Capítulo 5: Logan
El resto del camino lo transcurrimos en silencio, aun me cuenta creer el poco control que estoy teniendo sobre mi propio cuerpo; no hay que malinterpretar, una parte de mi cabeza disfruta y se divierte molestando al vampiro, sin embargo, preferiría que la explicación que le encuentro a todo mi comportamiento no fuese la verdadera ¡Joder!, incluso me cuenta continuar a su lado sin acercarme un poco.
Observo a Marcos de reojo y puedo ver la tensión que aun recorren sus brazos, al mínimo movimiento mío ya estará listo para matarme, sé algo de él que no debería; sé que la sangre de alfa corre por sus venas, una sangre muy antigua y potente. Me atrevo, incluso, a decir que Marcos tiene más años que Tobías. Aun así, no puedo dejar de preguntarme: ¿Por qué alguien con su poder es tan solo un segundo al mando?, ¿cómo fue que terminó de esta manera? No me extraña que lo mantenga oculto, llevo el tiempo suficiente entre los sobrenaturales como para saber que si esto sale a la luz podría causar grandes divisiones en el clan vampiro, sobre todo ahora que están en medio de una guerra no deseada contra los híbridos.
¡Quiero saber de este hombre!, aunque eso conlleva arriesgar mis propios secretos; no puedo explicarlo, simplemente, se ve demasiado roto.
Luego de varias horas, a un costado de la carretera, comenzaron a sobresalir variadas casas y edificaciones; recuerdo a la perfección este lugar de cuando secuestraron a Tobías, aun así, la voz de Marcos se hace notar.
—Hemos llegado.
No respondo, solo asiento.
A la entrada de la mini ciudad nos espera un hombre en una moto, es alto y de pelo oscuro y, aunque solo le vi una vez en mi vida, su presencia y su poderosa aura es algo que raramente se puede olvidar. Se trata de Ryan, el alfa de los lobos; es la persona de quien Zack estuvo enamorado toda su vida, aunque mirándolo en retrospectiva no creo que fuese amor, sino obsesión pura, el híbrido jamás debió conocer el significado de la palabra amor. No destruyes a los que amas, no deseas dominarlos, no les haces daño…
Al acercarnos, puedo notar que algo anda mal, todos los músculos del cuerpo del lobo están tensos, casi duele mirarlo; su expresión también es una mezcla entre furia, preocupación y, quizás un poco de culpa.
Cuando Marcos aparca el coche junto a la motocicleta y ambos descendemos de él para acercarnos a Ryan, las primeras palaras del lobo van dirigidas a mí.
—Bienvenido a casa Logan, es un placer tenerte con nosotros por fin.
No sé si es mi impresión, pero por unos pocos instantes puedo jurar que una chispa de agradecimiento resalta en su voz. Quiero responderle, sin embargo, Marcos habla antes de que logre decir nada.
—Ryan ¿Qué está sucediendo? —A pesar de la poca expresividad en el rostro de Marcos puedo sentir un ápice de preocupación en su tono. Él también sabe que algo va mal.
Ryan aparta sus ojos de mí y se concentra en Marcos, su expresión cambia por completo, si bien el vampiro no evidencia emociones; el lobo las refleja todas.
—Tobías llamó hace un par de horas, les tendieron una emboscada al salir del hotel. —La tensión reina en el ambiente—. Lograron escapar, pero Michael viene herido, ya preparé todo para su llegada, debemos ir al hospital.
Me doy cuenta que he estado conteniendo la respiración desde que Ryan comenzó a hablar; ¿cómo es posible? Michael herido, eso no es buena señal. Él conoce a los híbridos, no hieren y se van, ellos tiran a matar, hay algo demasiado malo en todo esto. Ryan arranca la moto y da media vuelta para marcharse al hospital donde esperaremos a Dereck, Michael y Tobías, sin embargo, cuando Marcos va a hacer lo mismo le agarro la mano.
—Espera. —La mirada que me lanza el vampiro es tan asesina que casi hace que retire la mano, no obstante, me mantengo firme en mi agarre. —¿Qué van a hacer?
—A ti te llevaré a un lugar seguro y luego me voy con Ryan al hospital.
—Ni hablar, yo también voy al hospital.
Marcos mira al cielo como pidiendo paciencia a un ser supremo y su suspiro de exasperación no se hace esperar.
—Mira mocoso…
—No soy un mocoso. —No quiero que Marcos me vea como un niño todo el tiempo, él no.
—Logan—contesta haciendo énfasis en cada letra de mi nombre—. No tengo tiempo para ser tu niñera ahora, hay cosas más importantes y Michael llegará herido en cualquier momento.
—¡Exacto! —Alzo la voz—. Necesito verlo, aquí hay algo malo, ningún híbrido iba a conformarse solo con darle un disparo y luego dejarlos ir. ¿Es que no lo ves?
Silencio por su parte, si sabe que tengo razón aun no quiere darlo a demostrar.
