capitulo 43 (corregido )
**Gaby**
No sé cómo llegó a este punto, pero creo que me estoy enamorando de quien no debo. Esa sensación de odio que solía tener hacia ti se ha vuelto confusa. Cada día se hace más difícil ignorar lo que siento.
Amy resultó no ser tan mala después de todo. Admito que, por celos, llegamos a pensar lo peor de las personas. Cuando Amanda me confesó que sentía algo por Angie, pude respirar aliviada. No me gustaba la idea de que le gustaran los chicos; eso me ponía de los nervios. Terminamos de arreglarnos y bajamos; era hora del espectáculo.
-Estás hermosa, cariño -dijo mi madre, con una sonrisa cálida.
-Gracias, mamá -respondí, sintiendo una mezcla de orgullo y nerviosismo.
Un detalle que olvidé mencionar: mi madre había vuelto para la fiesta, pero pronto se volvería a ir. La verdad, no estaba segura de que todo esto iba a salir bien.
-¡Pero qué hermosa, mi amiga! -exclamó Angie con entusiasmo. Un rato antes, nos había visto a los chicos y a mí en una situación comprometida, y no se lo tomó muy bien.
-Gra... Gracias -balbuceé, sintiendo cómo el rubor subía por mis mejillas.
-No hay de qué. Esta fiesta estará llena de sorpresas -dijo ella, guiñándome un ojo.
-Seguro. Si me disculpan, debo saludar a unos amigos -respondí, intentando escapar de la conversación.
Mi madre nos dejó solas, y la tensión en el aire se volvió palpable.
-¿Qué haces, Angie? -pregunté, nerviosa.
-Nada. ¿Qué pasa? ¿Tienes miedo de que te descubran? -su tono era provocador.
-¿Qué puedo hacer para que cierres la boca? -le susurré, tratando de mantener la calma.
-Nada. Ya no tiene arreglo. A mí me gusta Dayron, pero tú vas de mosca muerta. Mira, te los estás follando -respondió, sonriendo con malicia.
-¡Baja la voz! -interrumpió Dayron, apareciendo de la nada.
-Pero miren, el caballero de brillante armadura ha salido a la luz -burló Angie, sin detenerse.
-Angie, no hagas un escándalo -le advertí, intentando controlar la situación.
-¿O qué? ¿Ustedes me detendrán? No lo creo. -Su risa era desafiante, y eso me enfureció.
-Que se enteren aquí que la mosquita muerta de Gabriela se folla a sus hermanastros. Pero aún mejor, que Gabriela se entere de que todo esto no es más que un juego -sus palabras resonaron en la habitación, y el silencio se volvió ensordecedor.
-No es cierto, y lo sabes -respondí, sintiendo cómo el pánico se apoderaba de mí.
-¿Vas a negarlo, Izar? ¿Que todo esto era un juego? Vamos, no seas cobarde, díselo -Angie se regodeaba en mi dolor.
Era demasiado. Necesitaba salir de allí; no aguantaba las ganas de vomitar. Todo era una farsa, y yo, la estúpida enamorada, había caído en la trampa.
-Gabriela, espera -gritó Izar, intentando detenerme.
-No te me acerques, Noah. Me largo, me dan asco -respondí, con lágrimas en los ojos.
-Dulzura, por favor -su tono era suplicante, pero yo no podía escuchar.
-No. Me voy, y todos ustedes váyanse a la mierda -grité, sintiendo cómo la rabia y la tristeza se entrelazaban en mi pecho.
-Gabriela, escúchame -intentó de nuevo, pero yo ya había decidido.
-¡Cállate, Izar! ¡No quiero escucharte! -salí de la habitación, con el corazón desgarrado.
**Izar**
Mierda. Verla irse con el corazón roto me dolió más de lo que pensé. No podía quedarme ahí; me volví hacia Angie, furioso.
-Eres un monstruo. ¿Cómo pudiste? -le grité, la ira desbordándose en mi voz.
-Ay, por favor, no vengas con el cuento de que te enamoraste, cariño. No me lo trago -respondió con desdén.
-¡Lárgate de mi casa y no vuelvas! -le gritó Dayron, incapaz de contener su rabia.
-Dayron, yo...
-¡Cállate! Y que te quede claro una cosa de una puta vez: no me gustas. Lo que pasó aquella noche, ese beso, no fue más que pura borrachera. Pensaba que podíamos ser amigos, pero algo no cuadraba en ti y ahora lo veo. No eres más que una puta envidiosa -las palabras de Dayron fueron como un golpe.
-Será mejor que te vayas, Angie. Todos ustedes, fuera -gritó Noah, y uno a uno, los demás comenzaron a salir, dejando solo un eco de tensión en el aire.
Amanda había ido detrás de Gaby. Solo esperaba que la encontrara y que nos permitiera contarle toda la maldita verdad.
La fiesta, que debía ser una celebración, se había convertido en un campo de batalla emocional. Y yo, atrapado entre la culpa y el deseo, sabía que esto apenas comenzaba.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro