CAPÍTULO IV
El Şehzade Mohamed Umar no pudo dormir en toda la noche que siguió pensando en la ejecución de aquella pareja, la primera que había visto en su vida y le hizo suponer que esa sería la primera de muchas y que aumentarían cuando se conviera en Sultán.
También pensaba en aquella niña que había visto en la casa y que ella estaba sola en el mundo al haber quedado huérfana, pero de inmediato recordó que la había visto a ella entre la multitud de gente que presenció la ejecución y que un hombre la estaba cargando, así que esa niña no estaría tan sola como pensó al principio, pero sintió curiosidad de saber quien sería ese hombre, al mismo tiempo de sintió ganas de volverla a ver.
Los días pasan hasta que se había cumplido una semana de la ejecución de Selim y Mihrimah. La población de Estambul seguía comentando lo que pasó, Şahin Efendi comenzó a sentir odio hacia Osmán Efendi, hasta el punto de no querer dirigirle la palabra, pero se veia en la obligación de hacerlo cada vez que se encontraba con él y de hablar mal de su amigo con él debido a que Osmán no sabía que el también conocía a Selim y que conocía lo que era y temía que si llegara a descubrir eso, correría el mismo destino del Ifrit.
También el jefe de los jenizaros, Yahya Ağa estaba pensando en lo ocurrido recordando lo que le habia prometido a su hermana.
Comienzo Del Flashback.
-Mihrimah- se acerca a ella -vele el lado positivo, podrán ver a sus hijos denuevo-
-mentí-
-¿De qué hablas?-
-mentí con respecto a mis hijos, ellos están vivos, uno tiene 25 años y la otra apenas tiene 5. Pero prometeme algo-
-¿Qué?-
-no permitas que algo malo les pase, no vayas a decir que son hijos de un Ifrit-
-pero estaria infrinjiendo la ley al no delatarlos-
-por favor Yahya, prometelo, ellos serán lo unico de Selim y mio que quedaran cuando muramos-
-está bien, tienes mi palabra-
Fin Del Flashback.
-señor ¿Se encuentra bien?- le preguntó un jenizaro de rango inferior con el que estaba viendo el entrenamiento de los soldados
-sí, estoy bien, solo pensaba- le respondió Yahya Ağa
Yahya sabia que tenia que cumplir la promesa que le hizo a Mihrimah de alguna u otra forma, aunque eso implicara arriesgar su propia vida.
En cuanto a los hijos de la pareja, a estos les seguia doliendo la perdida de sus progenitores, sobre todo a la pequeña Hadassa, que desde hacia tres días estaba teniendo pesadillas con ese momento, una vez, en lugar de sus padres, vió a su hermano Bayaceto a punto de ser decapitado.
-¡BAYACETO!- gritó la niña despertándose de esa pesadilla y comenzando a llorar
-¡Hadassa!- dijo Bayaceto con preocupación corriendo desde su habitación hasta la de su hermanita y la abraza poniendola en su regazo -tranquila, tranquila, sólo fue un mal sueño-
-fue horrible, te mataron como a mamá y a papá-
-tranquila, aquí estoy, aquí estoy contigo- esperó a que se calmara un poco para hablarle -¿Qué tal si esta noche duermo contigo?-
-está bien-
Así que Bayaceto se recuesta en la cama al lado de su hermana y ve como ella se va quedando dormida. En definitiva, estaria dispuesto a hacer cualquier cosa por ella.
Después de pensarlo, Yahya Ağa se decidió a cumplir con su promesa y salió a caballo del campo de entrenamiento hacia la cabaña asegurandose de que nadie lo viera. Al llegar, baja del caballo y lo amarra a un árbol, camina hacia la entrada y toca la puerta. Luego de unos segundos, Bayaceto abre y reconoce al Jenizaro y lo acorrala a la pared con una daga rozando su cuello.
-no vas a llevarte ni a mi hermana ni a mí maldito jenizaro- dice Bayaceto con furia
-no he venido a eso- dice Yahya tratando de esconder su miedo
-¿Entonces a que vienes?-
-a cumplir la promesa que le hice a mi hermana-
-¿Tu hermana?- dice mientras lo soltaba lentamente
-mi hermana es su madre, ella me hizo prometer que los cuidaria-
-yo ya puedo cuidarme solo-
-eso veo-
-tal vez se refería a mi hermana Hadassa-
-¿Bayaceto?- pregunta la niña apareciendo en la sala y viendo al jenizaro -¿Quién es él?-
-mi nombre es Yahya Ağa- dice Yahya
Mientras todo eso pasaba, el principe Mohamed Umar también habia decidido ir a la cabaña y al igual que Yahya, salió a caballo asegurandose de que nadie lo viera. Cuando llegó, vió que ya habia otro caballo y supo que era el de un jenizaro por los adornos que este tenia, así que se bajó del suyo, lo amarró y fue a averiguar.
-Yahya Ağa ¿Qué hace aquí?- pregunta Mohamed al ver que estaba conversando con Bayaceto
-su alteza- dice Yahya parandose de su asiento y haciendo una reverencia -solo los vine a visitar-
-que casualidad, yo vine a eso también-
-¿Eres el principe Mohamed Umar?- pregunta Bayaceto
-así es y vine a ver como estaba Hadassa ¿Y tú quién eres?-
-me llamo Bayaceto y soy el hermano mayor de Hadassa-
-¿Hermano?-
-sí, mi madre me tuvo a mi a los 16 años y a Hadassa a los 36 años-
-ya entiendo-
-¿Y cómo sabes su nombre?-
-hace un tiempo tuve varios sueños con ella y ahí supe su nombre y como era su rostro-
-yo también tuve esos sueños- dice Hadassa -y él me habia salvado cuando se llevaron a mamá y a papá-
-¿De que hablas?- le pregunta Bayaceto a su hermana, pero el que responde es Mohamed
-es muy sencillo Bayaceto- comienza a decir el Şehzade -ese día entré a esta casa y la ví escondida en una bodega oculta en el suelo, pero no la entregé a mi tío Alí Shakir Paşha-
-esto es increible- dice Bayaceto en un susurro y con sarcasmo
Yahya Ağa y Mohamed siguieron un rato allí hasta que decidieron irse porque ya todos en el palacio se estarian preguntando en donde estaba.
-¿Enserio se tienen que ir?- pregunta Hadassa algo triste
-me temo que sí Hadassa- dice Mohamed poniendose a su altura -nosotros temenos muchas cosas que hacer, Yahya como el jefe de los Jenizaros y yo como el principe heredero del Imperio-
-por favor, quédense un rato más-
-no podemos, lo siento. Pero te prometo que vendré aquí cada vez que pueda-
-¿Enserio?-
-claro, tienes mi palabra-
-su alteza, ya debemos irnos- dice Yahya Ağa quien ya estaba en la puerta
-ya voy- se dirige a Hadassa -voy a venir en dos días- le besa la frente, se levanta y va con el jenizaro a regresar a Topkapi en sus caballos
-sabe que estamos arriesgando nuestras vidas con esto ¿Verdad?- le pregunta Yahya Ağa cuando ya se encontraban algo lejos de la cabaña
-lo sé Yahya Ağa, lo sé-
-¿Usted por qué hace esto? Yo lo hago para cumplir la promesa que le hice a mi hermana, la madre de ellos. Pero usted, no entiendo porqué lo hace-
-¿Recuerdas que dije que habia soñado varias veces con la niña?-
-claro su alteza-
-al principio era para calmar mi curiosidad de conocerla, pero cuando la ví en la bodega y noté que estaba asustada por lo que estaba pasado, sentí la necesidad de protegerla-
-¿Le cogió cariño a esa niña en tan poco tiempo?-
-así es y al parecer tu también a ella y a su hermano-
-admito que es cierto su alteza, son los hijos de mi hermana Mihrimah-
-sabes, planeo que cuando sea Sultán, voy a eliminar la ley de mi abuelo Kasim "El Severo" para que ellos y otros Ifrits que hay escondidos en el Imperio puedan vivir tranquilos-
-pero ese momento puede que tarde en llegar, su padre es un hombre saludable-
-pero nunca se sabe que pueda pasar en el futuro, solo Alá lo sabe-
-así es su alteza, y tal vez él quiera que Hadassa forme parte de su harén cuando cresca-
-tal vez, pero siento que ella va a ser mas que una simple concubina-
Y su corazonada resultaria ser cierta dentro de algunos años.
