Capítulo 11: Marcos
La semana pasó y lo que debió quedar en un solo encuentro se repitió más de lo necesario, mi reticencia en morder a Logan provocó que los dolores y las temperaturas se calmaran, pero no que desaparecieran; todo sería más fácil con una pequeña mordida de reclamación, sin embargo, no puedo hacerle eso al mocoso. Logan provoca instintos en mí que no sentía desde hace más de quinientos años, aun así, no puedo darle una promesa que yo mismo no me puedo permitir; y no es solo por el hecho de que sea humano, sino también porque ya yo no tengo nada de mí que entregar a nadie. Aquello que los seres humanos denominan corazón y sentimientos fueron masacrados en mi persona el mismo día que un grupo de cazadores destruyó mi clan y a Penélope…
«Penélope.» Hace demasiado no me atrevía ni a pensar su nombre. ¿Qué es lo que está cambiando todo? Lo divertido es que, aunque hago la pregunta me sé la respuesta, es Logan…el pequeño mocoso está poniendo mi mundo de cabeza; me hace desear protegerle como nunca he protegido a nadie, no quiero que sufra…no quiero que el mismo se vea como un fenómeno, pero a su vez sé que no debo involucrarme más de lo que estoy. Acostarme con él una vez ha sido cruzar la raya, acostarme con él varias veces en su celo ha sido borrar la raya y mandarla de vacaciones al cosmos… ¿Acaso puedo ser más imprudente?
Por lo menos algo puedo hacer que nos beneficiará a ambos, mientras mis compañeros se enfrentaban a los híbridos en Los Ángeles yo tomé la decisión de preparar personalmente a Logan para la batalla, la verdad es algo que estaba planeando desde hace tiempo, la pelea en California trajo serias consecuencias para nosotros, sobre todo para Logan que es buscado por los híbridos solo Dios sabe para qué. Ahora que su celo finalmente ha pasado puede concentrarse al cien por cien en los entrenamientos sin que le ciegue la lujuria por completo, el hecho de que Tobías esté con Ryan y Michael en el hospital desde que regresaron con Dereck también me da bastante tiempo para entrenarle; esto no significa que yo vaya a dejar de ayudarlo o que Tobías vaya a retirar su protección, significa que el mocoso va a estar preparado en caso de que algo nos suceda a nosotros.
—¿Es necesario?
La voz de Logan suena a mis espaldas mientras que descendemos hacia el sótano del viejo caserón. En uno de los pasos de Tobías por esta casa en su pasado había decidido construir un centro de entrenamiento para su gente en el sótano de la casa. Mientras él estaba en Europa sus familiares humanos que se encargaban de cuidar la casa también le daban mantenimiento a la zona de práctica. Tobías siempre se nutrió de este sitio para entrenar a sus rastreadores y demás, también ayudó para que los nuevos miembros del clan controlasen sus impulsos con la sangre.
—Necesitas aprender a controlar tus impulsos, no es bueno si en algún momento no eres capaz de controlar tu sed o algo por el estilo, además, estoy seguro que si combinas tus habilidades naturales con las que se conformaron en ti al volverte hibrido será mucho más difícil capturarte.
Durante todo este periodo me di cuenta que aunque Logan es totalmente capaz de sobrevivir con alimentos humanos esto es solo por un corto período, cada cierto tiempo es necesario que beba sangre como los vampiros; el pueblo casi siempre está lleno de humanos que viven en la cercanía y demás, no sería sano que Logan sufriese algún tipo de ataque por la falta de sangre, endureciendo sus habilidades podemos hacer que dure más tiempo sin la necesidad de beber sangre o que logre controlar mejor la sed.
—¿Vas a entrenarme tú?
Intento obviar el anhelo en su voz.
—Por supuesto.
—¿Por qué te preocupas por mí?
—Porque no confió en que algún alfa pueda descubrir tu pequeña peculiaridad de Omega, sería peligroso.
—O sea, te preocupas por mí.
Gruño y eso parece divertirlo, el mocoso suele divertirse bastante con el hecho de enfadarme lo cual le vuelve exasperante. Algo hay que dejar claro, Logan sabe cómo provocar bien y en más de un sentido, incluso inconscientemente lo hace, es por ello que hemos llegado a este punto.
Abro la puerta de la sala de entrenamientos y ante nosotros se exhibe una gran habitación que a primera vista parece un gimnasio; el centro del cuarto está compuesto por una colchoneta para los entrenamientos cuerpo a cuerpo, hay sacos de boxeo, pesas a partir de ciento cincuenta kilogramos cada una. También había algunas poleas y varios conjuntos de accesorios de los que son muy comunes en los centros de ejercitación ordinarios. En una de las paredes cercanas a la entrada hay dos armarios, uno en el que guardamos varias armas y el otro es de ropa; abro el segundo y comienzo a desabotonarme la camisa, puedo sentir la mirada de Logan fija en mí, pero mejor no entrar en ese hilo de pensamientos.
