Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitolo 1: Lui Inizia.

Capitulo 1: El Inicio.

Enero 18, 2019.

     —¡Mamá! —grito desde mi cama mientras cubro mi rostro con una almohada— ¡¿Porque dejaste la luz encendida?!

     Argh.

     —¡Es hora de levantarse, Emma! —contesta desde cualquier parte de la casa.

     Y así inicia mi día, despertando a las 7 am, con solo dos horas de sueño. ¿Acaso trasnochar viendo Harry Potter no es una excusa para despertar tarde?

***

     Maletas y cajas abundaban en la habitación, cajones desocupados, ropa a medio doblar; un caos de telas y zapatos. Hija de padres divorciados, afectada por decisiones del pasado. A un vuelo de cambiar mi vida, otra oportunidad para iniciar de nuevo, conocer y aprender. Aunque bueno, la mayoría tiene padres separados y no han terminado mal, ¿no?

     Dos "adolescentes" hormonales decidieron una noche no usar condón y 17 años después su retoñito está empacando maletas para iniciar una nueva travesía. Mis papás se conocieron en una hermosa provincia italiana, Verona, papá viajó de intercambio y mamá nació allí, por lo que estudiaba en aquella universidad donde se conocieron, cual romance adolescente se enamoraron y blah, blah, blah, claramente hubo sexo de por medio, un año después la sorpresa de que alguien venía a atarlos los desestabilizó.

     Ellos se querían, pero eran demasiado jóvenes; con 18 años mamá se casó con papá; que solo tenía 20. Su boda no fue muy elaborada; según me cuentan, un hijo de papi y mami que la cagó y una niña bonita e ingenua en casos del amor, con su pequeño error llamado Emma. En fin, se separaron cuatro años después, papá volvió a Roma, su ciudad natal, mientras que mamá y yo nos quedamos en la hermosa provincia. Mi infancia fue bastante tranquila, crecí con la ausencia de un papá que solo veía en vacaciones, pero que me amaba con todo su corazón.

     Y ahora a mis casi 18 años, viviré con papá en Roma, ¡Hurrah! ¡Wohoo! ¡Ye haw!

     —Emm's —habla mamá desde el marco de la puerta—, hija, ¿ya terminaste de empacar?

     —Me falta poco —digo con el tono más neutral que puedo manejar.

     —No estés así, cariño —llega hasta mí para acariciar mi mejilla y sonreírme—. Vendrás a visitarme en vacaciones y para navidad, esto es algo que ya habíamos hablado.

     —Lo sé, es solo que... no quiero irme, aquí tengo mi vida, mis amigos, te tengo a ti y yo amo a papá, pero esto no es algo para lo que esté preparada —las lágrimas amenazaban con salir y me vi haciendo lo posible para que eso no pasara.

     —Jamás vas a estar preparada, tesoro, pero él es tu papá y merece la oportunidad de vivir contigo, no puedo arrebatarle eso.

     —Lo sé —respondo haciendo un puchero.

     —Deja esa carita de perrito regañado, tenías planes para hoy, ¿no?

     —Sí, en la tarde voy a salir con Irisha y apenas llegue termino de empacar —trato de sonreír.

***

     —Ey ty, zasranets! [¡Oye, idiota!] —grito en cuanto veo la veo. Sentada en una silla de metal tratando de desenredar su cabello debido al viento, murmurando algunas cosas que no logré escuchar.

     —Nazovite menya idiotom yeshche raz, i vy vstretites' s Bratvoy. [Vuelve a llamarme idiota y conocerás a la Bratva] —me hace pistolita en cuanto se levanta para después llegar hasta mí y abrazarme.

     —Solo entendí idiota y Bratva —rio correspondiendo su abrazo.

     —Idiota sí eres, la Bratva; mejor corramos —ríe.

     —¿Cómo estás?

     —Mejor que tú según veo, ven sentémonos.

     —¿Tan mal me veo? —pregunto observando mi reflejo en el celular.

     —¿No dormiste bien?

     —Lloré toda la bendita noche, además estaba viendo Harry Potter y La Orden del Fénix y parecía una magdalena cuando murió Sirius.

     —Quien te viera toda sentimental.

     —Sabes que no fue solo por la película —respondo mientras blanqueo los ojos.

     —Lo sé, lo sé, perdón, ¿quieres comer algo?

     —Helado y papas fritas.

     —Yo quiero helado de maracuyá. —habla mirando su celular—¿Veremos al fin la película?

