CAPÍTULO XX
Mihrimah se encontraba ayudando en unas cosas a otras sirvientas que trabajaban en el campamento, todas eran los espíritus de mujeres que habían muerto debido a la ley de exterminio Ifrit, ya que sabían de algunas personas que eran en realidad estos seres y no dijeron nada.
-ahora ya entiendo- dice una mujer
-¿De qué hablas?- pregunta Mihrimah
-de porqué el rey Amin ha tenido un trato especial contigo, a diferencia del resto de nosotras. Eres la madre de los hijos del difunto príncipe Selim-
-aunque sabes que mis hijos no son todos los que él tuvo-
-sí, Bayaceto no es el primogénito de Selim-
-y ellos aún no deben saber eso- dice Bergüzar apareciendo
-señora Bergüzar, me asustó- dice Mihrimah
-perdona por eso Mihrimah, pero vine a contarte algo-
-¿Qué?-
-hoy Hadassa y Bayaceto van a tener su primer entrenamiento y se enfrentarán a Elif y Mustafa respectivamente para ver como se desempeñan y en que podrían mejorar-
-si permite opinar señora Bergüzar, creo que aún son algo inexpertos y deberán mejorar en muchas cosas. Sé que son mis hijos, pero tengo que ser honesta-
-es por eso que vamos a orientarlos en ese aspecto ¿Te puedo decir algo?-
-claro-
-sabiendo que ellos son hijos del príncipe fénix, se espera mucho de ellos, incluso en este primer enfrentamiento-
Ya todo estaba listo para el enfrentamiento que probaria a los dos hermanos, cada uno por su lado; Bayaceto en la parte del campamento en donde estaba la división masculina del ejército y Hadassa en la parte del campamento en donde estaba la división femenina del ejército.
Muchos se encontraban expectantes a lo que pasaría y ambos enfrentamientos comenzaron al mismo tiempo.
-antes que nada- dice Elif -yo soy la mejor de las mujeres del ejército después de la señora Bergüzar, así que te voy a derrotar fácilmente, a pesar de que tú seas de la familia Azizoğlu-
-eso ya lo veremos Elif- dice Hadassa y de inmediato Bergüzar dió comienzo al enfrentamiento
Para ser la primera vez que se enfrentaba a alguien bastante experimentada, Hadassa se estaba desempeñando muy bien y con mucha fluidez. La princesa estaba recordando todo lo que su hermano le había enseñado y también, el recuerdo de su padre cuando este entrenaba a Bayaceto.
Pero con el paso del tiempo, las cosas parecían ir en favor de Elif y esta estaba a punto de vencer a Hadassa.
-te dije que te vencería "princesa"- dice Elif después de haber tirado a Hadassa al piso y le apunta con la espada
-esto aún no se acaba- dice Hadassa mientras cogia un puñado de tierra y se lo lanzaba a Elif a los ojos
Hadassa, aprovechando el descuido de su contrincante, saca una daga que tenia escondida en su bota y golpea a Elif en el cuello con el mango de la daga. También, abrovecha para quitarle la espada y ponerla cerca de su cuello.
-nunca vuelvas a decir que me venciste- dice Hadassa viendo a Elif en el suelo -porque siempre tendré un as bajo la manga- retira la espada del cuello de Elif
-eso solo fue suerte de principiante- dice Elif parándose del suelo
-sea suerte o no Elif- dice Bergüzar -Hadassa te venció y punto-
-estoy tan orgullosa de tí hija- dice Mihrimah mientras le daba un abrazo a su hija -venciste a alguien más experimentada que tú en tu primera pelea-
-sí- dice Hadassa -aunque concuerdo con Elif en algo: solo fue suerte-
-pero igual la venciste-
-señora Bergüzar- se dirige a su tía política -si me permite, quiero ir a la parte del campamento en donde está la división masculina del ejército, quiero ver como va mi hermano y también quiero que mi madre me acompañe-
-claro que pueden ir- dice Bergüzar y Hadassa con su madre se van allí
-su alteza- dice un soldado haciendo una reverencia con el puño en su pecho cuando vio a Hadassa
-vine a ver el enfrentamiento de mi hermano el príncipe Bayaceto con ese tal Mustafa- dice Hadassa
-llegó a tiempo su alteza, ellos aún están peleando-
-perfecto- busca entre la multitud con su madre un buen lugar para observar
Justo cuando Hadassa y Mihrimah encontraron un buen lugar para ver el enfrentamiento, Bayaceto había agarrado a Mustafa en sus hombros y lo lanza a una carpa, causando que la estructura de esta se rompiera.
