Uno: Introducción a la cotidianeidad
Todas las historias tienen un inicio, un trillado «érase una vez en un pueblo muy lejano», no obstante en mi caso no había un pueblo muy lejano ni una introducción de cuento de hadas, en sí el inicio de mi propia anécdota resulta ser confuso a alturas similares al Everest. Aún así todo inicia por el principio, así que me permitiré contarles tal como yo mismo creo que debería ser.
En lo personal y desde hace algo de tiempo creo en una cosa, y esa es que la felicidad no está realmente hecha para todos, al menos no en su totalidad.
¿Sabías que las personas a lo largo del tiempo simplemente no han abandonado ese alto índice de infelicidad? Es como si una nube gris que acompañara constantemente a una parte considerable de la población. Hay personas que simplemente no pueden ser felices, no es algo que ellos decidan, está fuera de su alcance en muchos aspectos diferentes y no importa qué hagan, no pueden gozar de la alegría que todos describimos en algún momento para emocionar a los ilusos.
Espera, eso es muy deprimente...
No obstante 一y convenientemente para este fragmento一 también existen cientos y cientos de personas que parecen desbordar una felicidad interminable además de un brillo único que riega de buena vibra su alrededor... Como los hippies, tal vez. Sus vidas no necesariamente son buenas, no son ricos, no viven en ambientes prósperos, pero ellos están completamente agradecidos por el hecho de vivir y aprovechan al máximo cada segundo de su existencia para intentar alcanzar la felicidad, colocándose a más de la mitad de aquel pasaje a la felicidad.
Es admirable como es que sin tener nada pueden ser felices.
No lo entiendo.
Unos ven su vida como una tragedia y otros como una gran comedia.
Yo creo que mi vida es una tragicomedia de bajo presupuesto.
一Choi Beomgyu, por favor deja de mirar a la nada y responde cuando te hablo.
Parpadeé dos veces, regresando a tierra luego de largos minutos en un silencio involuntario en el que mi mente divagaba en temas irrelevantes para aquel que estaba al otro de la mesa, mirándome fijamente como solo él. Había olvidado que todo ese tiempo estuve en una cafetería de colores cálidos y calefacción vaga, con olor a agradable incienso y frente al extravagante pelirrojo que consideraba mi mejor amigo y a otro pelinegro que nos acompañaba, pero quien estaba más concentrado en armar una figurita con una servilleta que en la conversación.
Un par de bebidas sobre la mesa, algunas galletas sobre un plato y un poco de merengue de algún pastel que debió haber estado allí antes formaban parte de todo aquello que buscaba llenar de forma parcial la mesa rectangular de cuatro sillas de las cuales una junto a mí quedaba vacía. Dos muchachos de edades cercanas a la mía me miraban expectantes, esperando algún comentario por parte del azabache que había estado ignorando la existencia de sus amigos 一es decir, yo一.
Hagamos una introducción.
Ellos eran Kang Taehyun y Huening Kai, mi mejor amigo y su novio.
Dos perfectos ejemplos de lo que acabo de mencionar.
Mi relación amistosa de amor-odio-no-justificado con Taehyun iba desde suficiente tiempo atrás, desde la adolescencia si nos ponemos específicos, aún recuerdo su cara llena de acné y cabello perfectamente peinado en un corte de honguito que odiaba hasta la muerte y por el cual me burlaba cada que podía. Yo conocía mejor que nadie que aunque Taehyun tenía una vida buena llena de comodidades y éxitos, en realidad no era feliz. No se sentía lleno, no se sentía conforme, nada de lo que hacía resultaba gratificante para sí mismo, parecía vivir en una apatía intensa autodiagnósticada.
Aquel fotógrafo de veintitantos parecía tan infeliz sin una razón particular...
Yo lo entendí y acompañé aún sabiendo la probabilidad de choque emocional entre su punto de vista y el mío.
Y no, querido espectador, no era el típico cliché de «mis padres siempre trabajan y no tienen tiempo para mi», porque si había algo admirable en los señores Kang era la atención que estos depositaban en su único hijo. Los Kang eran una bonita familia de tres con suficiente éxito para vivir tranquilos y felices, se amaban mucho y siempre encontraban una solución a todo, incluso cuando Taehyun les habló sobre su orientación sexual ellos lo apoyaron completamente 一algo no muy sencillo considerando la homofobia que gobierna Corea aún en pleno siglo veintiuno一.
Sin embargo, a pesar de todo lo bueno que el universo había decidido regalarle 一quizás por su bondad en su vida pasada, quién sabe, no creo en esas cosas一 Taehyun no se consideraba alguien feliz, al menos no lo había hecho hasta que conoció al chico a su lado.
Palabras suyas, no mías.
Huening Kai era el novio de Taehyun, era menor que él y su vida lucía como un desastre contrastante el cual funcionaba como argumento para una serie en la que quieres 一o te obligan一 a compadecerte de un protagonista carente de personalidad. Con eso dicho podríamos decir que su vida era la propia definición de la palabra «miserable». Su núcleo familiar consistía en un padre alcohólico desinteresado por el bienestar de sus hijos, una hermana mayor que luego de renunciar a la responsabilidad impuesta de criar a sus hermanos había terminado en el mundo de las drogas y una hermana demasiado pequeña para entender realmente lo que ocurría mientras comía galletas que el único hijo varón le llevaba al buscarla del colegio.
