capitulo 37 (corregido)
Gabriela
Mi prima se había calmado después de que Izar le pusiera un alto. Ahora se encontraba en casa de unas amigas. Terminé de arreglarme para ir al colegio, ya que hoy se acababa mi suspensión.
Bajé las escaleras para encontrarme con Angie, que había venido a buscarme.
—Vaya, ¡estás divina! —me dijo ella, sonriendo.
—Gracias.
—Vas a volver loco a todo el que te vea. Me encanta ese conjunto.
Sabía que volvería loco a todo el mundo, pero solo quería llamar la atención de tres personas en particular, y estaba segura de que lo lograría. Cogí mi celular y subí la foto que me había tomado antes de bajar a mis redes sociales.
Gabriela Montes
"De vuelta a la escuela y, ¿qué mejor manera de regresar que divina y resplandeciente?" Publiqué la foto y guardé mi móvil para luego mirar a Angie.
—¿Nos vamos?
—Claro —se rió ella.
Salimos de la casa y nos subimos al auto. En ese momento, mi prima llegaba con unas amigas.
—¿Quién es esa? —preguntó una de ellas.
—Mi prima, pero no le hagas caso. Puede ser un grano en el culo.
—Veo que no te cae bien.
—Es complicado.
Llegamos a la escuela y todas las miradas se centraron en mí. Admito que me sentí incómoda; no soporto que me miren.
—Eres tú, la chica del internet —dijo una chica, deteniéndome.
—¿Perdona? —respondí, confundida.
—Eres tú, la chica del video que está circulando en internet. —Me mostró el video.
Y sí, señoras y señores, era yo a los 16 años, borracha, haciendo el ridículo y diciendo que moriría virgen porque le tenía miedo a los penes.
—Mierda —susurré.
—Entonces sí eres tú, la chica del video.
—¡Ya basta! ¡Lárgate, Camille!
—Vamos, Angie, ¿negarás que es divertido?
—¿Dónde conseguiste eso? —pregunté, intentando mantener la calma.
—Lo subieron esta mañana desde un perfil llamado coral604.
—Gracias por avisarme —respondí, tratando de sonar desinteresada.
—¿Estás bien, niñata? —intervino Izar, llegando en ese momento.
—Sí —mentí.
—Aprende a mentir —me susurró, acariciando mi espalda—. Bonita ropa, es una pena que no la volverás a usar.
—Discutiría contigo, pero veo que tienes algo que resolver.
—¿Qué pasa? —preguntó.
Angie le mostró el celular a Izar. Este lo miró y se tensó.
—¿Miedo a los penes? Yo diría que no.
—Izar, ahora no.
—Vale, ¿quién lo subió?
—Coral, pero tranqui, me las paga.
Angie
Todo salía según el plan. Erica había convencido a la prima de Gaby para ponerla en ridículo. No fue tan difícil; resulta que la prima de Gaby le tiene tanto odio y envidia acumulada que un poco de dinero y la seguridad de que no habría consecuencias ayudaron. Ahora solo quedaba que todo explotara por su propio peso. El tiempo corre y nuestra venganza estaba a punto de llegar.
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