Los días pasaban y Jungkook seguía visitando esa biblioteca, haciendo que su olfato se fuese acostumbrando al delicioso olor de la chica, la misma chiquilla se fue acostumbrando a la presencia de Jungkook en su trabajo. Siempre comprando libros qué, a pesar de que ya tenia esos mismo libros en su gran biblioteca de su casa, seguía comprándolos.

Había mantenido en secreto esos encuentros de sus hermanos, sabía que les estaba fallando, pero no podía luchar por mucho tiempo en contra de lo que estaba sintiendo.

Por las tardes veía a la chica en el trabajo y por las noches él la veía dormir sin que se diera cuenta. Eso era un ritual que hacía Jungkook siempre, jamás cansandose y sintiéndose aún más fascinado cada día que pasaba.

Pero hoy era diferente, ¿por qué? Bueno, Jungkook estaba entablando una conversión de más de tres palabras con ella.

─¿Estas libre hoy? ─

Jungkook no era un chico muy tímido que digamos, y si algo llamaba su atención siempre hacía lo posible por conseguirlo.

─Yo... después de cerrar la biblioteca tal vez... ─ la pobre chica murmuró con un rojo encendido en su rostro, a pesar de que se había acostumbrado a esa rutina de verlo todos los días, su corazón no estaba para nada acostumbrado a la voz de terciopelo de Jungkook, o la magnífica belleza que poseía.

─¿Puedes aceptar una invitación a cenar? ─

Ella no pudo hacer nada, más que quedar embobada por esas palabras. Ella pensaba que todo esto se trataba de una broma, una muy cruel. Pero al ver esos ojos castaños solo podía ver sinceridad, no parecía estar jugando.

─¿Cenar? ─ repitió. ─¿Nosotros juntos? ─ ella seguía sin poder creer nada.

Era como estar soñando.

─Sí, nosotros dos, quisiera conocerte un poco más, tú... Realmente has llamado mi atención ─ fue directo.

Esas palabras solo terminaron de marear a la pobre chiquilla, quien ya de por sí se encontraba sumida en sus fantasías. Para ella, Jungkook era como uno de esos príncipes de cuentos de hadas.

─¿Por qué? ─

─Si aceptas ir a cenar conmigo, te contaré todo lo que quieras ─

Una buena jugada, muy astuto que era ese precioso vampiro. Pero algo que había aprendido en lo largo de estos años, es que los humanos eran naturalmente curiosos.

─Eso es algo injusto ─ susurró ella.

Y Jungkook sonrió. Desarmando cualquier defensa que ella había creado.

─El mundo jamás ha sido justo ¿lo sabías? ─ sus colmillos asomaron un poco entre sus labios. ─Pero siempre se encuentra la mejor manera para sobrevivir. ─ y aunque ella no sabía de qué hablaba Jungkook, simplemente asintió.

─Tienes cierto punto para ti si de eso se trata ─

─¿Entonces aceptas? ─

─Esta bien, salgo a las... ─

─Se ha que hora sales ─ ella lo miró sorprendida y confundida. ─Hace poco me quedé hasta la hora de cerrar ─

─Lo había olvidado ─ aceptó abochornada.

─Pasaré por ti más tarde ─

─Claro ─

Y Jungkook dio media vuelta para después salir de ahí, él sólo se había metido en esto y no pensaba retractarse, era algo que venía pensando desde hace algunos días. Ahora solo tenía que buscar la manera de poder distraer a sus hermanos, pues sus repentinas salidas seguido, solo hacía que algunos de ellos preguntaran curiosos por ello, tenía que ser lo más disimulado posible.