Capitolo 3: Scortese.
Maratón 1/2.
Capítulo 3: Grosera.
Emma D'Alessandro.
Me encontraba en la habitación, en una posición bastante cómoda para mí, tal vez incómoda para alguien más; con mis piernas recostadas en la pared mientras que el resto de mi cuerpo, es decir todo mi torso acomodado en la cama, formando una «L». Después de desayunar volvimos al pent-house, Ian tuvo que salir por lo cual que dirigí directamente a la habitación.
La música sonaba en los casquillos de mis audífonos, con el volumen en el nivel más alto y mis piernas moviéndose al ritmo de la canción. Mi cuerpo empezó a cansar de estar en esa posición por lo cual me recosté mucho mejor e la cama, mis ojos se cerraban de vez en cuando, hasta que por fin cedí al sueño y me quedé dormida.
No sé cuántos minutos pasaron cuando sin los casquillos en mis oídos por uno que otro movimiento dormida escuché unos toques leves en la puerta, un «Pase» salió de mis labios en algo parecido a un susurro. Me senté en la cama limpiando mis ojos y bostezando un poco, estiré mi cuerpo cuando lo vi entrar.
-Hola, perdón por despertarte -mencionó haciendo una mueca-, no creí que estuvieras dormida.
-No te preocupes -volví a bostezar.
-Tengo algo que decirte, una noticia que tal vez no te agrade.
-Dime -recosté mi espalda sobre las almohadas que estaban contra la cabecera de la cama y le presté atención.
-Hablé con tu padre y no va a volver hoy -dice sentándose en el sofá frente a la cama-, se encuentra arreglando unos asuntos y no puede volver todavía.
-¿Entonces cuándo? -pregunto frunciendo mi ceño.
-En 4 días -contesta-, mencionó que era importante. Lo siento, sé que no quieres estar más acá, pero no cuento con las llaves de tu casa y probablemente no haya nadie que pueda estar pendiente de ti.
No soy una bebé que necesita una niñera.
-No es que no quiera quedarme acá, es solo que, se supone que él debía recibirme, digo, es mi papá y voy a vivir con él. No nos vemos hace un año y realmente ha sacado bastantes excusas -restriego mi cara con frustración.
-En serio siento que pases por eso -desvía su mirada pensativa- Hagamos algo, si quieres estos días te puedo llevar a conocer la ciudad y podemos hacer algo que te gusté no sé, ir a cine o tal vez a un parque, ¿sí? -propone con una sonrisa- Así ni siquiera vas a notar que tú papá no está y los días se van a pasar rápido.
»Es lo mejor que puedo hacer, para que no la pases tan mal. Fue algo que no estaba planeado, todo sucedió de improvisto y entiendo a tu padre, sé que es difícil dejarte en manos de alguien que no conoce y confía en mí porque sabe que voy a cuidarte bien.
-Está bien, gracias por eso, yo voy a hablar con él un momento y bajo, ¿sí? -sonrío.
-Sí, sí, claro, no hay problema, nos vemos abajo -asiento.
Argh.
Tomé mi celular y marqué su número mientras sacaba algo de ropa de la maleta, el pitido irritante sonó al fondo unas 6 veces, sin embargo, en ningún momento fue contestado. No volví a marcarle, cambié mis joggers por unos jeans clásicos, un saco de lana gris y mis tenis negros. Volví a lavarme los dientes y la cara, por último, arreglé mi cabello y bajé a la sala.
Ya abajo me encontré con un Ian recostado en el sofá con una ligera sonrisa en sus labios. ¿Qué estará pasando por su cabeza? Traté de no hacer tanto ruido y me acerqué un poco más para admirarlo, su rostro muy perfilado, con esa mandíbula tan estructurada, adornado con unos ojos infinitamente azules que yacían cerrados, unas cejas bien pobladas y pestañas reposaban en sobre sus pómulos. Sí, definitivamente una obra muy linda de admirar. Debería ser modelo, ¿lo será? sus brazos descansaban detrás de su cabeza inclinándola un poco hacia adelante, en una posición cómoda. De un momento a otro el azul se hizo ver cuando sus ojos se abrieron y mi cuerpo pegó un saltito en reacción a su movimiento.
-Oh, despertaste -menciono "disimulando".
-Solo descansaba los ojos -dice estirándose allí mismo-. ¿Pudiste hablar con tu padre?
-No, lo llamé, pero no contestó -digo haciendo un gesto de disgusto- volveré a llamarlo más tarde.
-Debe estar ocupado.
-Si, me imagino -respondo con algo de sarcasmo.
-Sí, eh, ¿pensaste en qué quieres hacer? -pregunta dando como terminado el tema.
-La verdad no, ¿tienes alguna recomendación?
-Podemos ir a dar un paseo corto por la ciudad, después almorzar y mañana si hacemos un recorrido con más calma, ¿te parece?
-Si, está bien.
-Okay, entonces, vamos.
-Por cierto, me gustó tu volvo -menciono cuando ya nos encontramos entrando al ascensor.
-Te gustará más mi otro auto -dice sonriendo.
-No me digas que eres de esos magnates que coleccionan autos como si fueran estampillas.
-Magnate no -responde riendo.
Ya estando en el garaje observo cinco autos que no había visto anoche o siquiera hoy, entre esos se encontraba el Volvo en el cual me recogió, pero además se encontraba un auto azul metalizado, que para serles sincera me encantó, uno blanco que también estaba divino, uno rojo y otro negro.
-Ven, sube -dice abriéndome la puerta del auto azul, obedecí.
-¿Este es otro estacionamiento? -pregunté en cuanto se encontró en el asiento del piloto.
-Sí, este es privado, lo que quiere decir que es solo para mi uso.
-¿Algo así como el de Christian Grey? -una estruendosa carcajada sonó en el auto lo cual me hizo reír un poco.
-¿No estás muy pequeña para ver eso?
-Cumpliré 18, no soy una bebé, además, los hombres generalmente miran pornografía desde los 12 e incluso antes, esa solo es una película romántica.
-Está bien, está bien, solo decía.
-¿Qué auto es?
-Es un Porsche Panamera 4S -¿Un nombre tan largo para un Porsche?
-Es decir un Porsche, ¿qué diferencia tienen? -pregunto haciéndolo reír.
-La diferencia depende del modelo del auto, lo cual vería en el año y las características que tenga.
-Ajá, traducción es un buen auto para ligar.
-Lo es, pero claramente el piloto se encarga de lucirlo -bromea enarcando una ceja. Capto-. Sin embargo, ya no le doy ese uso.
-Ah, con que ya no -respondo enarcando una ceja. Dos pueden jugar ese juego.
-Exacto, soy un hombre fiel.
-¿Sí? ¿a qué?
-A mi novia -responde con la vista hacia el carril.
Novia.
-Oh, que bien -sonrío un poco.
El trayecto estuvo silencioso, él mencionó un restaurante y yo solo asentí, mientras tanto me distraje con mi celular; escribí algunos mensajes entre esos para mi mamá, la cual aseguró que me llamaría después del almuerzo.
-Llegamos.
-Entonces bajemos.
Ambos bajamos del auto y nos dirigimos a un ¿McDonald's? Okay, eso no me lo esperaba.
-¿Un McDonald's?
-Sí, ¿querías algo más elegante? -pregunta mirándome con gracia.
-No, solo creí que no acostumbrabas a comer en lugares así, digo, la gente mayor no acostumbra a comer en lugares así -me encogí de hombros.
-No soy un anciano -se encoje de hombros-, además, no me conoces, no tienes por qué creer eso.
-Fue lo que asumí, lo siento -dije haciendo mala cara. ¿Por qué mi cambio de humor tan repentino?-. Ya no asumiré nada más, tranquilo.
Él solo me miró con una sonrisa ladina y ordenó su comida para después ordenar por mí. ¿Pero quién se cree este?
-¿Por qué ordenaste por mí? -pregunto mirándolo seriamente.
-Creí que podía hacerlo.
-Pues no creas muchas cosas -Vale, no seas grosera. Respondo caminando hacia una de las mesas que se encontraban en el lugar- De todas maneras, gracias.
Se sentó al frente mío- Nuestro pedido es el 5, ¿Estás enojada? -preguntó mirándome con burla.
-No, ¿debería estarlo?
-No lo creo.
-No deberías creer tantas cosas, ¿no?
-Tal vez.
El silencio continuó como un iceberg mientras esperábamos la comida, el se distrajo con su celular y yo simplemente viendo y analizando a cada persona que entraba.
-Creo que ya está listo el pedido, iré por el -tomé el ticket y me encaminé hacia la caja. Ya con la bandeja en las manos volví a la mesa y él estaba en su celular.
-Aquí está.
-Pedí lo mismo para los dos, provecho -me limito a asentir.
Una hamburguesa de carne con sus respectivas papas y bebida fue mi almuerzo, después de algunos bocados mi celular comenzó a vibrar, lo cual traté de ignorar, pero se me vino a la mente que podría ser mamá, y acerté.
«-Mamá -digo levantándome de la mesa y saliendo del lugar.
-Hija, ¿cómo estás, interrumpo?
-No mamá, tranquila, estaba comiendo, pero podemos hablar.
-¿Cómo va todo?
Dudo un momento-Todo va bien, estamos almorzando en McDonald's.
-Me alegro hija, ¿estás con tu papá?
-Nope, él no ha llegado todavía, se demora unos días.
-¡¿Cómo así?! Se supone que Elijah debería estar ya contigo -Auch, mi oído.
-Gracias mamá, ahora tu hija está sorda.
-Discúlpame hija, ¿por qué tú papá no ha llegado? Voy a llamarlo.
-Según tengo entendido se está encargando de un caso no sé dónde, más tarde le pregunto a Ian. Traté de llamarlo, pero no contestó, tal vez está en una reunión -contesto restándole importancia. Sí claro, como si no me importara en lo absoluto.
-Vale hija, lo llamaré a ver si contesta, ten cuidado por favor.
-Lo tengo mamá, Ian ha sido muy bueno, no ha tratado de hacer nada.
-Me alegra que sea así, cuando tu padre conteste le pediré el contacto de Ian para agradecerle.
-Está bien.
-hija tengo que colgar.
-¿Estás ocupada?
-Algo así, yo voy a almorzar.
-¿Estás con él?
-Si...
-Oh, bien, entonces, hablamos luego, provecho -cuelgo y vuelvo a la mesa.»
-¿Todo bien? -pregunta acomodándose en la silla.
-Sí. Se me pasó el hambre, me llevaré las papas.
-No comiste nada -dice cruzando sus brazos-. Además, no pagué para que no comas lo suficiente.
-Pues entonces te pago lo mío y listo, asunto arreglado -Debes calmarte, sigues hablando con alguien mayor.
-No te estoy diciendo que tienes que pagarme, a lo que me refiero es que tienes que comer bien -dice levantándose igual que yo.
-Creo que es mejor continuar el tour mañana.
-Opino igual -dicho esto empieza a caminar hacia la salida y yo lo sigo junto con mis papas y también la hamburguesa en una bolsa.
Ya en el auto, él espera que me ajuste el cinturón de seguridad para después arrancar. Miento si digo que el transcurso no estuvo incómodo, porque así fue, el ambiente estaba bastante tenso, y no la tensión de la buena. Él simplemente se limitó a conducir, mientras que yo me entretuve con mi celular, algunas veces lo pillé viéndome de reojo lo cual simplemente traté de ignorar, pero me era imposible.
-¿Se puede saber por qué tu cambio de humor tan repentino?
-¿Cambio de humor? Estoy completamente normal.
-No, que va.
-Hablo en serio, no estoy enojada o algo por el estilo.
-Entonces no te molestaría que siguiéramos con el recorrido, ¿no?
Maldito.
-No me molestaría, pero tengo sueño, me gustaría dormir un rato -contesto entre dientes.
***
Ya estando en el pent-house, ¿por qué le sigo diciendo así? es solo un apartamento con dos pisos donde podría vivir Beyoncé. Como decía, ya en el apartamento yo subí directo a la habitación sin dirigirle la palabra. Estaba enojada y sabía que él no tenía la culpa, por eso me encerré.
Ni siquiera me di cuenta en qué momento volví a quedarme dormida, simplemente me cambié los jeans por mis joggers, puse Friends en Netflix y me quedé dormida. Sin embargo, después de no sé cuántos minuto e incluso horas el sonido de alguien tocando la puerta me despertó.
-¿Quién? -pregunto mientras me cubro la cara con una almohada.
-Ian, ¿puedo pasar?
-Claro, es tu casa.
-¿Sigues enojada? -niego con la cabeza- Entonces, ¿hice algo malo? es que en serio, tienes una actitud del asco, esta mañana estabas bien, luego llegamos al McDonald's y de repente te enojaste y fuiste grosera.
-Lo siento, no es nada contra ti, es una discusión que tuve con mamá, lo siento.
-No lo sabía, ¿estás bien?
-No te preocupes, lo estoy, pero en serio, discúlpame por haberte tratado así, tú no tienes la culpa, ¿me disculpas?
-No hay nada que disculpar, pero si digo algo que te moleste o te haga sentir mal dímelo -contesta llegando hasta mí y sentándose justo a mi lado-. No quiero hacer algo que llegue a incomodarte, tu papá te dejó conmigo porque confía en que estarás bien y quiero que sea así.
-Está bien, lo haré -le sonrío y él imita mi acción. Él y esa sonrisa. ¿Qué diría papá si supiese que su amigo me parece lindo?
-¿Quieres salir? todavía es temprano, podemos hacerlo -hacerlo, wow. Enarco una ceja-. Salir, podemos salir.
¿Esta es la parte donde se pone nervioso y tropieza con todo lo que se encuentre en su camino?
-Voy a ponerme decente y bajo.
-Ya estás decente, pero bueno nos vemos abajo -asiento.
Nos quedamos viendo, ninguno se mueve. Okaaay. Él acomoda un mechón de mi cabello detrás de oreja mientras que yo solo lo miro, sin pestañear, sin realizar algún movimiento y creería que hasta sin respirar.
-Creo que me iré -dice sin aún moverse.
-Si... -digo de la misma forma.
-Eso haré.
-Bien.
-Bien.
Solo asiento. Él solo se va, sin decir nada más.
¿Qué rayos fue eso?
Por un momento creí que nos besaríamos cual comedia romántica. No. No debes pensar en eso, por Dios, Emma, no, él es mucho mayor que tú, no está bien.
No, no está bien.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro