✞⇴Diez
Pasaron los días, donde Jungkook seguía con sus visitas regulares a aquella vieja biblioteca, donde visitaba a una sonrojada chica todos los días.
Su relación podría decirse que era compleja pero un poco más avanzada, en el ambiente se podía sentir ese toque de romance, ella cada vez que lo veía adquiría un sonrojo adorable para Jungkook. Su corazón latía tan rápido cada que podía ver a ese chico, extremadamente hermoso, entrar por la puerta. Realmente algo había nacido de esos días.
─Hoy solo he venido a traerte ésto ─ mostró una bolsa de papel la cual dejó en el mostrador. ─Es tu desayuno, se que a veces te mal pasas, no quiero eso, y también tengo que decirte que saldré este día entero para poder hacer algunas cosas, ¿estarás bien? ─
Ella asintió a modo de respuesta sin poder dejar de ver la hermosa existencia de él.
─Me las he apañado bien estos meses pasados ─ intentó hacer una broma, la cual fue fallida.
─No hagas cosas valientes, no te pongas en peligro ¿Quieres? ─
Y Jungkook podía sentir la necesidad de quedarse con ella, de solo verla y cuidarla como ya lo ha venido haciendo estos días. Pero era importante salir, pues tenía que alimentarse si no quería que cosas malas pasarán.
─No soy valiente, tal vez si vea a un ladrón o un perro callejero, salga corriendo ─ ella se encogió de hombros.
Esta vez pudo sacarle una sonrisa ladina a Jungkook, él acaricio la mejilla de esa chiquilla que tanto lo volvía loco.
─Bien, entonces corre si algo malo pasa, puedes llamarme si es necesario ─ ella asintió, pero sabía que no lo haría, a no ser de que fuera algo extremadamente necesario, no interrumpiria en su ocupado día.
─Estaré bien, ahora vete, ve a hacer eso que tienes que hacer y vuelve sano ─
─Regresaré pronto ─
─No hay prisa ─
Y ambos se quedaron viendo a los ojos, a pesar de decir que no había prisa, parecían ya extrañarse antes de siquiera alejarse.
Jungkook asintió y dio media vuelta para así salir del local, no sin antes dar un último vistazo a lo que parecía ser, su otra mitad. Ella sólo se dedico a verlo partir, sintiendo ese vacío, pues estaba acostumbrada a tenerlo siempre ahí.
[...]
Ella se encontraba guardando algunos libros que habían llegado como donación de una persona anónima, no era la primera vez que pasa algo así, pero mientras fueran buenos con la biblioteca estaba bien.
El tintineo de la campanilla en la puerta la alertó, pues era un nuevo cliente. Con cuidado bajo las escalerillas que tenia para ayudarse a llegar a lo más alto de los estantes.
─Buenas tardes, ¿Puedo ayudarle en algo? ─
Habló hacia su nuevo cliente, más sin embargo ella se quedó paralizada al ver a tal persona parada en medio del local. Era tan parecido a Jungkook, en hermosura y presencia, pero había algo diferente, esa hermosa criatura se veía más delicada, con rasgos más finos. Era un hombre de piel pálida y de cabello rubio, su vestimenta era de un traje negro con gris, sus pequeños ojos la escrutiniaban.
─Puedes ayudarme en algo, sí ─ habló él, y ella no pudo hacer nada más que quedarse sorprendida. Vio como aquella perfecta criatura cambiaba el letrero de la puerta de 'abierto' a 'cerrado' y caminó hacia ella. ─Te estaba buscando a ti ─
Sorprendida pasó saliva, dudosa y temerosa, sentía temor pues esa criatura que bien podría ser un ángel, parecía mirarla con odio.
─¿A mí? ─
─Soy el hermano mayor de Jungkook ─ habló mientras se acercaba hacia el mostrador, donde ella retrocedió un paso por inercia, causando la sonrisa ladina de él. ─ Soy Jimin, y vengo a hablar contigo ─
─Jungkook no está aquí si eso es lo que quiere saber ─ murmuró ella, pues no podía hablar más fuerte por temor de espantar al hermoso ángel.
─No lo estoy buscando, ahora mismo se encuentra haciendo... Unas cosas, las cuales no tienes absolutamente nada de idea, ¿cierto? ─ ella negó.
─Solo dijo que saldría ─
─Ya veo ─ sonrió Jimin de lado, pasó sus dedos por la madera vieja del mostrador mientras caminaba a paso lento hasta rodear el mesón. ─Mi pequeño hermano ha hecho algo malo, ¿sabes que hacen los hermanos mayores a sus hermanos menores cuando desobedece? ─ seguía hablando sin mirarla, esta vez había tomado un libro entre sus delicados dedos. ─Castigarlos ─ cerró el libro con fuerza, haciéndola sobre saltarse.
─¿Qué ha hecho de malo él? ─
─¿Qué ha hecho? ─ Jimin la miró como si lo hubiera insultado. ─Él ha hablado contigo, ha estado mintiendonos cada que sale, eso es algo que no se puede perdonar, jamás Jungkookie nos ha mentido ─ Jimin meneo su cabeza lentamente. ─Todo fue hasta que te conoció, pequeña niña, te recomendaría que te alejaras de él, él y tú no pertenecen al mismo mundo, él es superior a ti y tú... ─ Jimin la miró de pies a cabeza, ella solo se encogió en su lugar, se sentía pequeña ante tal ser.
─Él no está haciendo nada malo─ lo enfrentó.
Jimin sonrió de lado al ver a esa chiquilla defendiendo a su hermano, se asemejaba a un pequeño chihuahua enfrentando a un poderoso león.
─Él ya hizo algo malo desde un principio, nosotros le advertimos que se alejara de ti ─
─Ustedes no me conocen ─ comentó molesta.
─No es necesario conocerte, nosotros sabemos del porqué te queremos lejos de él ─ Jimin ensombrecio su mirada. ─ Si tienes algo de sentido común, aléjate de Jungkook, por tu bien, nada bueno saldrá de todo ésto ─ Jimin se dio media vuelta para caminar de nuevo hasta en medio del local. ─No me caes tan mal, por eso te daré un consejo, si fuera tú, me alejaría de Jungkook y me iría a otra parte, las cosas pueden ser muy malas para ti si sigues estando cerca de él, nuestro mundo puede ser peligroso ─
─Jungkook es mayor y puede decidir que hacer con su vida, no entiendo porque se meten con él, no sé qué tipo de mundo es donde viven, pero en el mío las personas son libres de decidir ─ ella estaba roja, de vergüenza e ira, Jimin sonrió de lado al ver tal expresión de ella.
Sin más Jimin desapareció por la puerta dejándola con un sabor amargo en su paladar.
Oh pequeña chiquilla que pensaba que solo eran diferencias por su alto estatus, ella seguía pensando que solo era un problema económico, donde él era un chico millonario visitando a una chiquilla de estatus bajo, trabajadora de una biblioteca pública.
Que equivocada estaba, muy equivocada.
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