     —¿Vas a asustarte? —pregunto con burla.

     —¿Vis i isistirti? Zasranets.

     —No seas llorona, vamos —la halo de la muñeca empezando a caminar directo al centro comercial.

     —Quiero gomitas.

     —Yo helado con chispas de chocolate.

     —Andando, no tenemos mucho tiempo —habla la rubia.

     —Lo que sobra es tiempo.

     —Habla la idiota que se va a vivir a otra ciudad mañana.

     Pongo mis ojos en blanco haciendo una mueca.

     —Deja el drama.

     —Sé que vamos a seguir juntas —habla con un brillo en sus ojos—, tengo una corazonada.

     —Claro que sí, vendré a visitarlas en cuanto pueda, no te desharás de mí tan fácil.

     —¿Pinky Promise? —pregunta estirando su dedo meñique hacia mí.

     —Pinky Promise —uno nuestros meñiques en un pequeño candado y lo rompo con la mano derecha.

     —¿Seguimos?

     —Claro que sí.

***

     La tarde culmina con nosotras comiendo pizza en la sala de la rubia sentadas contra el sofá rodeadas con bastantes golosinas y casi dormidas.

     —Sabes no quiero irme —hago una mueca—, sé tengo que hacerlo, el vuelo ya es mañana y no hay ninguna forma de retractarme.

     —Es una nueva oportunidad para ti, tal vez esta nueva vida te traiga sorpresas —mueve sus cejas de forma divertida.

     —Eso fue bastante raro —rio—. Vas a visitarme, ¿cierto?

     —Sip, estaré tan cerca como no te imaginas —frunzo mi ceño.

     Y sí que estaría muy cerca...

***

     —¿Mamá? ya llegué —menciono, casi grito, quitándome los zapatos para después cerrar la puerta principal.

     Desde pequeña mamá siempre insistió con quitarnos los zapatos al entrar a casa, así que se volvió una pequeña tradición nuestra.

     —Estoy en la cocina —se asoma por el marco de la puerta— ¿Cómo les fue? ¿se divirtieron?

     —Sí, vimos una película de terror, la verdad ya ni recuerdo cómo se llamaba, luego comimos golosinas vimos unos vídeos y casi me quedo dormida y ya, eso fue todo.

     —Me alegro, hija ¿quieres comer o estás muy llena? te preparé esa sopa coreana que tanto te gusta —dice sonriéndome.

     —Estoy llena, pero por esa delicia haría un espacio en mi estómago, gracias —respondo riendo—, se llama ramen, mamá.

     —Como sea hija, lo importante es que te la hice ¿cómo está Irisha?

     —Bien, la mudanza ha avanzado bastante, faltan muy pocas cosas que mandar para Génova, así que planean llevarlas ellos mismos la próxima semana —hablo antes de dar un bocado de la sopa—, aunque me parece absurdo que se vayan, el próximo año Irisha planea mudarse a Roma el próximo año, ¿por qué no se van a vivir allá?

     —Porque las ofertas de trabajo no se dan dónde queremos, por lo menos no en la vida real.

     —Pero el tío Marko tiene dinero.

     —Uh huh.

     —¿Por qué no mueve sus contactos y consigue empleo en Roma?

     —No lo sé cariño, no leo mentes, solo sé que esas decisiones son de adultos —se encoje de hombros.

     —Pero Irisha es adulta.

     —Recién cumplió 18 años, no es adulta, hija, ni siquiera se han graduado del colegio, deben aprender a tomar decisiones según la etapa que esté viviendo y esa decisión es bastante pesada para ustedes, por el momento.

     —Por el momento... —susurro antes de seguir comiendo.

     Se queda mirando la mesa un poco pensativa— Sé que este cambio va a ser bueno para ustedes, los cambios son necesarios.

     —¿Estás bien? —pregunto dejando el plato a un lado, para después ir hasta donde ella está— Mamá, sé que hablamos mucho sobre esto y que nos va a doler, te voy a extrañar mucho. Viviré este año con papá, tú me visitarás para mi cumpleaños, vamos a estar bien, va a ser un año, después nos iremos a Londres.

     —Lo sé, es que eres mi bebé y de la nada ya estás muy grande —me estruja fuertemente en un abrazo—. Hablando de Londres...

     —Hablando de Londres... —la incito a continuar.

     Hace una mueca logrando que frunza mi ceño.

     —No es nada, aún tenemos tiempo.

     —Está... bien, te amo mamá, mucho, muchísimo, muchote —sonrío logrando sacarle una lágrima.

