MinHo no se había podido sacar de la cabeza lo que había escuchado.

Y ahora no sabía como mirar a Jisung sin tener ganas de ir a cobrar venganza por lo sucedido.

Porque alguien le había hecho daño a ese niño con el que había pasado casi todas las tardes de su corta vida, su mejor amigo y lo que más le importaba últimamente.

Sintió un peso en su hombro y descubrió que Jisung se apoyaba en él y tomaba su mano con algo de duda.

Como si algo no le dejara hacerlo.
Al final, entrelazaron sus dedos de a poquito.

En los ultimos minutos, Jisung había estado hablando con MinHo por mensajes.

Pero ahora había dejado su móvil nuevo de lado.

MinHo sintió un calor en sus mejillas.

-MinHo Hyung, lo siento.

-¿Por qué te disculpas, Jisunggie?

-Porque sólo he traído problemas. Ya no te gusto, ¿Cierto?-MinHo estaba algo impactado por lo dicho.

Miró a Jisung, quien levantó su rostro haciendo un mohín con sus labios.
El mayor creyó que Jisung no recordaría aquella conversación.

-¿Te preocupa que ya no me gustes?

-Un poquito... Mucho.

MinHo tomó el rostro de Jisung suavemente, casi sólo con la punta de sus dedos. Y acercó sus labios a los del menor, aunque este se alejó con algo de miedo.

MinHo acarició su mejilla levemente y le sonrió. Jisung se relajó.

El contacto sucedió y Jisung sintió su corazoncito saltar de alegría. Aunque también le daba vergüenza, MinHo era su mejor amigo después de todo.

-Me gustas más que antes.

Jisung durmió tranquilo esa noche, de su cuello colgaba un collar con una pequeña figurita de un pingüino. Era un regalo de cumpleaños de MinHo.

*Antes de ser aceptados como pareja, el pingüino macho emprende un viaje en búsqueda de una piedra brillante la cual al ser aceptada significará que es aceptada su propuesta de ser pareja.