Extra N°2
Aquel pequeño problema, la noche en que se había enfocado más en la lectura que en su propia pareja, no se soluciono al día siguiente como había planeado. Katsuki ni siquiera le hablaba, ni lo miraba. Cualquier muestra de cercanía de su parte era instantáneamente rechazada con una mirada rubí fulminante.
El omega lo hizo sufrir por un par de días, el debía ser la prioridad número uno y se lo enseñaría por las malas. Además ver al pecoso desesperado por su atención hacia crecer su orgullo y ego, pero cuando lo observaba mientras intentaba abrazarlo o besarlo con sus ojos esmeraldas suplicantes, le hacían sentir un diminuto rastro de culpa.
Al final, aquel "problema" se soluciono cuando el rubio cenizo se dejo abrazar por Izuku, este llegaba del trabajo, el cual al no verse rechazado no lo soltó en lo que quedaba de día, algo que no le molesto, admitía que había extrañado los firmes brazos alrededor de su cuerpo y como la respiración ajena golpeaba su cuello. Olfateaba ese aroma exquisito que siempre lo volvía débil ante el peliverde, con la única persona que permitía verse un poco vulnerable, era con el alfa.
Los días prosiguieron como si nada malo hubiera ocurrido, Midoriya continuo con sus típicas muestras de amor y katsuki, las aceptaba y de vez en cuando las continuaba dejando al profesor con una gran sonrisa.
- ¿Crees que le gustara? -preguntó un nervioso pecoso a su amiga castaña.
- Como no hacerlo, es perfecto -sonrió Ochako mientras miraba algunas joyas en la vitrina de la tienda.
- Espero que le guste -dijo Izuku comenzado a soltar palabras sin detenerse.
- Cálmate -pellizco la mejilla ajena- Llevas más de dos semanas buscando el anillo perfecto -suspiro viendo la mirada esmeralda- Y lo has encontrado, nadie más que tu conoce a Katsuki casi a la perfección -comento mientras el alfa se relajaba- Le encantara -sonrió la mujer.
El peliverde quería creer en aquellas palabras, su amiga lo había acompañado por todas las joyerías de la ciudad día tras día, le tenía que agradecer la paciencia de verlo eligiendo el anillo perfecto para pedirle matrimonio a su omega. La tarea de buscar algo adecuado lo tenía algo estresado, llegaba tarde a su casa y cansado, Katsuki le preguntaba el porqué de su malestar y el solo respondía que era la finalización de año en la academia donde los últimos exámenes de acumulaban y él como buen profesor, tenía que tener todo revisado lo antes posible. Solo esperaba que el rubio cenizo no sospechara nada.
No muy lejos de ahí, en una cafetería el oji-rubi estaba con Kirishima, quien se servía un café bien cargado mientras observaba a su hermano regañando contra el pecoso, el sabía lo que planeaba Izuku pero no iba a revelarlo.
- Estoy casi seguro que está viendo a otro omega -comento Katsuki dejando al pelirrojo estupefacto, de todas las cosas que se le pudo pasar por la cabeza, tuvo que ser esa.
- ¿Porque crees eso? -pregunto curioso ante la reacción de omega.
- Llega más tarde de lo habitual, cansado y percibo el mismo aroma en él desde hace semanas -apretó su mano- Se que es de algún omega -gruñó- Si ese imbécil me está engañando lo destrozare -sonrió con malicia.
Kirishima quería reír, pero tuvo que contenerse con todas sus fuerzas. Esperaba que el pecoso se declarara pronto, ya veía que el oji-rubí llegaba al límite de su paciencia, si es que la tenia, llegando a la violencia.
Su pequeña reunión termino al cabo de una hora más tarde, el alfa pelirrojo fue a recoger a su esposo quien lo esperaba en la academia, mientras que el omega decidió pasar por algunos víveres al supermercado, además de recoger sus supresores.