Y bueno ¿La madre de Kai? Nadie lo sabía, no era algo de lo que él hablara realmente.
Ni siquiera Taehyun sabía sobre ella, así que ¿Cómo se supone que yo sepa?
Con una vida de mierda que rogaba día a día por un rayo de esperanza, Kai iluminó a Taehyun un día y de alguna manera lo enamoró de pies a cabeza a pesar de todos y cada uno de los problemas que iban arrastrados con él.
Poético.
A veces los envidiaba.
A veces es siempre.
Yo también deseaba encontrar a alguien un día y que luego de conocer su personalidad, sus pensamientos, sus metas e ideales mis ojos brillaran sin importar nada más, que mi estómago sintiera mariposas, que mi rostro se colorara, soltar risas bobas por absolutamente nada y todas esas mierdas de la gente embelesada que siempre nos habían pactado como "requisitos primordiales" para saber si estás enamorado o encerrado en una comedia romántica adolescente de mal doblaje.
Ahora que lo pienso, Taehyun y Kai serían buenos protagonistas para alguna serie romántica o algo parecido.
En esa serie yo sería el personaje secundario el cual no hace nada verdaderamente productivo más que dar consejos no muy prácticos y vivir como un parásito en el sofá de los protagonistas.
Sonaba bien.
一Choi Beomgyu.
一¿Qué estabas diciendo? 一Le pregunté a Taehyun luego de unos segundos procesando como computadora del año 2000.
Como respuesta él rodó sus ojos, absteniéndose de repetir la información y dejándome en una efímera incertidumbre.
一Hyung ¿Qué tal todo en casa? 一Me preguntó Kai al terminar su origami improvisado, sonriendo cuando su pingüino pareció salir bien.
Aunque parecía una anchoa, pensándolo bien.
一Como siempre 一respondí sencillo mientras tomaba un sorbo de mi bebida, omitiendo detalles de los últimos sucesos irrelevantes en la casa Choi.
一¿La señora te intentó botar de casa de nuevo? 一Inquirió esta vez Taehyun con preocupación en el timbre de su voz, negué con mi cabeza.
Las cosas en mi familia eran una desagradable mezcla de pintura gris con algunas manchas de color marrón que no tenían ninguna razón para existir, pareciendo así una fea, triste y cuestionable "obra de arte". Vivíamos bajo un ciclo vicioso en donde para la mayoría de las personas éramos la bonita y ejemplar familia Choi, pero de la puerta principal hacia adentro todo era un desastre, uno el cual no estoy dispuesto a detallar aún.
一Han pasado dos semanas desde que me intentó echar por última vez.
一Beomgyu, sabes que si lo necesitas puedes venir a vivir con nosotros 一ofreció Taehyun, Kai asintió y yo me negué de inmediato.
一Me niego a ver cómo Kai hace aegyo para que le des un mísero beso, gracias 一alegué a modo de broma, como consecuencia el aludido se sonrojó y tuvo que tomar de su bebida en silencio para disimular, reí por aquello, el pelirrojo igual.
一¿No cree que debería establecerse por sí mismo? 一Cuestionó el azabache de apellido extranjero, al inicio su tono era suave, pero después pasó a ser notoriamente serio.
Era cierto que con mis veinticuatro años ya debería estar establecido por mi cuenta, quizás viviendo en un pequeño departamento alquilado o algo, haciéndome cargo de mí mismo, pero era algo que simplemente no había ocurrido hasta la fecha. No obstante, siendo que mi madre me botaba de casa cada semana porque prefería a mi padre por encima de su propia sangre, quizás mi independización ocurriría pronto.
一Debo conseguir un trabajo primero 一alegué一, no creo que quieran recibirme en un departamento sin tener dinero para pagar más de la cuota inicial.
一¿Sigues con esa idea? 一Preguntó Taehyun de repente a lo que lo miré confundido一 «Passage to happiness» 一especificó.
Solté un pequeño «ah» al comprender a qué se refería mi amigo de cabellera roja.
一Realmente no 一respondí con un encogimiento de hombros como gesto predominante一 ¿Cómo puedo nombrar mi negocio con algo que no tengo? 一Pregunté más para mí mismo que para los otros dos presentes一 cuando sea feliz supongo que lo haré.
El pelirrojo frente a mi rodó los ojos por mi respuesta, Kai por otro lado sonrió tan radiante como solo él podría.
一¿Si encuentra la felicidad pronto va a abrir su negocio entonces?
Yo asentí, la positiva respuesta siendo la razón por la que el azabache perdidamente emocionado comenzó a recomendar algunas cosas que según estudios psicológicos que había revisado arduamente para sus tareas podían hacer más felices a las personas.
Reí para mis adentros sin dejar de escuchar todas sus recomendaciones que con tanta bondad Kai explicaba para mí, aún sabiendo que no le haría caso a ninguna de ellas.
Realmente no esperaba encontrar la felicidad pronto.
¿Siquiera era probable que lo hiciera?
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