Capítulo 10: Reyes
Han pasado algunos días desde el ataque que sufrimos el minino y yo en el centro comercial, desde entonces no hemos parado de movernos de un lugar a otro; viajando por carretera, de motel en motel, ocultando nuestro rastro hasta que seamos capaces de regresar al pueblo. No sabemos cuántos sobrenaturales nos estén siguiendo, desconocemos si además de híbridos y cambiaformas hay otras razas detrás de nosotros; literalmente ahora no podemos confiar ni en nuestras sombras, pero este hecho tampoco representa que estemos acabados, también conozco muchos de los movimientos de Brandon, como le dije a Dylan, el viejo cambiaformas no es el único que posee espías.
«Y hablando del diablo».
Mi nuevo teléfono celular comienza a sonar a un costado de la cama de la habitación del pequeño hotel de carretera donde estamos ocultos ahora. Como mi antiguo móvil no era seguro dado que podrían rastrearme por el tuve que arrojarlo, gracias a dios el minino consiguió uno nuevo para mí en una tienda de segunda mano, el cambiaformas se ha portado muy servicial desde el ataque y, la verdad, eso me inquieta.
Me acerco a la zona donde se ubica el móvil y respondo sin ni siquiera ver el contacto en la pantalla, no es necesario; es la única persona que tiene este número de teléfono y llama a diario a la misma hora.
—¿Qué tienes para mí?
Mi voz sale seria de mis labios a la par que, mentalmente, me preparo para lo que sea que el informante tenga que decirme. Las cosas se han complicado demasiado desde que llevé a Dylan a la cabaña en Montana, me volví un prófugo que atacó directamente a un líder, la excusa que algunos necesitaban para comenzar a rebelarse e iniciar una guerra de poderes políticos. Brandon aprovecho mi presencia y la utilizó a su favor como mejor pudo…y ahora estamos jodidos.
—Nada bueno me temo—responde la voz masculina al otro lado de la línea—. Los cambiaformas han intentado acercarse a tu hermano.
La tensión automáticamente se apodera de mi cuerpo y debo tener cuidado para no destrozar el pequeño teléfono entre mis manos debido a la fuerza. Siento la sangre en mis venas arder y no necesito tener un espejo delante para saber que mis ojos han adquirido una tonalidad carmesí total, es la representación de mis anhelos, es el símbolo del deseo que tengo por matar a alguien ahora mismo.
—¿Qué le han hecho? —Incluso las palabras salen con furia contenida de mis labios, tengo que cerrar los ojos y respirar internamente para no destrozar todos los objetos que se hallan a mi alrededor.
—Aún nada, Marcos continúa siendo un alfa, aunque no ejerza el cargo, también es el segundo al mando de los vampiros; nadie va a acercarse a Logan ni a la niña tan sencillamente, eso por no mencionar que tu hermanito cuenta con la protección de todos los líderes de clanes, excepto la del difunto Dylan. —Esto último lo dice a modo de burla el hombre con el que hablo no es idiota, es un gran estratega y rastreador, sabe la verdad—. Hablando de muertos, ¿cómo está el gatito?
—Aún vivo—la respuesta es cortante, prefiero ahora mismo no hablar del cambiaformas—. ¿Todos piensan que está muerto?
Este detalle es de crucial importancia.
—No seas idiota Reyes, ni tu hermano ni el suyo piensan que Dylan está muerto. —Suelta un bufido—. Todos saben que eres un asesino, pero Logan no deja de mencionar que tú no hiciste esto, ese mocoso tiene demasiada fe en ti.
Maldigo para mis adentros, ese detalle sí que puede ser un problema a largo plazo; por algo visité a Logan antes de marcharme, se supone que él debe ser el primero en creer que maté a Dylan, eso le libraría de la vigilancia de Brandon y los híbridos porque sabrían que no me pondría en contacto con él, pero si Logan sigue insistiendo puede ser peligroso.
—Tienes que hacer que se calle.
—Lo intentaré.
—¿Qué sucede con Dereck?
