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CAPÍTULO DOS


Cuatro años después

Durante esos cuatro años Ana, había salido del instituto y cursaba el tercer año de la universidad, específicamente la carrera de administración de empresas, su madre permaneció con ella los últimos tres años, pero ya hace casi un año se había devuelto a New York, ya que Romano había enfermado y necesitaba de los cuidados de su esposa. Ana había congeniado con dos de sus primos, Gino y Carlo Rossi, hijos del tío Gino, quienes amaban también las carreras. Estos se volvieron los cómplices de las escapadas de fin de semana de Ana para correr. Se había propuesto ser corredora de Formula Uno femenina, las carreras ilegales serían su escuela.

Ana había sabido poco de Cristian, solo las cosas que Jack le contaba. Los Grey no eran para nada conocido en el pueblo donde vivía Ana.

-Ana, Ana- Llamo Gino.

-Dime Gino-

-El viernes hay una carrera buena. Dicen que estará uno de los representantes de Lamborghini- Dijo Gino.

-¿Hablas en serio hermano?- Pregunto Carlo sorprendido.

El último año Ana había ganado tantas carreras que había logrado comprar un Lamborghini de carreras con lo que se había ganado, lo que la hacía reconocida entre los corredores ilegales de Italia.

-Bueno, estaremos ahí chicos. Ustedes encárguense de que el tío Gino me deje salir. Que yo me encargo del auto, el traje y lo demás-

-No te preocupes querida prima. Solo recuerda quienes te ayudamos cuando seas parte de la escuadra de Lamborghini- Dijo Carlo con reproche.

-Carlo, primo si me contratan están incluidos en las negociaciones- Dijo Ana muy segura.

Era el viernes por la noche cuando, todos lo vehículos incluido el de Ana. Estaba tan emocionada que por primera vez no pensó en Cristian. Anastasia estaba ansiosa, pero necesitaba concentrarse, por lo que pensó en su futuro como corredora, puso su mente en blanco y cuando escucho el disparo de salida, dibujo en su mente le plano de la pista, la conocía de memoria. Son solo cinco vueltas y esta carrera será mía, se dijo Ana así misma.

Anastasia se concentro tanto en correr la carrera, que después de haber ganado dio una vuelta demás. Salió de su auto y todos los asistentes le aplaudían, les había ganado a los hombres que corrieron la carrera. Ana se disponía a retirar el premio en compañía de sus primos cuando un hombre de traje la intercepto.

-Felicidades- Dijo el extraño. Los primos de Ana de una vez formaron un muro frente a ella.

-¿Quién es usted?- Preguntó Gino.

-Stefano Domenicali. ¿Y ustedes son?-

-Los primos de esta bella- Dijo Carlo-

-¿Acaso ella es muda?- Preguntó el hombre.

-Usted es un extraño-

-Soy uno de los directivos de Lamborghini- Dijo el hombre y los tres abrieron tanto los ojos que casi se les salen.

-Hablemos en privado- Dijo Gino. Y se retiraron a un área apartada de la pista.

-Bien- Dijo Gino.

-¿Es muda?- Preguntó el hombre.

-Mi prima no suele hablar con los desconocidos. Ya sabe es una chica- Dijo Gino.

-Me presento de nuevo. Soy Stefano Domenicali, director de Lamborghini. ¿Ustedes son?-

-Ella es Anastasia Rossi y nosotros los hermanos Rossi. Somos primos- Dijo Gino.

-Tengo una oferta para ti niña- Dijo Stefano, quien no le quitaba los ojos a Ana.

-¿Qué será señor Domenicali?- Preguntó Ana.

El señor les explico todo lo concerniente al contrato.

-¿Qué dices Anastasia?-

-Solo quiero que mi contrato me permita terminar la universidad al no tener veintiún años todavía quiero que mis pagos los hagan directo a una cuenta mientras cumplo la edad. Además, quiero a mis primos en mi equipo, Carlo es un buen mecánico y sólo confió en él para revisar mi vehículo. Gino es un estratega y es el que me guía en las carreras-

-Pides mucho para no ser profesional- Dice Stephano

-Ustedes ganan, no encontrarán otros como ellos- Dijo Ana muy confiada y segura, lo que no paso por alto el hombre.

-Bueno me encargaré de ello-

-Una última cosa- Dijo Ana.

-¿Qué será?-

-Si por alguna razón yo me voy, ellos se vienen conmigo sin repercusiones para ellos. ¿De acuerdo?-

-De acuerdo- Se estrecharon la mano, para quedar el lunes por la tarde para firmar el contrato.

El sueño de Ana por fin se estaba cumpliendo, solo esperaba ser mas independiente para poder regresar a New York y ver a su amado.

Mientras Anastasia empezaba a cumplir uno de sus sueños, Cristian estaba creciendo profesionalmente. Él y su hermano se estaban haciendo cargo de la empresa familiar. Por su lado Cristian se volvió frio y calculador, se había mudado de su casa a un pent-house donde vivía solo, no tenía ni un contacto con su padre ya que él lo había amenazado con desheredarlo si buscaba a Anastasia, por otro lado, no había sabido nada de ella.

Trato en algunas oportunidades de hablar con Romano como hombres civilizados, pero este terminaba echándolo de su restaurante. Cristian no había perdido el gusto por las carreras siempre lo hacía, pero sin delatar quien es.

Igualmente, que, a Anastasia, Cristian fue contratado por una compañía de autos; con la diferencia que a él lo contrató Ford. Cristian solicitó el anonimato, por lo que corría con un seudónimo Black Ángel.

Cristian estaba emocionado porque sabía que Ana pronto cumpliría sus veintiún años y regresaría con él, pero el destino se encargaría de hacer una brecha en su relación.

En una fiesta de empresarios y políticos de la ciudad, a la cual por obvias razones asistieron los Grey. Cristian sin saber que las hermanas Welch estarían ahí y creyendo que al estar solo Cristian repararía en alguna de ellas, trataron de acercarse a él. Claro está que Cristian no olvidaba que, por Leila, Ana estaba al otro lado del mundo y tras eso habían perdido a su bebé. Ni las sumo ni resto, eran como fantasmas para él.

