Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 16

Christian

Antes de darme cuenta, mi mano estaba entrelazada con la de Maddox y ambos caminábamos escaleras abajo, entre la oscuridad, con la única iluminación que emitía el móvil del hombre que me sostenía con tanta confianza. No es que yo necesitase exactamente la luz para ver; sin embargo, que Maddox se hubiese tomado estas molestias por mi persona era agradable. Me recordaba a primitivos deseos que por muchos años habitaron en mi corazón y ahora corría peligro de que volviesen a salir a la luz.

Llegamos al final de las escaleras y me doy cuenta que estamos en una cueva oculta detrás de la castada. A pesar de ello, la luna ilumina el agua que cae hacia el pequeño y escondido lago en el interior, provocando que sobre los muros de piedra el reflejo del agua parezca luces especiales o estrellas. Maddox me lleva hacia un pequeño camino junto a la cascada para salir al exterior. El aire frío de la noche toca mi rostro, no puedo creer que después de tantos meses por fin vea el exterior del castillo.

El bosque nos rodea mientras Maddox busca una zona para sentarnos y no me percato de la pequeña manta que Maddox leva en sus manos hasta que me sienta entre sus piernas y nos cubre a los dos con la abrigada y cálida tela.

—Aquí estaremos bien, si avanzamos más la barrera sería molesta.

Sin embargo, niego con la cabeza acurrucándome contra el pecho ajeno.

—Esto es más de lo que podría pedir, es suficiente. —Volver a mirar la luna y las estrellas desde el exterior y no a través de una ventana—. ¿Cómo lo lograste?

Sonríe.

—Declan y Castiel se preocupan y cuando les sugerí la idea les pareció bien. —Silencio, guardamos silencio varios minutos; el único sonido que nos rodea es el sonido del agua contra la piedra y el lado, el ruido de las hojas de árboles cuando el viento choca con ellas, si cierro los ojos incluso puedo sentir algunos animales en el bosque. La sensación de libertad, aunque sea por un rato, es demasiado maravillosa—. ¿Qué sucedió el otro día Christian? ¿Por qué reaccionaste así?

No digo nada, solo sigo mirando la enorme luna. Cuando hablo, me aseguro que mi espalda esté contra el pecho de Maddox para que no perciba el temblor de mi labio.

—Estoy cansado, tantos años, tantos milenios; simplemente estoy agotado. Siguiendo este estúpido rol, pero en el fondo sintiéndome tan solo —Nunca en mi vida había hablado de esto y no estaba preparado para la mezcla de alivio, dolor y miedo que me embargó mientras hablaba—. Declan me dejó hace años y aun me siento patético, porque ustedes tienen razón; puede que aun lo quisiera, no cree una guerra por diversión, la cree para darle a él un nuevo mundo con la esperanza de que fuera feliz y pudiera quererme; sin embargo, ni siquiera sé si lo hice por amor o porque quería recuperar su compañía. —Siento los ojos de Maddox sobre mí, pero no soy capaz de alzar la vista, menos cuando siento la humedad de una lagrima caer por mi mejilla. Escucho el jadeo entrecortado de Maddox, aun así, ni me inmuto, sé lo que le ha llamado la atención y es que el color de la lágrima es negro. Como todo lo que habita en mi interior—. Yo, yo solo quería darle algo que él quisiera y pudiera amar y no me importó que me dijeran que estaba demente para eso, ni siquiera podía matarlo de verdad yo solo... —suspiro—. Solo me hubiera gustado que ellos me lastimaran a mí para acabar con todo esto, yo hubiera sido liberado y, en algunos siglos, habría nacido un nuevo Dios de la nada.

Otra vez silencio, un silencio desgarrador. Aunque, para mi sorpresa, los brazos de Maddox no se han separado de mi cuerpo ni un solo segundo. En todo caso, sus labios se deslizan por mi nuca, a modo de caricia.

—Me alegro que no te mataran —susurra—. Eres un puto dolor de cabeza, pero me gusta estar aquí contigo.

—¿Por qué? —No evito preguntar, ¿en serio pretende que me crea esa mierda cuando no soy la primera opción de nadie?