«Joder, me encomendaron cuidarlo… ¡No comérmelo!»
Suspiro y luego de guardar la camisa en el armario saco dos gasas para ponerla en mis manos.
—Quítate la camisa también y ata dos gasas a tus muñecas o nudillos, donde más creas que las necesites para el entrenamiento.
—¡Uy! Entonces me quieres tener sudado y sin camisa. —Siento su dedo índice recorrer mi columna vertebral de arriba abajo—. Para eso se me ocurren ideas mejores.
—Logan. —Mi voz es una clara advertencia y por el quejido del híbrido y la manera en que retira su mano es obvio que lo ha entendido.
—Eres un aburrido.
No puedo evitar que mis labios se curven en una pequeña risa al imaginar el puchero que está haciendo el mocoso y, cuando pasa por mi lado para hacer lo que he ordenado, lo confirmo. Ya han sido tantas veces que le he visto hacerlo que la imagen se ha quedado grabada en mi mente.
—Solo muévete.
Me echo a un lado y camino al centro de la habitación directo a la colchoneta de entrenamiento. Puedo ver como Logan sigue mis instrucciones y, quitándose la camisa, se coloca las gasas alrededor de las muñecas, luego da media vuelta y camina en mi dirección; a medida que se acerca voy analizando su constitución; ya conozco bastante bien su cuerpo y sé que, a pesar de no parecerlo, el mocoso controla una gran fuerza interna, sería completamente capaz de derrotar a un humano musculoso o a un iniciado, pero ninguna posibilidad tendría con sobrenaturales bien entrenados.
—Háblame de tus habilidades.
—Háblame de las tuyas.
—Logan. —Comienzo a perder la paciencia, cosa muy fácil cerca de este niño—. No estoy jugando.
—Yo tampoco.
Sonrío ante la chispa de desafío que se concentra en los ojos de Logan.
—Hagamos un trato—propongo—. De todos modos, tienes que contarme de ti para poder entrenarte, pero. —Mi sonrisa se amplía—. Si me ganas en una pelea, te cuento lo que quieras.
Logan acepta sin pestañear y rápidamente comienza a atacarme. Con simples pasos hacia atrás puedo esquivar cada uno de sus golpes sin problema ninguno, ni siquiera tengo que gastar energía. La verdad es que admito que el de ojos carmesíes y dorados no está en igualdad de condiciones, tengo suficiente edad como para haber visto como surgieron muchas civilizaciones modernas y en todo ese tiempo mis dotes de pelea han mejorado, Logan no me tocará si quiera un pelo, aunque estuviésemos horas en este sitio sencillamente no está preparado para ello; así que; luego de varios rounds en los que el híbrido terminó agitado y por los suelos me acerco con suavidad a él.
—Háblame de tus habilidades.
Repito mi pregunta mientras que Logan se acuesta boca arriba sobre la colchoneta, su pecho sube y baja agitado, frunce un poco el ceño; acciones como esto y sus pucheros me recuerdan que después de todo no es más que un niño, un niño metido en medio de una guerra que él no exigió.
—No es justo, hiciste trampa, sabías que no ganaría.
—Eso no es hacer trampas Logan, tú aceptaste los términos sin quejarte.
Aparta su mirada carmesí aun un poco molesto.
—No esquives más el tema mocoso, ¿cómo es que puedes entrar a mi mente? —Y a la de muchos otros de seguro.
El silencio se instala entre ambos un par de segundos. Pienso que Logan no responderá a mi pregunta así que me planteo dejarlo para luego, sin embargo, el pequeño híbrido suelta un resoplido de resignación y por último gira su vista a mí.
—No sé cómo lo hago, solo lo hago. —Levanta su torso hasta quedar sentado en el suelo y apoyado en sus manos—. Sucede desde que nací, es raro, pero puedo recordar casi todos los detalles de mi vida desde ese día y, la mente de mi mamá fue a la primera que pude entrar. —De repente sonríe, pero su risa no tiene ni pizca de diversión, es como si lo hiciese por no emitir una mueca o reflejar dolor—. Creo que a ella no le gustó mucho eso, siempre dijo que mi hermano y yo éramos monstruos, dejamos de meternos en mentes ajenas cuando entramos a los orfanatos, ya bastante mala era la situación como para que nos trataran como criaturas de circo o nos internaran en algún laboratorio; con el paso de los años vino Zack y nos convenció de unirnos a él, dijo que podríamos ser libres y controlaríamos a la perfección nuestras habilidades naturales, dijo que éramos humanos especiales, dos en un millón y que por ello merecíamos más.
Cierro mis puños con fuerza intentando controlar el instinto asesino que siento hacia las personas que le hicieron daño al mocoso. ¿En serio?, ¿qué tipo de madre le dice cosas tan horrorosas a un hijo y luego le abandona? Es su hijo, tuvo que haberle intentado comprender y ayudarlo. Por eso odio a los humanos, se llenan la boca para decirles monstruos a los sobrenaturales, pero que hay de ellos; son los primeros que crean guerras y matanzas, que abandonan a sus seres queridos por poder, miedo u odio… ¿Con qué cara nos critican?
—¿Qué paso luego?
Logan se encoje un poco de hombros.
—No lo recuerdo bien, es raro, es de las pocas partes de mi vida que no puedo recordar, solo sé que dolió como el infierno. Salieron los colmillos y las garras, mi piel palideció un poco y cuando me miré en el espejo mis ojos eran de un rojo intenso ¿es raro? Tampoco recuerdo como eran mis ojos antes de eso.
Se ve apesadumbrado y maldigo para mis adentros, los instintos protectores siguen formándose en mi interior y eso no es bueno si en verdad quiero mantener la distancia, sin embargo, antes de poder evitarlo, estoy hablando, intentando borrar el dolor de su rostro.
—Apuesto lo que sea a que eran dorados. —Logan alza la cabeza, curioso, en mi dirección y le explico—. Tus ojos no son del todo rojos, tienen pequeñas mancas doradas, cuando los observas con atención se pueden ver, eres diferente, eres el único híbrido que las tiene.
Al darme cuenta que quizás dije más de lo que debía y que inconscientemente acabo de admitir que le he observado bastante los ojos doy media vuelta y comienzo a caminar hacia el armario de la ropa para tomar mi camisa.
—Subamos ya, debes darte un baño, le prometí a Tobías que iríamos hoy al hospital a ver a Michael y a Dereck.
Sin embargo, no llego a acercarme al armario. Logan sostiene mi mano y me hace detenerme a medio camino, al sentir su cuerpo a pocos centímetros del mío doy media vuelta para encontrar sus grandes ojos observándome, ya no está en el suelo sino de pie a mi lado.
Mientras una de sus manos aun sostiene la mía la otra asciende hacia mi rostro y acaricia mi mejilla, yo solo cierro los ojos a su tacto; y decir que por menos que esto le he arrancado la cabeza a personas. No obstante, Logan es diferente, en él no se siente mal o incorrecto…y eso es lo que me preocupa.
—Logan…
—Cuéntame de ti, por favor, yo también quiero saber.
El sarcasmo que caracteriza su tono ha desaparecido por completo de su voz y cuando abro los ojos de nuevo puedo ver como el mocoso poco a poco se empina hacia mí. En contra de lo que creo correcto o lógico me giro hacia él y deposito mi mano en su cuello con extrema suavidad. Me planteo esquivar la pregunta o mentirle, pero en lugar de eso solo contesto:
—Soy antiguo Logan, muy antiguo, también soy italiano, solo que cuando yo nací aun no pensaban llamar a ese lugar Italia. Perdí a mi clan hace muchos siglos a mano de algunos humanos y luego de ello comencé a seguir las órdenes de Tobías. Comencé a dominar los elementos luego de mis quinientos años. No hay mucho para saber de mí.
—¿Por qué no quieres marcar a nadie?
Me tenso un poco con su pregunta, pero ni siquiera se me ocurre apartar el tacto de mis dedos de la suave piel de su cuello y, poco a poco, voy ascendiendo mis dedos hacia su mentón y por último sus labios.
—He vivido mucho tiempo Logan y sé que nada dura, solo te diré eso.
Logan también observa mi boca y sin poder contenerlo por mucho más tiempo desciendo hacia sus labios para apegarlos a los míos. Le beso con suavidad acercándole a mí por la cintura a cada segundo que pasa y Logan también me rodea el cuello con sus manos.
Sus dientes muerden mis labios sin romper la fina piel y yo profundizo más el beso cuando el carraspeo de una fuerte voz desde la puerta hace que mis sentidos vuelvan a mi mente y me separe de los dulces labios de Logan.
Tobías sonríe desde la puerta con una sonrisa de oreja a oreja y maldigo para mis adentros, de ese demonio de ojos verdes no me libro después de esto.
—¿Interrumpo?
Pregunta con aire inocente. Por el rostro de fastidio que pone Logan sé que está a punto de soltar una barbaridad así que me apresuro a contestar yo.
—¿Qué quieres?
—Solo vine a buscarlos para ir al hospital, es tiempo que ustedes también conozcan la historia. Ya luego podrán hacer. —Guiña el ojo—. Otras cosas.
Gruño y Tobías sube entre risas las escaleras para salir del sótano ¡Vaya mierda!
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