Como había tantos medios de comunicación presentes, las muy zorras tramaron un plan que distanciaría mas a Cristian de Ana.

-¡Hola Cristian!- Dijo Susana.

-Largo- Dijo Cristian.

-Vamos Cris, no seas rencoroso. Ana no esta aquí. Debe estar revolcándose con otro o otros- Dijo Susana.

-Ella no es como ustedes. ¡LARGO¡-

Sin importar lo que Cristian le dijo, Susana se le tiro en sima y lo besó. Por otro lado Leila le había hablado al periodista del , para que les tomara una fotografía, el periodista la tomó como una primicia, ya que Leila le había dicho que se estaban comprometiendo y que se cazarían pronto.

Días después la revista salió y toda la sociedad de la Gran Manzana habla del compromiso. El departamento de prensa de Grey House hizo un control de daños y expuso a las hijas del alcalde como chicas trepadoras sin beneficios. Sin embargo, eso no llegaría a Italia, mas la revista le llagaría a Anastasia de manos de su padre.

Esa fue la oportunidad que tuvo Romano para hacer que Anastasia se olvidará de Cristian. Romano entendió que Cristian era un hombre con un buen futuro, pero no le perdonaba que hubiese tomado la virginidad de su hija, la embarazara y sobre todo que por él su hija llevaba cuatro años sin hablarle.

Romano planeo su jugada, diciéndole a su esposa que irían a Roma a celebrar el cumpleaños número veintiuno de Anastasia que haría las pases con su hija, Esperanza, había escuchado del escandalo ocasionado por Susana y como Cristian había desmentido fervientemente las acciones de las chicas Welch.

Grace detestaba a esas chicas, por eso el mismo día que salió el chisme en la revista, llamó a Esperanza para desmentir el chisme, sabía que si eso llegaba a oídos de Ana y pondría en la cuerda floja cualquier posibilidad que tuviera Cristian de recuperar a Anastasia.

El día del cumpleaños de Ana, estaban sus padres, familiares, amigos, Stephano, aunque sus padres no lo conocían y Jack que llego por su cuenta con Ángel. Ana tenía el boleto de avión comprado para irse con Cristian y arreglar sus vidas, aunque ella tenía en mente seguir corriendo autos.

A la hora de abrir los regalos, Romano dejo para último el suyo. Era turno del señor Stephano.

-Ana, este es el mío- Entregándole dos juegos de llaves.

-¿Qué son estas llaves?- Dijo Ana con los ojos de todos sobre ella.

-Uno es el de tu apartamento y el otro es el de tu auto nuevo-

-¡En serio!- Dijo una sorprendida Ana.

-Podrás ocuparlo cuando regreses. Pero recuerda que la prácticas son en dos semanas- Dijo Stephano.

-¿Cómo que un apartamento? ¿Quién es este hombre?- Dijo Romano.

-Stephano Domenicali. Soy el CEO de Lamborghini y Anastasia es mi corredora estrella-

-No. Ella no va a correr- Dijo muy convencido Romano.

-Pues te equivocas tío. Carlo y yo trabajaremos con ella - Dijo Gino.

-¡SE SUPONÍA QUE LA CUIDARÍAN!- Gritó Romano.

-Ya, tío. Eso hemos hecho. Y ningún hombre la ha tocado. Pero Ana es una muy buena corredora- Dijo Carlo.

-¿Ustedes estarán con Ella?- Preguntó Esperanza.

-Si. Ellos estarán conmigo. De todos modos, ya soy mayor y tomaré mis propias decisiones- Respondió Ana.

-Bueno dejemos las discusiones. Toma mi regalo- Dijo Romano a Ana.

Ana tomo el regalo con recelo, ya no confiaba en el hombre que por muchos años había llamado padre. Quitó el papel que cubría una caja, dentro de esta había una revista y muchas fotos de Cristian con distintas mujeres, vio la revista y se encontró con el reportaje de Susana y él. A Ana le salían muchas lágrimas al ver el titular del reportaje, no podía creer lo que miraba; de las fotos no creyó nada porque la mayoría eran con Kate y Mia su hermana; pero la revista era otra historia.

-Ana detente-Dijo Esperanza. Ana empezó a caminar tratando de alejarse de todos para que no la vieran llorar, su padre había terminado de romper su corazón.

-Ana escucha a tu madre ella tiene algo que decirte- Dijo Jack quien sabía toda la verdad.

-Adelante- Dijo Ana sin mirar a nadie.

-La foto es real, pero fue un arreglo entre las chicas Welch y el reportero. El mismo día que salió la publicación Cristian dio una conferencia de prensa desmintiendo todo. Estábamos invitados al evento, pero como los Grey estarían ahí tu padre decidió no ir. Cristian ha ido al restaurante para hablar con tu padre, pero él termina sacando. Él no me busca, ni me escucha por que tu padre le ha hecho cree a los Grey que estoy de acuerdo con mantenerlos alejados. Pero te digo hija búscalo y habla con él. Deja las carreras y termina tu carrera en la universidad-

-Lo de la universidad va viento en popa. Pero las carreras siguen. Cristian y yo nos conocimos por una carrera, él debería saber que es parte de mí-Dijo Ana.

-Pero Ana- Dijo su madre.

-Ya tomé una decisión y firme un contrato. Yo tengo un boleto de avión. La última vez que Cristian y yo nos vimos le juré que regresaría, talvez lo que ustedes digan sea cierto, poro solo lo creeré si la verdad sale de los labios de Cristian. He llegado a pensar que si realmente me amara habría venido a buscarme ase tiempo atrás, con estas fotos mis dudas se acrecientan. Tu, Jack llegaste sin ayuda de mis padres-

-Porque ya conocía a tu tío Gino- Dijo Jack

-Jack hazme un favor. Busca a Cristian y dile que no regresaré, como lo había prometido; dile que esperaré a que él venga y me diga la verdad; que quiero escuchar de sus labios que todo es una mentira. Que me perdone por no cumplir mi promesa- Da la vuelta y se va.

