Capítulo 22: Reyes
Dylan me pidió que no saliese del dormitorio sin importar lo que sucediera, sin embargo, en el instante que sentí la amenaza del hombre hacia el tigre no pude controlarme, no fui capaz de dejar todo de lado mientras sabía que la vida de Dylan estaba en peligro. Cuando salí y vi el brillo de la daga en la mano de Brandon no pude contenerme, no medí los riesgos, tan solo me lancé sobre él antes de que pudiese llevar el cuchillo hacia el cuerpo de mi tigre que acababa de convertirse en animal y, aunque logré apartar a Brandon por unos instantes del tigre la impulsividad me salió cara.
No medí la fuerza inicial del anciano y este terminó arrojándome lejos provocando que mi cabeza se golpease con la punta de la mesa de cristal que estaba en el centro de la sala. Sentí una gota de sangre deslizarse por mi frente a medida que la bilis me subía por la garganta y todo el suelo a mi alrededor se movía por los mareos que ocasionó el golpe.
El repentino olor a sangre invadiendo mis fosas nasales fue aquello que logró que volviese a ser consciente de los sucesos que ocurren a mi alrededor, un repentino dolor llenó mi cabeza y cuando alcé la mirada lo que vi provoco que el alma escapase de mi cuerpo. Los ojos de Dylan adquirían un tono opaco y frío que tan solo existía en las personas a las que la vida se le escapaba de las manos, el hilo de sangre corría por la comisura de sus labios y una enorme mancha carmesí se dibujaba en si pecho justo debajo de donde perforaba la daga.
Brandon dio un paso atrás sacando la daga del pecho de Dylan y noté como la sangre brotaba con más fuerza de su pecho; por unos instantes me quedé sin poder reaccionar con el nudo de emociones brotando de mi pecho. ¡No!, ¡Dylan no puede morir!, ¡me niego!
Sin embargo, cuando le veo caer al suelo bañando todo a su alrededor con su propia sangre me doy cuenta de la verdad, mi mente viaja a toda velocidad, no puedo dejar que esto termine así, pero si no me muevo pronto todo será tarde, hasta el último segundo es importante ahora dado que, a Dylan, por la rápida palidez que adquiere su piel, se nota que no le queda demasiado. Una rápida idea se viene a mi mente, quizás nuestra última posibilidad, pero para ello necesito que su corazón se mantenga en el limbo, entre el último latido y antes del final de los mismos. Necesito al resto y si han estado cerca del micrófono y escucharon lo que sucedía deben estar aquí en segundos, pero mientras tanto, debo deshacerme de Brandon.
Cuando vuelvo a ponerme en pie mi objetivo es claro, la cabeza de Brandon entre mis manos y su cuerpo inerte en el suelo. El viejo cambiaformas se gira en mi dirección con una sonrisa en su psicópata rostro.
—Es tu turno.
Solo me carcajeo mientras avanzo, por lo visto Brandon acaba de olvidar algo importante, para psicópatas ya existo yo. Siento mi juicio nublarse y mis garras extenderse contra un camino.
—Eres un viejo sarnoso y muy equivocado si piensa que puedes matarme con una simple cuchilla.
Si tocase un punto clave quizás fuese posible, pero ahora mismo tengo demasiada fuerza y sangre en mi cuerpo como para caer por el corte de una navaja. Soy un híbrido, mi fuerza suma la de todas las especies en este pueblo.
—Te di una oportunidad y te quedaste, prepárate para morir.
La rabia surge en el rostro de Brandon y se arroja hacia mí con la daga, no me muevo, tan solo dejo que la afilada hoja se encaje en mi estómago, siento la molestia y el dolor de la cortada, pero como dije antes los últimos días he tomado más que suficiente sangre de Dylan y recobré cada una de mis fuerzas. En lugar de demostrar el dolor y la molestia aprovecho la cercanía para tener el cuerpo de Brandon a escasos centímetros del mío; observo el temor en sus ojos a medida que mis garras se clavan alrededor de su cuello y siento como mis uñas rasgan su fina piel.
Todos le querían vivo para que confesara y por acepté el trato, ahora Dylan está muriendo. Es hora de hacer las cosas a mi manera y eso significa matar a Brandon, yo no soy el bueno, no hago las cosas bien, mato y luego pregunto, soy el villano de la historia y si me ha tocado este papel lo desempeñaré hasta el final.
—Adiós.
