Hola! Mis queridos caballeros negros aquí está un capítulo más de está historia, no es que me tarde, simplemente voy actualizando según vaya tocando y como voy pidiendo, pues a veces unos capítulos fluyen y otros no, así que espero les guste este capítulo.

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Elizabeth y Antonia vieron que un barcos se acercaba y supieron que era el que traería la nueva mercancía, ellas odiaban llamar así a las mujeres y en ocasiones también a los niños, aunque estos casi no solían traer, pero por el bien de esa gente debían hacerlo, al menos estando bajo su cuidado podrían asegurarse que estarían a salvó, la Paisana se dedicaba a eso, pero lo que pocos sabían es que después mandaba a Antonia y Elizabeth a comprarlos y darles su libertad, obviamente no gastaba ni la mitad de lo que ella obtenía y así esa gente no sufría, aunque había ocasiones en las que llegaban tarde y no salvaban a toda la gente.

El barco llegó y la gente de la poderosa comenzo a bajar a todas las mujeres, pues en esa ocasión solo eran mujeres, así como iban bajando las iban metiendo a una cabaña, Elizabeth como siempre pago el dinero a los bandidos y estos si más partieron de nuevo, Elizabeth y Antonia entraron a la cabaña y miraron a todas las mujeres, casi todas eran de entre 14 y 18 años aproximadamente, solo unas cuantas pasaban los 20, la mirada de Elizabeth paro en una en especial y esta la miro con miedo, Elizabeth suspiro pues siempre era así, pidió a sus hombres que salieran y se alejaran de la cabaña, si los necesitaba ella les avisaba, estos algo molestos por tener a una mujer de jefa salieron, Elizabeth espero unos minutos antes de hablar.

ELIZABETH- quiero que estén tranquilas, mientras estén aquí nada les pasará, yo y ella- señalo a Antonia- nos encargaremos que así sea.

CAMILA- ¿como sabemos que es verdad? - Elizabeth se agachó frente a ella-.

ELIZABETH- ¿como te llamas?

CAMILA- me llamó Camila.

ELIZABETH- veras Camila, yo no estoy en esto por gusto, si no porque fue la vida que me tocó, por eso es que procuró que nadie salga lastimado y más si son mujeres o niños, no ahora, pero prometo ayudarlas cuando vengan por ustedes, si lo hago ahora, muchas de ustedes pueden morir y créanme cuando les digo que es lo que menos quiero, así que estén tranquilas y confíen en mi, en un rato les traerán comida.

Sin decir nada más ella y Antonia salieron, mientras todas se miraban con angustia, miedo y un poco de esperanza en que esa mujer cumpliera con lo que dijo, paso un rato cuando entraron alrededor de cinco mujeres algo mayores con comida y la repartieron, observaciones tuvieron que hacer tres vueltas para que todas tuvieran comida, Matilde y Camila comieron y se mantuvieron unidas.

Elizabeth y Antonia estaban cerca de la cabaña donde estaban las mujeres, pues sabían muy bien que sus hombres en muchas ocasiones perdían la cabeza e intentaban abusar de alguna, cosa que ellas jamás aceptaban y casi siempre terminaban matando a más de uno por eso, ese día y noche por suerte ninguno se atrevió a nada, las mujeres tenían que estar ahí al menos tres días antes que otro barco las recogiera, así que no se iban a separar de ellas.

Al día siguiente la Paisana se hizo presente y a escondidas de todos sus hombres confirmó las palabras dichas por Elizabeth, aunque también dijo que quizá no pudieran ayudar a todas, al menos harían el intento y con eso todas quedaron más tranquilas, Elizabeth y Antonia las sacaron afuera para que tomaran un poco de sol y aire, pero Elizabeth no podía quitar su mirada de Camila y eso está lo notó, Elizabeth sin ningún miedo se acercó a ella, Matilde que noto las miradas que le daba a Camila, les dejo solas y se alejó un poco.

ELIZABETH- se que es una pregunta tonta, sabiendo la situación, pero, ¿como te sientes?

CAMILA- angustiada y con miedo.

ELIZABETH- sentimientos normales en estos casos, ¿tienes familia?

CAMILA- si, mi papá y mi hermana, mi madre murió hace años y tengo miedo que le pase algo a mi padre cuando sepa que nos secuestraron.

ELIZABETH- ¿de donde eres?

CAMILA- San Fernando.

ELIZABETH- dame el nombre de tu padre y a que se dedica, tratare de enviar una nota para hacerle saber que estas bien.

CAMILA- ¿de verdad lo harías?

ELIZABETH- por supuesto, a diferencia de ti, yo no tengo familia como tal, la Paisana es como mi madre porque me acogió hace años y Antonia es como una hermana, pero nada más, así que puedo imaginar la angustia de tu familia al no saber de ti.

CAMILA- muchas gracias.

Elizabeth le sonrió y por una extraña razón Camila se sonrojo, algo que hizo sentir bien a Elizabeth, para no atosigarla más le dijo que iría a ver si podia mandar la nota y se fue, Camila solo le agradeció una vez más y vio como esta se iba, así que Matilde se acercó.

MATILDE- vaya, no sabia que te atraían las mujeres.

CAMILA- que cosas dices, por supuesto que no.

MATILDE- pues quiza antes no, pero ahora si, pude ver la manera en como la mirabas y puede que no te atraigan las mujeres, si no sólo la pirata.

CAMILA- estas loca.

MATILDE- lo que tu digas Camilita.

Elizabeth fue con uno de sus hombres de más confianza y le pidió que fuera a dejar una carta y que nadie debía saber, esto captó su orden sin problemas y es que Elizabeth había salvado su vida hace años y la respetaba mucho, Elizabeth escribió una carta donde decía que Camila estaba bien y que pronto regresaría, no sabía si podía cumplir eso, pero al menos mantendría al papá de Camila tranquilo, le dio la Carta al hombre y este tomó su caballo para irse rápidamente.

Esa noche Elizabeth y Antonia estaban en una pequeña reunión, aunque Elizabeth se encontraba algo nerviosa y con justa razón, pues aprovechando eso tres hombres entraron a la cabaña donde tenían a todas las mujeres, obviamente con intenciones de abusar de alguna de ellas, todas los miraron con miedo y uno de ellos se acercó a Camila.

XXX- tu, tu me gustas para quitarme las ganas.

Continuará....

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Si les gusto déjenme sus votos y comentarios, que tengan una buena mañana/tarde/noche depende de donde me lean, nos vemos en el próximo, bye.

FRANCHIZRDZ 😘😘