Hace tres años

Noah

A veces la vida te pone en situaciones complicadas. ¿Quién diría que mis hermanos y yo estaríamos enamorados de la misma chica? O peor aún, que ella jugaría con nosotros de la forma más vil y cruel que jamás existió, rompiendo el corazón de Izar y convirtiéndolo en hielo.

—Te juro, Izar, que nada de lo que dice tu hermano es cierto —dijo Erica.

—Cállate, Erica.

—Cariño, escúchame…

La ira invadió a Izar, haciendo que por fin Erica se callara. Estábamos reunidos los cuatro en la habitación de juegos; tanto Dayron como yo no decíamos ni una palabra hasta ahora.

—Vamos a calmarnos, ¿vale? —intervino Noah.

—No te metas, Noah.

—A ver, bonita, no le hables así a mi hermano. Si alguien tiene la culpa, eres tú.

—Izar, no puedo creer que vayas a creer esos estúpidos rumores antes que a mí. Yo… te…

—No termines esa frase. Tú no sabes lo que es amar. Jugaste con mis sentimientos y con los de mis hermanos. ¿Qué esperabas? Me enamoré.

—Teníamos un maldito acuerdo. A Ericka nos iba bien a los cuatro juntos, pero tú querías más. Te metiste con mi jodido mejor amigo.

—Lo que pasó con Dylan fue un error.

—¿Un error? —intervino Dayron.

—Sí, cariño, un error.

Ya me estaba cansando de sus palabras. Había prometido no decir nada ni intervenir ya que era el menor, pero tanta hipocresía me estaba matando.

—Fue tanto un error que estabas investigando cómo hundir a mi familia.

—Yo…

—No intentes negarlo, Erica. Tenemos pruebas: videollamadas tuyas con Dylan donde le contabas todos los negocios de mi padre. Incluso le dijiste que quería comprar el parque… el parque que él iba a reconstruir en memoria de mi madre.

—Lo siento; él me manipuló. Me dijo que me amaba y que me lo daría todo. Y ustedes solo me veían como un juguete para follar.

—Un "lo siento" no arreglará las cosas —continué—. Me vale madres lo que te prometió; nos traicionaste. Nos enamoramos de ti y tú solo nos usaste. Por favor, deja ya de mentir.

Y con mis palabras, la máscara cayó y eso nos destruyó.

—Tienen razón; los utilicé y fue divertido —nos miró y sonrió—. Fue divertido verlos enamorarse, ver cómo cada uno de ustedes caía…

—Cállate, Erica o juro que se me va a olvidar que eres mujer —dijo Izar con furia.

—Oh por Dios, Izar, no te atreverías a tocarme porque ambos sabemos que te enamoraste de mí mientras yo les veía la cara mientras solo me divertía con Dylan.

Izar caminó hacia ella y la tomó del cuello; ella sonrió macabramente.

—Y lo mejor de todo esto es que ustedes estaban dispuestos a traicionarse entre ustedes por una mujer… ¿quién lo diría?

Erica habló Dayron haciendo que Izar la soltara:

—Nos enamoramos de una puta barata que solo por un poco de estatus social abre las piernas.

Erica nos miraba con odio; le habíamos dado donde más le dolía porque si algo teníamos era que éramos hirientes cuando queríamos… muy hirientes.

—Mi hermano tiene razón: no vales nada, Erica. No eres nada; solo fuiste un mal polvo del cual nos olvidaremos en un mes. ¿Enamorados? No cariño; los monstruos no se enamoran y menos de basura. Ahora lárgate de nuestra casa.

La chica salió sin decir una palabra más. Lo habíamos hecho: la habíamos sacado de nuestras vidas para siempre. Ese día juramos que nadie más jugaría con nuestros corazones otra vez… Nos catalogan como monstruos; pues eso seríamos a partir de ahora.