○Promise, Final°•○●
La recuperación de Jimin fue bastante rápida, solo una de las heridas había sido de mucho cuidado así que pronto lo dieron de alta y pudo volver a casa.
Yoongi ansioso y feliz lo llevó de nuevo a su hogar para poder seguir cuidando de él allá. Lastimosamente sus planeas de vacaciones se habían visto arruinadas por el incidente aunque ello no fue impedimento para que la pareja pasara unos días agradables en casa además Jimin agradecía que su adorado chico no se separaba de él.
Si de por si ya era bastante atento con él ahora lo era mucho más incluso ya a un mes de haber salido del hospital y llevar reposo en casa.
—Mi bonito tengo una sorpresa para ti. —Yoongi acababa de entrar en la habitación donde Jimin acababan de dejar su tarea de la cual Tae le había pasado la copia, la vida avanzaba y también sus estudios así que no podía quedarse atrás.
Se levantó despacio yendo hacia donde Yoongi pero éste corrió para evitar que se levante.
—No, no, Bonito espera no hagas tanto esfuerzo. —Yoongi logró correr antes que el rubio pusiera el segundo pie en la alfombra.
—Yoon estoy bien no te preocupes y deja de mimarme por favor o me volveré perezoso. —Sonrió rodando sus ojos.
El pelinegro negó, si exageraba ahora pero era porque le encantaba mimarlo y no porque pensara que aún le dolía.
—No bebé de ninguna manera, debes tener reposo absoluto hasta que acaben los días que Dijo el medico.
El rubio resopló, solo faltaban escasos tres días para que Jimin pudiese volver a su vida normal, aunque aun faltaban las citas al juzgado para acusar de intento de homicidio a Eunji.
—Mejor dime Yoon cual es mi sorpresa?
El pelinegro se sentó en la orilla de la cama y le acarició sus manos lindas y delicadas a Jimin dejando por último un besito en ellas.
—Acabando todo lo del juicio iremos a Busan a estar con tu familia unos días mi pequeño, se que nuestro viaje de Luna de miel se vio interrumpiendo pero en su lugar podemos ir allá, estos días tu familia se traslada a su nuevo hogar en la zona residencial que les hemos construido para ellos y los demás.
Jimin asintió con sus ojos aguitosos, estaba feliz porque podría ver su madre, a su abuelo y hermanos después de mucho tiempo. Quizá la luna de miel se había arruinado y todo pero Jimin comprendía que esas cosas no eran importantes como la familia, de un día a otro la vida puede cambiar mucho. Pudo haber muerto y nunca más haber visto por última vez a su familia, o pudo haber quedado en coma o incluso paralítico pero la vida le sonreía y ahí estaba recuperándose al cien por ciento y aprovecharía ahora cada segundo de su vida para estar con sus seres amados, para valorar cada pequeño detalle de la vida, para amar con intensidad como lo hacía ahora. Siempre y cuando su aliento de vida, su motivación que era su esposo esté a su lado apoyándolo por supuesto.
Abrazó con toda la fuerza que podía a su pelinegro esposo derramando unas pequeñas lágrimas, lágrimas limpias llenas de felicidad.
—No llores amor, se que no es la luna de miel que te mereces pero...
—Basta calla Yoon, estoy feliz. Iré a verlos y estaré contigo y eso es mucho mejor que una luna de miel. —Soltó sin dejar de hipar por el llanto. —Te amo tanto tanto que mi pecho hierve de felicidad Min Yoongi.
Yoongi sintió también su interior arder como fuego, amar a ese ser tan gentil como lo era Jimin era su verdadero motivo por el cual la felicidad embargaba su vida.
—También te amo tanto mi pequeño. —Susurró con su voz grave en su oído. —Mi bonito.
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Luego de aquella recuperación lenta pero segura para Jimin comenzó todo lo referente al juicio contra la mujer que casi lo asesina.
Sentada ella en aquel banquillo al lado de su abogado con su rostro más demacrado y tremendas ojeras miraba hacia la nada. Con solo un mes de estar encerrada en prisión ya estaba horriblemente mal.
Jimin subió al estrado para dar su declaración no sin antes voltear a ver a su esposo quien le dio ánimos luego de obtener un leve apretón de manos y un asentimiento por parte de Yoongi quien lo animó a hablar por aquel micrófono. Jimin contó todo de principio a fin, desde que estaba preparando su desayuno hasta que el timbre fue tocado por "aquel chico de la floristería" hasta que se arrastró al baño para poder detener sus hemorragias con las toallas del baño, Yoongi tuvo que cerrar los ojos y tratar de no llorar pues esa imagen aún lo atormentaba por las noches, y escuchar como su bonito lo narraba otra vez era como revivirlo nuevamente también.
Luego del testimonio de Jimin y presentadas las pruebas al juez y al jurado, la deliberación no fue larga, al cabo de una hora el jurado concluyó lo siguiente:
—Luego de ver las pruebas presentadas y de oír los testimonios de los presentes ese día el jurado en su totalidad a decidido declarar a Kang Eunji ¡Culpable de intento de homicidio en primer grado! —Leyó en voz alta la representante de jurado y el juez asintió levemente.
El policía que estaba parado a su lado camino hasta el jurado para tomar el papel que la mujer había leído y se lo entregó al juez quien volvió a leerlo.
—Muy bien, debido a que la defensa no presentó evidencia concluyente de que su cliente Kang Eunji presenta desequilibrios mentales para acusarla de "demencia" y trasladarla al psiquiátrico en vez de a prisión declaro también a la acusada culpable de agravio contra la salud de una persona e intento de homicidio en primer grado, irrumpimiento de una casa, y queda sentenciada a 65 años en prisió. —El juez dio tres golpes en con su mazo y la sala en pleno aplaudió feliz con la sentencia.
Kang Eunji no tenía expresión alguna en su rostro, sólo miraba a Jimim con ojos vacíos carentes de vida y si Jimin no hubiese sido un ser tan bueno y humilde habría dicho internamente "se lo merece" pero no... Él era Park Jimin de Min el ser más dulce del planeta y sintió piedad por aquella mujer que quiso asesinarlo. Le causó pena su destino y deseo que ojalá en su estadía adentro de prisión encuentre un poco de paz en su alma y los demonios internos la dejen vivir tranquila.
—Bien hecho bonito, te felicito eres tan valiente. —Yoongi lo abrazaba fuerte sin dejar de decirle lo valiente que había sido al subir al estrado y declarar.
—Tú me inyectas valor Yoon, tu amor para mí es como una dosis de penicilina diaria que me hace ser fuerte y olvidar cualquier dolor. —Suspiró acallando cualquier cosa que el pelinegro fuera a decir, con un beso tierno lleno de pasión.
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El viento soplaba libre y juguetón en su rostro mientras viajaba hacia Busan, casi llegaban hasta la zona donde Yoongi con su padre y Hoseok habían comprado enormes extensiones de territorio para construir casas. Un total de 20 casas, eran las familias que aquel vendedor había estafado años atrás vendiendo tierras que no eran suyas y que igualmente habían quedado sin sus casitas.
El lugar era hermoso y pintoresco con mucho verde y coloridas flores, era muy moderno para ser una comunidad de granjeros, las casas grandes y bonitas todas iguales. Jimin se impresionaba a medida que avanzaba. Ahora la pequeña comunidad poseía un banco, una biblioteca, supermercado, un pequeño hospital, una plaza comercial donde habían almacenes de ropa, calzado, objetos varios, hasta jugueteria y su propia área de entretenimiento con espacios abiertos para niños y adultos.
—¿Este es el lugar Yoon? —Preguntó Jimin impresionado al ver tantas cosas bonitas.
—Si mi bonito, aquí es, la nueva comunidad donde vive tu familia y ahora nadie podrá sacarlos de aquí.
Había una colina muy bonita y más allá se alzaba una gran fábrica que pertenecía al padre de Yoongi donde todos los hombres de las familias trabajaban ahora mientras las mujeres iban a unos cursos de emprendimiento donde les enseñaban a hacer cosas que ellas pidieran vender y poner su propio negocio como manualidades, comida, jardinería etc. Y los niños iban a la escuela.