-¡ANASTASIA!- Le gritó Romano.

-¿Por qué la llamas?. Si has sido tu el que se encargo de alejarla- Le preguntó Speranza a su Esposo.

-Solo quería que escogiera al hombre indicado- Dijo Romano.

-Te equivocas. Ella escogió al indicado hace años. Pero tu te empeñaste en alejarlos hace años- Y con esas palabras Esperanza se alejó de su marido para tomar su maleta y regresar a América. Los primero que hizo Esperanza a su regreso fue llamar a Grace.

-Grace, soy Esperanza. Se que debes de estar molesta conmigo por el actuar de mi esposo, quiero que sepas que nunca he estado de acuerdo con todo lo que hace-

-Lo se Esperanza, pero es difícil hacerme de la vista gorda. He visto como mi hijo se ha esforzado para ser digno para Anastasia, él a querido hacer las cosas bien, estudio y se graduó con honores, no ha salido con ninguna mujer durante estos cuatro años y es el presidente de nuestra compañía a corta edad. Sin embargo, esto no ha sido suficiente para tu esposo. ¿Ahora que quiere tu esposo de mi hijo?- Hablo Grace con dolor de madre.

-Quiero hablar con él- Dijo Esperanza.

Y así lo hicieron, Cristian se deprimió por la actitud de Anastasia; pero en cierto modo la entendió, si la hubiera buscado ella se hubiera ido con él, todo este tiempo lo estuvo esperando y él haciendo el tonto con Romano. Es ahí cuando Cristian fraguo un plan para conquistara a Ana de nuevo.

...........................

Ana había estado corriendo en simuladores y en la pista de practicas de Lamborghini, todos los corredores de las diferentes categorías de la escudería la respetaban por haber empezado a correr desde muy joven, era muy segura. Ana había estado practicando en diferentes pistas de practicas de la escudería y en diferentes autos. Stephano quería que Anastasia fuera la imagen femenina de la escudería, por lo que hizo que Ana participara en su primera carrera, en la Monza Autódromo Nazionale. También la inscribió en las otras cinco carreras mas importantes del mundo, Nürburg en Alemania, Le Mans en Francia, Mónaco en Francia, Northamptonshire en Inglaterra, Indianápolis en Estados Unidos y, por último, el primero de mayo en Autódromo Enzo e Dino Ferrari durante el Gran Premio de San Marino ya que en esa carrera se le brindaría tributo a Ayrton Senna, por un aniversario más de ese fatídico accidente.

El día de su primera carrera como profesional Anastasia se estaba preparando cuando un corredor misterioso se acerco a ella, vestía las insignias de la escudería FORD.

-¿Es tu primera vez?- Ana lo miró y siguió en lo suyo; de pronto aparecieron sus primos.

-Mira amigo aléjate de ella- Dijo Gino.

-¿Quién eres, su novio?- Pregunto el hombre molesto.

-Quien soy no te importa- dijo Gino.

-Lárgate por donde viniste. Este boxes es de Lamborghini, no de Ford- Dijo Carlo.

El corredor misterioso que nunca se quito el balaclava antiflama y que vestía todo de negro; pero algo de él llamo la atención de Anastasia, las letras blancas de su traje negro BLACK ANGEL. Eso le recordó a alguien, pero no recordaba a quien.

La carrera empezó eran diez vueltas las que comprendían el circuito, Ana montó su auto, se ubico en la salida cuando se dio el banderazo de salida, llevaba cinco vueltas en la pista iban en el segundo lugar , cuando un auto la golpeo en un costado, dichosamente logró estabilizar el auto sin perder el control de este.

Estaba entrando en la última vuelta cuando el mismo auto de antes volvió a impactarla, ¿Qué planea este corredor matarme? Pensó Ana, cuando el Auto intento golpearla de nuevo, Gino la puso sobre a viso por la radio, Anastasia para quitarse el dichoso auto presiono el pie en el acelerador, dejando atrás al corredor y lo cual le permitió ganar la carrera. Anastasia y sus primos estaban más que felices por haber ganado, ese día ganó doble, la carrera y el respeto de sus compañeros de escudería.

Por otro lado, Stephano hablaba con la organización para suspender al corredor que impacto a Anastasia en la carrera, pero no lo logró, solamente le hicieron un llamado de atención a la escudería McLaren y una multa de diez mil dólares por los actos cometidos en la carrera.

Anastasia había corrido en cuatro circuitos e iba camino a Indiana, por su penúltima carrera, se encontraba nerviosa regresaba a América después de cinco años de haberse ido. El día de su competencia encontró su carro lleno de rosas de todos colores y una nota que decía:

"BIENVENIDA A CASA, ESPERO QUE TE QUEDES"

Anastasia se quedó extrañada del regalo no era su cumpleaños y tampoco creía que fuera su padre el que las había enviado, una corriente eléctrica recorrió todo su cuerpo cuando el corredor misterioso se acerco a ella.

-¿Te gustaron las rosas?- Preguntó el misterioso corredor.

-¿Fuiste tu?- Pregunto Ana sacando las rosas del interior de su auto de carreras. A pesar de la pregunta no obtuvo respuesta.

-¿Quién eres? ¿Por qué me acosas?- Disparó anastasia.

-Quien soy no importa, segundo no te acoso, hemos participado en las mismas carreras, por eso coincidimos- Dijo el extraño.

El corredor misterioso se retiro cuando vio llegar a los primos de Anastasia.

Por otro lado, Romano y Esperanza veían por los medios de comunicación los logros de su hija con pesar de no estar ahí compartiendo con ella, Ana les había pedido mantener la distancia sobre todo a su padre que le había hecho mas daño que cualquier otra persona en la vida.

