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Capitulo 19

—Yo puse el cielo en tus manos. ¿Él que te dio?
—Me elevó hasta el cielo mientras ardíamos en el infierno.
A🌙A

Presente.

—Te extrañé demasiado. —Apenas llego a mi departamento, Moni salta sobre mí y me abraza. Río devolviéndole el abrazo. Dejo mi pequeña maleta junto a la puerta y acepto el tazón de palomitas que me ofrece.

—¿Maratón de Mentes Criminales? —pregunto viendo la serie pausada en el TV. Moni regresa de la cocina con una lata de cerveza. Alzo una ceja.

—No digas nada, me encanta —se defiende. Me extiende la lata de cerveza, la acepto aún desconfiada.

—Me voy dos días y ya hay cerveza en casa, genial. —Bebo un trago largo mientras me siento a su lado en el sofá.

—Hay que estar preparados para hacer un maratón —resuelve. Río. Moni da play al programa y después de dos capítulos enteros ya tengo sueño.

No dormí nada durante el viaje, Gideón no dejo de verme mal por haber preferido viajar con Natasha y no con él. Díganme masoquista, pero creo que juzgué mal a Natasha. No parece ser mala persona, tal parece que es que aún le gusta Gideón y ciertamente, no puedo culparla por eso.

—No estás viendo nada —se queja Moni. Parpadeo para enfocarla bien.

—Lo siento, estoy muy cansada del viaje —confieso. Moni me sonríe.

—Vale, ve a dormir. Ya me contarás luego que tanta acción tuviste con tu galán. —Hago una mueca.

—No hubo acción —aclaro y me levanto antes de que empiece con sus preguntas. Aún es temprano y tengo el día de mañana libre, debería ir a visitar a mi padre y aprovechar para ponerlo al tanto. Con eso en mente entro en mi habitación, busco una ropa cómoda y sigo derecho hasta el baño. Muerdo mi labio al ver que aún está la silla que utilizamos ayer Gideón y yo. Suspiro. La saco de la ducha y me baño rápidamente. Desearía poder tardar más tiempo, pero no quiero que se acabe la hora de visita y deba volver a posponerlo.

Me coloco un deportivo suelto, una blusa corta y unos tenis. Lista, el cabello lo amarro en un coleta alta y tomo mi cartera con mi portátil. Ya después de visitar a mi padre, veré si me siento a escribir algo en cualquier plaza. Salgo de mi habitación cerrando todo y apagando las luces.

—¿No ibas a dormir? —se queja Moni al verme. Aún está frente al TV.

—Iré a ver a mi padre —contesto abriendo la puerta. Moni sonríe.

—Algún día iré a verlo. Suerte. —Asiento y salgo. Saludo al portero y detengo el primer taxi. Le doy la dirección y el auto avanza. Después de unos minutos el coche se detiene frente al hospital. Suspiro. Le cancelo lo he dicta el taxímetro y bajo del auto. Ya en recepción doy mi nombre y el de mi padre, la mujer sonríe de oreja a oreja mientras teclea.

—Me alegra mucho que viniera. Hace mucho que su padre no recibe visita —confiesa tocando mi herida. Fuerzo una sonrisa y sigo la dirección que señala con su dedo. Al salir al patio lo localizo rápidamente.

Está sentado junto a un árbol y parece que tiene una conversación muy importante con alguien invisible. Quizás solo hablé consigo mismo. Tomo aire al detenerme junto a él.

—¡Hola, papá! —saludo alegre. Él se calla y levanta la cabeza para verme. Sus ojos se iluminan.

—¡Ivonne! —exclama con emoción. Contengo mis lágrimas. Ivonne es mi madre, por eso se encuentra aquí, empezó a ver cosas donde no había nada, empezó a hablar conmigo confundiéndome con mi madre. Ya no separa la realidad con la fantasía.

—¿Cómo te ha ido, papá? —Me siento a su lado tomando una de sus frágiles y temblorosas manos.

—Te quedó muy rica la comida de hoy, cariño. —Sonríe enamorado. Asiento, seco una lágrima traicionera.

—Me alegra mucho, papá. Tengo mucho que contarte, ya me separé de Sebastián, tal vez pueda visitarte más seguido ahora. — Otra lágrima se me derrama—. Te extrañé mucho, prometo no volver a olvidarte tanto tiempo. —Mi padre acaricia mi rostro con dulzura.

—Te ves muy bonita, cariño. —Beso su frente y me levanto.

—Ya debo irme, pero volveré pronto. —Asiente como si realmente entendiera mis palabras. Seco mis lágrimas y doy la vuelta, ya las otras personas que también estaban visitando, se están retirando. Sigo derecho de la recepción y no me detengo hasta que veo una pequeña plaza donde algunas familias están reunidas. Ubico un banco no tan alejado del resto y me siento, saco mi portátil y muerdo mi labio al ver por dónde dejé el relato del libro. Esa noche fue memorable.

FlashBack.

Diciembre 18 de 2017

—¿Quiere que ordene algo para cenar, señora? —pregunta James en camino a la casa.

—Que sea pizza —acepto. James asiente y estaciona el auto frente a la casa. Bajo antes de que pueda abrirme y me mira mal por eso. Sonrío desganada—. Estoy agotada, puedes irte a tu casa luego de que llegue la pizza —le digo antes de entrar.

—El señor Sebastián me pidió el favor de no dejarla sola durante las noches hasta que él llegue. —Me contengo de rodar los ojos.

—Yo no tengo problema con eso, pero es domingo, de seguro tenías planes —replico. Detesto que me vigilen. No es como que vaya a escaparme a cierto apartamento de cierto fotógrafo y tengamos sexo toda la noche. La piel se me eriza de solo pensarlo.