El la colina se alzaba una casa como las demás pero más grande y desde ahí se podía ver todo el lugar que era realmente hermoso.
—¿Qué hacemos aquí Yoon? —Preguntó observando cómo se estacionaban frente a la casita.
Pero no fue necesario que Yoongi le respondiera ya que la puerta de la casa se abrió y de ella salió su madre que al verlo corrió hacia él y él se arrancó casi el cinturón de seguridad para bajarse corriendo también e ir a su encuentro.
—¡Minnie mi hijo bonito! ¡Dios como te extrañaba bebé!
—¡Mamá! —El rubio se abrazó fuerte a esa mujer y lloro de felicidad al verla, la había extrañado demasiado y además creyó que jamás la volvería a ver.
Dos autos más se estacionaron al lado de Yoongi y de uno bajaron Hobi junto a Taehyung y del otro su suegra y suegro.
—Tendremos muchos invitados este día. —Sonrió su madre al ver a los recién llegados.
—Si Mamá mis suegros y unos amigos.
Ella asintió limpiando sus lágrimas y caminando para saludar y recibir a los demás.
—Señora Park es un placer volverla a ver. —Saludó Yoongi extendiendo la mano pero ella la rechazó para abrazarlo.
—Oh Hoseok querido que bueno verte.
Todos los presentes quedaron en silencio y no fue hasta que Jungkook el hermano mayor de Jimin hizo acto de presencia que todos volvieron a reaccionar.
—Mamá estás confundida mujer ¿Dónde tienes la cabeza? El esposo de Minnie se llama Min Yoongi recuerdas? Madre tienes tanto en la cabeza.
Yoongi trato de no verse sorprendido por las palabras de su cuñado Jungkook.
—Si ma, recuerda bien. Es Yoongi no Hoseok. —Park JiHyun también habló. —¿Cómo has podido olvidar eso?
Jimin miraba a sus hermanos con una pequeña sonrisa cómplice en sus labios, y es que la verdad era que había contado todo a sus hermanos hasta lo de su reciente incidente con Eunji por medio de cartas que Jungkook se encargaba de quemar luego de leer para que su madre no las encontrase. Se habían enfadado mucho con él y Jungkook aún quería romperle la cara a Hoseok y a Yoongi pero no lo haría por la gratitud que sentía por haberles ayudado a no quedarse en la calle aunque de unas palabras no se salvarían.
—¿Cómo? No... ¿no era Hoseok? ¡hay ya me confundieron ustedes dos! En fin bienvenido entonces Yoongi estas en tu casa, estamos muy felices y agradecidos por toda la ayuda.
Yoongi sonrió nuevamente más tranquilo, ya después le preguntaría a su esposito que había pasado.
El abuelo también había salido a saludar y quiso hacer una reverencia a Yoongi, a Hoseok y a su padre tirándose a sus pies pero Yoongi amablemente lo hizo levantar. El viejo lloraba de alegría antes esos buenos hombres que les habían dado la oportunidad de tener lugar propio donde vivir.
—Wow Yoon el lugar donde pusieron la casa de mi familia es espectacular. —Susurró recostando su cabeza en el hombro de Yoongi, desde el balcón de una de las habitaciones para visitas miraban todo el pintoresco pueblo nuevo.
—Es lo menos que merece la familia de mi esposo, el mejor lugar de Promise-Dong para vivir.
—¿Promise?
Yoongi asintió mientras veian la hermosa puesta de sol arremeter en el pequeño pueblo de Promise para darle paso a la noche estrellada.
—Una promesa de vida llena de paz para todas estas personas a quienes le había sido arrebatada, promesa de que la vida será mejor cada día, porque se levantarán con eso en mente cada día de sus vidas apartar de ahora.
Jimin no podía estar más de acuerdo con ello.
—Gracias amor por esto tan bello, es el mejor regalo de bodas que me has podido obsequiar. —Dijo uniendo sus labios para dar paso así a un beso impregnado de amor puro como los corazones de ambos.
Esa noche hubo una gran celebración en el pequeño pueblo de Promise-Dong para dar las gracias a los tres benefactores del lugar. Hubo bailes muy bonitos y mucha comida y debida, los hombres del hogar estaban agradecidos por la oportunidad de empleo que el señor Min les había dado.
—Esto es mucho mejor que una luna de Miel. —Habló Jimin comiendo un racimo de uvas recién cosechadas mientras veian los bailes tradicionales.
Jungkook se acercó a su hermano, él era el más serio de los tres y se sentó frente a la pareja mirando largamente a Yoongi.
—Min Yoongi... así que es tu nombre real. Quiero golpearte sabes, con el corazón de mi hermano no se juega, es la persona más buena del mundo y aun así estoy agradecido por cuidarlo bien, por evitar que le hagan daño y por amarlo como he notado que lo haces. ¡Cuídalo bien! —Jungkook estrechó una de sus manos con la de Yoongi quien asintió como todo un caballero.
La fiesta fue muy bonita, pero en un momento de la noche la pareja se desapareció. Iban caminando de la mano entre Los bellos jardines del lugar y a lo lejos se escuchaba la algarabía del pueblo, los niños corriendo y gritando, los adultos bailando y hablando animadamente.
Pero la pareja quería un poco de privacidad así que caminaron por el lugar buscando el bello río que bordeaba el pueblo de Promise.
Al llegar a la rivera se echaron al pasto, solo el suave murmullo del agua recorriendo su cause se podía apreciar, y los pequeños grillos cantarines. La luna estaba en su punto más alto y las estrellas brillaban orgullosas de su misma existencia, pero para Min Yoongi nada brillaba más que los ojos de Jimin ahí y todo lo demás era opaco e insulso.
—En verdad eres muy precioso mi bonito, el ser más hermoso sobre la tierra sin duda alguna... —Jimin sonrió con sus mejillas rojas ante tales palabras. —Nunca me cansaré de decirte que te amo...¿Te dije ya que te amo Park Jimin?
El menor asintió sin borrar esa sonrisa de sus abultados y rojos labios, su esposo era todo un amante empedernido de las palabras lindas que lo hacían derretirse cual nieve al sol.
El viento sopló tan ligero, tan sublime como el amor de ellos dos y Min Yoongi unió sus labios para crear una danza delirante y exquisita llamada trivialmente beso; pero para él iba más allá de un simple beso, era un sello de pasión que marcaba sus almas hasta más allá de la muerte.
Y es que ¿como no grabarse con sellos la presencia divina de ese chico rubio frente a él? Si lo amaba con el alma ferviente, le parecía tan hermoso, tan pasional y seductor, tan distinto de la gente común, que no entendía por qué nadie se trastornaba como él con su andar sensual y sus pisadas ligeras bajo sus pies, ni se le desordenaba el corazón con el aire de los suspiros de sus besos, ni se volvía loco de amor todo el mundo con los vientos de sus rubios cabellos, o los sutiles movimientos de sus manos o el brillo de su risa. Park Jimin lo era todo, le adoraba y así sería hasta su último aliento.
Para Min Yoongi estaba muy extendida la creencia de que el único amor verdadero es aquel que dura, aquel que sigue en el tiempo sin fluctuar: tal y como surgió el de ellos dos con los mismos niveles de pasión, deseo y casi adoración que nacieron de una Pasión Inevitable...
Y es que estaba seguro que ahí, mientras acariciaba los rubios cabellos de su amado era el jamás feliz y afortunado sobre la faz de la tierra.
—Te amo Jimin, mi bonito, mi pequeño... te amo tanto de aquí hasta el fin del mundo. —Susurró sobre sus labios.
—También te amo Min Yoongi... con todo mi corazón, y agradezco a la vida por ponerte en mi camino, quizá de la manera más loca pero ¿que es la vida sin un poco de locura? Hasta el más cuerdo posee un grado de locura... y yo así te amo con locura mi amor...
Yoongi sonrió encantado y embelesado ante la hermosa figura que le devolvía la sonrisa. Viviría mil vidas más y en esas mil vidas volvería a amarlo con toda la furia en su corazón.
Eso era seguro.
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𝔓𝔞𝔰𝔦ó𝔫 ℑ𝔫𝔢𝔳𝔦𝔱𝔞𝔟𝔩𝔢 𝔉𝔦𝔫
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