También Cristian se encontraba desesperado el ajetreo de la empresa no le había permitido ir en busca de su amada, pero también había un poco de resentimiento por parte de él hacia Ana por haber roto su juramento, Cristian se sentó detrás de su escritorio y miro lo que había construido junto a su hermano, quien era feliz ya que se había casado con Kate y ya estaban formando una familia Elliot y Kate proto traerían al mundo a la pequeña Ava, saco cuentas, si su bebe hubiera sobrevivido tendría cuatro años. El dolor lo embargo y se dijo, ¿Por qué no puedo formar yo mi propia familia?. Cristian cerró los ojos y tomo una decisión que afectaría su futuro.

Llamó a su secretaria y pidió reprogramar las reuniones que tenía en la semana y asignárselas a Elliot

-Melisa, pide a Hans que prepare el avión vamos a Indiana- Hablo Cristian a su secretaria y asistente personal.

Mientras preparaban el avión Cristian hizo lo que nadie se imaginaría que hiciera, tomo su móvil y marco el número que había jurado nunca marcar. A los tres tonos contestó.

-Rossi- Dijo Romano.

-Si quieres ver a tu hija te espero en el aeropuerto en la sección de vuelos privados, asegúrate que también nos acompañe tu esposa, si quieres que arreglar las cosas con Ana- Y sin esperar respuesta Cristian colgó, era hora de que las cosas se aclararan y vivir la vida en paz ya había sufrido mucho por lo que Cristian quería arreglar las cosas.

Por otro lado, había dos sombras que se movilizaban en la oscuridad una para bien y otra para el mal de Anastasia.

Anastasia estaba en su camper esperando que limpiaran su auto de tosas las rosas que metieron dentro del auto, cuando unos golpes sonaron en su puerta, Ana salió y para su sorpresa se encontró a Gia la novia de Riley .

-¿Gia, que alegría verte?- Dijo Ana.

-Ana, cuando me enteré que correrías aquí decidí venir a verte. ¿Podemos hablar?- dijo entrando al camper.

-Si, si claro- Dijo Ana cerrando la puerta.

-Mira, debes tener cuidado en esta carrera, Leila Welch la esta corriendo también, en la escudería para McLaren. El incidente dos carreras atrás fue ella-

Anastasia se quedo sorprendida ante la revelación, pero no le extrañaba.

-Gracias Gía-

Mientras caminaban a los boxes, alguien llamo a Ana con apellido que tenía años de no escuchar.

-Anastasia, Anastasia Steel- Dijo el hombre.

Ana se paralizó de miedo, llevaba dieciocho años de no escuchar ese apellido.

-¿Ana que pasa?- Dijo Gia. De pronto había un corredor al lado ellas, era una versión masculina de Ana y con más edad.

-Annie, Annie. Hermana por fin te encuentro- Ana no podía moverse, ni decir nada, el miedo la embargo. Un sinfín de imágenes llegaron a su mente de golpe colapsándola y haciéndola desvanecer.

-¿Quién es usted? Ella es Anastasia Rossi- Dijo Gia.

-Ella es mi hermanita desaparecida. Una tía loca se la llevo cuando tenía cinco años- El hombre le contaba mientras cargaba a Anastasia hacia la enfermería.

-¿Quién es usted?- Preguntó Gia-

-Me llamo Robert Steel-

-¿Cómo sabe que ella es su hermana?- Dijo Gia.

-Ella es una copia de nuestra madre-

-Voy a avisarle a sus primos- Gia salió en busca de Gino y Carlo.

Minutos después aparecieron en modo de combate los primos Rossi, preguntando que le habían hecho a su prima.

-Tranquilos, él les hablará-

-Anastasia cuando tenía cinco años fue robada de su cama ...

Mientras tanto el avión de Grey House salía de New York a Indiana, era un vuelo corto de dos horas, pero iban a ser las dos horas más largas que le había tocado vivir a Cristian.

-Bueno van a hablar o seguirán portándose como idiotas- Dijo Esperanza.

-Yo no tengo nada porque disculparme con ustedes. Yo he sido siempre sincero en el decir que amo a su hija. Han sido ustedes los que nos han separado. No soy un delincuente, estudie, tengo una empresa y un pent-house que adquirí para formar un hogar con Ana. Pero su esposo señora Rossi, ni usted me dijeron donde esta Ana. Los supe el día que salió en los medios de comunicación- Romano no dijo nada.

-Pero pudiste mover cielo y tierra para buscarla- Dijo Esperanza.

-Quería la bendición de ambos- Dijo Cristian, sin que Romano dijese nada.

-Tu tomaste de mi hija lo mas preciado de una mujer sin ser su novio. Y peor la embarazaste- Dijo Romano.

-Pues crees que estas en la edad media- Dijo Esperanza.

-En esta época ya eso no es relevante. Lo que importa es lo que se lleva en el corazón. Yo prometo olvidar todo lo que ha hecho para separarnos, Romano; si usted promete no volver a interferir. Creo que he demostrado por cinco años que amo a su hija. Esto tiene que terminar, mire lo que ha provocado Ana no le dirige la palabra desde que la hizo irse a Italia-

Las palabras de Cristian resonaron en el interior del jet, Romano recordó todo lo que había hecho para que Ana dejara de querer a Cristian, sin lograr su cometido. Romano extendió su mano para estrechar la de Cristian y él la tomó.

-Prometo ya no interferir y aceptar que ustedes estén juntos- Dijo Romano, Esperanza lloro de alegría. Solamente faltaba que Ana los perdonará.

.....

Cuando Ana despertó era la hora de la carrera, sin reparar en el hombre que era su hermano biológico Ana salió a arreglarse para la carrera. Ya en su auto de carreras, se prometió no huir y aclarar la verdad de porque la habían abandonado.

Horas mas tarde termino la carrera en la cual Anastasia no pudo concentrarse como debía ser por lo que llego en el tercer lugar. Al llegar al área de podios Ana vio a lo largo una figura que no veía de ase cinco años, pero lo extraño de todo era que estaba con sus padres.

Ana se quitó su casco junto a las otras corredoras, para su sorpresa la corredora que había llegado en primer lugar y si no le fallaba la memoria era la misma que había tratado de sacarla de la carrera, en la carrera anterior, traía las insignias de la escudería McLaren. A Ana casi se le salen los ojos al ver que era Leila la única persona en este mundo que odiaba; Ana aparto la cara para que ella no viera las lágrimas que salían de sus ojos al recordar la pérdida de su bebé; tomó aire y se puso una mascara fría que nadie podría adivinar que pasaba por su cabeza.

Miro al frente y sonrió al público, Ana dejo de pensar en el pasado y volteo su pensamiento en sus padres y los dos hombres que la miraban con atención. Bajo del podio para dirigirse a abrazar la hombre que tanto amaba. -Cristian está aquí y con mis padres. ¿Qué se traerá en mente Romano? Acaso ya no me ha hecho tanto daño, no esta conforme- Se dijo internamente Anastasia. Cuando Ana iba a correr hacia Cristian, el corredor misterioso la jalo y la llevo a un lugar apartado para hablar con ella.

-¿Qué pretendes?¿Me vas a raptar?- Dijo Ana.

-No, claro que no. Eres mi hermana. Tienes que escuchar lo que tengo que decirte Anastasia- Dijo Robert.

-Ella no tiene porque escucharte si no quiere- Dijo una voz acercándose a ellos.

-¡CRISTIAN!- Dijo Anastasia saltando en los brazos de su amor.

-Mi Ana, mi amor. No sabes cuanto te he extrañado nena- Cristian la miro a los ojos y la beso con pasión.

-¡OYE! Deja a Ana- Dijo Gino. También estaban los padres de Ana y su primo Carlo-

-¿Qué quieres de mi novia?- Pregunto Cristian.

-Recuperar a mi hermanita- Dijo Robert.

-Ana es hija única. Es mi hija- Dijo Esperanza con lágrimas en los ojos, puesto que ella temía que ese momento ocurriría alguna vez.

-Ana no es su hija y aquí están las pruebas- Dijo Robert sacando un sobre de su Jacket. Dentro había una serie de documentos y fotografías, las fotos desde su nacimiento hasta días antes de sus desaparición.

-No defiendo a los Romano, pero ellos la adoptaron cuando nadie la reclamó- Dijo Cristian

-Mis padres la buscaron durante mucho tiempo, Anastasia es idéntica a mi madre, pero con el cabello y los ojos de nuestro padre- Dijo Robert señalando una foto de una mujer idéntica a ella nada más que mayor.

-Debe ser que no la cuidaban bien y por eso se la llevaron- Dijo Romano-

-No es así. Mi tía Elena es hermana de mi madre, ella se enamoró de papá. Él no tenía ojos para nadie que no fuera mamá. Un día en una reunión familiar ella se llevo a mi pequeña hermanita de cinco años y desapareció. Dos años después la encontraron en Miami. Al interrogarla dijo que te había matado y arrojado a un basurero, la declararon demente y esta en un psiquiátrico. Pero mi madre aseguraba hasta hoy que tu vives y mira, no se ha equivocado- Todos miraban con atención al corredor misterioso.

-¿Por eso me has estado siguiendo todo este tiempo?-

-Si, desde que te vi en tus prácticas, pedí que me hicieran llegar esos documentos- Señaló el sobre que tenía Cristian.

-Bueno, ya viste que estoy viva. Pero no me interesa otra familia. Solo me importa la que pueda formar con Cristian- Dijo Ana volteándose para mirar al resto de los presentes.

-Lo entiendo Ana. Pero se que cambiarás de opinión. Ahora me voy mi carrera empezará dentro de unos minutos- Así lo hizo, Robert, pero con la promesa implícita de no dejarlo pasar, había encontrado a su única hermana, lo que haría devolver la felicidad a su familia.

-Carlo, Gino. Les presento a Cristian. Cristian te presento a mis primos. Ellos me han cuidado desde que llegue a Italia y han alejado a cuanto idiota se a acercado a mi- Ana dijo esas palabras para tranquilizar a Cristian, si lo recordaba bien, Cristian no es bueno manejando los celos.

-Gracias, chicos. Estaré eternamente agradecido con ustedes por ello- Y les estrecho la mano a ambos.

....

Por la noche estaban en una cena de la escudería, Ana le había contado a Stephano lo sucedido durante la carrera, Cristian sólo escuchaba la conversación, estaba celoso de la mirada del hombre con quien Ana interactuaba, a pesar de que Ana le había dejado claro que era el hombre que le había ayudado a alcázar su sueño, él tenía claro que el hombre quería algo más de ella.

-Ana, cariño. Creo que debes de descansar- Le dijo Cristian a Ana, todos lo miraron. Solo quería que Ana dejará de hablar con Stephano.

-Si, creo que tienes razón. Si me disculpan. Me retiro- Dijo Ana, mirando a Stephano y luego a los demás. Ana tomo la mano de Cristian, quien se la había extendido. empezaron a caminar cuando Romano se puso de pie junto a su esposa y sobrinos.

-Ana no puedes seguir evitándome- Dijo Romano quien había tratado de hablar con su hija, pero ella se negaba. Aun no lo perdonaba.

-Romano, estaremos aquí unos días. Ana tiene que descansar esta noche. Ya hablaremos mañana- Dijo un Cristian muy decidido.

-Eso solo tu te lo crees- Dijo Carlo. Cristian y Ana se dirigieron a la habitación que compartirían mientras estuviesen en Indianápolis.

Al llegar a la habitación era tanta la tención sexual, que no mas cerrando la puerta Cristian no soporto mas y despojo a Ana del vestido que tenía puesto para su sorpresa Ana no portaba nada debajo de ese vestido. El solo la miro atónito.

-Tienes mucha ropa- Dijo Ana muy sonrojada.

-A si- Dijo un muy sonriente Cristian. Más rápido que ligero Cristian se desvistió, tomo a Ana sobre su hombro y le dio una nalgada.

-¡Ay! ¿Por qué me pegas?- Dijo Ana entre risas.

-Por hacerme espera por ti. Por torturarme con tu ausencia más de lo debido-

-Cristian, sabes que no fue mi culpa, me obligaron a irme. Y con respecto al año de más, tu tienes la culpa, yo esperaba que vinieras a explicarme lo de Susanna en persona y no lo hiciste- Esas últimas palabras las dijo con lágrimas en los ojos.

-No, no llores. Nena las odio por lo que hicieron, jamás tendría nada con esas dos. Nuca voy a olvidar que fue por ellas que nos separaron. Yo solo te he amado a ti-

Cristian abrazo a Ana y la puso de espaldas a la gran cama, besando cada parte de su cuerpo desde la cabeza a los pies.

-Te amo, no sabes cuanto te extraño, no te alejes más de mi nena-

-Yo también te amo Cristian no sabes cuanto te he extrañado también-

-Te hare el amor como nunca- Ana no dijo nada más, solamente quería olvidar los cinco años que había pasado alejada de Cristian

-Eres mía-

-Siempre lo he sido-

Cristian de una sola estocada penetró a Anastasia, entraba en ella una y otra y otra vez hasta que se vino dentro de ella, olvido a propósito el condón, oró internamente a que Ana se embarazara nuevamente y dejara de correr, sabía lo obstinada que era ella, sabía que ella no dejaría de correr.

-¡Cristian! No, no, dime que tienes una píldora del día después-

-No, no la tengo-

-No puedo quedar embarazada. Mi contrato no termina aún. Si me embarazó no podré hacerlo-

-Tendrán que ampliarlo- Dijo Cristian

-No se puede. Una de las clausulas dice que no puedo embarazarme en este periodo. Es como un seguro para ellos. Solo me queda la carrera conmemorativa a Ayrton Senna en Italia y mi contrato terminará-

-Bueno esperemos que no lo estés. Ana quiero que regreses, quiero una vida contigo-

-Yo también, pero no he terminado la universidad y tengo un contrato que honrar. Al menos déjame terminar la próxima carrera. No renovare contrato con Lamborghini. Pero eso no quiere decir que no siga corriendo, esto es mi vida-

-Eso ya lo veremos, Ana-

Ana le conto a Cristian que Leila corría para McLaren y como había tratado en dos ocasiones sacarla de la pista, obviamente a Cristian no le gusto para nada lo que Ana le contaba, por ese motivo mantendría a Leila vigilada. Ana y Cristian pasaron haciendo el amor toda la noche hasta que los primeros rayos del sol iluminaron la habitación, durmieron pasado medio día. El teléfono de la habitación sonaba insistentemente hasta que Cristian contestó

-Espero que sea de vida o muerte para que estén llamando- Dijo un Cristian muy molesto.

-Señor Grey podría comunicarme a Anastasia- Cristian supo de quien se trataba lo que no le gusto, sin embargo, tenía que soportarlo ya que Ana tenía un contrato.

-Ana aun duerme esta muy cansada cuando despierte le diré que le devuelva la llamada-

-Bien, recuérdele que ha firmado un contrato y que todavía le falta una carrera- Le dijo un muy molesto Stephano.

-Señor, eso es algo que Ana tiene muy claro- Y colgó.

Un mes después

Cristian había logrado que Ana hablara con los Rossi. Le hizo saber que había perdonado a los Rossi por separarlos, que igualmente ella tenía que hacer lo mismo. Si bien Romano quería proteger a Ana, lo hizo de la manera equivocada. Pero es de humanos equivocarse, así le hizo ver Cristian a Ana, estaban en Italia, mientras Ana hacía sus practicas y las rutinas de ejercicios para mantenerse en forma diariamente, esa mañana mientras hacía su rutina, fue interrumpida por el encargado del gimnasio de la compañía.

-Señorita Rossi, unas personas la buscan en la administración- Dijo el hombre.

-Digitales que casi termino- El hombre asintió y se retiró dejando a Anastasia terminar sus rutinas.

Cuando Anastasia llegó a la oficina de la administración se sorprendió cuando vio a tres figuras que creyó jamás volvería a ver.

-¡Annie! Exclamaron sus padres biológicos. Como era de esperar Anastasia se desmayo, su cerebro se apagaba cuando sufría un shock por emociones fuertes, así era desde que la raptaron.

Robert su hermano corrió asustado, en la administración le hicieron entrega de las pertenencias de Anastasia y la llevo al hospital más cercano. Mientras iban en le auto el teléfono de Anastasia sonaba insistentemente.

-Robert el teléfono de Annie no deja de sonar- Dijo Karla.

-Karla Steel- Contesto la madre de Ana.

-¿Qué hace usted con el móvil de Anastasia? Preguntó un muy enojado Cristian.

-¿Usted quien es?- Respondió Karla con una pregunta.

-Que mierdas. ¿Dónde tienen a Ana?- Pregunto Cristian nuevamente.

-Robert, hay un hombre preguntando por Annie-

-Si es Cristian Grey, dile para donde vamos, es mejor que este ahí cuando Ana despierte- Dijo Robert, mientras conducía hacia el hospital.

-¿Qué le hicieron a Ana?- Grito Cristian.

Ya en el hospital Ana era atendida por los médicos, no sabían que le sucedía todo estaba bien según los exámenes que le habían realizado.

Cristian apareció como tromba marina en el hospital, había decidido no dejar a Anastasia, solo faltaba que ella terminara su contrato para regresar a New York juntos. Al mirar a Robert Cristian entendió lo que sucedía, Anastasia desde pequeña, no socializaba con nadie y cuando se llevaba sobresaltos su cerebro simplemente se apagaba y reiniciaba de nuevo, solo sus allegados conocían ese detalle de la salud de Ana.

-¿Qué mierdas haces aquí Steel? Fuimos muy directos contigo. Ana sólo tiene una familia. Olvidaste lo que le sucedió la primera vez que te vio-

-Lo siento Grey, pero tenemos que recuperar Annie. Ellos son nuestros padres y tenemos derecho de estar con ella-

-Ana, es una mujer adulta que puede tomar sus decisiones. Esto es nuevo para ella, cada vez que se lleva una fuerte impresión sucede esto- Dijo Cristian mirando a las tres personas causantes del desmayo de Ana.

-¿Usted quien es?-Preguntó Raymond.

-He de suponer que es el padre biológico de Ana. Cuando la encontraron no hablaba lo hizo hasta los diez años y solo interactuaba con cuatro personas, hasta que mi hermano y yo aparecimos-

-Familiares de Anastasia Rossi- Dijo una doctora.

-Yo soy el novio de ella- Dijo Cristian.

-Ella ya despertó, pero no quiere hablar con las personas que la trajeron, por lo tanto, pase usted- dijo la doctora.

-¿Y nosotros?- Pregunto Karla.

-Tendrán que darle tiempo- dijo Cristian.

Las semanas pasaron ya sólo faltaban unos días para la última carrera de Anastasia, Cristian no había tocado el tema de la familia biológica de ella, dándole tiempo de hacerse a la idea que tenía una y debía tomar una decisión al respecto.

-Ana, nena, tenemos que hablar de tu familia- Dijo un muy jadeante Cristian, Ana cada vez que este le tocaba el tema de su familia lo distraía con sexo, pero esta vez Cristian estaba decidido a tomar el toro por los cuernos.

-No, no, no quiero verlos, Cristian-

-Lo sé, pero toma en cuenta que ellos te han buscado desde que desapareciste y no son culpables de lo sucedido. Dales una oportunidad-

-Esta bien lo haré. Pero no ahora, cuando regresemos a New York. De acuerdo-

-De acuerdo, hablare con Robert- Dijo Cristian.

El día de la carrera en homenaje a Ayrton Senna había llegado, se haría en el mismo circuito de que se realizó aquel fatídico día sería una carrera corta de diez vueltas. Ese día empezó muy extraño los autos que usarían Carlo, Gino y el asistente de ellos habían amanecido ponchados, retrasando su llegada a la pista por lo que dejaba el nuevo auto que utilizaría Anastasia en su carrera, un Lamborghini Aventador SVJ 63 Roaster y las personas de confianza cerca.

Todo había salido como quería para el enemigo número uno de Anastasia, el auto sin personal de confianza alrededor, por lo que le dio tiempo de alterar algunas cosas en los frenos y la suspensión del auto, pero tenía las cámaras de vigilancia en contra...

Todos llegaron con el tiempo justo para cambiarse, pero no para hacer un chequeo a fondo de último momento, confiaron en que Ana ya había probado el auto el día anterior. Ya en su puesto Ana esperaba el banderazo de salida, cuando noto que Leila estaba en la carrera. Para Ana eso sería una carrera mas tensa de lo normal ya que tendría que cuidarse el doble sabía que Leila le ocasionaría problemas.

El banderazo de salida se dio, Anastasia se comunicó con Gino.

-Gino, Leila esta en la carrera, no le quites los ojos de encima, algo me dice que tratará de sacarme de la carrera en algún momento-

-De acuerdo Ana, estaré pendiente de ella- Dijo Gino, pero en eso recordó no haber revisado el auto como siempre lo hacían antes de una carrera. Por eso le pidió a Carlo que revisara las cámaras de seguridad de su boxes.

Mientras Anastasia corría cada vez que y utilizaba la combinación acelerador freno sentía una vibración que no había sentido el día de la prueba del auto, por lo que se preocupo, hasta ese momento Leila no había intentado nada, en la quinta vuelta Anastasia sintió que las vibraciones eran más fuertes, pero no podía detenerse, le llevaba casi una vuelta a la mayoría de los corredores, ya en la octava vuelta Leila estaba a unos metros detrás de ella, en una curva la alcanzo golpeándola en el alerón trasero lo que le provoco un poco de inestabilidad.

-Ana, ten cuidado con Leila, no dejes que se acerque- Dijo Gino.

-No puedo Gino, algo sucede en el sistema de frenado- Le dijo Ana.

-¿Qué sucede?- Preguntó Gino-

-Después de la quinta vuelta el auto tiene una vibración que ha venido aumentando en cada vuelta y con este último golpe se ha intensificado más-

Las palabras de Ana preocuparon al equipo de la escudería. Eso no debía pasar. Ya en la última vuelta Ana seguía de primera, pero con Leila pisándole los alerones, pasando por le lugar donde murió Ayrton Senna, Leila golpeo a Anastasia tan fuerte que le hizo dar vueltas como un trompo

Los espectadores se sorprendieron, pero los que si tenían temor eran los familiares de Anastasia y sobre todo Cristian. Ana perdió totalmente el control del auto lo que ocasiono que el auto se volcara y diera vueltas en el aire hasta caer en el pavimento y para convencerse de que Anastasia no pudiera salir del auto la golpeo una última vez para ver el auto prenderse en llamas. La muy desgraciada continúo con la carrera hasta llegar a la meta, vio como dieron el banderazo final. Mientras los carros de los bomberos trabajan en apagar el fuego.

Anastasia dentro del auto luchaba para no desmayarse, su casco se le había soltado entre tanta vuelta, por lo que un trozo de metal le había golpeado la cabeza haciéndola sangrar profusamente, Ana estaba entre la conciencia y la inconciencia cuando escuchó las voces de sus primos diciéndole que habían logrado apagar el fuego, por lo que dejo de luchar.

Días después Anastasia despertó en el hospital rodeada de flores, se sorprendió al ver a un muy dormido Cristian en el sillón de la habitación.

-Cristian- Lo llamó Ana. Este se levanto inmediatamente.

-Nena, despertaste-

-¿Qué paso con Leila?- Preguntó Ana.

-La muy idiota creyó que la policía se tragaría el cuento que te golpeo por accidente, las cámara de seguridad registraron el momento en que altero los frenos de tu auto cuando misteriosamente nuestros autos amanecieron ponchados. Su padre a intentado ejercer su influencias para que Leila sea juzgada en nuestro país, pero las autoridades italianas se han negado, además de que tu padre biológico tiene conocidos aquí que le han ayudado a que Leila no salga libre de esto y los Rossi también han hecho lo suyo-

-¿Qué hay de mi contrato?-

-Bueno ya que esta era tu última carrera, creo que estas libre, sin embargo, Romano y mis abogados están en conversaciones con Stephano, creo que el piensa que renovaras otra temporada con ellos. Ana considero que termines tu carrera de administración y luego consideres si seguir corriendo o no. También es necesario que formalicemos nuestra relación, los Rossi como mis padres todos lo días preguntan cuando daremos ese paso-

Cristian tomo las manos de Ana e hizo la pregunta que quería hacerle unos meses atrás. Ana vio a los ojos a Cristian, había sentido esa corriente eléctrica nuevamente como la primera vez que estrecharon sus manos.

-¿Ana quieres ser mi esposa?- Ana al escuchar esa sencilla, pero muy importante pregunta respondió.

-Si claro que quiero serlo, desde que te conocí- Sacando de su bolsillo una cajita de terciopelo Cristian saco un anillo y se lo puso en el dedo de Anastasia.

-Gracias, nena. ¿Ahora solo me queda una decisión a cuál de tus padres le debo pedir tu mano?- Dijo Cristian pasándose la mano por el cabello.

-Cristian, por mas que suene extraño y aunque no se lo merezca creo que debe ser a Romano, los Rossi me criaron y aunque no sea culpa de los Steel mi desaparición ellos no han estado conmigo y los recuerdos que tengo de ellos son muy vagos-

-Bien tomaré eso en consideración-

Tres años después

-¿Gail, sabes donde esta mi esposa y mi hija?- Pregunto Cristian a su ama de llaves.

-Creo que están en el garaje- Contesto ella.

Cristian se imaginaba que hacía su amante esposa con su hija en el garaje, por lo que decidió ir a buscarlas.

-Mira, Rose. Esto se llama volante y con el y estos pedales controlas el auto...-

-¿Qué hacen las mujeres mas hermosas del mundo aquí?- Preguntó Cristian ya sabiendo la respuesta e interrumpiendo a Ana. No le agradaba para nada que su querida esposa considerara que su hija fuese corredora de autos.

-Ya sabes la respuesta, cariño- Dijo una muy sonriente Ana; ella sabía lo incomodo que se ponía Cristian cuando le habla de autos a su hija.

-Ven dame a Rose. No deberías levantarla podrías provocarte el parto- Inquirió Cristian, ya que Ana tenía ocho meses de embarazo, esperaban un barón al que llamarían igual a su padre.

Ana al levantar a Rose para entregársela a su padre, sintió como un liquido bajaba de por sus piernas, miro a su entre pierna y luego a Cristian.

-Amor, nuestro pequeño decidió nacer hoy-

-Quédate aquí, iré por el bolso de nuestro hijo. Rose pórtate bien, papá y mamá traerán a tu hermano-

-¡SIIIIII! Dijo Rose.

-Gail, Ana entró en labor de parto. Iremos al hospital, ¿Podrías avisar a nuestras familias por favor?

-Claro señor Grey-Dijo Gail tomando de las manos de Cristian a una muy feliz Rose.

Horas después Ana y Cristian tenían entre sus brazos al pequeño junior, lo miraban con adoración, de apoco los familiares de ambos entraban a conocer al nuevo miembro de la familia, hasta que fue la hora de marcharse, se habían pasado el niño de brazo en brazo. Quedaron en hacer una reunión familiar en la gran mansión de Cristian y Ana el fin de semana.

Era el sábado por la mañana cuando la mansión Grey Rossi parecía un hormiguero, personas entraban y salían de la cocina al patio interior de la mansión, llevando cosas para la reunión familiar. No habrían invitados fuera de la familia, pero Anastasia al contar con dos familias y una al ser italiana era muy grande; aunque no lo parezca Anastasia por fin acepto a su familia biológica, pero no podía hacer a un lado el apellido Rossi los padres adoptivos que la aceptaron con amor pese a los problemas que habían tenido años atrás. Raymond, Karla y Robert tuvieron que aceptar la decisión de Anastasia de no llevar el apellido Steel, prefirieron eso a permanecer alejados de Anastasia y de sus hijos.

La loca de la tía Elena había logrado conseguir una cuerda y se suicido en su celda nadie supo como la obtuvo y Leila fue encerrada en una cárcel alejada del centro de Roma, los Rossi de Italia estaban pendientes de Leila, cada vez que su padre intenta sacarla un Rossi se hacía presente logrando convencer a un juez para que no la dejaran salir.

Jack el amigo incondicional de Anastasia había logrado salir del closet y decirle a sus padres y hermanas que era Gay a un alto costo, su padre lo desconoció como hijo, a pesar de eso el se sintió satisfecho ya que ya no tendría que ocultar su relación con Ángel, con quien se caso un año después de contarle a su familia sus preferencias sexuales, habían adoptado a unos mellizos muy bellos. Por los niños ambos dejaron de correr y tenían trabajos estables que les permitía vivir muy bien, la relación de ellos con Anastasia y Cristian se estrecho más con el tiempo.

Todos disfrutaban de la gran reunión familiar cuando Ana se retiró a la parte más alejada del jardín para tener unos minutos para si misma, sabía que los niños estarían entre familiares por lo que no debía preocuparse, tomo asiento y miro al cielo, suspiro hondo y pensó en lo afortunada que era.

-¿En que piensas amor?- La voz varonil de Cristian sonó a su saldo.

-En como mi pasión por correr autos me llevo a conocerte y a pesar de mis problemas llegue a marte como lo hago. Gracias por no darte por vencido, Cristian-

-Nunca, nena. Ustedes son todo para mi-

-Y ustedes para mi-

Fin

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