—Porque yo también he estado demasiado tiempo solo y, de alguna manera, el tiempo a tu lado me complementa.

Mi respiración se entrecorta un poco y, con cuidado, giro para quedar de rodilla entre sus piernas. Es la primera vez que mi rostro está a la altura del suyo. No puedo evitar alzar mis manos y acariciar su cicatriz, sus pómulos buen marcados y la comisura de sus labios. Odio a los humanos, porque me recuerdan lo que soy, lo inseguro que me siento; pero el hombre que tengo delante de mí no me observa como un Dios de la muerte, sino como si fuera la puta luna en medio de un cielo oscuro.

—Siento lo que te dije —anuncio antes de que la cobardía se apodere de mi cuerpo—. Quería herirte, pero lo siento. Solo sé hacer daño.

Maddox no responde. Alza sus dedos para quitar la negra lágrima de mi mejilla.

—No creo que solo hagas daño, solo que es más fácil verte a ti mismo así.

Bajo la mirada, no puedo soportarlo ahora. Pero Maddox alza mi mentón para volver a rozar sus labios con los míos en la habitación.

—Yo... —titubeo—. No quiero que esto signifique algo Maddox, no voy a poner las manos en el fuego por nadie una segunda vez. —Suena como una mierda, pero me niego a arriesgarme. Me niego a salir lastimado de nuevo y tener que vivir con ello por varios siglos más. No obstante, mis manos ya están alrededor de su cuello pegándome a él.

Maddox niega.

—Entonces no voy a obligarte a confiar; sigamos nuestro trato. Yo domino y si logras despertar sentimiento en mí; te doy toda la libertad; no te exigiré más. No sabiendo lo que todo significa para ti, aun así. —Sus manos agarran mis muslos con fuerza, alzándome lo suficiente para luego sentarme a horcajadas encima de él. Me gusta que no pregunte y solo actúe, que tome el control entre ambos y que, por una vez, no sea yo quien tenga que llevar las decisiones sobre mis hombros—. Te quiero conmigo Christian y no quiero tener que actuar en contra de ello; tu me atraes Christian, más de lo que me ha atraído nadie en mucho tiempo. Mientras dure nuestro trato vas a ser mío.

Un rápido giro me deja sobre la manta, con Maddox posicionado encima de mi cuerpo. Los labios del hombre vuelven a descender hacia los míos de una manera hambrienta, como si me necesitara más que el oxígeno que respira, pero dado que no se mantiene mucho tiempo en ellos me doy cuenta de que ese beso fue solo un pequeño aviso, un anuncio a lo que está por venir.

Apego a Maddox mi cuerpo como si necesitara un poco más de su cercanía; un contacto que no he tenido por milenios con nadie, pero, con una posesividad hacia mi persona que es la primera vez que experimento en mi vida. No hay nada suave en el acto; es puro instinto de necesidad y salvajismo. Muerdo su labio superior y paso mi lengua por la marca para luego de ello realizar el mismo acto con el labio inferior. Siento las manos de Maddox deslizarse por mi pecho y subo una de las mías hacia la parte trasera de su cuello como si no quisiera que se aleje; no obstante, me obligo a mí mismo a abandonar la boca ajena.

Nuestras respiraciones están entrecortadas, puedo sentir el aliento del hombre en mi rostro; sus puños se aprietan con fuerza a mi ropa y sus ojos azabache parecen un poco opacos de la necesidad; el olor de feromonas llena toda la atmosfera a nuestro alrededor, el deseo puro nos rodea.

Maddox me mira, un poco de duda llena sus ojos y eso es como un vaso de agua helada encima. Pero, cuando quiero alejarme, parece captar mi inseguridad. Su mano se aferra a mi cadera con fuerza, imposibilitando que me mueva del sitio donde me encuentro.

—Nunca he estado con un hombre —explica—. Solo tienes que decirme si algo en particular no te gusta, así podré detenerme y probar algo más.

Abro los ojos un poco asombrado, solo se está preocupando por mi placer. Muerdo mis labios con un poco de duda.

—Creo que esto es un error y podría traernos problemas, ¿está mal que no quiera detenerme?

Maddox niega con la cabeza sin siquiera pensarlo.

—No me importa si lo es, —lleva mi mano a su entrepierna y puedo sentir la dureza de la erección que comienza a crecer ahí—No quiero parar, ya te dije que me gustas mocoso.

Sin poder controlarme, mis uñas se encajan en su piel dejando marcas rojas a mi paso antes de volver a besarlo, sonrío para mis adentros satisfecho de que el chico no se controle y muestre lo que en verdad desea.

Introduzco mis manos bajo su camisa entrando en contacto con su cálida piel. Voy subiendo los dedos y me aseguro de llevar la prenda de ropa conmigo. Las manos de Maddox tampoco se quedan quietas, sino que me quitan la chaqueta y el pullover con el mismo ritmo entusiasta con el que ando. Solo Se separa unos instantes para dejar su pecho desnudo de cualquier ropa y aprovecho para hacer lo mismo.

Maddox vuelve a bajar por mi cuerpo deteniéndose en cada uno de los puntos que me hacen saltar, mordiendo mis pezones y torturándolos con su lengua; sin embargo, este no parece ser el máximo punto de interés del hombre puesto que después de unos segundos, continúa descendiendo. Cuando creo que va a tocar y jugar con mi erecto miembro que necesita ser atendido, me sorprende que lo ignora por completo y en lugar de ello muerde mis muslos, aun cubiertos por los finos pantalones.

En más de una ocasión las ansias de bajar las manos y agarrarme de sus cabellos casi me ganan, pero de verdad quiero ver a donde va esto. No obstante, cuando Maddox agarra mis piernas y comienza a jalar la prenda que queda, mi sangre se calienta como una lava ardiendo. Puedo sentir el aire frío de la noche contra mi desnudo cuerpo, pero ni siquiera eso es suficiente para cortar mi deseo.

—No tengo lubricante conmigo, así que tendré que improvisar un poco —anuncia, sin embargo, no soy capaz de responderle.

Las palabras permanecen atoradas en mi garganta y solo un fuerte jadeo escapa de mis labios al mismo tiempo que Maddox las separa mis piernas para llevar su lengua a mi orificio de entrada la sorpresa se junta con la tentación y, antes de darme cuenta, yo mismo estoy balanceando mis caderas en su dirección

Coloca su boca de mi trasero y me sonríe con malicia a medida que pasa su lengua por sus labios de forma hipnotizaste. Esa misma humedad se aprieta en mi entrada y todo mi cuerpo tiembla a medida que arqueo la espalda para estar más cerca y sentirle más profundo. Su lengua comienza a entrar con uno de sus dedos, estirándome y preparándome. La idea de que soy la primera persona a la que Maddox le hace esto es condenadamente caliente y no puedo evitar sentirme posesivo al respecto.

Da una pequeña nalgada en mi trasero que me hace jadear y antes de darme cuenta su lengua retoma su ataque en mi orificio trasero, acompañado por un segundo dedo que explora. Las olas de placer me recorren mientras mis caderas se contonean sobre la lengua que me invade, aflojándome, arremetiendo contra el punto que me hace chillar y perder el juicio de manera constante.

—Maddox, yo...yo voy a... —jadeo cuando la excitación llega a un punto casi enloquecedor y siento que el orgasmo explotará en mi cuerpo casi en un instante, ha sido demasiado tiempo sin nadie acariciando este lado de mi cuerpo, brindándome atención. Sin embargo, cuando siento que el clímax está a la vuelta de la esquina Maddox aparta su boca de mi estrada dejándome casi dolorido de la necesidad—. ¡Joder!

Mis piernas tiemblan y siento como mi respiración lucha para que llegue aire a mi cuerpo.

La molestia que me corroe parece divertir a Maddox, pero cuando le observo detenidamente noto que su cuerpo también está tenso por la necesidad. Sonrío con malicia por ello, no puedo mover mis manos, pero abro más las piernas dándole una completa visión de mi sonrojado y apretado agujero. Alzo un poco mis caderas y como le tengo cerca soy capaz de rozar las mejillas de mi trasero contra su erección, la cual se marca a pesar de los pantalones que aun el hombre posee.

A modo de recompensa, puedo sentir el instante exacto en que todo su cuerpo se tensa, su respiración se entrecorta y sus pupilas se nublan por el profundo deseo. Sus manos aprietan mi muslo con tal fuerza que estoy seguro de que dejarán marcas ahí luego.

—¿A qué estás esperando Maddox? —le reto— ¿O acaso solo eres capaz de decir palabras, pero no llevarlas a cabo?

Traga en seco y desabrocha sus pantalones con una mano, dejando la abertura suficiente para poder sacar su miembro. Lamo mis labios resecos ante la buena visión de su pene hinchado y goteante por mí. Su punta húmeda roza mi apretada entrada y tengo que cerrar los ojos y controlarme para no empujarme a mí mismo contra él.

El de ojos oscuros no se hace de rogar; entra en mi interior y, a pesar de que no hubo mucha preparación previa, mi entrada se halla blanda y dispuesta debido a los juegos de la lengua del hombre en la zona. Maddox me da unos segundos para que me acomode a su anchura y, acto seguido, comienzan las envestidas. Cada una de ellas arremetiendo sobre mi dulce punto; quería soltar mis manos y abrazarle contra mi cuerpo, así que eso hice. Encajando mis uñas en su espalda. Mis piernas envueltas alrededor de sus caderas fueron un apoyo par moverse a su ritmo y encontrarme con cada una de sus arremetidas. Los sonidos de excitación escapaban de ambos, con nuestras respiraciones entrecortándose y nuestros propios alientos rozándose.

—Maddox...

Mi cuerpo actúo de manera involuntaria y antes de darme cuenta arqueaba mi espalda y exponía mi cuello para el hombre, el mensaje era claro y seguro. Yo era un Dios y él un simple humano; pero en este instante eso no me importaba. Anhelaba que me poseyera al cien por ciento, que me dominara y fuese dueño de mi cuerpo. Quizás para otros sobrenaturales, físicamente, el lazo fuese más fuerte; sin embargo, en cuanto a simbolismo se trataba, yo quería eso mismo ahora.

Maddox parecía entender lo suficiente sobre el mundo sobrenatural como para comprender mi petición. No pasaron muchos segundos que sentí sus duros dientes contra mi blanda piel. Dolía, dado que tenía que morder muy duro para romper el tejido; sus dientes no eran afilados como los de un cambiaformas, pero no tardo en dejar la marca. Aunque yo fuera sobrenatural y un Dios, me sentía muy vulnerable frente a este hombre. La molestia fue seguida por una ola de calor que viajó directo a mi entrepierna provocando que llegase al clímax y olas de placer emanaran de mí. El orgasmo me atravesó como un rayo y mi abdomen se llenó de mi propia esencia.

Para mayor placer Maddox también pareció más que afectado, pocas embestidas después le sentí llenarme por completo, su semen corriendo en mi interior cálido. La sonrisa se colocó en mi rostro mientras ambos gemíamos por el placer y poco después el hombre cayó sobre mí, agitado. Mientras nuestro aliento retornaba Maddox se colocó de costado, sus pies continuaban enredados con los míos; sus labios recorrían mi rostro y mi garganta. Un atisbo de preocupación destellaba en sus ojos y noté que miraba no haberme hecho daño.

Por unos instantes quise llorar, tanta muestra de afecto provoco que por primera vez el sexo no se sintiese como una follada rápida de la que tendría que salir corriendo, sino que me dio la sensación que podría haber más...y joder si eso no me asustaba.

Maddox envolvió mi rostro y me besó con pasión y calidez profesando palabras de afecto.

No hablamos más en un rato, no sentíamos la necesidad de inundar el silencio con palabras. Solo disfrutamos de la compañía y la libertad de estos minutos. Cuando llegó la hora de volver, Maddox se puso sus pantalones y su camisa, quise hacer lo mismo, pero el hombre me detuvo y solo me envolvió en la manta para luego cargarme y subir las escaleras de regreso conmigo a cuestas.

Para mi sorpresa, en vez de dejarme en la sala o mi habitación, me llevó a su recamara, donde me mostró por segunda vez en la noche lo dispuesto que estaba en hacerme suyo.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro