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único.

Esta cosa tiene lemon, ya avise. 

Fanart de portada propiedad de さち en pixiv, estoy seguro que tiene Twitter pero la verdad no encuentro el @.  

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— Hermano... — Susurro al momento despedirse de su hermano, abrazando a Aioros una última vez por un tiempo.

Era un poco tonto sentirse así, porque de todas maneras, el se quedaría el Grecia pero alejados uno del otro.

El mayor quería vivir como civil. El menor no estada seguro de querer algún día dejar el puesto de Santo de oro.

Pero lo acepto. Apoyando a su hermano sabiendo que eso lo hacía feliz, al lado de la mujer que amada. Lejos de una muerte segura a la vuelta de la esquina.

De había pasado un mes, todo estada tranquilo, en ese tiempo, los momento que Aioria pasada junto a Seiya se veían muy en aumento. Incluso, acompañando al otro para visitar al hermano correspondiente.

¿Por qué ahora se se sentía extraño. Más específicamente con la presencia del Pegaso? El quería mucho a Seiya, eso lo sabía desde hace un largo tiempo, desde antes de volverse un santo de bronce específicamente.
Pero desde hace un tiempo, cuando la idea de separarse de su hermano lo atormentada, se daba cuenta de lo importante que era Seiya para él.

¿Anhelo?  Tal vez. Debido a que no quería dejarlo solo. Eran amigos, se tenían mucha confianza, sin contar que Seiya fue de los primeros que le vio su confianza y respeto cuando aún tenía el peso de ser el hermano del traidor encima.

Estada orgulloso de verlo ahora, ya prácticamente como Santo de oro, solo faltada que aceptara la armadura de sagitario. Heredando el legado de su hermano, y para Aioria, si a alguien le iban a dar esa armadura, estada feliz que sea para él.

Pero eso no era respuesta suficiente para él. Ya tenía está buda en la mente hace tiempo, el Pegaso sabía sacarle una sonrisa con solo su presencia, Aioria lo quería más que en un amigo. De eso estada seguro, pero no sabía si eso llegada a un hermano, o una pareja...

Garan ya le había informado que no había nada de malo en tener un novio siendo hombre cuando la pubertad lo había atacado, empezando a cuestionarse cosas, las cuales se veían agravadas por la soledad en la que se sumergía a diario.

¿Hasta ese punto lo quería? Era algo que necesitada averiguar. Desde que Aioros se fue Seiya habitada con el  en Leo. En ese momento Seiya estada acompañando a Shoko, las chicas y el joven arquero. No los quería interrumpir, decidiendo esperar, esperaría a la noche a hablar con el, quería dejar el claro sobre que había entre los 2.

Al llegar la noche Aioria busco tomar una nueva fría, relajando sus músculos torneados bajo el agua. Para quien viera la imagen que Aioria ofrecía quedaría encantado con la belleza masculina que este mostrada.

Un pequeño sonido fuera alertó a Aioria, sintiendo rápido la presencia de Seiya, buscándolo.

Un pequeño punzada recorrió el miembro de Leo, alertando a su dueño, ya que era la primera vez que la presencia del castaño le generada eso.

— Sei... — Menciono al momento de salir, nervioso, también incómodo por tener los ojos de Seiya en su cuerpo prácticamente desnudo, pidiendo que le dejé un momento solo para ponerse rápido unos pantalones.

— Gracias por venir, es que, quería que habláramos. — Ya con los 2 sobre la cama del Santo de Leo, Aioria empezando la conversación, un poco rojo por lo que sintió hace un rato. — Ammmmm... No sé por dónde empezar. — Admitió.

Seiya por su parte no sabía que decirle, pues no quería sonar inapropiado. Poniendo su mano sobre el hombro desnudo del Santo de Leo, sonriendo para el.

— Eres lindo. — No pensó en lo que dijo pero tampoco se hecho para atrás una vez cayó en cuenta de lo salió de sus labios, adelantándose para acariciar el rostro del Pegaso con su mano. — ¿Sabes? Tu... Ahm... Eres importante para mí. — Sintiendo casi seductor expreso. Seiya por su parte se acercó, poniendo su mano sobre la del Leo en su cara.

— Creo que lo sé. ¿Y sabes? Te agradezco por tenerme confianza, tus concejos cuando entrenada. Hemos pasado muchas cosas y agradezco que... Bueno, seamos cercanos. — Estada sonrojado.

— Lo sé, no ha sido nada generosa la vida con ninguno de los 2, pero ya lo que pasó paso. Ahora no sé cómo decirlo, pero agradezco habernos conocido.

— ¿A qué viene esto? Estás actuando muy cursi. — Le señalo, pasando su mano por el pecho fornido del león. A lo que cuál, este mostró sus colmillos, moviendo a Seiya, dejándolo sobre la cama y debajo de su cuerpo,  con las intenciones de besarlo.

— Solo no te apartes de mi. — Pidió, bajando la cabeza para besar al Pegaso por unos ligeros segundos. Esperando su respuesta.

— Aioria... — Susurro, sonrojado, casi anonadado. Necesitando unos segundos para extenderle los brazos, añorando las caricias de Leo. — Agárrame y no me sueltes.

Aioria estada enteramente complacido. Pasando ambas manos por detrás de la espada del Santo de bronce, besándolo de la forma más pasional y amorosa que podía.

¿Así se sentía su hermano con Mei? Aioria sentía su corazón latir de forma fuerte, bombeando un sentimiento de paz y calidez a todo su cuerpo. No podía pensar o prestar atención a nada a su alrededor, los recuerdos de cualquier hecho pasado estaban bloqueados, y solo el presente que pasaba delante de sus ojos importada. Pero además de eso, también se sentía muy excitado en ese momento.

Seiya era de complexión delgada, algo bajo de estatura para su edad, por lo tanto, ahora que estaba bajo su cuerpo estada prácticamente escondido bajo el. De no ser porque Seiya lo sostenía del pecho podría estarlo aplastando ahora.

El futuro sagitario tenía una sensación similar, el cuerpo del Santo de Leo estaba fresco, alentándose a pasar sus manos sobre él. Pasando por su cara, bajando lentamente por su cuello, su ancha espalda, provocando que Aioria se separe cuando noto como las manos de Seiya se adentraban dentro de su pantalón, buscando bajarlo.

— ¿Estás seguro? — Cuestión, dejando su rostro lo suficientemente pegado al castaño. — La estoy pasaban rico ya, pero no sé llegar a eso sería precipitarse.

— Lo quiero. — Le aseguro. Estada conciente de las implicaciones pero era algo que quería sentir con el santo de Leo. — Nosotros ya nos tenemos confianza, nos conocemos. Nada malo pasará.

Sonriendo enternecido Aioria beso su frente, terminando de bajarse los pantalones, mostrándole sin pudor o vergüenza su cuerpo desnudo a Seiya, este por su parte estada caso fascinado por lo que veía.

Aioria se dejó guiar para quedar acostado en la cama, apoyada en la cabecera de personas abiertas, mientras Seiya hacia lo mismo, mostrándole su cuerpo desnudo sin algún tipo de vergüenza.

Los miembros de ambos estaban bien erectos. Notando la diferencia de tamaño entre los 2 no era solo en complexión, ninguno quiso hacer ningún comentario. Solo volviéndose a besar, con la diferencia que está vez, Seiya bajo, besando el cuello del Santo de Leo, acariciando cada músculo de su cuerpo como ponía, moldeándolos entre sus manos.

Para la sorpresa de Aioria, Seiya no era nada bruto en este ámbito, era descaro, con mucha picardía que lo hacía disfrutar más del momento con él.  Liberando un sonoro gemido cuando empezó a masajear su miembro, con el rostro muy cerca de él, hasta terminar pasando su lengua lentamente por la unión entre sus testículos y el tronco. Disfrutando esa acción más de lo que debería.

— Ummm... Me estás enloqueciendo. No sabía que tuvieras tanta experiencia.

— De hecho, no la tengo. — Le guiño el ojo, esa declaración dejo a Aioria sorprendido. — Eres la primera persona a la que beso, por lo tanto la primera con la qué hago esto. Solo me dejó llevar por lo que quiero hacer.  — Eso si que lo tomo por sorpresa. Haciéndoles saber sus dudas, Seiya le reveló que el sabe que prefiere a los hombres por el tiempo que estuvo sin memoria viviendo con Seika, estuvo intentando tener citas para vivir como una persona normal, hasta que se vio cuánta que le atraían más los chicos del pueblo que las chicas, pero aún con eso, nunca salió con alguno.

Su conocimiento del ámbito sexual era lo normal, aquí solo sé estada dejando llevar por el instinto, por su necesidad de probar todo lo que pudiera del ámbito sexual con Aioria. Y solo con él.

— Ummm... — La boca del pegado sobre su pene vaya que lo estada excitando, no importa si supiera lo que hacía o no, aprendiendo sobre la marcha, lo estaba disfrutando mucho. Poniendo su mano sobre su cabeza de forma involuntaria, acercándolo a si mismo.

— Seiya. Voltéate, quiero descubrir la "belleza" que ocultas dentro, y en el placer de tu cuerpo. — fue la manera menos vulgar y más romántica que encontró para pedirle que lo dejara penetrarlo ya. Cosa que ninguno se tomó enserio, riendo por lo bajo mutuamente.

— Como gustes. — Y dicho esto, dejo la cabeza en la cama para levantar las caderas. Aioria nunca se había dado cuenta de lo prominente que eran las nalgas del Pegaso. Acariciándolas, tocándolas, e incluso golpeándolas por unos ligeros segundos, pero quería que esto fuera "lo más romántica posible"

Aioria se acomodo, pasando sus labios por el cuello de Seiya, besando un camino lento por su espalda, deteniéndose en su trasero para morderlo ligeramente, antes de introducir su lengua en el espacio entre sus nalgas, lubricado lo más que podía.

Ahora en este momento agradecía haber escuchado todo lo que Garan le había hablado sobre sexualidad, ya que hubiera detestado haber herido gravemente a Seiya en lo que será su primera noche como amantes, de seguramente muchas que tendrían.

Escucharlo gemir era un éxtasis, lo disfrutada bastante, aumentado la pasión que tenia guardada  alentándolo en lo que estaba,   ya cuando estada lo suficientemente lubricado, le dejo a Seiya unas palabras románticas, con la indicación que respire profundo. Llevando su pene a la entrada entre la piel de sus nalgas, presionando lentamente.

Ninguno tenía experiencia, solo conocimiento básico, que sumado a unas fuertes ganas de seguir hasta el final era todo lo que necesitaban en ese momento. Pasó un largo rato con mucha paciencia hasta que el pene de Aioria quedó incrustado hasta lo profundo de su cavidad  Anal.

Seiya abrió los ojos de golpe por esa sensación de llenura extrema que había en su trasero. Era doloroso, pero aún con eso era placentero. Apretando inconscientemente el miembro dentro de él por los estamos que recorrían su cuerpo.

Sujetándolo fuerte de las caderas, Aioria estada listo para empezar a moverse, sólo necesitada que Seiya le concediera el permiso o de lo contrario lo estaría lastimado. Usando toda su fuerza voluntad para contenerse.

— Aioria... Te deseo. — Solo eso necesito.

El ruido obsceno lleno el cuarto cuando Aioria fuertemente empezó, moviendo sus caderas para penetrar al Pegaso de forma rápida sin tener un ápice de pudor, sujetándolo firme. La piel de sus nalgas rebotada en su pelvis a cada embestida, a la par que sus testículos golpeaban contra este.

Parecía un león comiéndose a su presa, disfrutando de esta. Sin penas ni vacilaciones. Ambos compartieron su primer órganos con otro tras un largo rato en esa misma posición, un orgasmo fuerte que los dejo mareados, hasta caer encima de la cama totalmente sin energías.

Al pasar los minutos y recuperar el aliento, Aioria busco los brazos del Pegaso, abrazándolo protectoramente contra su pecho. Besando su frente. Entre abriendo Seiya los ojos para ver a Leo a la cara. Dejando su cabeza en sus pectorales para dormir un poco.

No necesitaban palabras en ese momento, se quedaron en silencio, abrazando al otro hasta quedarse dormidos.

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