mantenido la esencia

**Besarte es el maldito paraíso**

**Izar**

Me había atrevido a besar sus labios. Desde que había llegado, la tentación de besarla era demasiado fuerte. Sus labios eran dulces; mi lengua se abrió paso en su boca, saboreando cada rincón de ella. Mordí levemente su labio; sabía a gloria y no quería detenerme. Estaba jodido, lo sabía.

Gabriela me empuja dándome una bofetada. No la culpo; lo merecía.

—¿Qué te pasa?

—Lo siento, yo, no debí besarte.

—No, no debiste besarme. Eres mi hermano, joder.

—Hermanastro —rectifico.

—Es lo mismo, somos familia.

—No lo somos. Por favor, Gabriela, ambos sabemos que lo deseabas.

—Lárgate, vete de mi habitación.

—Hablemos, por favor.

—No hay nada de qué hablar, Izar. Vete.

—Está bien, me iré, pero sé que vendrás a mí. Ambos lo sabemos. —Salgo de la habitación.

**Gaby**

Imbécil; me había besado, se había atrevido a besarme. Mi teléfono suena: es un mensaje de texto.

**Imbécil:** Sé que vendrás a mí. Te estaré esperando. Buenas noches.

**Yo:** Vete a la mierda.

**Imbécil:** Ya estoy en ella. Que descanses.

**Yo:** Te odio.

**Imbécil:** Me amas.

**Yo:** En tus sueños.

**Imbécil:** No te hagas, Gabriela. No retrases lo inevitable.

**Yo:** Vete a la mierda.

**Imbécil:** Si tú vienes conmigo, encantado.

Lo odio. Lo odiaba más de lo que podía odiar a mi padre. Es insoportable. Pero, ¿de verdad no sentí nada?

Estoy hecha un lío. Marco el número de mi mejor amiga, y ella responde al segundo.

—Hola, amore mío hermosa.

—Necesito hablar contigo.

—Claro, ¿qué pasa?

—Bueno, tuve una cita con Noah.

—Espera, ¿QUÉ?

—Déjame terminar. Izar me besó.

—¡Ahhhh! No me lo puedo creer.

—No grites, Mer, por favor.

—¿Te gustó? Claro que te gustó; fuiste besada por un dios del Olimpo y saliste con otro. ¡Joder, Gaby, eres la mejor!

—A ver, a ver, vamos por partes. ¿Qué quieres saber primero?

—Por mucho que me dé curiosidad saber qué se siente besar a un "black", quiero saber de la cita.

—La cita con Noah no fue realmente una cita; solo salimos a divertirnos, a comer algo como amigos.

—Como amigos mis ovarios. Eso fue una cita. Además, Noah es conocido por ser el más tierno de los hermanos. Se cuenta que es dulce y delicado.

—Sí, Noah es dulce y lindo. Debo admitir que me atrae un montón, al menos hasta hace unos segundos.

—Cuando Izar te besó, joder. Gaby, tu vida es digna de un libro. Pero dime, ¿qué sentiste?

—No lo sé, América; fue como si el tiempo se detuviera. Mi corazón se quería salir de mi pecho. Juro que de no ser porque sabía que estaba mal, no lo hubiera detenido. Quería que me siguiera besando. Claro que lo quería, pero no es posible.

—Entiendo. Comenzaste a sentir cosas por tu hermanastro. Es natural, no te sientas mal. Hay muchos libros sobre estos temas.

—Sí, claro, lo que faltaba. No me gusta Izar, y en caso de que llegara a tener una relación con uno de mis hermanos, cosa que no va a pasar, sería Noah. Además, esto no es un libro de esos que estamos acostumbradas a leer, y lo sabes: es la vida real.

—Bebé, mientras más te digas eso, no significa que sea verdad. Ya tu corazón fue flechado por un hombre, y ese es Izar Black. O por los tres hermanos, nadie lo sabe. Y sí, es cierto: esto es la vida real, pero Gabriela, debes empezar a disfrutar un poco más de la vida. Lo mereces. Tienes solo 21 años y no haces más que estudiar. Has tenido un solo novio en tu vida y ni siquiera te acostaste con él.

—Sabes que lo intenté, pero no pude. No estaba lista, y al final tenía razón: era un gilipollas.

—Sí, y me alegro de que no hayas aceptado. Pero es diferente, cariño. ¿Quién sabe si ya llegó tu momento?

—Mer, estás loca de verdad. Y dime, ¿cómo va todo por allá? ¿Me extrañas?

—Obvio que te extraño, eres mi mejor amiga. Hay un chico nuevo en el colegio; me invitó a salir.

—¿Qué respondiste?

—No le he respondido; sabes que me gusta alguien más.

—Luka; ustedes dos nunca dejarán de ser tercos y decir lo que sienten uno por el otro.

—Quizás, pero es diferente; es mi mejor amigo.

—Te digo lo que me dijiste a mí: arriesga. No pierdes nada.

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