—Es el cumpleaños de mi hijo, señora. —Alzo las cejas.

—Más a mi favor, ve a tu casa, tranquilo. Sebastián no se enterara de que no dormiste en casa —prometo. James asiente sonriente.

—Me iré después de que llegue su pizza y dejaré todo bien cerrado. —Asiento y entro a la casa. Una vez en mi habitación muerdo mi labio.

Quiero ir al apartamento de Gideón, pero, ¿qué me asegura que no esté con alguien más? No puedo llegar sin avisar, aunque, también quiero hacer eso. Si está con alguien más, eso solo quiere decir que debo olvidarme de esta estupidez y seguir con mi vida normal. ¿Normal? Ese es el problema, no quiero una vida normal, no después de que probé lo que era una vida diferente.

Me tiro en la cama estresada y confundida. Decido que es mejor darme una ducha para quitar todo rastro de confusión de mi cabeza. Por algún desconocido motivo, aprovecho de rasurarme y aplicarme crema por todo el cuerpo.

Me coloco la bata de baño cuando James llama a mi puerta. Le recibo la caja de pizza y avisa que ya se irá. Me desea una buena noche y se retira. Corro a la ventana para ver cuando sube al auto y después se pierde en el camino. Cojo una rebanada de pizza y busco en mi ropa íntima algo sexy.

Encuentro un babydoll que recuerdo que cuando lo compré y me lo puse, Sebastián dijo que era muy vulgar y me pidió que me lo quitara. Veamos si a Gideón tampoco le gusta. Tomo otro pedazo de pizza mientras me lo coloco. Encima me pongo un vestido ajustado al cuerpo y sobre eso un abrigo. Estamos en época decembrina y el frío es abrumante.

Unos tacones de aguja dorados para darle más elegancia al babydoll negro y lista. Un exagerado labial rojo en los labios y mi cabello lo dejo suelto para que se seque.

Agarro la caja de pizza y pido un taxi por teléfono mientras bajo las escaleras. Busco en la nevera de vinos una buena botella y salgo de casa cuando el taxi pita afuera. Subo al auto temblando.

No sé si esta es una buena idea, ya me arrepentiré luego cualquier cosa. Veo el edificio de apartamentos de Gideón y maldigo al recordar que no sé su número de piso. Ese día él hizo todo y yo estaba muy embobada y ansiosa como para ponerme a memorizar eso.

Bajo del auto, cancelándole. Entro al edificio y el olor a limpio me marea. Me hago la loca y sigo derecho hasta el ascensor para que nadie me pregunte nada.

Le sonrío al portero del edificio y seguido al chico de recepción. Logro llegar al ascensor y por mero nerviosismo presiono el número 7. Las puertas se cierran y comienzo a elevarme. Tendré que comentarle a Gideón de la falta de seguridad de este edificio. Podría haber introducido cualquier arma y ellos no hubieran notado nada. Las puertas se abren e intento recordar algún número.

Vamos, Alejandra, no puede ser tan difícil recordar. Recuerdo todo lo que hicimos dentro del apartamento, pero nada del exterior. ¡Estoy jodida!

—¿Estás perdida, preciosa? —Me alarmo. Giro y veo a un hombre no muy alto, delgado y de ojos cafés como los míos. Finjo una sonrisa.

—Busco el apartamento de mi novio, olvidé mi celular y no recuerdo su número de apartamento —miento. Bueno, no es mentira, no traje mi celular y aunque no es mi novio, es mi amante.

—¿Quién es tu novio? —pregunta. No se ve mala persona, espero que no sea mala persona. Creo que después de todo sí debí haber hablado con el chico de recepción para pedirle el número de apartamento de Gideón.

—Gideón —respondo rápido.

—Conozco a dos Gideón en este edificio. ¿Cuál es el apellido? —cuestiona. No puede ser cierto, no pueden haber tantos Gideón. Yo sólo lo conozco a él con ese nombre. ¿Por qué no me sé su apellido? ¿Nunca me lo ha dicho? ¿Ni siquiera cuando se presentó? Es imposible.

—La verdad no lo sé —confieso apenada. El hombre alza ambas cejas sorprendido.

—¿No sabes el apellido de tu novio? —Suspiro.

—Llevamos solo unos días —explico. El hombre asiente.

—Si solo llevan unos días, debe ser el fotógrafo —habla. Muerdo el interior de mi mejilla. ¿Tantas mujeres trae Gideón a su apartamento y qué número seré yo de ésas? Asiento—. Bien, yo te llevo. Pero me quedaré hasta que él salga y confirme que eres su novia —me advierte. Me contengo de poner los ojos en blanco.

Subimos de nuevo al ascensor y me fijo en que presiona el número 9. Solo dos pisos más arriba. Apenas el ascensor se detiene en el noveno piso, el hombre sale y lo sigo como su perrito faldero. Apartamento 106. Toca el timbre y unos minutos después escucho la voz de Gideón diciendo que ya viene. Miro al hombre al mismo tiempo que la puerta se abre.

—¿Alejandra? —pregunta confundido.

—Dijo que era tu novia, pero ni siquiera sabe tu apellido. —Lo miro mal y el hombre se encoge de hombros.

—No hablamos mucho de nosotros mismos —dice Gideón—. Pasa, Caramelo, te estaba esperando. —Entrecierro los ojos. ¡Vaya sorpresa la mía! Debo parecer idiota. Gideón cierra la puerta después de agradecerle al hombre, que ahora sé que se llama Luis—. ¿Pizza y vino? —pregunta señalando mis manos. Saboreo mis labios mientras asiento—. ¿Y si empezamos con el postre? —propone seductor. Trago saliva. Creo que el postre soy yo.

Fin del Flashback

Continuará....

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