✞⇴Doce
Los días pasaban y el otoño estaba más cerca que nunca, las personas empezaban a cargar con algún suéter ligero, y ella no era la excepción.
─¿Tienes frío? ─ negó lentamente mientras sonreía.
─No, solo sentí gusto por beber el café, ¿Quieres un poco? ─ ella le ofreció un poco de la bebida caliente a Jungkook.
─No gracias, no me gusta el café ─ ella asintió apuntándolo mentalmente.
La relación que tenían era algo extraña, no eran amigos precisamente pero tampoco eran más que amantes. Ninguno de los dos se decidía por avanzar un paso más, ella sentía timidez y se sentía cohibida al estar a lado de Jungkook, aún no podía controlar sus latidos. Jungkook se sentía aún inseguro, pues las palabras de uno de sus hermanos seguían en su cabeza.
Después de esa charla con Jimin las cosas fueron para peor, los demás hermanos sabían que algo pasaba entre los menores, pero querían darles su espacio.
─Hoy no tengo que trabajar, podríamos... ─ ella se detuvo antes de terminar la frase.
─¿La biblioteca no abrirá? ─ Jungkook la miró con curiosidad
─Lo hará, el propietario contrató a otra persona para que yo pueda descansar un poco ─ comentó avergonzada.
─Eso está bien ─ Jungkook asintió.
Ambos siguieron caminando por aquel parque con árboles que se empezaban a tornar de diferentes colores. El otoño empezaba a tocarlos. Algunas hojas empezaban a caer.
Aunque no hablaban mucho, con la simple presencia del otro bastaba. Él se preocupaba por ella y la cuidaba, salían por café, al menos ella, y compartían algunos títulos de libros. ¿Entonces que faltaba? Tal vez era confianza, Jungkook aún temía en hacerle daño, pues las palabras de Jimin le hicieron abrir los ojos, ella era humana y él un vampiro, una caricia en falso y ella podria terminar con el cuello roto.
Ah, las relaciones eran muy complicadas.
[...]
Jimin miraba a la nada mientras en sus pequeñas manos había una fotografía. Una muy antigua, en blanco y negro, donde mostraba a siete vampiros perfectamente vestidos, uno que otro tenía una sonrisa en sus labios y otros estaban serios, pero felices.
Soltó un suspiro. La puerta de su habitación fue abierta, no se inmutó cuando pasos se fueron acercando a él.
─¿Qué pasa? ─
Yoongi se sentó en la orilla de la ventana, frente a él, mirándolo con ojos curiosos. Yoongi había estado preocupado por el hecho de que sus dos personas queridas estaban en malos términos, Namjoon había dicho que era cosa de niños, pero Yoongi sentía que era más que eso.
─Los años pasan lentos y tortuosos ─ el pelinegro frunció un poco el entrecejo al escucharlo.
─¿Por qué dices eso? ─ Jimin, quien estaba mirando hacia la ventana, a la nada, giro a ver a su pareja.
─Yoongi, si yo hiciera algo malo... ¿Me seguirás queriendo? ─ la mirada de Jimin era tan triste y solitaria, Yoongi tenía años sin ver esa mirada, una mirada que llevó a Jimin a una depresión.
─Jimin, te amo, no importa que hagas mis sentimientos jamás cambiarán. ─ contestó con franqueza, pero sin evitar sentir algo en su corazón. ─ ¿Qué has hecho? ─ preguntó con suavidad, tratando de que él tomara un poco de confianza.
─Nada... Aún nada ─ y volvió a suspirar, Jimin se sentía superado por todos los sentimientos que empezaban a llenar su corazón. Volvió a mirar la fotografía en sus manos.
Jungkook con una sonrisa enorme enseñando sus dientes, Jimin y Taehyung a su lado, ese día habían celebrado el cumpleaños de Jungkook por primera vez después de muchos años. Estaban felices, Jungkook y Jimin eran felices, sin discusiones de por medio.
─Jimin, sea lo que sea que te esté perturbando sabes que puedes contármelo ¿verdad? ─
─Es mejor si no sabes nada, él no te culpara de nada ─
─¿Es sobre Jungkook? ─ volvió a hablar Yoongi, Jimin sonrió de lado, sabiendo que él era muy inteligente, tarde o temprano lo descubriría.
─Cariño, no te diré nada más, es mejor así, solo... Solo no me dejes de amar, ¿Quieres? ─
Jimin sonrió con tristeza, Yoongi supo que a partir de ahí nada iría bien, que lo que había estado pasando días anteriores era solo el principio. La verdadera tormenta estaba por venir.
─Te amo y te amaré por toda la eternidad, Jimin ─ asintió Yoongi, pues si Jimin necesitaba ese tipo de apoyo, Yoongi se lo daría.
Si Jimin no quería que él supiera más, no lo obligaría, pero estaría para él siempre. En las buenas y en las malas como la pareja que son.
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