Alto el impacto fue cuando vio al pecoso, que supuestamente debía estar en el trabajo, con Uraraka, unas terribles ganas de molerlo a golpes en ese preciso instante lo estaban llevando a hacer alguna locura, pero su lado racional le hizo darse la vuelta y volver a su hogar a la espera del pecoso, lo iba a encarar ese mismo día.
Izuku subia por el ascensor con una sonrisa en su rostro, tenia que tener confianza que al omega le agradara el anillo. Tenía que planear algo romántico, pero no tan empalagoso, conocía a su pareja y eso no le agradaría.
Abrió la puerta del departamento y un aura oscura lo recibió, algo no iba bien. Caminó hacia la sala y entró al rubio cenizo sentado en el sofa con su celular en mano y con la lámpara de su lado encendida.
- Kacchan -nombro este dejando sus cosas a un lado para acercarse- ¿Ocurre algo? -preguntó preocupado y sintió los ojos rubí llenos de furia posarse en él.
- Eso debería preguntarlo yo -comentó Katsuki.
- ¿A qué te refieres? -balbuceo nervioso. No era posible que se hubiera dado cuenta, debía ser una sorpresa.
- ¡No te hagas el inocente! -gruñó levantándose con furia y tomando la camisa ajena.
- No se de que estas hablando -murmuró nervioso intentando soltarse del agarre.
- No me vengas con esa mierda Deku -hablo cerca del rostro nerviosos del alfa- Acaso creias que no me daría cuenta, llegas entrada la noche, cansado y oliendo a omega -dijo desparramando cólera por todo su cuerpo.
- Lo siento Kacchan -miro a su pareja- Pensé que no te darías cuenta, quería que fuera una sorpresa -murmuró con tristeza.
- ¿Una sorpresa? -preguntó incrédulo- ¡Querías que me enterará por sorpresa que me eres infiel! -gritó con ira.
- Espera, ¿Qué? -proceso las palabras- ¿Infiel? Eso jamas pasaría, Kacchan eres la persona mas importante en mi vida -comentó empezando a entender lo que ocurría.
- ¡No me vengas con esa mierda! -soltó con rabia- Te vi con esa mujer hoy en la avenida comercial -lo miro viendo la reacción del alfa.
- Sólo me acompañó a buscar algo -hablo con una sonrisa y un par de carcajadas, Katsuki había inventado una gran historia en su cabeza.
- ¡Esto no es gracioso! -tenía una enormes ganas de estamparle su puño en la cara.
-Lo es -comentó apartándose y buscando algo en su abrigo- Ochako es mi mejor amiga, no deberías estar celoso -volvió donde estaba el omega a punto de estallar de la furia- Quería preparar algo romántico y bonito, preparar cada palabra y que todo fuera simplemente perfecto -tomó las manos ajenas ante la mirada confundida de Katsuki- Pero parece que no podra ser asi -sonrio dejando en sus palmas una pequeña caja de color negro con bordes rojo.
- Deku -nombró mirando primero la caja y luego la mirada esmeralda. Había sido un gran idiota, otra vez.
- La razón por la que llegaba algo tarde era porque estaba buscando algo perfecto, se que no te gustan las cosas ostentosa -comentó nervioso mientras se arrodillaba frente a un silencioso omega- Me hubiera gustado hacer esto de una manera romántica, una cena, con flores y esas cosas -miro los ojos rubí que no salian del asombro, por primera vez el rubio cenizo se quedó sin nada que decir- Katsuki, frente a ti tienes a un alfa enamorado desde el fondo de su corazón, cada día que paso a tu lado este amor crece sin indicios de detenerse -abrió la caja mostrando un delicado anillo dorado con una piedra rojiza acompañada de dos verdes mas pequeñas a ambos lados- Deja que te siga amando los dias, las semanas, los meses y años que siguen -sonrió- ¿Te casarias conmigo? -preguntó con tanto amor que al omega le llegó a vibrar su corazón.
- Si -no tuvo que pensarlo, la respuesta salió desde el fondo de su corazón. Cuando el anillo fue deslizado por su dedo levantó la mirada, encontrando a Izuku con varias lágrimas deslizándose por sus mejillas.
Se acerco y beso aquellos suaves labios, fue una caricia y una promesa.
El pecoso abrazo con fuerza a su futuro esposo, sintió las manos ajenas rodearlo haciendo que su felicidad aumentara. Sin embargo, al sentir el aroma de omega intensificandose lo apartó para verlo a la cara.
- ¿Tú celo? -preguntó sintiendo como su cuerpo comenzaba a reaccionar.
- Todavía falta una semana -comentó el omega acalorandose a cada segundo.
Se observaron, sus respiraciones comenzaron a agitarse y sus feromonas aumentaban. Sus bocas se unieron con atracción y pasión, saborearon hasta la ultima parte antes de separarse unos segundos para volver a fundirse en el deseo.
Deslizó la camiseta de Katsuki fuera de su cuerpo, sus manos recorrieron su cintura y espalda, delineando cada nueva curva. Lo guio hasta el sofa donde se sentó y puso sobre el al omega, quedando sobre su regazo.
La vista era magnífica, los ojos rubí brillantes, la piel pálida y suave al tacto, aquellos gemidos cortos que hacia cada vez que deslizaba su mano por su trasero.
Katsuki estaba impaciente, podia sentir la creciente ereccion del peliverde rozando la suya contra la ropa. Comenzó un lento movimiento para aumentar el roce, mientras tanto iba despojando al alfa de sus prendas superiores.
Observarlo desde arriba le daba una imagen excitante. Volvio a besarlo con intencidad, su saliba corria por el mentón pero no le dio importancia. Cuando un dedo entró en su cavidad, solto un jadeo desesperado, lo necesitaba dentro suyo y rápido.
A medida que los dedos aumentaban, este se movía contra el miembro ajeno buscando saciar aquel calor incontrolable que lo recorría a cada segundo.
Perdido en aquel placer, Deku aprovecho de desnudarlo completamente. Lo atrajo aun mas a su cuerpo abrazandolo con la mano desocupada, para quedar en frente de sus pezones.
Gimio y jadeo, agarro con fuerza el respaldo del sofá en un bago intento de controlarse. Mordió sus labios al sentir como el climax recorría su cuerpo, viniendose con intensidad dejado el líquido sobre los pantalones del pecoso.
- Deberías quitartelos -susurró al oído.
El alfa soltó un gruñido y se despojo de su ropa, tomo el firme trasero en sus manos y lo restrego por su miembro. Cuando Katsuki menos se lo esperaba, con una estocada alcanzó lo mas profundo de su interior golpeando el lugar preciso, gimiendo sin control.
Los movimientos eran certeros, duros y profundos, pero quería más, por lo que el comenzó a moverse con ímpetu sobre el peliverde quien lo atrajo para hundirse en su boca y recorrerlo con su lengua.
Estaba cerca de llegar al orgasmo, aumento el ritmo percibiendo como los dedos ajenos se aferraban a su cadera para aumentar el ritmo.
Ambos con fuerza alcanzaron el punto máximo de placer, jadeando y con sus respiraciones sincronizadas se fundieron en un caluroso beso.
El pecoso sin apartarse de el, lo aferro a su cuerpo para levantarse y llevarlo a la habitación.
- Esto recién comienza -habló cerrando de una patada la puerta.
Continuará...
Hello!!! Mis hermosos lectores!!!! ♥️♥️♥️ Ya hemos llegado al segundo extra!!! Yeah!! Ya solo queda uno 👌🏻
Les gustó??? 👍🏻👎🏻
No olviden darle a la estrellita si les ha gustado y comentar lo que quieren leer en el último extra ♥️♥️
Espero tener el siguiente pronto ♥️♥️♥️gracias por leer 💕
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