     —Yo te amo más cariño, de aquí a la luna tres veces, ¿me oíste? —asiento— Siempre te voy a amar.

     —Y yo a ti —logro sentir algunas lágrimas cayendo por mis mejillas.

     —Dejemos el sentimentalismo para mañana, termina de comer y revisamos que no te falte nada por empacar, ¿vale?

     —Oki doki —sonrío.

     —Hace mucho no decías eso.

     —Hace unas horas —respondo riendo—. Esto está muy delicioso —señalo la sopa.

     —Me alegro de que te guste, cariño —sonríe antes de darme la espalda para lavar unos vasos—. ¿Ya sabes que vas a llevar puesto para el viaje? Trata de llevar algo cómodo.

     —Sip, unos joggers y una sudadera.

Enero 19, 2019.

     Anoche conversamos hasta tarde mientras terminábamos de empacar las cosas que había dejado por fuera, rondaban las 9:30 am cuando desperté, hice mis necesidades, cepillé mis dientes, contesté algunos mensajes de Irisha donde avisaba que vendría a despedirse en la tarde.

     ¿No les pasa que no quieren bañarse? ¿no? A mí sí y muy seguido.

     Me asomé en la habitación de mamá, pero no vi ningún rastro de ella, así que bajé directamente a la cocina encontrando una nota en el mesón.

«Cariño, tuve que ir a la pastelería por una urgencia, trataré de no demorar, en la nevera hay fruta picada, te amo.»

     Sonreí dejando la nota de lado, puse algo de música y me dediqué a buscar mi desayuno, serví cereal con yogurt y le agregué la fruta encima haciendo un delicioso revuelto.

    Mamá tiene una hermosa pastelería en el centro de la ciudad, sus postres siempre han sido bastante elogiados por su sabor y creatividad, (don que no saqué), desde que la pastelería abrió le fue bien, tanto que hemos pensado en abrir otra tienda más en la ciudad, pero por razones que no recuerdo no lo hemos hecho.

     La música siguió sonando hasta que fue interrumpida por mi amor Alex Turner, notificando una llamada entrante lo cual me hizo blanquear los ojos. Odio las llamadas.

«—Hola tesoro, ¿cómo estás?

—Hola papá, bien, estoy desayunando, ¿tú? —meto un pedazo de manzana a mi boca.

—En la oficina, cariño, ¿tienes todo listo? ¿ha ocurrido algo?

—Todo está empacado y nop, no ha ocurrido nada, no olvides recogerme, mi vuelo es a las 10 pm, así que llegaré en la madrugada.

—Hija, ya que lo mencionas —hago una mueca—, no podré recogerte, debo viajar en unas horas, pero llego pasado mañana.

—¿Entonces espero en el aeropuerto hasta que vuelvas?

—No, Ian te recogerá para llevarte a casa.

—Debo terminar de desayunar —contesto de mala gana.

Lo siento tesoro, es un viaje de último momento, debo hacerlo.

—Claro, hablamos luego cuelgo sin esperar su respuesta.»

      "Viaje de último momento". Excelente.

     ¿Ian? ¿Quién demonios es Ian?

     Terminé mi desayuno distraída con mi celular, lavé la loza que se encontraba en el lavaplatos, fui directo a mi habitación para volver a verificar que todo estuviera listo. Mis 17 años en maletas y cajas, ¿qué puede salir mal?

     Nada.

     Todo.

***

     Después del desayuno mamá volvió y vimos una película, en la cual me quedé me quedé dormida desde la mitad. Como raro. Irisha llegó en la tarde y se quedó dos horas, donde lloramos al menos la mitad, después vimos un concierto de One Direction mientras comíamos palomitas, al final del día, cerca de las 7:30 pm, mi mejor amiga se marchó no sin antes hacerme llorar de nuevo.

     Estando completamente limpia, mamá y yo nos dispusimos a preparar una ensalada de frutas para la cena tal como solíamos hacerlo cuando era pequeña. Lo cierto es que tenía que estar dos horas antes del vuelo, que me parecía absurdo puesto que solo era para hacer el Check-In (que ya había hecho por internet), pero mamá insistió así que tenía que hacerlo.

     Mamá se ubicó a mi lado untando mi nariz con crema chantilly— Te voy a extrañar —suelta sin más—. Has vivido conmigo toda tu vida y ahora te vas.

     —Yo también te voy a extrañar mamá —la abracé—, te amo mucho.

