Me mantengo al lado de Logan en todo momento mientras que el resto le observan seriamente, la nueva información que el mocoso acaba de revelar quizás complique un poco la situación, sobre todo porque Logan ha dejado bien en claro que no hará nada que lastime a su hermano. Sin embargo, no nos negó información tampoco, se nota que intenta no traicionar a ninguno de los dos bandos.

Subimos al cuarto de ordenadores de Michael en la segunda planta de su bar para tener mayor privacidad, también llamamos a Nolan y a Dylan, todos los líderes debían de estar al tanto de las buenas nuevas sin excepción. Mientras que Logan narraba como su hermano Reyes fue elegido por Zack para ser el próximo líder de los híbridos, yo no dejo de pensar en el encuentro que tuvimos los tres y el repentino terror que me invadió cuando el híbrido dijo que se llevaría a Logan.

Tanta seguridad de su parte en que Logan se marcharía por su propia decisión fue lo que llevó a mi enojo a explotar realmente. Fue lo que me hizo traer a Logan casi a rastras hasta la casa de Michael y hacer que les contara a todos la verdad sin perder tiempo; mientras más personas lo supieran más sencillo sería cuidarle.

Una parte de mí también está furiosa porque Logan no me contó sobre su hermano, pero no puedo culparlo por ello, no luego de todo.

—Si sabemos quién es podemos capturarlo antes de que ataque al pueblo. —La voz de Dylan, el líder híbrido, es quien me hace abandonar mis pensamientos y volver a la realidad.

—¡No! —Logan se exalta provocando que su rostro empalidezca y de repente se tambalee, a toda prisa le sostengo por los hombros para ayudarle a mantenerse en pie. No puedo olvidar que su salud se ha comportado de manera extraña estos días—. Él no va a tacar a nadie, solo vino a verme a mí. No le interesan ustedes, dejó a Michael y a Dereck con vida en Los Ángeles y tampoco demostró interés en Marcos hoy.

Todos se miran dubitativos entre ellos, es obvio que nadie profesa en esta habitación la ciega fe de Logan por Reyes. Al final es Dylan quien vuelve a hablar.

—¿Y por qué deberíamos hacerte caso? Nos has ocultado algo importante, yo digo que deberíamos encerrarte también.

—¡No puedo pedirte que entiendas lo que es proteger a un hermano cuando tú estabas decidido a sacrificar la vida del tuyo!

La cólera se evidencia en las palabras de Logan y las mejillas de Dylan se tiñen de un rojo furioso. Sus ojos parecen los de un felino a punto de matar y sus colmillos se extienden con fiereza. Jalo a Logan hacia mi espalda y me coloco entre él y Dylan en el instante exacto en que este último se abalanza directo a atacar al mocoso, por suerte tampoco llega a acercarse a mí dado que Dereck se adelanta a las intenciones de su hermano y le sostiene por la cintura.

—¡Voy a matarlo! —intenta zafarse el cambiaformas del agarre de su hermano.

—Lo tocas y te mueres.

Mi voz suena tan fría y pausada que la mirada de todos se posa de repente en mí, puedo ver como algunos ojos se abren asombrados, pero no tienen que decirme lo que observan, conozco la familiar sensación que ahora mismo invade mi cuerpo. Solo que no la sentía desde hace demasiadas décadas y, desde luego, nunca hacia otro sobrenatural. No necesito mirarme a un espejo para saber que mis ojos desprenden un frío que hiela la sangre. Mis colmillos extendidos y el aura de un verdadero alfa rodeando todo mi cuerpo.

Por suerte Tobías se adelanta y se coloca entre Dylan y yo observándonos de uno a otro con una pequeña sonrisa en sus labios.

—Guarden ambos las testosteronas, bastantes enemigos tenemos como para también enemistarnos entre nosotros. —Luego su mirada se posa solo en Dylan y el resto de la habitación—. Logan sigue bajo la protección de los vampiros y eso no va a cambiar, nosotros decidimos si debe ser castigado o no ¿Entendido Dylan?

En otras palabras, el que tocase a Logan no solo tendría problemas conmigo; sino también con Tobías. Siento las manos del mocoso apretar mi camisa y me giro hacia él, tiene sus ojos muy fijos en mí y, aunque me invaden unas fuertes ganas de abrazarle, sé que no es el mejor momento.

—¿Por qué te quiere Reyes Logan?

—Porque soy su hermano.

No hay vacilación en su voz al contestar y de repente me acuerdo de algo más.

—¿Hay algún tercer hermano? —Logan niega con la cabeza mostrándose extrañado a la interrogante—. Entonces ¿por qué Reyes dijo que los protegería a ambos? ¿Quién es el tercero?

Logan aparta la mirada velozmente, su rostro empalidece y sus manos se aprietan más a mi camisa.

—No hay ningún tercero, no sé a qué se refería. Quizás a alguno de ustedes.

¡Miente! No obstante, solo asiento con la cabeza. No voy a desmentirle ante todos los presentes que escuchan ansiosos, por algún motivo siento que este punto es muy importante. Las piernas de Logan están temblando como si fuese a caerse en cualquier momento; sus ojos están cristalinos, como si las lágrimas estuvieran a punto de salir. No puedo soportarlo más y le cargo entre mis brazos.

—Voy a llevarlo a casa. —Es lo único que informo.

Por el rostro de Dylan puedo ver que se encuentra inconforme con este hecho, sin embargo, sabe que ahora mismo no es bueno llevarme la contraria; el resto solo asiente y le pide a Logan que no se preocupe, todos están dispuestos a protegerle de su hermano, pero, ¿en verdad Logan necesita esa protección? Reyes se mostraba demasiado familiar, como si estuviese solo preocupado por un detalle en específico.

Llegamos a casa y subo a Logan a su habitación cerrando la puerta tras nosotros, ahora que por fin estamos solos podemos conversar tranquilos. Coloco a Logan con suavidad en la cama sentado con sus pies colgando del colchón y me agacho delante de él para estar un poco más por debajo de la altura de sus ojos.

—¿Por qué Reyes habló en plural Logan? ¿A quién más debe proteger?

Logan aparta la mirada, ya ni siquiera se molesta en negarlo; su tono no muestra emoción alguna y no puedo evitar una pequeña punzada de ansiedad en mi garganta y mi pecho.

—No es tu asunto.

—Soy tu protector Logan, es mi asunto.

—No puedes protegerme de lo que en verdad me hace daño.

La punzada comienza a volverse culpa y desesperación en mi cuerpo. Las palabras que Reyes me dijo esa mañana vuelven a mi mente como latigazos sanguinarios: «Logan vendrá conmigo por voluntad propia y ¿sabes por qué vampiro?, porque yo puedo darle protección, amor y una familia; de todo eso tu solo le brindas una y ni siquiera lo proteges bien, no lo cuidas de ti mismo…»

—Puedo intentarlo.

—No Marcos, no puedes. —Lo peor de todo es escuchar la desganada voz de Logan—. Dime algo, ¿qué pasará cuando toda la lucha contra los híbridos se acaba?, ¿Cuándo ya no tengas que ser mi guardián?, ¿qué sucederá en ese instante?

—No lo sé.

—Pues te lo diré yo. —Vuelve a mirarme a los ojos—. No habrá nada que nos ate bajo el mismo techo porque tú no estás interesado en ello.

—Logan. —Cierro los ojos intentando concentrarme para lograr pronunciar las ideas de forma coherente—. Siempre te dije mis límites.

—Lo hiciste, pero a mí no me vale, al menos no ahora. Las cosas han cambiado Marcos.

Lo sé, todo ha cambiado, ya nada es como antes. Fijamos límites que desde el inicio eran inexistentes, simplemente estoy confundido. Lo que Logan me exige es lo que siempre he negado. Sería volver a condenarme a mi propia maldición: mi eternidad. Aprendí que nada dura para siempre y, aun así, yo parezco sobrevivir al paso del tiempo, aunque he intentado perder la vida. Sin embargo, no es lo mismo ser un cuerpo sin alma que no siente nada a que de repente venga un mocoso insoportable a poner tu mundo patas arriba y que de repente no logres sacarlo de tu cabeza.
Logan toma mis mejillas entre sus manos y con suavidad se acerca a mis labios. Me besa con cariño y pasión, sus labios son puro fuego ardiente, su lengua buscando la mía es capaz de cortarme la respiración y el tacto de sus manos acariciando al mismo compás que mueve sus labios provoca que me cueste hablar. Le respondo el apasionado beso desde el segundo uno, pero cuando quiero acercarme a él Logan se separa.

—Rompimos el límite desde la primera vez qui hicimos esto y sé que si seguimos ninguno de los dos podrá negarse ni detener al otro, así ha sido todas estas semanas desde mi celo. Sin embargo, —Las manos de Logan sostiene las mías y sonríe, pero su sonrisa más que relajarme me inquieta—, Creo que lo mejor para ambos es evitar la coma y poner el punto y final a esto; no más besos, no más preocupaciones, no más exigencias. Reyes tiene razón, no podemos complementarnos; lo que necesito ahora no lo eres capaz de dar y lo que tu propones yo tampoco lo voy a aceptar.

—Logan es cierto que no te puedo marcar y reclamarte, pero…

Logan suelta una carcajada.

—No es por eso Marcos, la marca de la que tú hablas es superficial; la que yo te pido es interna y tú no ofreces ninguna de las dos. —Me vuelvo a quedar helado por sus palabras al comprender el significado—. Necesito que salgas de mi cuarto ahora, quiero pensar en algunas cosas.

Logan va a acostarse en su cama, pero por un impulso de miedo le sostengo las manos; «Miedo.» Hace tiempo no comprendía el significado de esas palabras y ahora lo siento a montones.

—No vas a irte ¿cierto?, No irás con tu hermano.

Logan suspira y mira hacia la ventana que da al exterior de la casa. Luego vuelve a acariciar mi rostro.

—Solo quiero que te vayas.

No tengo una respuesta clara, pero tampoco puedo exigir más. Me pongo en pie y me encamino a la salida. Antes de marcharme volteo por última vez y veo a Logan acostado bocarriba en la cama con una mano sobre el colchón y la otra sobre su vientre. Solo se mantiene acariciando su propia piel y por unos instantes, siento que es la imagen más hermosa que he visto en mi vida.