─¿Qué es eso que tienes ahí? ─ preguntó ella.

─Es una copa de sangre ─ Jungkook sonrió de lado, sin que la misma sonrisa llegara a sus ojos.

Ella abrió sus ojos como platos, sorprendida y asustada.

─¿Has lastimado a alguien? ─ ella susurró sin aliento.

Jungkook sonrió esta vez de verdad, ella era buena, tanto que se preocupaba por alguien que no conocía.

─No, no he lastimado a nadie. ─Jungkook meneó un poco el líquido oscuro y espeso de la copa. ─ Esta sangre es de un donante, se les paga para que donen su sangre, claro, existen veces que... ─ negó lentamente. ─Solo dejemoslo así ─

Ella asintió enérgicamente, pues estaba de acuerdo en no querer saber nada más sobre los donantes.

Ambos estaban sentados en el sofá color rojo y dorado del salón, habían estado hablando de muchas cosas, una de ellas era que quería saber como eran las cosas en la antigüedad. Jungkook le había respondido todas sus preguntas con una sonrisa en sus labios.

Ella había quedado algo satisfecha, pues  aunque había respondido sus preguntas, ella seguía teniendo mucha curiosidad, pero no quería ser una molestia.

─Tengo curiosidad ─ preguntó ella, hablando de nuevo después de varios segundos de silencio.

─¿Qué es? ─ Jungkook la miró después de oler un poco la copa. ─Dime y la contestaré ─

Ella se mostró algo dudosa, se removió un poco en su asiento y paso su lengua por sus labios.

─Verás, tengo algo de curiosidad sobre... El sabor de lo que estás bebiendo ─ comentó ella mostrándose avergonzada.

Jungkook no pudo evitar no sentirse sorprendido por eso, pues de todas las dudas o preguntas que pensó que le diría, tenía que ser esa.

─¿Por qué preguntas eso? ─ Jungkook se mostró algo a la defensiva.

─Es solo... curiosidad ─ ella bajó la mirada avergonzada por su pregunta algo fuera de lugar. ─ Solo que te vi bebiendo eso... Con mucho gusto, que me hizo pensar que estabas bebiendo algún jugo de los que me gustan ─

Jungkook meditó esas palabras tal vez era normal que ella sintiera esa curiosidad, pues era algo nuevo para ella. Así que se decidió por responder.

─Su sabor es algo... dulce ─ buscó las palabras correctas para describir la bebida. ─Sí, es dulce, al menos para mí, tal vez para ustedes, los humanos, tendrá un sabor a hierro o algo así ─

Ella asintió pensativa, sí, a su memoria vino un recuerdo de cuando ella se mordió de más su labio, y por consecuente sangró. El sabor no era asqueroso pero tampoco de su agrado, tenía un sabor algo metálico y a hierro.

Curiosa aún, ella preguntó de nuevo.

─¿Puedo beber de tu copa? No sé a qué sabe la sangre de alguien más, he probado la mía cuando me mordí aquella vez... Pero jamás he probado la de alguien más ─

Jungkook abrió sus ojos a más no poder, sorprendido, asustado y tal vez, algo avergonzado. ¿Ella quería probar la sangre? Era algo descabellado.

─¿Estás segura? ─

─Sí, es solo que si no aplaco esta curiosidad, siempre estaré pensando en el que sabrá, cuando claramente tuve la oportunidad de saberlo ─

─Ya veo ─ asintió Jungkook, paladeo dejando la copa en la pequeña mesilla y se puso de pié. ─ Te daré a probar, pero no de ésta, espera un momento ─

Y Jungkook salió rápidamente del salón, regresando a los minutos después de inmediato, esta vez con una nueva copa en su mano. Jungkook caminó con elegancia hacia ella, entregándole la copa que contenía el mismo líquido que él estaba bebiendo. Pero a la vez diferente.

─Es mi sangre ─ respondió cuando ella miró extrañada el contenido. ─No dejaría que bebieras de la sangre que podría estar contaminada, mi cuerpo es inmune a cualquier tipo de enfermedad, cosa que tu cuerpo no es, es por eso que te doy de la mía, mi sangre es limpia ─ explicó.

Ella asintió, dio una mirada rápida de nuevo a la copa y meneó un poco la sangre, fue acercandola a sus labios, donde dio unos pequeños tragos. Ella trató de sacar cualquier sabor extraño o algún parecido a cualquier cosa que ella ya haya saboreado antes, pero solo supo a lo mismo que su sangre. No había nada extraño en eso.

─Sabe a hierro ─

Jungkook sonrió de lado al ver la decepción en el rostro de su amada, era obvio que no encontraría otro sabor en ese líquido. Acaricio con suavidad su mejilla y después quitó la copa de entre sus manos para dejarla en la pequeña mesa.

Se sentó a un lado de ella, muy cerca, inclinándose un poco hacia ella y dando un suave y muy cuidadoso beso a los labios cálidos. El sabor de sangre en la boca de su amada hicieron el beso más intenso, e hizo fuerza de toda su voluntad para poder separarse de ella antes de que hiciera cualquier locura.

─Se está haciendo noche... Te llevaré a casa ─ su respiración era acelerada.

─Sí, creo que sí ─ ella asintió mientras intentaba llenar sus pulmones con algo de aire. ─Me iré sola ─

─Eso no está en discusión ─

─Por favor, quiero tomar un poco de aire fresco y caminar sola ─

"Sola". Esa palabra era sinónimo de peligro para ella, cosa que a Jungkook no le gustaba nada, en lo absoluto.

─Es peligroso que andes sola por las calles a esta hora ─

─Me iré directo a casa, lo prometo ─

Jungkook miró la suplica en su mirada  suspiró con pesar, pues antes de pelear, se había rendido ante ella.

─Está bien, pero háblame cuando llegues a casa ¿esta bien? ─

─Sí ─ sonrió agradecida, se levantó del sofá y tomó sus manos. ─ Gracias, hablamos después ─

Jungkook asintió, mirando como ella se retiraba de su casa, alejándose de él, perdiéndose de su vista y de su protección.

Ella salió de la gran mansión caminando por el camino que ya conocía, sentía la fresca brisa acariciar su piel, moviendo sus cabellos de un lado a otro, esto era lo que necesitaba ella.

Llegó a la ciudad en pocos minutos, caminando por las calles algo transitadas, pues era un domingo y al siguiente día habría trabajo, la mayoría tendría que estar durmiendo ya para poder descansar. Ella haría lo mismo, dormir...

Un fuerte pitido la hizo detenerse, giró con brusquedad su cabeza mirando hacia el lugar donde provenía el ruido. Ella quizo reaccionar, quizo moverse, pero su cuerpo quedó paralizado, no podía mover ni un solo dedo. Todo fue tan rápido.

Gritos de terror, las luces acercándose a  gran velocidad, el pitido se hizo más fuerte y después... Nada, todo silencio y todo oscuro, no había nada más... ¿Qué había pasado?

Todo fue tan rápido...

No había más tiempo, no había más vida...