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Capítulo 26: Momento incómodo

Capítulo 26: Momento incómodo

A veces creo que la vida es toda una perra. Te da el mejor de los momentos para después arruinarlo con alguna sorpresita, tal y como pasó aquel día en FosterWords.

Como todos los días, fui en metro al trabajo y en la entrada me encontré con Landon.

—Bichillo, ¿qué tal el fin de semana con Derek? —Me miró con picardía y sonriendo con diversión.

—Ha sido fantástico. Ya sabes, velas, pétalos de rosa, una piscina y mucho sexo —le respondí con descaro.

La mirada de mi mejor amigo fue todo un poema de emociones. Fue tan divertido verle que no pude evitar reírme de él. Pero es que había sido fantástico.

—Me alegro que te hayas divertido. Nosotros también nos lo hemos pasado bien. Abigail es maravillosa, aunque creo que le gustan las mujeres. He intentado tirarle los tejos y me ha rechazado. En cambio, con Genevieve y Winter sí que ha estado muy a gusto.

Torcí los labios.

—Yo tengo otra teoría. Tus encantos están tan oxidados o son tan evidentes que simplemente ha pasado de ti. —Le di un par de palmaditas en el hombro a modo de consuelo—. Debes aprender que no todas las mujeres van a morirse por tus pies. ¿Acaso no has aprendido ya la lección, guapo?

A Landon y a mí nos unía una historia un tanto complicada. Fuimos compañeros de la universidad y de grado. Él siempre fue un hombre por el que la mayoría de mis compañeras suspiraban. No sé por qué él se encaprichó conmigo y yo, como buena mujer que soy, le di largas. Al final desistió y quedamos como amigos. Si bien tuvimos una temporada un poco turbia, ese bache nos hizo darnos cuenta de que nos necesitábamos el uno al otro.

Mi amigo hizo una mueca.

—Vaya, veo que el fin de semana de sexo te ha venido bien. ¡Qué graciosilla estás hoy!

Y sin previo aviso empezó a hacerme cosquillas en los laterales.

—¡No! —chillé riendo.

Entre risas entramos dentro del edificio monstruosamente enorme y en seguida toda esa burbuja de felicidad estalló en mi cara. Porque había una persona esperando en la sala de espera de la planta baja, una persona que yo conocía bien.

Todo mi sistema reaccionó de la misma manera de siempre. Me quedé en blanco, sin saber muy bien qué hacer y qué decir. Parecía haberme olvidado de moverme y casi de respirar. Mi cuerpo comenzó a convulsionarse y empecé a sentir un nudo en la boca de mi estómago.

¿Qué hacía Tyler allí?

Pero no estaba solo. Estaba con la zorra de Ruby, la que recibía varias miraditas seductoras por parte de la mayoría de los hombres solteros y no tan solteros de FosterWords y de alguna que otra mujer.

Landon, a mi lado, enseguida se dio cuenta de lo que pasaba e intentó sacarme de allí. Su intento fue en vano. Esos dos ya nos habían visto y se acercaban a nosotros.

—Vaya, vaya, vaya. Mira a quiénes tenemos aquí, mi amor —escupió él.

—Landon Brooks y mi queridísima amiga Elliana Jones —dijo con toda la falsedad Ruby.

Intenté calmarme. Sentía las pulsaciones a mil. "Vamos a respirar con calma, Elli. Respira e inspira, respira e inspira", me dije para mis adentros.

—Tyler, Ruby. —A mi amigo se le tensó la mandíbula. Todo eso era tan incómodo. La tensión del aire era tan intensa que hasta se podría cortar con un cuchillo.

—¿Qué estáis haciendo aquí? —pregunté de manera mecánica.

Ambos sonrieron con complicidad.

—Veo que Derek no te lo ha contado. ¡Qué mal novio que es! —se burló esa perra.

—¿Contarme qué? —Me crucé de brazos perdiendo ya la poca paciencia que me quedaba.

Tyler me miró de arriba a abajo y luego se encogió de hombros, como si lo que viera no fuera nada especial.

—Tengo una reunión con él. Estamos en proceso de aliarnos.

Abrí mucho los ojos. ¡¿Qué?! ¿Por qué Derek no me lo había contado? ¿Acaso no veía lo importante que era eso?

—Veo que te lo ha ocultado —escupió Ruby con ponzoña. Su sonrisa era la de una zorra. ¡Qué bajo había caído! Pobrecilla—. Me pregunto si te habrá mentido con algo más.

—Ruby, eres toda una zorra miserable —la atacó Landon.

Iba a decirle a esa reproducción artificial y falsa de la Barbie cuatro cositas, pero no llegué a articular palabra. A nuestras espaldas escuché la voz de Derek y en seguida, a pesar de la situación, mi corazón empezó a saltar de alegría.

—¿Qué está pasando aquí?

Me giré hacia él y con solo una mirada supo cómo me sentía en aquel momento, lo desdichada que estaba y lo asustada que me sentía.

—Señor Foster, esta panda de insulsos estaban molestando la tranquilidad de FosterWords —declaró mi mejor amigo.

La mirada que le lanzaron esos dos morones parecía querer abrir en canal a Landon. Parecían quererle clavar un par de dagas en la espalda. Estoy segura que de haber podido, habrían acabado con su vida allí mismo.

—No sé si sabes quién soy yo, Landon.

Él lo miró con indiferencia.

—Un gilipollas.

Ruby se aclaró la garganta. ¿Era yo o la atmósfera se había vuelto muy densa?

—No deberías hablarle así. ¿Sabes la cantidad de influencia que tiene?

—Te diré algo, monina —le dije—: su estatus social me la trae al pairo. Puede tener muchos contactos y ser el mierdas que es.

De un momento a otros los tres nos vimos envueltos en un duelo de miradas. Les transmití todo el odio que sentía por ellos. Había sufrido bajo su influencia. Ya era hora de defenderme y de no dejarme pisotear por ellos. Elliana Jones estaba resurgiendo de sus cenizas.

—Mi amor, no merece la pena pelearse con ellos —la contuvo Tyler—. Recuerda que no estamos aquí por ellos dos. —Volvió su atención a Derek, el que había permanecido al margen. No sé en qué momento nuestras manos acabaron enredadas la una en la otra, pero su contacto me dio fuerzas—. Si nos permite, señor Foster, quisiera reunirme con usted.

Él enarcó una ceja.

—Si no tienen cita previa, no podré atenderles. Tengo mi agenda a rebosar.

Los labios de aquel espécimen se curvaron en una sonrisa tensa.

—En ese caso, me alegra decirle que el viernes hablé con su mano derecha, un tal señor Lucas. Me dijo que se comunicaría con usted para avisarle de la reunión.

La expresión de mi hombretón fue todo un poema de emociones: desconcierto, preocupación y culpabilidad.

—Ya veo. Muy bien, vengan conmigo entonces —les dijo con ese tono que denotaba autoridad y control. Con un gesto, les indicó que fueran delante de él y, mientras ellos se alejaban de nosotros, se acercó más a mí—. Lo siento, bella flor. No contaba con esto. Ayer Grayson intentó avisarme, pero no le hice ni caso. Siento haber metido la pata.

Apreté con más fuerza su agarre y le regalé una pequeña sonrisa.

—Está bien, hombretón. No ha sido tu culpa. No tenías ni idea.

—Pero aun así...

Lo callé con una sola mirada.

—Es imposible que lo supieras. Ese imbécil lo único que quiere es molestar. No dejes que él note que su presencia te repugna. De lo contrario, intentará joderte con eso.

Ahora en su rostro una sonrisita se iluminó.

—¿Sabes lo mucho que te quiero en este momento? —Un carraspeó por parte de esos dos patanes provocaron que volviésemos al mundo real. Siempre que estaba con él parecía que viajábamos a otro lugar, a un mundo totalmente relajante y lleno de magia en el que solo estábamos él y yo, y lo único que importaba era cuánto le quería. Atrás quedaban los problemas y las preocupaciones—. Me tengo que ir. Sé buena en mi ausencia, bella flor. —Me dio un rápido beso en los labios—. Eres fuerte. No dejes que ellos te hundan. Recuerda esto: cuando la oscuridad te envuelva, intenta siempre buscar el haz de luz que te saque de ella. No lo olvides nunca. —Se volvió hacia la pareja y al ver cómo Ruby movía el pie de esa manera tan nerviosa, articuló—: Ahora, he de irme. No queramos que el rey y la reina de las miserias se impacienten.

Antes de irse del todo, me dio otro casto beso en los labios.

—Wow, ¡qué intensos os habéis puesto! Ahora todas tus novelas tienen sentido —se burló Landon—. Quién diría que la tímida y reservada de Elliana Jones podría ponerse así.

Me puse roja como un tomate al recordar que Landon había sido partícipe de nuestro momento. Ups. Qué fallo.

—Lo siento, me he olvidado de ti.

Landon hizo un gesto dramático con la mano y se señaló.

—¿Cómo puedes olvidar esto? Con lo hermoso que es.

Reí. Mi amigo era tan peculiar.

Le guiñé un ojo.

—Porque Derek tiene su encanto.

—¡Elliana Jones, eres toda una pervertida! —exclamó.

Entre risas, subimos hacia nuestro piso. A pesar del esfuerzo de mis amigos, durante el resto de la mañana no pude quitarme de la cabeza el encuentro con mi ex y la charla de Derek con él. Una pregunta rumiaba en mi interior. ¿Sobre qué habrían hablado?

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Nota de autora:

¡Feliz lunes, mis enredadas y enredados! ¿Qué tal os ha ido la semana?

Repasemos:

1. Encontronazo con Tyler y Ruby.

2. Momento incómodo.

3. Derek y Elli en acción.

4. Conversación con Landon.

5. Landon y Elli. Instante agradable bajo el ojo de la tormenta.

Quiero dedicar el capítulo de hoy a Teresa130 por todo el apoyo que me está dando. Muchas gracias por todo, guapa.

Esto ha sido todo. Espero que os haya gustado. ¡Nos vemos el lunes! Un beso enorme.

P.D: Elli os manda besos 😉.

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