—Mira Marcos, conozco a los híbridos mejor que cualquiera en este lugar y, aunque a ti no te guste, me necesitan tanto como yo a ustedes.
Las emociones brillan furiosas en los ojos de Marcos, sabe que mis palabras son ciertas, en su mirada hay enojo, furia, discusión internar y, por último, aceptación.
—Sube al maldito coche ahora.
Hay rabia contenida en su voz; no obstante, queda claro que en el fondo he ganado esta batalla y un pequeño regocijo crece en mi interior. Me gustaría reír, pero es mejor no tentar a la suerte.
Sin demorar mucho subo al auto y dejo que Marcos conduzca tranquilo hasta el hospital, me sorprende ver que en el edificio también había gran cantidad de humanos; por lo visto, aunque la mayoría del pueblo son sobrenaturales, también hay muchos humanos residentes o de ciudades cercanas que o saben el secreto de los sobrenaturales y han prometido guardarlo o también desconocen todo.
A la entrada del hospital Ryan camina nervioso de un lado a otro a la espera de que traigan a Michael, incluso tiene preparada una camilla para cuando llegue, junto a él hay otro hombre lobo que también se muestra evidentemente preocupado y que al vernos a Marcos y a mí nos saluda con una ligera inclinación de cabeza. En lo que esperamos a que el resto llegue Marcos vuelve a contarle toda la historia de mi rescate a Ryan, la he escuchado tantas veces que prácticamente que puedo repetirla de memoria, sin embargo, mi mente continúa pensando en la situación de Michael.
Una o dos horas después, cuando Michael finalmente llega, no sé si mi rostro refleja más sorpresa u horror al ver las líneas negras que recorren sus brazos. Mantengo silencio mientras Dereck carga a Michael entre sus brazos, el lobo blanco casi no se puede valer por sí mismo, su rostro es demasiado pálido casi rozando la palidez de un cadáver. Casi que no soy capaz de moverme mientras observo como llevan a Michael corriendo en la camilla hacia la sala de urgencias, pero es en vano, sé que no le encontrarán la bala.
¡Mierda! Se siente demasiado familiar.
Todos entran corriendo junto a la camilla, hay demasiadas emociones en el ambiente, Dereck no deja de preocuparse por Michael y Tobías pone al día a Ryan y Marcos sobre lo sucedido, solo me acerco para escuchar a estos últimos; como lo imaginé, todo fue planeado. Van a entrar, pero sostengo la mano de Marcos con fuerza ganándome una mirada de regaño de este y también que Ryan y Tobías me observen con incredulidad.
—Los doctores no van a poder ayudarlo. —Me armo de valor para decir.
Los tres hombres frente a mí se observan perplejos y la mano de Tobías cubre mi hombro con suavidad. Sin embargo, yo no puedo dejar de agarrar la muleca de Marcos; quizás sea el temblor en mis manos, el sudor frío en mi frente o la palidez recién adquirida de mi cuerpo, pero puedo jurar que el vampiro relaja su expresión y, por un instante, se muestra preocupado.
—¿Mocoso? —Incluso el tono de su vos es menos recio.
—Tiene veneno, está envenenado. —Las palabras salen de mi boca casi en carretilla—. Lo más probable es que muera esta misma noche.
Los dos vampiros y el hombre lobo me observan con preocupación.
—Tan solo le dispararon, ¿cómo puedes estas seguro de eso Logan?
La voz de Tobías suena preocupada. Paso mi mirada de Marcos al líder vampiro, no puedo hablar mucho; eso traería problemas, eso pondría en peligro a mi hermano. Aun así, estos hombres me han ayudado, merecen por lo menos saber esta verdad.
—Preparan el veneno en pequeñas capsulas que luego esconden en el interior de la bala, es tan potente que una vez que disparan la bala se desintegra al contacto con la piel, líneas negras comienzan a conformarse en el punto de impacto y poco a poco cubren todo el cuerpo; los órganos van muriendo por dentro también y todo en solo horas; a Michael no le debe quedar mucho de vida.
—¿Sabes de algún antídoto? —pregunta Ryan alarmado.
—Hay un antídoto, pero solo lo poseían Erick y otros jefes, nunca me contaron nada de eso, como entenderás yo no era de fiar para ellos y si conocía el antídoto…
Dejo la frase a medias, sin darme cuenta estaba hablando más de lo debido.
—¿Qué pasa si conocías el antídoto? —Fue Marcos quien habló en esta ocasión.
—Si yo conocía el antídoto ya no hubiesen podido probar el veneno en mí.
La tensión crece en todos a mi alrededor, lo noto en sus ojos, o por lo menos en casi todos. Tanto Ryan como Tobías me observan con una pizca de lástima, sin embargo, es como si Marcos ahora solo me admirase un poco más.
Siguiendo las órdenes del alfa lobo, Marcos me lleva al despacho del director del hospital, por lo visto tendré que repetir mi historia ante uno de los líderes del consejo del pueblo y también ante Dereck, con este último es más difícil, se nota que quiere a Michael. Marcos no me habla mientras esperamos solo él y yo en el despacho, tan solo me observa, me observa como no lo ha hecho hasta el momento, como si con ello pudiese ver todos mis secretos en mi cara y trago en seco.
Luego de casi una hora esperando entra a la sala un señor mayor canoso junto con Tobías, Dereck entra segundos después con Ryan, la pantera se ve nerviosa y preocupada y, aunque me cueste, me toca contar toda la historia del veneno nuevamente. Sin embargo, no sé si mis verdaderos nervios son por eso o por el hecho de que Marcos no deja de mirarme y debo hacer esfuerzos sobre humanos para no concentrarme en su olor.
—Estoy completamente seguro. —Continúo intentando centrarme en la explicación—. Me utilizaron por mucho tiempo como conejillo de indias para probarlo, solo que me daban el antídoto a tiempo, reconocí las líneas negras en su cuerpo en cuanto las vi, mientras más se expandan más cerca se encontrará de la muerte.
—Sin embargo, no entiendo porque Michael —pregunta uno de los presentes.
—Por mí. —Todos miramos a Dereck en cuanto menciona estas palabras y luego de ello sale disparado de la habitación.
El resto se mantiene confuso, pero yo finalmente lo entiendo todo.
—Erick lo quiere a él, me utilizó como cebo para que llegaran a mí, los híbridos los han vigilado a cada uno de ustedes y Erick, en particular, está muy interesado en Dereck, utiliza a Michael para que él se entregue.
El silencio reina en la habitación hasta que es el anciano Nolan quien habla.
—¿Y dices que nos han investigado a todos?
Pienso dos segundos en sus palabras.
—¡No! ¡A todos no! —Mis ojos vuelan corriendo hacia Marcos, a él no le conocen, no saben nada de sus habilidades.
—Logan, —La voz de Ryan es suave, sin embargo, puedo escuchar el deje autoritario de un alfa en sus palabras—, necesitamos tu ayuda, eres el único que sabe lo suficiente tanto de híbridos como de sobrenaturales como para mantenernos informados.
—Tiene razón el alfa. —Esta vez contesta el anciano—. Sabes de los venenos y todos los avances que poseen los híbridos, has vivido con ellos, conoces sus planes debes ayudarlos.
Miro de uno al otro con terror y doy un paso atrás. Hacer lo que me piden significa traicionar a todos los híbridos, traicionar a mi hermano, significa poner mi cuello en riesgo.
—¡No! —respondo decidido alzando la voz y ganándome la mirada de sorpresa—. Me están pidiendo que ponga mi vida en riesgo y los traicione a ellos.
—Podemos protegerte. —contesta Ryan con suavidad y Tobías asiente, sin embargo, mis nervios estallan más.
—¡¿Al igual que protegieron a Michael?! ¡¿Al igual que protegieron a Tobías cuando los híbridos se infiltraron en el pueblo y se lo llevaron?! —Miro esta vez a Ryan—. ¿O al igual que pudiste protegerlos a todos de tu propio hermano? —Mi voz se suaviza para esto último, sé que son cosas y experiencias dolorosas para cada uno de los presentes, pero no pueden pedirme que los traicione, no a Reyes—. ¡Ustedes no pueden asegurarme nada!
Ryan cierra sus puños con impotencia, saben que tengo la razón. Sin embargo, cuando una nueva voz se hace notar desde la puerta me sobresalto. Huele a cambiaformas, a uno muy enojado.
—¡Nos lo debes! ¡Mi hermano y Michael rescataron tu maldito culo y ahora uno está muriéndose y el otro acaba de salir corriendo del hospital en forma pantera!
Todos levantan la vista al recién llegado.
—Dylan… —La voz de Nolan contiene una súplica de paciencia.
Este hombre es alto y de cabellos rubios, no se parece en nada a Dereck, y aun así le llamo su hermano. Le miro con la guardia en alto.
—No les debo nada.
—Te rescatamos…
—Y yo ayudé a rescatarlo a él. —Señalo a Tobías—. Y les acabo de contar lo del veneno, acabo de poner en peligro a mi hermano al contárselos a ustedes, acabo de poner en peligro mi vida…No les debo nada, no tengo que ayudarlos. —Y entonces una chispa se enciende en mi mente—. No de gratis.
Todos me observan curiosos, noto como Tobías intenta meterse en mi mente con su telepatía, pero cierro el contacto. No puede entrar, no puede saberlo, porque él en el hotel tenía razón, me acabo de dar cuenta de ello, pero no es tan sencillo como Tobías piensa.
—¿Qué es lo que quieres? —pregunta Tobías al ver que no lograría nada con mi mente.
Me giro hacia Marcos y de repente, toda la comprensión que hubo en sus ojos este tiempo desaparece, una furia viva se instala en ellos. Alzo la mano y le señalo.
—Lo quiero a él.
Todos hacen silencio, siento la ira de Marcos en mi dirección; Tobías tenía razón, algo está pasando y, para mi desgracia, es más profundo de lo que me gustaría admitir.
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