-eso fue impresionante hijo- dice Mihrimah dándole un abrazo a Bayaceto
-gracias madre- dice Bayaceto besando la mano de su madre y la lleva a su frente y luego se acerca a Hadassa para besar su frente
Lo que Bayaceto no había notado, era que Mustafa se estaba parando y quiso atacarlo por la espalda, pero Hadassa lo notó a tiempo y lo detuvo, comenzando a pelear con él, cada uno con su espada.
Nadie de los que estaban presentes esperó eso, así que todos se asombraron, incluso, el propio Mustafa.
Hadassa logró hacerle con su espada un rasguño a Mustafa, que iba de la ceja hasta su barbilla y aprovechando la situación, la princesa tiró a su rival al suelo y se le montó encima, amenazandolo con su espada cerca de su cuello.
-nunca más vuelvas a tratar de atacar a mi hermano por la espalda- dice Hadassa para después apartarse de Mustafa -¿Qué?- dice cuando nota que todos se le quedaban viendo
-ustedes dos me han asombrado bastante hoy- dice Amin viendo a sus dos nietos -lo que ambos hicieron en sus primeros enfrentamientos fue algo increíble-
-eso no fue nada majestad- dice Hadassa
-¿Qué no fue nada Hadassa? Ambos le ganaron a dos personas expertas en la guerra y ustedes solo saben lo básico. Pero tú fuiste la más me impresionó, no solo venciste a la segunda mejor mujer del ejército, sino también al mejor de mis tataranietos y por defender a tu hermano-
-¿Mustafa es tataranieto suyo?- pregunta Bayaceto
-sí, es hijo de uno de los hijos de su primo el príncipe Rüstem-
-eso quiere decir que Mustafa es también un príncipe-
-así es Bayaceto-
-Mustafa puede ser algo orgulloso, pero es un buen hombre-
Mientras tanto en la carpa de Mustafa, a este se le estaba curando con una pomada mágica la herida que le había causado Hadassa.
-listo su alteza- dice el hombre que le estaba aplicando la pomada a Mustafa -dejese la pomada por una hora y luego se la quita con agua-
-¿Me quedará una cicatriz?- pregunta Mustafa
-sí su alteza, la espada con la que la princesa Hadassa lo hirió está hecha con hierro mágico y las heridas inflingidas por un arma hecha con ese material, si no mata al herido, le va a dejar marca-
-está bien, puedes retirarte-
-gracias su alteza- hace una reverencia con el puño en el pecho y sale de la carpa
-Mustafa- dice Rüstem entrando a la carpa
-abuelo- dice Mustafa parandose de su cama y haciendole una reverencia a su abuelo con el puño en el pecho
-vine a ver como estabas-
-podría estár mejor si esos dos no me hubiesen humillado, me vencieron dos Ifrits que no son de sangre pura, nacidos de una humana-
-no hables así de ellos, te recuerdo que son los hijos de mi difunto tío el príncipe Selim-
-eso lo sé abuelo, pero no entiendo porqué pudieron hacerlo-
-supongo que es por su padre el príncipe Selim, él era el más fuerte de los 9 hijos del Rey Amin V, me contaban de niño que el príncipe Selim era el más digno de sentarse en el trono y que hubiera sido el mejor rey de los Ifrits que pudiera haber existido de no haber renunciado a su derecho al trono-
-¿Y Bayaceto y Hadassa pueden reclamar el trono si quieren?-
-es su derecho, aunque también es el derecho del príncipe Yusuf, el medio hermano de ambos-
-¿Ellos aún no lo saben?-
-no, aún no saben que tienen un hermano mayor-
-¿Y cuando lo sabrán?-
-su majestad planea decirselos dentro de un año-
-ellos ya llevan una semana aquí ¿Por qué no se lo habían dicho todavía?-
-es lo que quiso el rey y no vuelvas a cuestionar sus decisiones ¿Está claro Mustafa?-
-sí abuelo, ya entendí-
-ambos heredaron las cualidades de su padre- dice Amin -su fuerza, su valor, su determinación, su astucia-
-gracias su majestad- dicen ambos hermanos al unísono
-nos sentimos en verdad halagados- dice Bayaceto
-¿Saben? Se tenían altas expectativas después de sus duelos- vuelve a decir Amin -y no solo las han alcanzado, sino que las han superado y espero que sigan así-
-no lo defraudaremos su majestad- dice Hadassa
-Hadassa-
-¿Sí?-
-no te lo había preguntado porque quería asegurarme de mis sospechas por mí mismo, pero ¿De dónde sacaste esa espada?-
-me la dío el Sultán Mohamed Umar "El Grande" como un recuerdo de él ¿Por qué lo pregunta?-
-porque se la dí a un viejo amigo a finales del siglo XIII, cuando estuve unas temporadas en el mundo terrenal y yo aún era un príncipe-
-Mohamed me dijo que esta espada le pertenecía a Osmán, el fundador del Imperio Otomano y que había pasado de Sultán en Sultán desde entonces-
-Osmán era el amigo que te decía y podría decirse que soy co-fundador del Imperio Otomano y en recompensa por haberlo ayudado, declaró que mis descendientes tendrán derecho al trono de ese imperio, lo que quiere decir que ustedes no solo podrían aspirar a ser rey o reina de los Ifrits, sino también a ser gobernantes del Imperio Otomano-
-es increíble lo que dice majestad-
-y yo para agradecerle, le dí esa espada, la cual no es una ordinaria, está hecha de varios elementos mágicos, lo que la hace mucho más resistente que una espada normal y capaz de matar a un Ifrit-
-lo que una espada normal no podría hacer- comenta Bayaceto
-a menos que esta tenga el sello de Salomón y creo que la espada que dió muerte a mi hijo Selim tenía ese sello, si no, no hubiera muerto-
Un mes, un mes había pasado desde que Hadassa y Bayaceto se habían ido al mundo espiritual para ayudar a su abuelo el Rey Amin. Durante todo ese tiempo se les enseñó varias técnicas de combate, las cuales irían mejorando con el tiempo, también se les enseñó a controlar mucho mejor sus poderes con unos cuantos conjuros y hechizos que les servían en el futuro. Igualmente, se les enseñó la antigua lengua de los Ifrits, esto con el fin de que entendieran los hechizos y conjuros, ya que estos estaban en ese idioma.
Mohamed aún seguía triste por la ausencia de su amada, le costaba mantenerse firme en los asuntos del estado, es como si hubiera perdido una parte de su ser. Aunque lograba disimular su tristeza, solo podía hacerlo ante los que no sabian su secreto.
-adelante- ordena Mohamed cuando escucha que tocan la puerta de sus aposentos
-Mohamed- dice Fatma entrando y con Aziz en sus brazos -te traje a tu hijo por si querías verlo-
-gracias madre- toma a su hijo en brazos -Aziz, mi adoración, mi amado hijo- le da un beso en la mejilla -¿Él cómo ha estado?-
-muy bien hijo, mi nieto es un niño muy curioso, una vez trató de quitarme mis aretes-
-wow- rie un poco
-sí. También te diré que trataré de criarlo lo mejor posible, tal y como me lo pediste-
-sé que criarás muy bien a mi hijo, ya lo hiciste con Handan y conmigo. También lo hiciste con Selma cuando te hiciste cargo de ella cuando su madre murió-
-lo sé hijo-
-¿También has contratado a buenas nodrizas?-
-las mejores que pude conseguir, aunque una de ellas me pidió que se lo dejara para que ella lo criara-
-y supongo que le negaste su petición-
-claro hijo y también le dije que si volvia a decirlo, la expulsaria del palacio-
-bien hecho madre, no quiero que alguien que no seas tú críe a Aziz-
-y de eso me voy a asegurar siempre, mientras Alá me dé vida-
-por favor Rüstem, no sientas esto, ya deja de sentirlo, es tu prima- se decía Rüstem a si mismo y echándose agua que había en un jarrón que tenía
Ya había pasado un año desde que Hadassa y Bayaceto estaban en el mundo espiritual. Rüstem sentía que se estaba enamorando de su propia prima y se sentía la peor persona por tener sentimientos románticos hacia ella.
-¿Hijo?- dice Süleyman entrando en la carpa
-padre- dice Rüstem haciendo una reverencia con el puño en su pecho
-¿Qué es lo que ocurre? Te noté distante en la última reunión del consejo-
-no es nada padre-
-te conozco, eres mi hijo, dime la verdad-
-está bien- suspira -creo que me estoy enamorando de Hadassa-
-¿De Hadassa? Es tu prima Rüstem, además, ella ya ama a otro y tiene un hijo con él-
-eso ya lo sé padre y estoy tratando de convencerme a mi mismo de dejar de tener esos sentimientos-
-y debes seguir así-
-eso voy a tratar padre-
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Márcio Kieling como Mustafa
Elif
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