Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

07


Hye Ri. 

Siempre he escuchado que los problemas se vuelven más pequeños cuando estás rodeado de personas que te ofrecen su apoyo incondicional y en mi caso cuando trataba de hacerme una imagen de aquello recordaba a mis compañeras de secundaria lloriqueando por algún asunto de adolescentes rodeada de su pandilla de chicas que afirmaban que todo estaría bien.

Así que de esa forma los problemas se aminoran...

Aunque esto no ocurría conmigo.

Hasta que llegó Nam Joon.

 ***


— ¿Entonces qué vas a querer que te prepare cuando lleguemos a Morezt? —Preguntó de camino al bar en su auto luego de que me encontrara en mi charco de mocos.

Había aceptado su oferta de quedarme a dormir con él; no en la misma cama sino bajo el mismo techo y así tendría un poco de paz luego del espectáculo que se armó en mi casa y del que huí aterrorizada.

— Hoy había noche de tacos ahora que recuerdo —Dijo Nam Joon pensativo —Hye Ri, ¿me estás escuchando?

Lo cierto es que siempre lo escucho con atención aunque él crea que lo ignoro la mayoría de las veces o no lo tomo en serio.

— Los tacos suenan bien —Respondí —¿Los preparaste tú o Tami? Porque si no los hizo ella... 

— Los hice yo y te puedo asegurar que quedaron deliciosos —Dijo orgulloso. 

Arrugué el rostro en señal de que no creía aquello.

— ¿Confías más en mi novia que en mí? —Preguntó fingiendo indignación. 

Por si no lo había mencionado, Tami y Nam Joon están saliendo. 

— Quizás... —Respondí mirando al cielo. 

Él me miró divertido y luego clavó su mirada en el camino.

Luego de varias cuadras en silencio total recordé que había algo que quería preguntarle desde hacía días.

— ¿Por qué me llamas Mary Lee? —Capté su atención.

No respondió de inmediato y sólo lo hizo luego de reír silenciosamente haciendo que los agujeros de sus mejillas se pronunciaran.

— Se me ocurrió una noche mientras pensaba en lo genial que se te ve esa peluca —Dijo —Y pensé, ¡oh, esa peluca merece algo mejor! ¿Por qué no darle la identidad que merece?

Parecía que Nam Joon estaba divagando sobre mi otra "personalidad".

— Y dije, ¡ya sé! —Exclamó haciendo que me sobresaltara en el asiento —Mary Lee le queda bien —Culminó sonriente.

— ¿Y fin de la historia? —Lo miré con un ceja levantada.

Él asintió repetidas veces como un niño que se siente orgulloso de alguna travesura.

— Eres un tonto, rap monster. 

Me miró confuso.

— ¿Hm? 

— Como ahora te gusta rapear... —Atajé —Y estamos con esto de los sobrenombres es justo que te invente uno, ¿no?

Se rió a carcajadas mientras estacionaba de retroceso el auto cerca de la entrada de Morezt. 

— Ese me gusta —Dijo.

Ya era lo suficientemente tarde como para no encontrar el bar ajetreado así que fuimos hasta un cuarto de juegos que Nam Joon tiene en el segundo piso del local.

— No busques a Tami, hoy tenía que irse antes —Comentó cuando vio que buscaba a mi compañera con la mirada mientras subíamos las escaleras al cuarto.

— Ah... —Suspiré un tanto desanimada —¿Es ese mueble una nueva adquisición —Pregunté refiriéndome al camastro amarillo que estaba en una esquina y lucía bastante cómodo. 

— Sabía que te gustaría, siempre tienes cierta atracción por las cosas que realzan tu pereza interna —Dijo mientras abría su refrigerador.

Lo miré con recelo y luego me eché en el sillón.

— ¿Tacos entonces?

Asentí mientras perdía mis ojos en la colección de discos de vinilo que adornaban una de las paredes del lugar. 

— Pon el que quieras —Espetó.

Estaba sacando algunos ingredientes para colocarlos sobre una mesa sencilla de madera. Nam Joon tenía de todo en su pequeña guarida porque le fastidiaba tener que ir a su casa.

Había un cantante americano que particularmente me gustaba y fue de él de quien elegí el disco.

Mientras escuchaba a Nam Joon tararear la melodía yo estaba un poco extraviada en mis pensamientos. Era bastante tarde y no había vuelto a casa luego de huir de esa forma y aunque sabía que a Eric bien poco le importaría, me preguntaba si mi madre si quiera quisiera saber donde estaba y si me encontraba bien.

Luego de golpe y como un balde de agua fría supe enseguida que no; no le importaba en lo más mínimo qué estaba pasando conmigo.

Me reí suavemente con cierta ironía.

— Si vas a empezar a reírte sola avísame para llevarte al psiquiátrico de una vez —Dijo él con los ojos lagrimeando por cortar cebolla.

Lo miré en silencio con una sonrisa triste.

— ¿Qué te pasa? —Se frotó los ojos con el antebrazo.

— Me traje el móvil pero no me ha escrito.

Él sabía que me refería a mi mamá y por eso me miró con tristeza sin saber qué responder a eso.

— Está bien —Dije suspirando —No puedo prometerte que no me sentiré horrible porque ella sea así conmigo porque todo esto es muy difícil para mí. No entiendo en qué punto todo empezó a ser así —Continué sin soltar ni una sola lágrima pero con el corazón bastante acongojado —Pero ya encontraré una solución para lidiar con esto que siento —Que en su mayoría se resumía a un dolor terrible y una tristeza sin precedentes.

Nam Joon me miró sin saber a ciencia cierta que quería decirme.

— ¿Quieres que busquemos a un médico, ya sabes, de esos terapeutas que saben ayudar y que decir?

No me hacía gracia la idea de contarle todo a un desconocido, al fin y al cabo, además del apoyo emocional ¿qué más podría brindarme esa persona?

Negué con la cabeza.

— Ya te dije, encontraré una solución.

Asintió y volvió a su labor de cortar cebolla imprudentemente con un cuchillo para rebanar pan.

— Quiero comentarte algo... —Musité luego de escuchar una canción de aquel disco mientras veía a Nam Joon preparar todo.

— Como siempre, soy todo oídos Mary Lee —Respondió —Perdón, Hye Ri. Hoy no tienes la peluca con estilo —Se burló.

— Es sobre la universidad.

— Sí, definitivamente hoy eres la cerebrito de Hye Ri —Repuso.

— ¡Nam Joon! —Lo reprendí.

— Está bien, está bien —Se rindió —¿Qué pasa con la universidad?

Le comenté acerca del asunto del concurso de escritores en el que me había inscrito mi profesor favorito y el hecho de que se había tomado la atribución de buscarme un tutor particular. 

No sé por qué me ahorré el detalle de decirle que se trataba de Jimin, el chico que me había salvado unas noches atrás.

— Esta puede ser la solución que andabas buscando Riri  —Ahí iba con otro sobrenombre, sólo que esta ya lo había usado antes cuando quería ser cariñoso. 

Lo miré no muy convencida.

— ¿Cuál es tu problema? —Dejó el cuchillo en la mesa y se cruzó de brazos —Escribes increíble y además puedes lidiar con todo lo que sientes escribiéndolo. Siempre ha sido tu escape, además si ese profesor reconoce tu talento no lo defraudes.

Sentía que ahora tomaba el papel del hermano mayor regañón.

— Y hasta vas a tener un tutor —Culminó aborreciendo mi cara de pocos amigos por aguantar el regaño. 

— Entonces, ¿está bien que lo haga?

Asintió retomando el cuchillo.

Y se suponía que mañana en la tarde era mi primera sesión con él. 

***


Jimin.

Me estaba muriendo del sueño cuando la alarma sonó temprano en la mañana y me froté los ojos tantas veces que creí que me desprendería las retinas.

— ¿Listo para enseñar a esos niños a escribir correctamente? —Bromeó mi hermano mayor Jin cuando bajé hasta la cocina para tomar mi café matutino.

No le respondí y sólo negué con la cabeza varias veces.

Si había algo que odiaba era levantarme temprano y por eso siempre había aborrecido las clases matutinas.

No tenía ni idea de como iban a surgir las cosas el día de hoy con mis alumnos cuando vieran que era un tipo casi tan joven como ellos y que la mayoría de las veces era bastante obstinado cuando se trataba de lidiar con cerebros inmaduros. 

Vamos a averiguarlo, Jimin. 


De: Prof. Stevens

No te olvides de la señorita Lee Hye Ri, ella te necesita

Recibido 9:00 pm ✓✓

Ten paciencia...

Recibido 9:05 pm ✓✓


Había recibido aquel mensaje justo la noche anterior por parte del profesor Stevens.

Hye Ri, ese es otro problema. 

Se supone que hoy es nuestra primera sesión para el concurso interno de escritores que está próximo a realizarse así que espero que no me de demasiados problemas y podamos llevar este asunto de la mejor manera.

Seré un buen tutor siempre y cuando ella sea una buena alumna.

***


Entré al aula de clases llegando cinco minutos tarde y encontrándome con la mirada curiosa de por lo menos veintitantos alumnos que oscilaban entre chicas plásticas -como yo les llamaba- hasta pollos recién salidos de una biblioteca.

Al verme cruzar la puerta y colocar mi bolso sobre el mesón se acomodaron rápidamente en sus asiento cual secundaria y guardaron silencio.

— Disculpen la tardanza. Soy Park Jimin, su nuevo... —Me costaba decir la palabra profesor —Docente. 

Me miraban con atención y yo no hacía más que pasear mis ojos por cada uno de ellos mientras jugaba con mis dedos en el bolsillo de mi pantalón.

— ¿Alguna pregunta?

¿Y de qué van a preguntar si no has dicho nada? Torpe. 

Nadie dijo nada y me sentí aliviado.

— Bien, entonces vamos a pasar la lista antes de empezar —Dije mientras revisaba la hoja que me habían dado el día anterior con el nombre de mis alumnos. 

