Comienzo a sentir como los músculos de mis piernas vuelven a recobrar su fuerza poco a poco mientras me abrazo cada vez más al cuello de Marcos. Los efectos de la droga ya casi se dispersan, aun así, no quiero separarme del vampiro. El día de hoy no ha sido para nada sencillo, luego de que ayer me pasé todo el tiempo quejándome y juzgando a mi hermano por lo que le hizo al cambiaformas, Reyes ordenó soltarlo esta mañana en algún sitio donde pudiesen hallarlo el grupo de lobos que estaba trabajando con Marcos, según mi hermano, Dylan era la clave para que nos encontraran. Ante mi sorpresa le pregunté varias veces porque no trajo a los otros directamente, pero Reyes solo dijo que no había diversión en hacer las cosas fáciles; aunque, la verdad, por la expresión seria que mostraron sus ojos en ese momento sé que hubo algo más que no me dijo.

Incluso Reyes mandó a preparar sedantes para cuando llegaran los lobos, por lo visto mi hermano quería tener una conversación sin interrupciones con Marcos; sin embargo, como comentó minutos atrás cuando le tenían amarrado, son muchos los que se le están revelando luego de que Erick lo hizo, es por eso que el chico, que ahora se encuentra muerto en el suelo con una bala atravesándole el ojo y quizás el cerebro, utilizó el propio plan de Reyes en su contra y primero me sedaron a mí, luego de tenerme fue muy fácil hacer que Reyes se inyectara por voluntad propia y se dejase amarrar.

Mientras no me tocasen un solo pelo Reyes actuaría por voluntad y dejaría que el híbrido que se volcó en su contra llevase a cabo parte de sus planes; por lo menos hasta donde a Reyes le interesaba.
Lo que ninguno de ellos sabía es que mi hermano es el único híbrido inmune a sus propios venenos y sedantes, fue por ello que pudo romper sus amarres y darle un balazo en la cabeza al híbrido que estaba dispuesto a matarnos. Zack lo preparó para ser el híbrido líder perfecto sin debilidades, es la perfección de un híbrido, quizás por eso experimentaban tanto en mí cuando Zack estaba vivo, buscaban la manera de volver a Reyes inmune y, por lo visto, lo lograron.

El silencio reina ahora a nuestro alrededor; los lobos continúan dormidos en la planta superior y aquellos que le siguen siendo fiel a Reyes vigilan la casa, el resto huyó como ratas asustadas.

—Bueno, bueno, ¿creo que tenemos que hablar? —La sonrisa de Reyes se expande por su rostro como si no hubiese acabado de matar a un chico de nuestra propia edad—. Seamos claros vampiro, ¿has aprendido la lección o debo de volver a llevarme a mi bebé?

Miro a mi hermano sorprendido por su pregunta; no obstante, por la sonrisa que se forma en los labios de Marcos, el brillo que desprenden sus ojos esmeraldas y la forma en que sus manos rodean mi cintura de forma posesiva creo que el sí entendió la repentina interrogante de Reyes.

—¿Tú no haces las cosas fáciles?

—No tengo intención de ponerte exactamente a ti las cosas fáciles, eres muy idiota. —Reyes se encoge de hombros como restándole importancia a sus propias palabras—. No olvides que lo llevé conmigo una vez, no tengo problemas en volvérmelo a llevar, no me gusta ver a mi hermanito llorar.

Marcos se tensa y puedo sentir como la furia va creciendo en su interior por segundos. No le ha agradado la insinuación de mi hermano y este solo parece divertirse sacándole de sus casillas.

—¿Me quieres decir que está mejor contigo? —se burla Marcos—. ¿En serio? ¿Mejor contigo luego de que hubo que rescatarlo de Los Ángeles?, ¿Mejor contigo luego de lo de hoy? No me hagas reír Reyes.

Aunque la sonrisa de Reyes no se difumina en ningún segundo si se puede notar la tensión con la que va agarrando su arma. Observa a Marcos detenidamente, examinándolo, vigilándolo, considerando sus opciones…No puedo evitar pensar que, a pesar de la antigüedad del vampiro, en estos momentos, Reyes es el mayor cazador en la habitación.

—Yo que tu mostraría más respeto, lo encontraste porque quise y seguirás vivo por una razón.

—¿Piensas que no puedo cuidarlo?

—Si pensara eso no estarías aquí, lo que considero es que debías reaccionar y aprender a valorarlo.

—¡Ya basta! —Logro encontrar la voz atorada en mi garganta, simplemente no puedo continuar viendo como dos personas importantes para mi llegan a este nivel y yo no puedo hacer nada para evitarlo.

Marcos viaja su mirada de Reyes a mi cuerpo y alza su mano para acariciar mi mejilla. Reyes suelta un suspiro y levantándose camina en mi dirección, se agacha para quedar a la misma altura de mi rostro y pasea su mano suavemente por mi mentón.

—¿Estás seguro que quieres esto Logan?

Miro al vampiro y observo a mi hermano, por primera vez la indecisión me corroe, pero no es porque no sepa lo que quiera, sino porque tengo miedo, sin embargo, la suavidad de la mano de Marcos bajando hasta mi barriga y acariciando toda la zona me relajan.

—Yo quiero esto Reyes, no deseo tener que huir y esconderme.

Aunque tampoco quiero a mi hermano lejos, después de todo siempre ha estado ahí para mí, por años, me ha apoyado. Me suelto del cuello de Marcos y envuelvo a mi hermano en un fuerte abrazo, logro sentir como por unos instantes Reyes baja su guardia ante mí y besa con suavidad mis cabellos mientras me apega a él. No puedo evitar sentirme un poco mal por mi gemelo, después de todo, Reyes volverá a quedarse solo, no puedo evitar pensar que le estoy abandonando o traicionando como hicieron mis padres años atrás.

—Ven conmigo. —Le suplico, sin embargo, antes de que me conteste sé que mi pregunta ha sido en vano.

—No pequeño, sabes que no puedo, no es correcto y tampoco quiero. —Sus ojos carmesíes están fijos en mí a medida que limpia la lágrima que se escurre por mi rostro—. No busco lo mismo que tú Logan, no deseo crear un hogar, mis propósitos son otros y no voy a volverme débil entregándome a nadie. —Vuelve a acercarse a mí para besar mi frente, Marcos ni se mueve, sabe que debe darnos esto—. Pero no te preocupes mi bebé, que no vaya contigo no significa que esté lejos, siempre me encontraré cerca, lo que necesites solo llámame; no voy a alejarme de ti ni de mi sobrina, son mi familia y jamás podría rechazarlos; voy a seguir cuidándote Logan.

Reyes observa a Marcos y con un simple asentimiento de cabeza siento los brazos del vampiro envolverme y acercarme por segunda vez a él, mi hermano solo se levanta y a regañadientes comienza a caminar hacia la puerta; pero en ese instante se detiene y la sonrisa curva sus labios por completo, vuelve a lucir divertido.

—Marcos. —llama al vampiro y este lo observa—. Dile a mi gatito que lamentablemente no podrás llevarme como prisionero, que si desea matarme como prometió, tendrá que hacerlo en persona.

Luego de eso suelta una carcajada y comienza a subir las escaleras en un trote silencioso, el sonido de la puerta de la casa cerrarse y su olor alejándose y desapareciendo en el aire es el único indicio de que mi hermano se ha marchado por completo. La verdad es que Marcos podría ir tras él ahora, podría llamar al resto y capturarlo, el rastro de Reyes es fresco y por muy fuerte que sea no podría él solo contra tantos lobos y mi vampiro; no obstante, Marcos no se separa de mí en ningún momento, incluso pude ver que le sonreía a mi hermano cuando este se marchaba, Marcos simplemente lo deja ir.

El vampiro acaricia mi rostro en extrema suavidad y poco a poco levanto mi mirada hacia él.

—¿Por qué le preguntaste si él no hacía las cosas fáciles?

Son las primeras palabras que salen de mis labios en referencia a la pregunta de Marcos hacia Reyes minutos antes. El vampiro vuelve a sonreír y siento que no lo he visto sonreír tanto como ahora. Acerca su rostro al mío con suavidad y lentamente me va acariciando con la punta de su nariz.

—Tú hermano me estuvo probando para ver si te quería, si sería capaz de dejar todo atrás y venir a por ti, aunque creo que ser secuestrado no era parte de sus planes.

Siento los sollozos en mi voz y mis manos temblar, no puedo evitarlo.

—¿Y me quieres?

—Más que a mi vida. —No duda en responder y lleva su mano a mi barriga—. A ti y a ella.

Siento que me cuesta contener las lágrimas.

—Entonces, ¿no estás enojado por el bebé? —Marcos niega con la cabeza.

—Es lo mejor que me ha sucedido nunca.

—¿Y qué haremos ahora?

—Primero que nada, te llevaré a casa Logan.

A casa…por primera vez siento que le encuentro sentido a esa palabra.