     —Yo a ti hija —dice devolviéndome el abrazo—. Mi bebé ya está grande.

     Hago un puchero— ¿No crees que esta ensalada es demasiada? —cambio de tema soltándola y limpiando mi nariz con una servilleta.

     —No creo, contigo la comida es poca —suelto un «¡Oye!»—. Recordé de cuando eras pequeña, siempre que hacía ensalada de frutas tú siempre querías ayudar y ensuciabas todo, la cocina jamás ha sido lo tuyo.

     —Lo recuerdo, desde siempre he sido un desastre en la cocina —digo encogiéndome de hombros.

     —De eso no hay duda, créeme —se burla.

     —Gracias mamá —respondo con sarcasmo.

***

     El tiempo había pasado con rapidez, mamá estaba terminando de guardar mis maletas en el baúl, mientras tanto yo estaba revisando por enésima vez si tenía todo, y por decir todo me refería a mi celular, cargador y obviamente un libro que voy a leer durante los primeros minutos del vuelo, en este caso me acompaña mi querido Edward Cullen.

     Sí, Crepúsculo, cliché, pero vamos, ¿quién no se ha enamorado alguna vez de un libro y lo ha releído miles de veces?

     —Mamá, vamos, se hará tarde para llegar temprano —eso sonó mejor en mi cabeza.

     —Vamos —dice cerrando la puerta del baúl— Pareces loca, o sea, sé que lo eres, pero no lo demuestres tanto, hija mía.

     —¡Oye! —exclamo riendo— Si lo heredé de alguien fue de ti, porque como dicen por ahí "De tal manzana envenenada tal manzanita".

     —Primero que todo ¿quién dice eso? —pregunta empezando a manejar—, segundo creo que te le caíste a tu papá de bebé.

     —Lo dicen en una película de Disney, se llama... —respondo pensando — Descendientes, creo.

     Las dos reímos. Durante el transcurso al aeropuerto mamá estuvo algo rara, había demasiado silencio, sin embargo, en cada semáforo trataba de decir algo, pero solo lo ocultaba cantando la parte de la canción que sonara.

     —Mamá, ¿qué pasa? ¿quieres decirme algo? Estás rara —suelto sin más.

     —Nada hija ¿de qué hablas? —su mirada sigue en la vía.

     —Te conozco perfectamente como tú a mí, sé que quieres decirme algo —digo sacando mi teléfono para ver la hora—. Solo tienes que decirlo, no podrá ser tan malo.

     ¿O sí?

     —Está bien, estos días he querido decirte algo, pero no he encontrado la manera. No quiero que te enojes, ¿okay? —asiento—. Desde hace algunos meses empecé a salir con alguien, es muy agradable. Se llama Adam, iba muy seguido a la pastelería, nos hicimos amigos y empezamos a salir como algo más.

     Me río un poco mientras qué ella permanece seria— ¿Es en serio? —asiente— ¿Me estás jodiendo?

    Niega.

     —Cuida tu tono, Emma, sigues hablando con tu mamá.

     —¿Por qué no me lo dijiste? —cuestiono bajándome del auto, pues ya habíamos llegado.

     —Porque no sabía cómo hacerlo —empieza a sacar las maletas—, no es fácil para mí, hija, sé que no te gusta para nada la idea y en serio lo siento hija, pero no quiero quedarme sola toda la vida.

    —Si claro —digo con sarcasmo—. ¿Desde hace cuánto?

    —Cinco meses —dice casi en un susurro.

     —¡¿Cinco meses?!

     —Emma, por favor no hagas una escena —se acerca a mí—. Lamento no haberlo dicho antes, pero eres lo bastante grande para comprender, deja esa actitud.

     —¿Dónde quedó la confianza que nos teníamos? —pregunto mirándola a los ojos— ¿Por qué ahora? ¿por qué cuando me voy?

     —Emma lo siento.

     —Yo también —respondo tomando mis dos maletas de ruedas y avanzando hacia el interior del aeropuerto. ¿Estoy siendo inmadura?

     —Cariño, no discutamos más —toma una de las maletas—, en unas horas te vas y no te volveré a ver en un tiempo, ¿podrías perdonarme?

     —Es lógico que te perdono Chiara Benvenutti, claro que te perdono, solo me molestó que no me contaras antes —digo sonriendo, tratando que mi enojo se calme y le doy un abrazo—. No más secretos entre nosotras, ¿vale?

     —No más secretos —afirma.

     —Ahora vamos y entreguemos estas maletas para no enredarnos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro