Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 6

Samson

Bebo mi cuarta taza de café mañanera mientras diviso a Declan sentado en el sofá de la sala mirando a través de la enorme ventana. Aunque sus ojos se mantienen fijos en el paisaje es evidente que no observa nada, más bien parece perdido en sus propios pensamientos. Me dedico unos minutos a deleitarme en su rostro como si la sola visión lograse darme todas las respuestas y, por unos momentos, lo hace. Bajo los ojos de Declan destacan las pequeñas ojeras, sus mejillas lucen un poco hinchadas y sus pupilas cansadas como si se hallase agotado o no hubiera dormido la noche anterior.

«¿Cómo tú?». Interroga una voz en el fondo de mi mente y no puedo evitar el bufido que escapa de mis labios debido a lo certero de la pregunta.

La verdad es que no pequé ojo en toda la noche; simplemente no podía. Me fue difícil el hecho de dormir con el conocimiento de que Declan se hallaba a pocos metros de mi habitación o, mejor dicho, de mi cama. Debe de haber algo cierto en la frase que dice que la noche es ara los artistas, para los que crean y los que aman pues, durante horas consecutivas no pude parar de pensar en él y en nuestras conversaciones pasadas.

Fueron muchas las ideas y teorías que pasaron por mi cabeza, pero al final llegué a variadas conclusiones ciertas. Quiero que sufra, quiero que sufra tanto como he sufrido yo y, sin embargo, luego de su dolor, quiero ser la persona que le de calma y paz.
He acusado en muchas ocasiones a Declan por su comportamiento tóxico, por su ingratitud, por sus juegos cargados de indecisión y por su poca voluntad de mantenerse alejado cuando siempre anda contestando que es lo mejor para los dos. No obstante, ¿acaso no he formado parte de este molesto juego el mismo tiempo que él? Irónico. Incluso cuando yo mismo me he quejado, cuando he buscado consejos que me ayuden a alejarme e incluso cuando he intentado meterme en nuevas camas que me hagan olvidar las caricias que en el fondo anhelo, la verdad es, soy igual de tóxico y retorcido que él.

Lo necesito como Declan me necesita a mí y la idea de tenerlo lejos me mata. Por ello le pedí a los dioses del destino que no me dieran nueva pareja…

Pude haberme alejado hace tiempo, pude haber decidido cortar; pero continúe buscándolo. Continúe creando reuniones tontas e innecesarias en el consejo porque siempre supe que Declan asistiría, elegí Escocia como lugar de encuentro dado que conocía que estaría ahí con Castiel. ¡Joder! Incluso tomé la errónea decisión meses atrás de mantener cautivos a los híbridos y a Robert porque ello me permitiría pasar más tiempo con Declan.

Incluso ahora, que le hice decidir, que le amenacé en no volver a verme…
Incluso ahora le vuelvo a abrir las puertas para que tan solo entre…y vuelvo a esperar a que se quede. O más bien, en esta ocasión, le rezo a los dioses por respuestas a lo que le sucede, verle enfermo me mata y solo quiero que no me lo quiten.

¿No es eso casi tan enfermo y tóxico como su propio comportamiento?

Como si el Dios sintiese el peso de mi mirada sus ojos viajan a mi figura y, por pocos segundos, es como si todos sus miedos desaparecieran y sus labios se curvan en una adorable sonrisa. La necesidad de ir hasta donde él está y acariciarle el rostro es grande, sin embargo, me obligo a mí mismo a permanecer serio y sin moverme del lugar. Después de todo, aún estoy en la necesidad de verle sufrir; de verle retorcerse por mí y que demuestre que me quiere de verdad. Esto no hace que la sonrisa de Declan desaparezca. El hombre de ojos azules y rubios bucles se coloca en pie y casi de forma danzarina se acerca a la meseta de la cocina en la que me hallo. Incluso con su piel un poco pálida y sus ojeras aun sus pupilas poseen un brillo encantador.

Tomo la cafetera y lleno una segunda taza de café a la cual le hecho un poco de nata y chocolate, odio el dulce en mi café, pero siempre mantuve los ingredientes a mano por si alguna vez Declan despertaba en mi casa. Y aquí está la oportunidad, aunque la situación no es como me hubiese gustado.

Declan toma la taza y bebé un rápido sorbo antes de centrar sus ojos en mí.

—¿Tienes alguna idea por donde iniciar a investigar? —interroga con suavidad, casi con miedo.

Al hablar, intento que mi voz continúe calmada y carente de interés.

—¿Quizás fuese más sencillo si me cuentas porqué estas perdiendo tu energía? ¿O cómo es que perdiste tu forma?

De forma automática puedo notar como sus hombros se tensan y su mirada vuelve hacia la ventana de la sala, por segunda vez, observando a la nada.

—Perdí mi forma por un error, hice cosas que no debía y confié en … —Dolor, puedo mirar su dolor unos segundos, pero Declan parpadea y vuelve a enmascararlo—. No se supone que con la perdida de mi forma se fuera mi energía, no entiendo porque ahora, después de tanto…

Siento que hay más detrás de su cambio de tema y que esto altamente podría estar relacionado a todo lo sucedido.

—Declan… —Hay una advertencia en mi voz, pero, para mi sorpresa, el rubio estalla en un ataque de nervios, uno como el que nunca había visto en mi vida.

—¡He dicho que no tiene nada que ver! ¡Eso no importa, no importa nada!

Debo sostener la taza con fuerza para que no se caiga de mis manos debido a la sorpresa. No importa lo mala que fuese la situación. Declan nunca había tenido esa reacción estruendosa, pero, sobre todo, jamás había mostrado ese nivel de miedo en sus ojos, en su voz…

Incluso sus manos están temblando…

Voy a volver a hablar, pero en ese momento puedo escuchar como la puerta de la entrada se abre y un olor muy familiar llega a mi nariz antes de que la gruesa voz llegue a mis oídos.

—¡Gatito! ¿Estás despierto?

Declan abre sus ojos de par en par y un conjunto de emociones que arrancaron la tensión del momento y casi arrebatan la risa de mi rostro. Tanto Declan como yo giramos nuestro rostro a la entrada para de la cocina justo a tiempo para ver una alta figura masculina avanzar hacia nosotros. Sus ojos son de un fuerte negro oscuro, su cabello corto de estilo militar y de color azabache; viste pantalones ajustados de color negro y un jersei de cuello alto a juego, sobre ambos elementos un sobre todo del mismo color. En el centro de su labio inferior destacaba un aro plateado en forma vertical y de su oreja resaltaba una cadena en forma de arete.

Sus dedos estaban cargados de anillos de diversas formas y en una de sus manos destacaba una bolsa de comida. Se detuvo en seco con sus ojos viajando de Declan hacia mí y viceversa. Pero luego de pocos segundos volvió a acercarse hasta llegar a mi lado para dejar un sabe beso en mi mejilla. De reojo, puedo notar un pequeño tic nervioso en el rostro de Declan mientras nos observa con la boca abierta. Aun así, mi atención retorna a Maddox cuando a comienza a hablar.

—Buenos días gatito, debo de admitir que me sorprende llegar y verte en compañía; pensé que el piojo ya se habría largado, como de costumbre.

—¡Perdón! —Puedo sentir el chillido molesto de Declan y debo de contener la risa—. ¿quién te crees para hablarme de esa manera? ¿Quién mierda eres tú?

Le guiño un ojo a Maddox y me giro hacia Declan y comienzo a hablar.

—Declan, este es mi amigo Maddox, vino a ayudarnos.

EL Dios se detiene unos segundos, examinado al hombre que me acompaña de arriba abajo y, en lo que deduzco que es solo para molestarle, Maddox rodea mi cintura con su mano pegándome a él y eso parece hacer estallar a Declan.

—¿Ayudarnos? ¿Este estúpido humano que se cree miembro de los hombres de negro?

—Gatito, no sabía que este rubio oxigenado tenía tan mala lengua.

—¡No le llames gatito! —chilla Declan más rojo que blanco colocándose molesto en pie.

Ya sin poder controlarme rompo en risas, es lo más ridículo que he escuchado en mi vida.

—Declan, basta ya —respondo con voz tranquila y eso parece hacer que el enojo de Declan no disminuya, pero yo lo disfruto—. Maddox, aunque es humano, es muy bueno buscando información. Conoce mejor que nadie las formas de encontrarla sin llamar la atención, ya me ha ayudado otras veces, así que, dado que tu no hablas, él se queda. Es mi amigo y siempre ha estado conmigo, si tienes algún problema lárgate.

Y demostrando toda su madurez, Maddox saca su lengua en conjunto con su dedo medio en dirección al rubio. Como si fuera la gota que derramó el vaso, Declan da un manotazo sobre la mesa rompiendo ese lado de la madera y, luego de ello, sale caminando directo a la habitación de invitados. Puedo sentir un fuerte portazo proviniendo de esa dirección y algo me dice que más adelante voy a tener que cambiar esa puerta.

Maddox suelta mi cintura y se dirige a la cafetera sirviéndose una taza de café para él.

—Tu novio es un poco susceptible.

—Primero —aclaro—. No es mi novio, segundo, no lo molestes Maddox, está pasando por mucho.

—No prometo nada, es divertido molestar a tu novio. Se merece eso luego de que por su culpa te escuché llamarme a las dos de la mañana confesándome tus preocupaciones sobre no ir a ocupar su cama.

Sonrío evitando su mirada. Digamos que anoche no solo pensé, también llamé a Maddox pidiendo sus consejos. Cuando digo que es un verdadero amigo no son palabras en vano.

—Bien. —dice el de ojos oscuros—. ¿Y ahora por dónde iniciamos?

—Ahora, ahora buscamos algún medio para salvar a Declan…

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro