Cap 5 🌛
Luego de ordenar las maletas me quedé profundamente dormida, me desperté pensando que ya era el día siguiente, pero no, seguía siendo el mismo día. Me desperté a las 19:00 y todavía no había nadie en la casa, así que me puse a hacer la cena mientras escuchaba "métele al perreo" de Daddy Yankee. Siempre que escucho música me vuelvo completamente loca, más si es reggaetón, estaba bailando como nunca, moviendo mis caderas y brazos de un lado al otro hasta que sentí un ruido muy fuerte. Cuando me di la vuelta no podía creer lo que estaba viendo, apoyado en la puerta de la cocina estaba Jayden, si, como leyeron, estaba el maldito Jayden Cooper en la cocina mirándome de arriba a abajo confundido y con una sonrisa triunfante que me daban ganas de quitársela de un puñetazo.
-Que haces aquí? -dijimos al unísono.
-Tu primero- le dije de brazos cruzados mientras lo fulminaba con la mirada.
-Disculpa? Quien te crees para darme órdenes? -me dice fríamente mientras se acerca cada vez más a mi.
A decir verdad me siento mal cuando me habla de ese modo pero luego me doy cuenta de que yo también soy así con las personas que me rodean, supongo que es algo de uno mismo.
-Pues... Estás en mi casa y no se por qué, creo que merezco una explicación -le digo amablemente mientras me alejo de él.
-Que tal si te digo que eres tu la intrusa? Ésta es mi casa- afirma sonriente.
Me quedo perpleja ante la estupidez tan grande que ha dicho y espero a que me explique que mierda está sucediendo, pero no lo hace porque justo en ese momento entra mi madre y mi hermano junto a Robert. Este último se queda mirando sorprendido a Jayden y no entiendo por qué.
-Hija... Veo que ya se conocieron -dice mi madre un tanto nerviosa.
-Hija? -repite Jayden confuso.
-Si, Jayden, ella es la mujer con la que me voy a casar y ellos dos son sus hijos, Caleb y Jennifer -dice Robert señalándonos.
- Q-que? -dice entrecortadamente.
-Si hijo, si hubieses visto mis mensajes sabrías que iban a estar aquí. -Responde su padre negando con la cabeza.
-Necesito descansar -dice Jayden secamente para luego irse por las escaleras furioso.
Mamá se queda mirándolo sin entender que le pasa y a decir verdad todos estamos tan confundidos como ella.
Robert la tranquiliza diciéndole que ya se le va a pasar que solo necesita pensar.
Un rato después les dije que la cena estaba lista pero al parecer Robert y mi madre ya habían cenado y mi hermano iba a cenar con un amigo así que tan solo quedábamos Jayden y yo, la verdad no tenía hambre pero comería más tarde.
Decidí ir hacia mi cuarto y escribirle a mi mejor amiga para que hablemos por Skype, al rato me manda un mensaje diciendo que ya está disponible, la llamo y a los segundos responde.
-Ositaaa!! -dice felizmente.
-Ey!! -le contesto de igual forma.
-Que cuentas?? -pregunta curiosa.
Le narro todo lo sucedido hasta ahora y hablamos un par de horas hasta que me animo a preguntarle si sabe algo de mi novio.
-Emm... Siendo sincera no lo he visto mucho, he estado muy ocupada y las veces que me lo he cruzado estaba con sus amigos del insti -dice pensativa.
-Que pasa? -le pregunto curiosa.
-No quiero que te vuelvas loca pero hace unos días lo vi irse con Amanda- contesta mordiéndose el labio nerviosa.
Como explicarlo... Amada es como una Luzmila pero de España, aunque a Luzmila no la conozco tanto pero se que tienen muchas cosas en común, como que las dos se acuestan con cualquier chico sin importar nada, se visten con ropa que deja poco a la imaginación, molestan a las personas por creerse superiores, y son populares. Definitivamente son muy parecidas.
Frunzo el ceño al darme cuenta de algo que no lo había visto hasta ahora, Amanda siempre quiso ocupar mi lugar y me lo hacía saber, era una chica muy envidiosa, pero lo que más quería era a mi novio y ahora se que si quiere lo puede tener, yo no estoy más junto a él y lo sabe.
Muerdo mi labio inferior a punto de echarme a llorar y le digo rápidamente a mi mejor amiga que tengo que irme. Siendo sincera nunca le he mentido pero se que si me ve mal por él iría a su jodida casa y lo mataría con sus propias manos.
Le mando un último mensaje a mi novio diciéndole que teníamos que hablar y bloqueo mi teléfono.
Las lágrimas empezaron a caer y no hay forma de pararlas, abro la puerta de mi habitación para salir a caminar y me encuentro de frente con Jayden, enseguida lo esquivo y bajo la mirada para que no me vea llorar pero él actúa más rápido y me agarra suavemente del brazo, me sujeta del mentón y me hace mirarlo a los ojos... A esos ojos tan lindos que tiene.
-Por qué lloras? -me pregunta ¿preocupado?, si, definitivamente está preocupado.
-No es nada -le digo para intentar esquivarlo otra vez pero nuevamente es más rápido que yo, solamente que ahora me agarra de los hombros y me acorrala contra la pared.
Estamos tan cerca que puedo sentir su respiración chocando con la mía, podría acercarme más y...
-Vas a contestarme? -dice impaciente.
-No tengo por qué decirte lo que me pasa, que seas mi hermano no significa que te tenga que contar las cosas que me suceden -le digo secamente.
-No soy tu hermano -gruñe.
-Ahora eres un perro que me estás gruñendo? -le digo burlándome.
-Ya cállate -me dice acercándose cada vez más.
-Y si no quiero? -respondo desafiante.
-Pues tendré que...
-Que hacen? -interrumpe mi hermano.
Y yo pensando que ya se había ido...
Nunca en mi vida fui tan rápida como en ese momento. Apenas escuché la voz de mi hermano empujé fuerte a Jayden y me alejé de él.
-Solo le estaba quitando algo que tenía en el ojo -contesta Jayden cómo si nada hubiera pasado.
Lo miro con una ceja alzada, acaso no se le ocurrió algo mejor que decir?
-Mmm... De acuerdo -dice mi hermano mientras se despide de nosotros para irse.
Miro furiosa a Jayden y me voy a servir la cena. Siento sus pasos detrás mío pero lo ignoro.
-Por qué te enojaste? -me pregunta.
-No estoy enojada -gruño.
-Mira quién es la perrita ahora -contesta con una sonrisa burlona mientras que yo lo fulmino con la mirada.
Unos segundos después ve que no le contesto y vuelve a hablar.
-Oye... Mira que no quise decirte perrita, sabes que solo estaba jugando cierto? -me dice arrepentido.
Quién diría que el chico frío y mujeriego del insti estaría arrepentido por decirme perrita. Río a lo bajo por eso y el cruza sus brazos por encima de su pecho.
-Que es tan gracioso? -pregunta no tan divertido.
-Nada... -le respondo a punto de reírme a carcajadas.
-Bien -contesta seco.
Joder... Que hombre más bipolar.
-Ey! -le digo antes de que se vaya.
-Si? -contesta curioso.
-Quieres... Cenar conmigo?... Hice la cena hace un rato -le digo tímida.
-De acuerdo -responde con una sonrisa de medio lado.
~°~°~°~
La cena transcurrió en silencio, pero no fue incómodo, tan sólo nos mirábamos de vez en cuando y comíamos tranquilos.
Luego de cenar limpiamos juntos y cuando íbamos a subir las escaleras me tropecé con un escalón pero por suerte el pudo sujetarme... Aunque no fue lo mejor porque caí encima de él. Creí que iba a enojarse pero al contrario, empezó a reírse como si nada y yo lo acompañé con el mismo entusiasmo.
La diversión no duró mucho ya que nos vimos interrumpidos por la puerta de entrada siendo abierta.
-Jennifer? -pregunta una voz que conocía perfectamente.
Giro la cabeza y miro con los ojos bien abiertos a la persona que tengo en frente para después salir de arriba de Jayden como un jodido rayo.
-Q-que haces aquí? -le pregunto de manera entrecortada.
-No crees que esa pregunta tendría que hacértela yo?, Que rayos es esto? -me responde mientras mira una y otra vez a Jayden que se encuentra al lado mío.
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