Quizás ahora te molestes, quizás me odies al leer esto, sin embargo, sé que es lo mejor y, si hemos llegado hasta este punto, creo que tú también lo sabes. Quizás nos empeñamos en formar lo imposible y por ello terminamos en una historia llena de culpabilidad. Tú no estás listo para entregarte y por fin comprendo que ni yo ni nada de lo que pueda ofrecerte cambiará esa situación.

No somos esa linda historia de cuentos de hadas con un final feliz; somos personas demasiado dañadas y, a lo mejor, solo buscábamos refugiarnos el uno en el otro. Mentiría si dijera que voy a dejar de quererte porque, aunque no me has marcado físicamente, sí me has dejado huellas que prevalecerán contra el paso del tiempo. Llegué a pensar que si era paciente quizás pudieses devolverme parte del afecto, aunque fuese una pizca, sin embargo, me quedo sin tiempo. Por lo menos estoy bien, me consuela saber que no sufrirás ni la pasarás mal. De todo corazón espero que encuentres a la persona que te haga creer en eternidades a pesar de que todos no somos más que meros instantes.

Con amor:

Logan.

Arrugo la nota entre mis manos, he perdido la cuenta de cuantas veces he leído el maldito papel en los últimos cinco días, es el tiempo que ha transcurrido desde la partida del híbrido. Ese día cuando salí con Dereck de la casa jamás imaginé que fuese la última vez que iba a verlo. Al llegar al pueblo ya los híbridos comenzaban a retirarse por sí solos, nada más se habían llevado algunas armas, ni siquiera se robaron las muestras de antídoto del hospital como se pensaba…y en ese momento me percaté; fue un paripé, una mera distracción.

Volvimos corriendo a la casa y, aunque los cambiaformas aún estaban en su puesto, no había ni rastro de Logan; Dereck interrogó a los hombres por horas hasta que confesaron que habían recibido una nota del secuestro de Dylan y que no debían interferir en la partida del pequeño híbrido para que no le sucediera nada a su líder.

No voy a mentir, estos cinco días he estado enojado, la furia me ha podido y todo lo que ha estado a mi paso ha acabado convirtiéndose en meros añicos, sin embargo, mi odio no y rencor no van dirigidos a Logan por marcharse, sino a mí mismo por no poder detenerle. Si Dereck hubiese llegado par de minutos más tarde ese día y yo le hubiese dicho lo que quería quizás Logan continuaría conmigo. Tanta culpa en mi cabeza.
Vuelvo a abrir la nota y releer algunos trozos.

«…si hemos llegado hasta este punto, creo que tú también lo sabes…». Mentira, es mentira, no es un error. ¿Cómo se supone que sea lo mejor para los dos?

«…me has dejado huellas que prevalecerán contra el paso del tiempo…». ¿Y piensas que tú a mí no, maldito mocoso?

«De todo corazón espero que encuentres a la persona que te haga creer en eternidades a pesar de que todos no somos más que meros instantes.»

Sonrío con tristeza al releer la última frase.

—Tonto Logan, tu eres mi eternidad. —Era eso lo que había querido decirle en el momento en que Dereck llego, quería decirle que lo elijo a él, porque al final yo…

—¿Ya te disté cuenta?

Doy un pequeño sobresalto al sentir la voz de Tobías a mis espaldas hablándome. El vampiro no me ha dejado de salir de la casa luego de mi intento de arrancarle la cabeza a uno de los cambiaformas que dejó marchar a Tristán.

—¿Darme cuenta de qué?

Tobías deja los ojos en blanco y sonríe.

—Cobarde, me recuerdas a Ryan.

—¿Y eso se supone que sea un halago?

—A él también le costaba admitir que estaba enamorado.

Silencio. Un enorme silencio llena la sala. Tobías se equivoca en algo, si puedo parecerme a su chucho pulgoso en el hecho de ser un cobarde, pero no porque no quiera admitir mis sentimientos; todo lo contrario, es algo más lo que me preocupa.

—Quiero que sea mi pareja, lo supe desde hace un tiempo, lo quiero conmigo. No me da miedo admitir que me enamoré de un maldito mocoso; lo que me da miedo es esto. —Aprieto la nota entre mis manos—. Me da miedo que se vaya y me deje.

Tobías suspira y acercándose a la despensa de los licores saca una botella de vino y una copa.