Esta vez el sobrenatural suelta un gruñido y eso me causa risa y diversión, casi olvido que el cambiaformas no es la persona preferida de mi informante, digamos que no importa cuanto haya pasado el tiempo le sigue teniendo rencor…aunque yo digo que es envidia. Aún recuerdo como conocí a este chico, salvando a la pantera aun en contra de sus deseos, solo por hacer feliz a alguien más.
«Idiota, por eso digo que tener emociones es una desventaja, nos vuelve débiles y nos destruye».
—Digamos que el imbécil continúa diciendo que siente que su hermano está vivo, fui de los que regó el rumor de que solo habla así por el dolor de la perdida, pero la duda ya está sembrada, si sigue por ese camino puede ponerse en riesgo. —Traga en seco—. Y a los que le rodean también.
Esta vez sí suelto la carcajada.
—Preocupado por alguien cachorro. —Sin embargo, para mi sorpresa el informante me devuelve la risa.
—Yo no me burlaría si fuese tú Reyes, es interesante lo que comentan aquellos que piensan que Dylan sigue vivo.
—¿Y qué comentan?, ¿qué no tuvo lo necesario para mandar y salió corriendo? —Vuelvo a burlarme sin muchas ganas, no es que yo pensé eso de Dylan, no cuando conozco la verdad, pero tengo una reputación que mantener.
—No mocoso, dicen que el líder de los híbridos jamás podría haber matado al cambiaformas porque se enamoró de él, ¿porque otra razón le dio su marca o le seguía?, ¿por qué estuvo en su casa esa noche sino fue por ello? Vamos que quizás te vean de secuestrador pervertido, pero no como asesino. ¿Qué tiene que decir a esto nuestro gran líder híbrido?
Vuelvo a gruñir esta vez más molesto, por lo visto haber marcado a Dylan frente a todos está teniendo algunas consecuencias; ahora soy un loco enamorado que ha secuestrado a su Romeo y está esperando a que le dé el síndrome de Estocolmo.
«¡Qué romántico!».
—Dime algo cachorro—desvío el tema—. Recuérdame porque me estás ayudando, no quieres ser un híbrido, no quieres poder, no quieres ser líder ¿qué buscas en verdad?
—Lo mismo que tú Reyes, proteger a los míos.
—¿Y qué te hace pensar que no terminaré matándoles a todos?
—Es obvio que nunca lo has querido, recuerda Reyes, yo estuve cuando rescatamos al cambiaformas, te vi ahí, vi cómo pudiste habernos derrotado y aun así no lo hiciste; te he visto marcar a un híbrido por proteger a tu hermano, aunque desconozco porque seguiste siguiéndole. No quieres una masacre Reyes, tú manejas el poder a tu manera.
Siento como la puerta de la pequeña habitación se abre en ese intente y de reojo noto la melena dorada de Dylan. Por lo visto ha vuelto antes de lo planeado y no es seguro continuar hablando con mi espía.
—Te llamo luego, mantenme al tanto.
No espero la respuesta, solo cuelgo. Cuando me giro noto que el cambiaformas tiene su mirada fija en mí. El sobrenatural con el que estaba hablando me dijo que manejo el poder a mi manera, pero la verdad es que ahora eso no es así…y todo por culpa del gato que tengo enfrente.
Siento mis colmillos rozar mis labios con solo aspirar su aroma tan cerca; tengo muchos problemas en este instante, pero el peor de todos lo desencadenó el hombre que tengo delante. SI antes tuve el control sobre él todo eso ha cambiado, ahora es Dylan quien posee el poder sobre mí y esto ocurrió desde el instante en que mi sistema decidió que solo puedo beber su sangre para sobrevivir. Siempre estuve a riesgo de ello desde que le marqué, por eso intentaba no beber, pero debido a la herida que tuve en mi vientre y atravesó mi cuerpo de lado a lado he necesitado buenas cantidades de sangre para recuperarme y esto solo desencadenó lo peor.
Los híbridos somos capaces de alimentarnos de las típicas comidas humanas, pero cada cierto tiempo necesitamos sangre; es en esos momentos que la arrancamos de cualquier ser para permanecer vivos, pero una vez que nos atamos en sangre solo podemos beber de una sola persona o morimos: esa persona, para mí, es Dylan.
—¿Me dirás con quién estabas hablando?