Dos días pasaron y Mohamed cumplió su promesa de volver a visitar a Hadassa y al llegar, escuchó una conversación en un idioma que desconocia antes de tocar la puerta. Momentos después, Bayaceto le abrió y antes de que alguno pudiera decir alguna palabra, Hadassa corrió hacia el Şehzade.
-Mohamed, sí viniste- dice la niña con alegria y abrazandolo
-claro que sí Hadassa, te lo habia prometido- dice Mohamed y recuerda los sueños que tuvo un tiempo atrás en donde ambos decian esas mismas palabras -¿Quiénes estaban hablando hace rato?- vuelve a decir pero dirigiendose a Bayaceto
-eramos Hadassa y yo- responde Bayaceto
-¿Y qué idioma era ese?-
-era hebreo, yo se lo he estado enseñando-
-y ya lo hablo bien- comenta Hadassa
-sí, ella aprende rápido, ahora solo falta que lo sepa escribir-
-¿Es todo eso cierto?- pregunta Mohamed poniendose a la altura de la niña
-sí, es cierto- responde ella
De ahí, los tres comenzaron a hablar y Bayaceto le contó a Mohamed que su madre era judia antes de convertirse al Islam y que es por eso que él sabia hablar hebreo, pues fue ella misma quien se lo enseñó y que, ahora que ella ya no estaba, tomó la responsabilidad de enseñarselo a Hadassa.
Luego de un rato, la pequeña le mostró al príncipe que también ya sabia escribir en turco otomano y eso le habia impresionado bastante. Mientras eso, Bayaceto los veia y recordó lo que su padre Selim le habia dicho que soñó con su abuelo (el Rey Amin) y que este le habia dicho que las almas de Hadassa y de Mohamed estaban conectadas y que ambos se iban a enamorar y a engendrár a un futuro Sultán.
Luego de unas 2 horas de haber llegado, Mohamed regresó al palacio de Topkapi, no sin antes volver a prometerle a Hadassa que regresaría y que Bayaceto le diera un anillo especial que solia pertenecer a su padre. Aquella joya tenia el poder de transportar a quien lo tuviera puesto al lugar que este pensase. Así que el príncipe lo probó y pensó en los establos del palacio (de donde habia sacado su caballo para ir al hogar de Hadassa) y de un momento a otro, estaba en ese lugar.
Después se bajó de su caballo y pensó en un lugar cerca de sus aposentos en el que no habia mucha gente (no pensó en la puerta de su cuarto porque sabia que los ağas que la vigilaban, le empezaran a hacer preguntas) y apareció en el. Luego se dirijió a su habitación.
-que bueno que regresó príncipe- dijo uno de los ağas que custodiaban la entrada -su madre la sultana Fatma lo está esperando adentro- él y el otro ağa abren la puerta para que Mohamed entrara
-Mohamed, mi querido hijo- dijo Fatma cuando el principe entró
-madre querida- dice Mohamed tomando la mano de su madre para besarla y ponerla en su frente -¿Acaso quería verme?-
-así es hijo, estaba preocupada por tí, habias tardado mucho en tu cabalgata-
-lo sé madre, no medí bien el tiempo-
-está bien, pero pudo pasarte algo-
-pero gracias a Alá no me pasó nada-
-aún así me preocupé- da un suspiro -sabes que eres el único hijo varón de tu padre y la dinastía se hubiera acabado si te hubiera ocurrido algo grave-
-eso lo sé muy bien madre, pero anduve con cuidado y le rezaba a Alá para que me protegiera-
-al menos fue así hijo, ahora ya me puedo ir a mis aposentos tranquila-
-claro madre- volvó a tomarle la mano para besarla y ponerla en su frente
-ahora te dejo para que descanses, debes estár cansado- entonces se dirige a la entrada para después tocarla y que los ağas la habrieran para salir
El principe Mohamed se recostó en su cama y se quitó el anillo que le dió Bayaceto para verlo con detenimiento: era una argolla de oro con un zafiro y varios diamantes pequeños incrustados.
Ahora sabia que con el podia ir a la cabaña de Hadassa y Bayaceto sin tener que ir por su caballo y con solo pensarlo. Y ya estaba ansioso por volver.
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