—¿Sabes que se fue por tu culpa?

—Lo sé. —Eso no hace las cosas más fáciles—. Es por ello que voy a salir a buscarlo.

Tobías sonríe y suelta un pequeño suspiro.

—Quieres un consejo amigo: Los miedos nunca se irán, las posibilidades tampoco, incluso la muerte llegará a seres como tú y yo que hemos vivido demasiados siglos; disfruta ahora y deja de preocuparte por el mañana. Recupera lo que has perdido y céntrate en lo que Logan está a punto de ofrecerte, no es justo que te pierdas este lindo momento por el que Logan está pasando, como tampoco es justo que él deba afrontarlo todo solo porque piense que no tiene oportunidad contigo.

Un escalofrío atraviesa mis espaldas como si las palabras del vampiro llevasen un significado oculto que, aunque es evidente, se escapa a mi razón.

—¿Qué quisiste decir con lo último?

La sonrisa de Tobías se amplía y una chispa de maldad brilla en sus ojos; no me lo va a decir hasta que no le descubra yo mismo.

—Tener telepatía a veces es una herramienta muy útil, tú eres bueno rastreando, yo conociendo secretos.

La incertidumbre solo aumenta con estas palabras y vuelvo a observar el papel en mis manos, él único motivo por el que no lo he arrojado es porque conserva la única pista que tengo para encontrar a Logan: su olor; fuera de esto no sé por dónde iniciar o en qué lugar regresar. En este tiempo transcurrido Dereck se fue a Los Ángeles, pero el refugio de allá no ha vuelto a presentar rastros de los híbridos desde la muerte de Erick.

—Ellos no deben estar lejos, Reyes estuvo días observándolo, tiene que tener algún sitio para quedarse.

—Fuimos al antiguo hospital psiquiátrico donde me tuvieron encerrados y ahí tampoco están.

—Lo saldré a buscar yo.

—¿Y arriesgarme que quieras degollar a otro cambiaformas? Ni hablar.

—Tobías, tenemos dos opciones. —Camino algunos pasos en su dirección a medida que mi voz suena más fría y helada—. O me das el permiso y salgo bajo tu mandato…o salgo de esta casa como el alfa que he ocultado ser en los últimos quinientos años.

Nuestras miradas se sostienen una frente a otra. Tobías ahora mismo podría romperme el cuello sin tener que darle explicaciones a nadie, le he desafiado y para colmo lo he amenazado; ambos aspectos son impensables entre subordinados y líderes, sin embargo, yo no soy un seguidor común; sangre de verdadero alfa corre por mis venas; soy el ser más antiguo en todo el pueblo, quizás en todo el país y, si eso me permite encontrar a Logan, no dudaré ni un instante en utilizarlo a mi favor.

—¿Me desafías por un híbrido?

—Te desafío por mi pareja.

«Finalmente, finalmente lo dije.»

Logan era mi pareja y eso no iba a cambiar, cometí el error de no marcarlo antes, pero cuando lo volviese a ver todos contemplarían que era mío y me pertenece solo a mí. Ni siquiera su hermano puede apartarlo de mi lado. Puede que no le haya dejado una marca visible, pero Logan lo sabe, él es mío y yo soy suyo; es así como son las parejas destinadas, es así como ocurre la verdadera unión entre alfas y Omegas, solo que Logan se dio cuenta mucho antes que yo.

Tobías sube su mano a mi rostro y da pequeños golpes en mi mejilla con su palma abierta.

—Al fin te das cuenta gran imbécil. —Su sonrisa se expande por sus labios—. No vuelvas a negar lo que eres y no vuelvas a negar al pequeño, o yo mismo me encargaré de que recibas tu castigo. —Se aleja varios pasos de mí aun con su bebida en la mano—. Michael te está esperando fuera, puede que tengan alguna pista de Dylan, pero necesitarán tu ayuda.

Ni siquiera pregunto qué tiene que ver Dylan en todo esto. Donde esté Dylan está Reyes y donde esté Reyes está Logan.
Salgo de la casa y veo al lobo blanco parado junto a una camioneta, me está esperando, en cuento me ve sus labios se curvan en una sonrisa, casi ni hemos hablado desde el día del puñetazo.

—Dicen que tienes una pista de Dylan.

Michael alza la mirada para observarme directamente a los ojos.

—Y tú sin saberlo tienes una de Logan, que gran equipo somos.