Capítulo 6: Marcos
Todos en la habitación nos miraban sin pronunciar palabra, la tensión era palpable en el ambiente a raíz de lo dicho por Logan. Por unos minutos, en el día de hoy, permití que algunas emociones se apoderaran de mis pensamientos; me permití sentir y fue un grave error. Al inició pensé que era lástima lo que había en mi cuando escuché la historia del muchacho; que no diga las cosas no significa que no las sienta; no obstante, mientras Logan continuaba hablando me di cuenta que lo que realmente sentía por él era admiración: A pesar de todos los golpes de la vida, a pesar de todo lo que le han hecho, aquí estaba este niñato intentando chantajear a todos los líderes del pueblo, plantándoles cara y, si bien este niño me era molesto, su actitud era admirable…hasta que me señaló.
—Tiene que ser una broma. —La voz burlona de Dylan llenó la habitación—. Un mocoso como tú no puede exigir al segundo al mando de los vampiros como si fuese de su propiedad.
—Si quieren mi colaboración yo lo quiero a él.
—¿Y qué quieres con él? —interrogó Ryan esta vez, quizás esa fuese la verdadera pregunta, cuando Logan decía que me quería a mí no era como una pertenencia, había algo más…y la respuesta del mocoso lo dejó en claro.
—Eso es mi asunto.
No necesito tener un espejo delante para saber la furia que se desencadenó en mis ojos, era más que visible según el rostro de todos a mi alrededor, aun así, el maldito mocoso continuó sin titubeos, con la frente en alto y su mirada sosteniendo fijamente la mía.
«Este chico no le teme al peligro y yo no volveré a bajar la guardia en su presencia.»
—Control—pidió Tobías en mi cabeza, pero ahora mismo me era difícil reaccionar.
—¡Largo de aquí! ¡Todos! —Envié el pensamiento de vuelta.
—Marcos…
—¡Ahora!
Mi conducta hacia Tobías podría considerarse desacato si esta conversación se hubiese llevado en voz alta; sería rebeldía contra mi jefe. Sin embargo, como todo fue a un nivel mental no era necesario que el líder vampiro se viese en la obligación de un regaño público. Sin embargo, nos conocemos desde hace tantos años que dejarme solo con el mocoso es un peligro debido a mi carácter, aun así, casi imperceptiblemente asiente con la cabeza. Su fe ciega en mi me desconcierta; Tobías confía más en mi autocontrol que yo mismo.
—Déjenlos solos para hablar—exigió el líder vampiro y por un instante todos le miraron como su estuviese loco.
—¿De verdad vas a entregar a tu hombre de confianza?
Tobías observo con ira y burla a Dylan quien fue el que se atrevió a hacer tal declaración.
—No voy a aceptar que exactamente tú vengas a criticarme con mis decisiones sobre mi gente cuando tu preferiste dejar a tu hermano en el abandono antes que enfrentar la verdad. —Las comisuras de los labios de Tobías se curvaron hacia arriba en señal de burla; luego de eso miró a Nolan y a Ryan más serio, como un verdadero líder—. Necesitamos a Logan, pero no obligaré a Marcos a nada, esto es algo que solo decidirá él y para ello tiene que hablar con el híbrido a solas. —Nolan asintió, sin embargo, Ryan continuaba con una mirada dubitativa, por suerte Tobías sabía cómo convencerlo y un solo toque lo logró—. Por favor.
Ryan dio media vuelta y con una sola mirada fue suficiente para que todos en la habitación se marcharan. Tobías fue el último en salir y antes de hacerlo volvió a observarme, sin embargo, yo no podía apartar mis ojos del híbrido frente a mí. De sus ojos escarlatas con pequeñas betas doradas en su interior. Solo escucho la puerta de la habitación cerrarse y antes de que Logan tenga la oportunidad de mencionar la primera palabra ya estoy moviéndome y atrapando al mocoso entre la pared y mi cuerpo.
Una de mis manos sostiene su cuello y la otra atrapa sus manos sobre su cabeza inmovilizándole por completo.
—¿A qué mierda estás jugando? —El enojo en mi voz no se hace esperar.
—Yo…
Noto que le cuesta respirar debido a mis manos en su cuello, pero en ningún momento aflojo mi agarre.
—Quiero una explicación ¡Ya!
—Yo los ayudaré—responde entre jadeos—. Pero te necesito.
—¿Porqué?
Noto como Logan baja la mirada evitando darme una respuesta.
—Logan…mi paciencia tiene un límite.
Vuelve a alzar la vista hacia mis ojos, sus mejillas están rojas y sus pupilas cristalinas; es justo como en el hotel, la primera vez que se acercó a mí.
—Necesito tu olor.
Vuelvo a pensar que se está burlando de mí, sin embargo, noto como inhala con fuerza como si eso pudiese hacer que el aroma de mi cuerpo estuviese más cerca de su nariz; de un solo movimiento suelto las manos y el cuello de Logan provocando que este cayese al suelo. Las mascas de mis manos se reflejaban como colorados en su pálida piel y, aunque la furia invadía mi cuerpo, la curiosidad y la perplejidad también me corroen.
Logan tose intentando retomar el aire en sus pulmones y vuelve a observarme y, si mal no me equivoco, en su rostro resalta el reflejo de algún primitivo deseo.
—¿Eres gay? —Es lo primero que escapa de mis labios.
—Importa.
—No me interesan los hombres y menos que menos los mocosos. —Sin embargo, no creo que todo sea tan simple como una mera orientación sexual.
—No te quiero a ti, solo quiero tu olor, —Vuelve a bajar la mirada, se nota nervioso—. Yo…—Traga en seco—. Diez minutos al día, quiero olerte, solo eso.
—¿Por qué? —Mi mirada es recia y mi voz igual, no obstante, soy incapaz de apartar la mirada de su sonrojado rostro.
Logan solo oculta su rostro entre sus manos por unos instantes, parece que se echará a llorar en cualquier momento; observa la puerta por la que hace unos minutos salieron nuestros compañeros como si temiese que fuesen a entrar nuevamente en lo que él hablaba. Por último, y cuando se convence de que continuamos solos, sus ojos vuelven a fijarse en mí.
—Soy un Omega.
Siento el sudor frío brotar de mi frente, es imposible que este chico fuese un Omega, el gen se había extinguido hace milenios. Los alfas continuaron como líderes de manadas y grupos, sin embargo, debido a peleas por el descontrol hace eones se decidió que el gen Omega no debía de existir. Cuando los Omegas elegían una pareja sus hormonas eran incontrolables, era una unión más fuerte y antecesora a la de las parejas destinadas dado que si un alfa correspondía estaban juntos para toda la vida. Aunque generalmente elegía el alfa, era muy peligroso, porque cuando los alfas entraban en este estado solo vivían por un motivo, solo una cosa en el mundo cobraba importancia: Su Omega.
—Mientes. —Me aparto varios pasos de Logan—. Los Omegas ya no existen.
—¡Yo sí!
Llevo las manos a mis cabellos con impotencia antes de que Logan continúe hablando.
—Yo no soy normal, cuando me transformaron el gen creció en mí, con mi hermano no hubo problema porque fue alfa, pero al ser yo Omega decidieron utilizarme en sus experimentos.
Por eso probaban en él tantas cosas, este niño era un roedor de laboratorio para los híbridos. Era la reencarnación de algo que no existía ya.
—Suponiendo que te crea, elige a otro, puedes elegir medio pueblo.
Sé que esto no es del todo cierto, pero me niego y más si es por un motivo como el que me acaba de decir.
—Solo puedes ser tú.
—¡Yo no soy un alfa!
Logan vuelve a mirarme a los ojos, los suyos están al borde de las lágrimas y puedo jurar que el suelo se tambalea bajo mis pies con esa visión.
—Sí lo eres.
—Ya no Logan, no puedo ayudarte.
Doy media vuelta para dirigirme a la salida, pero cuando estoy a punto de abrir la puerta vuelvo a sentir la voz del mocoso como un pequeño susurro.
—Por favor, duele. —Ese era otro gran problema de los Omegas, según cuentan las antiguas historias, cuando un Omega hacia conexión con un alfa, el rechazo o la falta de unión era desastrosa. Llevaba a los Omegas a dolores psicológicos que tal parecían reales, muchos terminaban en la misma locura si su alfa moría o les negaba el tacto—. Solo quiero tu olor, no pido más nada.
Suelto un largo y tedioso suspiro, esto no puede estar pasándome a mí. Y lo peor es que esta historia no trataba solo de nosotros. A pocas habitaciones de aquí Michael estaba muriendo y, quizás en un futuro, hubiese más sobrenaturales en esta misma situación.
—¿Los ayudarás?
Giro lentamente en su dirección luego de soltar el pomo de la puerta. Veo como Logan asiente con fuerza.
—¿Solo diez minutos al día?
Vuelvo a preguntar y el híbrido alza su mirada hacia mí, en este instante, al ver sus ojos llenos de esperanza me doy cuenta que acabo de cavar mi perdición.
—Solo diez minutos.
—Esto no será eterno Logan. —Le recuerdo y el baja la mirada.
—Quizás yo no llegue al final de esta guerra. —Confiesa y a pesar de su sonrisa puedo notar dolor en su voz, por algún motivo me siento inquieto—. No tendrás que soportarme una eternidad.
Camino varios pasos en su dirección y le tiendo la mano para ayudarle a ponerse en pie.
—No vas a morir.
—Ni tu ni nadie puede asegurar eso Marcos, me están buscando.
—¿Por qué?
—Eso no es parte del trato. —Su negativa me sorprende, pero no es el tema en cuestión ahora—. ¿Aceptas mi petición?
Gruño y, por muy loco que parezca, asiento con la cabeza.
—Solo puedes olerme Logan, no quiero más contacto del necesario.
No doy tiempo a responder. Tomo su mano y salgo de la habitación, el resto necesita su ayuda y yo necesito una copa. Necesitaré estar ebrio si voy a sentir el tacto de este niño en mi cuerpo… No estoy preparado para hacerme cargo de un Omega, pero tampoco para dejarle sufrir.
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