.

— ¡Dios! —Me incorporé en la silla levantando mi mano para darle una palmada en la cabeza a ese chico —¿Y ustedes dos están en kínder? ¿¡Ah!? —Regañé.

— Lo siento, hyung. Creí que sería buena idea y ella es mi amiga, no tenía a quien pedírselo —Se disculpó cubriéndose la cara.

Yo suspiré pesadamente frotándome las sienes.

— Los dos son unos mocosos —Me quejé —¿Y por qué no quieres que le diga nada a Jimin? ¿Qué no ves que ese idiota se muere por esa mocosa?

Taehyung me miró confundido como si no creyera lo que acababa de decirle.

— ¿Por qué me miras así?

— ¿Estás seguro que ese profesor gusta de Hye Ri?

— Tan seguro como que mi cabello es de color verde y no soporto a los mocosos inmaduros —Rodé los ojos —¿Por qué lo preguntas?

— Bueno es que... —Se rascó la nuca y apretó los labios —Hace dos días lo vimos en la universidad abrazando a una chica.

Un momento...

— ¿¡QUÉ!?

— Parecían muy unidos y Hye Ri los vio, entonces...

— Si Jimin hizo eso lo voy a matar, lo voy a ahogar con la almohada mientras duerme —Hablaba para mí mismo.

¿Ese idiota no podía ser más idiota?

— Jimin es un idiota, definitivamente —Dije frotándome las sienes otra vez. Me iba a dar un infarto cerebral por culpa de ese idiota —¿Ustedes conocen a esa chica o saben quién es?

— Ni idea —Se encogió de hombros.

— Entiendo... En fin, a ese idiota le gusta Hye Ri de eso estoy seguro. No sé quién es esa chica o por qué la abrazó pero te juro que lo voy a averiguar y le voy a dar un buen par de patadas en el trasero por eso —Dije levantándome del asiento.

— Por favor, hazle pagar.

— Y tú deja de jugar a ser mamá y papá con esa mocosa o ambos terminarán con el trasero pateado también, ¿entendiste?

Taehyung asintió repetidamente con la cabeza, me levanté de la silla y me fui del bar dejándolo allí encontrándome con Hye Ri en la puerta pero esta ni siquiera me miró y siguió de largo hacia la barra, supuse que algo había pasado entre ella y Jimin.

Le preguntaré a Jimin.

Pero cuando salí del bar me encontré con que me había dejado.

***


Jimin.

Tan pronto como Hye Ri me dejó tuve la urgencia de salir corriendo de Morezt.

— Mierda —Dije recostado de la puerta principal de la casa de Suga cuando recordé que lo había dejado atrás —Me va a matar cuando llegue.

Si es que no me encuentra muerto primero.

— Que no me escuche pensar eso o de verdad me va a matar —Me dejé caer en el suelo lentamente.

Ahí estaba yo, sentado en el suelo clavando la mirada en la sala mientras pensaba en que me acababan de romper el corazón como si estuviese en la primaria.

Me había dado cuenta muy tarde que me gustaba Hye Ri, que me encantaba esa chica de mirada obstinada y bonitos poemas.

— Ni siquiera le pregunté si presentó su escrito —Sonreí con tristeza.

El tiempo con ella se acortaba, cada minuto se sentía como un segundo y nunca encontraba la hora o el lugar adecuado en el que ella y yo pudiéramos estar solos y hablar, —no pelear. Pero últimamente eso se había vuelto una misión imposible.

Aunque de algo estaba seguro y era que Hye Ri en mis brazos se sentía segura, nunca la había visto tan... apacible y serena. Incluso su respiración que chocaba contra mí ascendía y descendía pausadamente como si nada a su alrededor la alterara. O al menos esa era la conclusión a la que mi cerebro terco había llegado, que fuera realmente cierto era un completo misterio.

— ¿¡Park Jimin!? —Gritó Suga desde afuera empujando la puerta y asomándose —¿Qué mierda haces ahí tirado? ¡Déjame pasar! —Refunfuñó.

— Sólo si prometes no golpearme —Dije divertido levantando mi cabeza para ver su rostro congestionado.

— Hoy sólo te puedo prometer que si no levantas tu trasero de mi piso te lo voy a dejar plano —Amenazó —¡Ya! ¡Levanta el culo ya!

Me levanté casi partido de la risa por el regaño de Suga y porque nunca me podía tomar sus amenazas en serio.

— Hyung, siempre te ves gracioso cuando te molestas —Dije sosteniendo mi abdomen aun riéndome —Me duele... ¡Ay! —Me dolía de tanto reírme.

Suga pasó directo a la sala y se sentó en su sillón favorito mirándome desde la distancia con cara de pocos amigos.

— Siéntate aquí ya, delante de mí donde te pueda alcanzar en caso de que desee golpearte —Dijo llamándome con un dedo.

Yo me sequé las lágrimas de la risa e hice lo que me pidió.

— ¿Qué pasa, hyung?

— ¿Me puedes explicar qué es eso de que estuviste abrazando a una chica en la universidad, Park?

¿Cómo se había enterado?

— Ah... —Me puse nervioso de repente —¿Quién te lo ha dicho?

— El mocoso, el supuesto novio de Hye Ri —Dijo obstinado.

— ¿El supuesto? ¡Ja! Ya descubrí que él es la razón por la que Hye Ri no quiere ver más tutorías conmigo.

— ¿Qué ella qué? —Suga pareció sorprenderse.

— Eso te iba a contar hoy, al igual que lo del abrazo con esa chica pero bueno pasó lo que pasó y no me dio tiempo —Respondí con amargura —Hye Ri no quiere ver más tutorías conmigo y no sabía la razón hasta hoy. Es por su novio, ese Taehyung —Despotriqué.

Suga comenzó a reírse, justo como había hecho la última vez que habíamos hablado.

— ¡Dios mío! Me pones nervioso cada vez que te estoy diciendo algo serio y tú te ríes —Me quejé —Siento que en cualquier momento sacarás un cuchillo y me matarás, psicópata —Inflé los mofletes angustiado.

Ahora era él quien se partía de la risa.

— Pues vas a tener que averiguar bien cuál es la razón por la que no quiere que le enseñes Park —Dijo entre risas —Porque eres muy mal detective.

— ¿A qué te refieres? Ya te dije que es por su novio.

— ¿Novio? —Soltó una carcajada —¿Qué novio, Jimin? Hasta ahora el único idiota que no se ha dado cuenta eres tú.

— ¿Darme cuenta de qué? —Me levanté del sillón y lo tomé por los hombros.

— De que ese chico no es novio de Hye Ri, de que sólo lo dijo para molestarte y que esa mocosa...

¿Fingió ser su novio para molestarme?

— Y de que esa mocosa —Continuó Suga —Solamente es capaz de pensar en ti.

Abrí los ojos como nunca antes en mi vida, si hubiese podido verme en un espejo probablemente hubiese estado feliz de saber que de hecho tenía ojos.

Pero más feliz me había puesto lo que Suga había dicho, que Hye Ri no tenía novio.

Y que me quería...





Hola chicas lamento la tardanza, espero les guste este capítulo. 

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