Las palabras salen en un susurro de mi boca mientras aprieto el cuello ajeno con toda la fuerza que recorre mi cuerpo a medida que miro como la piel del viejo cambiaformas va cambiando de tonalidades debido a la falta de aire. Me gustaría darle una muerte lenta y dolorosa como el muy cabrón se merece, pero sé que no me queda mucho tiempo si quiero salvar a Dylan, por lo que no dudo cuando termino de apretar y escucho el sonido del cuello de Brandon romperse bajo mi tacto. Los ojos se van apocando con la mirada de horror puesta en ellos y cuando lo suelto noto como el hombre cae hacia mí. Solo retrocedo lo suficiente para que termine chocando con el suelo y no conmigo.
Miro mi abdomen y de un solo movimiento retiro la daga de mi estómago para encajarla luego con fuerza en el cráneo de Brandon directo a su cerebro. No voy a arriesgarme a no haberle matado del todo, con los sobrenaturales nunca es sencillo, pero por lo menos tengo claro ahora que el cambiaformas no volverá a la vida.
Olvidándome de Brandon en este momento caigo en el suelo junto al sangrante cuerpo de Dylan, su mirada se va apagando por segundos, pero aún está vivo, el momento casi está llegando, podré salvarlo.
—Tranquilo bebé. —Acaricio sus mejillas a la par que beso su frente sin importar que mi cuerpo se llene de sangre—. Yo puedo salvarte Dylan.
—N…no bebé. —Le cuesta pronunciar las palabras debido a la carencia de aire en su cuerpo—. Creo que se acabó.
—No.
—Fuiste lo mejor que me ha pasado y siento mucho haberme demorado tanto en darme cuenta. Si las próximas vidas existen quiero estar contigo. No importa lo mala que haya sido la vida, haberte conocido hizo que todo valiese la pena y, aunque fui el villano, tú has sido mi gran debilidad Reyes. No se me ocurre una mejor manera de morir que protegiéndote.
Sonrío a la par que las lágrimas descienden por mis mejillas.
—Idiota, somos villanos, ¿Quién dice que tenías que hacerte el héroe? —repito lo mismo que me dijo cuándo nos asaltaron en el centro comercial de Montana y noto como Dylan también sonríe para luego cerrar los ojos.
Mi desesperación crece al sentir como la respiración de Dylan comienza a ralentizarse, no le quedan más que pocos segundos. La puerta de la casa se abre y veo entrar a Robert y al resto de chicos entre los que se encuentra Dereck que al notar la escena empalidece peor que un verdadero cadáver.
Voy a un lado y agarro el cuchillo que le había clavado en la cabeza a Brandon y, cuando Robert es uno de los primeros que se acerca, sin previo aviso doy una buena cortada en su mano, antes de que pueda alejarse lo sostengo y dejo que su sangre caiga sobre la boca de Dylan.
—¿Qué haces?
Ruge un molesto y furioso Dereck.
—Darle lo único que puede salvarlo.
Y en sus ojos noto en entendimiento, después de todo Logan les contó en parte como se creaban los híbridos, mezcla de sangres. La única manera de salvar ahora a Dylan es volverlo un híbrido; sin embargo, hay una razón por la cual crearnos es difícil y peligroso, una razón que ni siquiera Logan mencionó: para crear a un híbrido la persona tiene que estar al borde de la muerte, debe ser antes del último latido de su corazón y ahora mismo no sé cuánto continúe aguantando Dylan, aun su corazón late, pero mucho más débil que antes. Si demoramos un solo segundo y el órgano deja de funcionar no habrá nada que reviva a Dylan. Dereck da un paso hacia delante ofreciéndome su brazo para cortar, pero niego con la cabeza.
—Un vampiro, ¡Ya!
Paseo mi mirada al resto, mis ojos viajan por Ryan, Michael y Logan; no veo a Tobías por ningún lado y durante pequeñas fracciones de segundos el miedo ocupa mi cuerpo, sin embargo, antes que la desesperanza me invada Marcos da un paso al frente mordiendo el mismo su mano con sus colmillos, como siempre el vampiro no habla, pero no es necesario. Luego de dejar caer su sangre sobre los labios de Dylan es que me observa…
—Ahora estamos a mano cuñado.
Yo le devolví a Logan, el me ayuda a recuperar a Dylan, no nos debemos nada.
—¿Y ahora qué? —pregunta Ryan nervioso.
—Ahora, sangre de su creador. —O sea, la mía, mi sangre con el veneno de los híbridos.
Corto mi propia mano y dejo que la sangre caiga en Dylan justo en el mismo instante en que su corazón da el último latido y luego nada…solo silencio. Las lágrimas se apoderan más de mis ojos y vuelvo a cortar mi mano para que Dylan beba más, pero su corazón sigue sin reaccionar. Suelto la daga nervioso y me dejo caer sobre su pecho mientras dejo que el llanto fluya, nadie dice nada, pero puedo sentir el dolor en el ambiente…
Y en ese momento lo siento, el sonido es casi imperceptible, pero ahí está: Bum-bum…
Dylan está vivo…
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