—No.
—Bien.
Entra a la habitación y deja las bolsas que trae sobre una mesa, ha querido saber quién es la persona con la que mantengo contacto desde que me consiguió el móvil nuevo, sin embargo, me he negado a decírselo en reiteradas ocasiones, no porque no confié en él, sino porque no sería seguro para mi informante y, ahora mismo, no puedo arriesgarme a perder a nadie más.
Noto que comienzo a dar pasos inconscientes hacia él cuando Dylan vuelve a hablar.
—Si no me cuentas de él hablemos de una maldita vez de lo que sucedió en la tienda esa tarde.
Mis pasos de detienen en ese mismo instante, este es otro tema del que Dylan no ha parado de insistir desde que inicié a recuperarme. ¡Joder el cambiaformas y sus ganas de querer conversarlo todo!
Doy media vuelta y dejo el teléfono nuevamente sobre la mesita cercana a mí.
—Ya te he dicho cientos de veces, no hay nada de qué hablar, estábamos en una mala situación y yo tenía las de perder.
—¿Es eso solamente?
—¿Qué más quieres que sea?
Siento los pasos del cambiaformas en el cuarto y doy un pequeño respingo al sentir sus manos recorrer la parte baja de mi espalda, giro de forma brusca para toparme con el cuerpo de Dylan muy cercano al mío, debo alzar la cabeza para poder mirarle correctamente.
—¿Aún te duele? —me cuesta asimilar la pregunta durante unos segundos.
No me gusta esta debilidad, no me gusta sentirme sumiso ante un gato, yo nací para mandar, no para que me inquiete tanto un simple toque.
—Ha dejado de doler, aunque aún queda la marca. —Alzo un poco mi camisa para que Dylan pueda observar la pequeña cicatriz que se expande por mi vientre—. Desaparecerá en pocos días.
—Debiste decirme de tu condición.
—No es tu asunto minino.
Dylan suelta un fuerte bufido y retrocede varios pasos.
Las facciones de su rostro comienzan a transformarse hasta reflejar puro enojo.
—¡Me dices que no es mi asunto y casi mueres!, ¡tuve que salvarte!, ¡te estabas desangrando!
—¡Y te lo agradezco, pero no lo hagas ver como que no tenías opción!
—¡Y que esperabas!, —Camina en mi dirección furioso—. ¿Qué te dejara ahí tirado justo como tú deseabas?
No respondo y eso provoca que el minino se acerque aún más.
—Solo respóndeme algo. —Le observo directo a los ojos, unos ojos tan azules como el mismo cielo despejado—. ¿En verdad ibas a morir por salvarme a mí la vida?, ¿por qué te has metido en toda esta mierda Reyes?
—¡Porque a ti te están esperando! Ellos me querían a mí, hubieses corrido y hubieses vuelto tranquilo, pero ahora por tu decisión tengo que depender de ti.
No estoy enojado, estoy frustrado, me molesta haber perdido el control de la situación desde el disparo.
—¡De todos modos teníamos un trato! —alza la voz por segunda vez, ambos estamos furiosos, sacando a los líderes que llevamos dentro y que no dan su brazo a torcer.
—¡Pero en ese trato no se supone que yo sea tu perro!, ¡No se supone que tenga que seguir contigo siempre que necesite sangre!, ¡no representaba que yo…!
—¿Qué tú qué?
Ahora estamos más cerca de lo que debe de ser lo apropiado, nuestros alientos rozándose debido a la corta distancia.
—No representara que yo pareciese un imbécil babeando solo por verte entrar por esa puerta, solo por olerte…
—Pues te cuento algo fierecilla, ¡es tu maldita culpa también!
—¿Mía?
—Has estado siendo una constante molesta en mi vida desde hace meses, me salvaste, me hiciste aceptar un trato que me ataba a ti y luego querías morir para que yo viviera. ¡Es tu maldita culpa que mi cabeza quiera estallar! Ahora simplemente no puedo dejar de preocuparme por tu culo.
—¿O sea que me culpas por salvarte dos veces?
—¡Te culpo por esto!
Y antes de darme cuenta sus labios cubren los mías sellando nuestras bocas en un fuerte beso.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro