capitulo 29 (corregido)
**Angie**
El aire en el baño estaba tenso. Érica no paraba de dar vueltas, mientras yo intentaba calmarla. Había una línea muy delgada entre la venganza y la locura, y ella estaba a punto de cruzarla.
— ¿No te das cuenta de que esto puede salir mal? —le dije, tratando de hacerla entrar en razón.
— No me importa. Solo quiero ver a Gabriela sufrir. Ella se burló de mí, y ahora va a pagar —respondió, furiosa.
— No tienes que hacer esto. Hay otras formas de lidiar con el dolor. No te conviertas en lo que odias.
— ¿Y qué hay de ti? ¿Te quedas ahí, viendo cómo me destruyen?
Me dolía verla así, tan desquiciada. Sabía que sus celos la estaban consumiendo, y eso podría llevarla a cometer un error irreparable.
**Dayron**
La situación se había vuelto insostenible. Érica no solo estaba al borde, sino que estaba decidida a hacerle daño a Gabriela, y eso no podía permitírselo. Su rabia era palpable, y aunque había momentos en los que podía comprender su dolor, no podía dejar que eso la guiara.
— Dayron, ¿qué piensas hacer? —preguntó Noah mientras nos alejábamos del enfrentamiento.
— No lo sé. Pero no puedo quedarme de brazos cruzados. Érica está fuera de control, y Gabriela no merece esto.
— Sabes que si nos metemos, solo empeoraremos las cosas, ¿verdad? —me advirtió Noah.
— Lo sé. Pero no puedo permitir que Érica se salga con la suya. No puedo dejar que su odio consuma todo lo que hemos construido.
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**Angie**
Salimos del baño, y el bullicio del pasillo nos recibió de golpe. Las miradas se posaron en nosotras, y sentí que el peso de la sala se cernía sobre mí. Necesitaba encontrar a Gabriela, asegurarme de que estaba bien.
— ¡Angie! —me llamó una voz familiar.
Era Dylan, su mirada preocupada.
— ¿Dónde está Gaby? —pregunté, sintiendo un nudo en el estómago.
— Izar la llevó a casa. Está muy alterada —respondió, su tono grave.
La preocupación me invadió. No podía dejar que Érica llegara a ella. Tenía que actuar rápido.
— Necesito encontrarla. No podemos permitir que esto salga de control —dije, mirando a Dylan a los ojos.
— Voy contigo. No te dejaré sola en esto —me respondió, decidido.
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**Dayron**
Mientras caminábamos, mis pensamientos estaban en Gabriela. La imagen de Érica la amenazando era demasiado inquietante. No podía dejar que alguien así le hiciera daño. Debía actuar, y rápido.
— ¿Tienes el número de Gaby? —le pregunté a Noah.
— Sí, pero no sé si sería buena idea llamarla ahora.
— Debemos asegurarnos de que esté a salvo. Si Érica decide ir tras ella, no quiero que le pase nada.
Nos detuvimos en el pasillo, y saqué mi teléfono para marcar el número. El tono sonó una vez, dos, y luego escuché su voz.
— Hola, ¿quién es? —preguntó, su tono era inconfundible, pero con un matiz de preocupación.
— Gaby, soy Dayron. ¿Estás bien?
Escuché una respiración entrecortada al otro lado de la línea.
— Sí, estoy bien, solo… asustada.
— No te preocupes, iré hacia allá. No dejaré que Érica te haga daño, te lo prometo.
La conexión se cortó y miré a Noah.
— Vamos, tenemos que apresurarnos.
**Angie**
Mientras corría por el pasillo, sentí que el destino de las cosas se estaba poniendo en juego. La venganza de Érica podría destruir todo. No solo su amistad con Gabriela, sino también la nuestra. Tenía que encontrar una forma de detener todo antes de que fuera demasiado tarde.
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