— Goo Ah Min...

Cuando iba por el número diez ya sentía que me fastidiaba aquello de repetir nombres.

— ¿Están todos aquí? —Pregunté un tanto cansado con la intención de no seguir pasando la lista. 

Ellos se miraron extrañados.

— ¿Sí? Muy bien, dejemos es... —De reojo un nombre me llamó la atención. Un nombre cuyo rostro no había visto en todo el rato que llevaba en el aula —Lee Hye Ri —Llamé expectante de encontrarla. 

Pero nadie levantó la mano o hizo señal alguna.

— Dije Lee Hye Ri —Repetí paseando los ojos sobre todos y noté que un asiento estaba desocupado.

Unas chicas cuchichearon en el fondo y un chico de lentes me advirtió que no estaba.

Como si no me hubiese dado cuenta ya.

Miré otra vez su nombre en la lista y lo resalté con el lapicero mientras pensaba en que ella no parecía de las chicas que faltaban al colegio; el profesor Stevens me había dicho que nunca se perdía una clase.

¿Estaría enferma? Y de ser así, ¿qué pasaría con nuestra sesión?

— ¿Profesor? —Llamó una alumna de la primera fila que desde que entré al salón intentaba coquetearme. 

Interrumpió mis pensamientos y me vi obligado a guardar la lista y dar inicio al maratón.

— Muy bien, empecemos —Me puse de pie y me giré hacia el pizarrón. 

***


Mi clase duraba dos horas reglamentarias por lo que no tenía nada que hacer en la universidad luego de terminar con mi trabajo.

Estás equivocado, Jimin. Tienes que quedarte a esperar a Hye Ri.

La chica no se había presentado a mi clase, lo que me hacía dudar si vendría a nuestra sesión de hoy, así que para aclarar las cosas y ahorrarme la molestia de perder mi tiempo fui hasta donde el profesor Stevens.

— Pasa, pasa Jimin —Dijo cuando me vio de pie en el despacho de profesores —¿Cómo te adaptas? —Me hizo señas para que me sentara en la mesa de reuniones.

— Mejor de lo que esperaba —Respondí con una sonrisa tímida —No son tan malos estudiantes —Comenté.

— Hay algunos bichos salvables ahí —Bromeó guiñándome un ojo y sirviéndose café —¿Hoy es tu primer encuentro con Hye Ri, no? —Preguntó sentándose frente a mí.

— De eso venía a hablarle.

Me miró extrañado y dejó reposar la taza sobre una de sus piernas.

— No se presentó hoy a mi clase. Claro que me pareció extraño puesto que usted me dijo que ella era muy puntual y...

Noté cierta preocupación en la mirada del profesor.

— ¿Profesor? —Lo llamé pensando que había perdido el hilo de nuestra conversación.

— Ayer también llegó tarde a mi clase —Repuso —Y de cierta forma la noto un poco más rara de lo habitual.

Qué bien, al parecer no era la alumna estrella que Stevens pintaba.

— Jimin... —Bramó —El concurso es pronto y necesito de toda tu ayuda con esa niña, por favor.

No entendía de dónde venía tanto afán del profesor con Hye Ri.

— Por favor, sé que voy a pedirte algo muy osado pero confío en que podrás hacerlo.

No me gustaba para donde estaba yendo nuestra conversación, yo sólo había venido para que me dijera "sí, está enferma, no pierdas tu tiempo esperándola". 

— Te voy a dar la dirección de su casa, ve a verla y si está enferma o indispuesta para encontrarse contigo aquí entonces ayúdala allá. Dale las primeras indicaciones para que ella vaya trabajando y... —Escribía algo en un papel, supuse que la dirección de Hye Ri. 

Sí, era muy osado de su parte pedirme semejante cosa pero no me podía negar a hacerlo.

— Entiendo —Dije finalmente a su petición mientras me rascaba la nuca. 

— Gracias Jimin —Sonrió.

Me giré para salir de su oficina no sin antes preguntarle algo que llevaba dando vueltas en mi cabeza.

— ¿Profesor, por qué tiene tanto interés en que esa chica resalte? —Pregunté sin anestesia. 

Él me miró a través del vapor de su taza de café.

— Algo me dice que Hye Ri necesita de personas que reconozcan su talento —Dijo calmadamente.  —Y ese algo también me dice que una de esas personas eres tú. 

¿Otra vez? Primero Mary Lee y ahora... ¿Por qué Hye Ri necesitaría alguien como yo?

Entonces recordé lo que esa chica de cabello azul me había dicho la noche anterior sobre Mary Lee.

Puede que lo que ella necesite sea a un chico como tú.

Sonreí con cierta ironía al montarme en mi auto y mirar por el retrovisor.

Suga estaría molesto si se enterara que estoy jugando con muñecas rotas otra vez; pero no había solución.

Al parecer sí tenía cierta adicción a creerme un súper héroe. 

Apreté el acelerador y me dirigí sin titubear a la casa de Hye Ri. 


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro