Los gemidos que Yoongi lograba arrancar de lo profundo de la garganta del otro eran como la melodía del placer mientras que la cintura del rubio era apretada con fuerza sin llegar a ser del todo rudo no deseaba lastimar a su pequeño y los besos que depositaba en su cuello lo hacían cerrar sus ojos y morder su labio con fuerza, si antes le hubiesen dicho a Jimin que hacer el amor implicaba más que besos y caricias quizá no lo hubiese comprendido del todo pues en ese momento su alma era consumida por un fuego invisible pero abrasante e incontenible que le calaba a los huesos y eso nadie lo explicaba ni había un libro que le hiciera entender ese tipo de amor; era entregarse y volverse una sola persona, acariciar el alma, tocar el cielo y bajar al infierno. Así mismo era como lograba sentirse mientras las manos grandes de Min Yoongi le recorrían cada rincón de su cuerpo delicadamente sin dejar de repartir besos húmedos por su cuello y orejas, en su clavícula donde le gustaba morder aquel lunar que tan sensual se prestaba para ello.

Sus besos resonaban en la habitación solo podía escucharse ese sonido sutil de sus labios tocando la piel mezclada con los gemidos de ambos.

-Mmm Hyung. -Gemía el menor echando su cabeza hacia atrás disfrutando del contacto mientras era embestido suavemente, porque no era necesario en ese momento ser arremetido con fuerza, no se necesitaba tanto esfuerzo para poder disfrutar de aquello que ambos estaban haciendo, los movimientos lentos y sutiles de Yoongi sobre él podían ser muy lentos y pausados pero eran los suficientemente arrasadores como para hacer a Jimin temblar de placer porque cada estocada lenta era certeramente colocada en su punto exacto que provocaba a Jimin aquellas cosquillas expansibles que lo hacían aferrar sus dedos al rededor de las sábanas y arquear su espalda buscando más contacto. Su Hyung lo estaba llevando al paraíso con esos movimiento ligeros.

-¡Minnie mi amor... tan precioso Dios tan apretado! -Jadeó con dificultad el pelinegro.

Jimin lograba temblar ante esa voz tan profunda y grave que le provocaba escalofríos y que le recorrían la espina dorsal.

-¡Y-yoongi Hyung m-me gusta, m-mas p-por favor!

-¿Si t-te gusta p-pequeño? -Logró decir por el esfuerzo de contenerse a embestirlo más fuerte ya que ese ritmo que marcaba era el ideal para poder demostrarle al rubio lo importante que era para él, lo mucho que lo amaba con pasión y locura para él en ese momento no era necesario ser tan rudo, solo quería amar a su bonito y asegurarse de acariciar y besar cada parte de su piel.

-Mmmggg S-si Hyung...

La mano del mayor viajó lenta y delicadamente desde la cintura de Jimin hasta tomar la contraria entre la suya y entrelazar sus dedos para apretarlos con fuerza, cada jadeo y cada gemido que salían del menor eran grabados por la memoria de Yoongi, tal y como lograba hacer cuando trabajaba en su música y grababa sus canciones, porque la música que ahora mismo componía era la más hermosa que había podido llegar a crear que hasta se asombraba así mismo.

-Siii Yoongi ahhhh. -Otro gemido ahogado.

Las mejillas de Jimin estaban tan rosadas y su rubio cabello tan revuelto que le parecía una hermosa obra de arte.

-T-te amo tanto mi pequeño, te amo con el alma. -Depositó más besos por el cuello y delicadas mordidas en esa piel tan suave y nívea, era como degustar el más delicioso pastelito.

-¡Ahhhh Ummmh Yoongi!

Cada vez que Jimin gemía su nombre Yoongi podía jurar que su corazón se le iba a escapar del pecho debido a lo frenético que se ponía pues ahora estaba seguro que a quien el rubio llamaba con insistencia y con fuego en su voz mientras hacían el amor y tocaban el cielo era a él y nadie más que a él.

Ya no era necesario que lo llamase por su honorífico o por su Seudónimo de compositor, aquello ya no les hacía falta más, él nombre del amor había sido revelado finalmente y podían llamarse como quisieran, como el corazón eligiera, si ellos deseaban no poseer un nombre incluso podían hacerlo porque ya no importaba más, ya no habían mentiras que tapar ni secretos que ocultar, todo era claridad para ellos ahora.

Sin embargo Jimin seguía llamándolo por su nombre y Yoongi no podía sentirse más feliz que nunca.

-T-te amo Yoongi Hyung, realmente te amo tanto.

El menor sintió sus ojitos arder, era algo tan indescriptible lo que su pecho sentía era como una calidez acogedora y familiar, como saber que estaba en el lugar que le pertenecía y que ahí iba a estar seguro siempre era como volver a su hogar después de estar perdido mucho tiempo.

-¡M-mi Jiminie, mi p-pequeño... ahhh j-joder!

Sus corazones bombeaban con fuerza y Yoongi aumentó sus movimientos, más ligeros, más rítmicos un poco más acelerados mientras sabía que su pene daba de lleno contra la próstata del menor pues podía sentir como el cuerpo de Jimin temblaba con más fuerza.

-Mmgggghhhh ¡Yoongi!

El rubio sintió una corriente eléctrica atravesarle todo el cuerpo hasta colocarse ahí, exactamente ahí en aquel punto que lo hizo arquear la espalda y contraer los dedos de los pies mientras gemía y se removía sin control y una de sus manos se aferraba a la ancha espalda del pálido, sintió su semen salir abruptamente y empaparlos a ambos, sus mejillas ardieron y se sintió tímido que tuvo que llevarse el dorso de la mano para taparse el rostro por la pena que en ese momento sentía, pero Yoongi delicadamente subió una mano y retiró el brazo de Jimin de su lindo rostro, quería verlo. Deseaba verlo a los ojos mientras él también se corría.

-¡Minnie bonito Mírame!

-¡Yoongi!

Los ojos azules como el océano chocaron con los oscuros del mayor, como cuando conectan un positivo con un negativo y se forma una explosión, así se sintió ese momento tan eterno y tan íntimo.

Min Yoongi también se corrió sin despegar la vista de aquel paisaje tan espléndido.

-Te amo mi amor. -Susurró con la voz cansada y cortada debido al arrasador orgasmo que acababa de tener.

Se dejó caer a su lado con cuidado de no lastimarlo y ambos suspiraron al mismo tiempo como si hubiesen estado sincronizados.

-También te amo mucho Yoongi Hyung.

Sus mejillas se pusieron coloradas y Yoongi soltó una risita, amaba eso.

-Sólo llámame Yoongi, precioso.

Jimin asintió acomodándose en la cama, el cansancio había llegado después del orgamos y la relajación invadía poco a poco sus sentidos.

El mayor acariciaba sus rubios cabellos con su cabeza escondida en el cuello de Jimin, aspirando aquel agradable aroma de vainilla y sudor.

-Minnie, ¿Puedes perdonarme?

Jimin abrió sus ojos, cuando llegaron a casa esa noche no habían hablado de lo sucedido, para ellos estaba de más, él silencio durante el camino de regreso no era incómodo al contrario era como sentir un aire de alivio, ninguno de los dos debía fingir más que no sabían nada y que no pasaba nada.

Al llegar sólo habían dejado sus cosas y al subir a la habitación se habían quedado mirando fijamente, sin mencionar palabra alguna pues no eran necesarias, y cuando Jimin perdió la timidez que lo caracterizaba y se abalanzó a los labios de Yoongi habían perdido la batalla contra la razón y así habían terminado envueltos en aquellas sábanas mientras se repartían caricias y besos.

-¡Pero Hyung!... digo Yoongi, ¿Por qué no debería?

-Fui egoísta y mentiroso pequeño, debí negarme a esto.

Jimin unió sus cejas pensativo, era verdad que le habían jugado feo ambos, no conocía muy bien los motivos pero estaba claro que de no ser así jamás habría conocido lo que ahora sentía por Min Yoongi: amor de verdad, porque quizá nunca había sentido amor real hacia Jung Hoseok.

-Yoon... ¿Puedo llamarte así Yoongi Hyung?

Yoongi asintió dibujando una risita en sus delgados labios rosados.

-Tú llámame como quieras pequeño, Yoongi, Yoon... tonto.

Jimin abrió sus ojos escándalizado ¿Cómo iba a llamarlo tonto? Yoongi era la persona más linda y tierna que haya conocido, no un tonto.

-No tonto no Yoon, eres muy lindo. Además no estoy enojado contigo, al principio estaba confundido porque no entendía lo que pasaba, cuando comencé a sentirme raro buscaba una explicación de por qué Hoseok Hyung actuaba raro conmigo si en las cartas era muy cariñoso y comunicativo. Pensé que era yo, que había algo malo en mi que lo había hecho cambiar de opinión... me sentí mal y quise volver a casa cuando no encontraba como cambiar eso. Estaba triste, pero cuando todo cambió... cuando tu te volviste más cálido conmigo sentía que me calentaba el alma. -Jimin sonrió tímido. -Yo me enamoré por primera vez en la vida realmente, no de alguien imaginario, ni de lindas letras en las cartas ni de un vago recuerdo, era amor real por una persona real de carne y hueso y tu me hacías sentir infinidad de cosas, aún lo haces, y así terminé enamorado de verdad, hasta después que descubrí que no eras Hoseok Hyung... sentí más confusión aún porque no entendía ni sabia quien eras pero si sabia que te amaba.

Yoongi no pudo evitar sentirse feliz, su corazón estaba eufórico.

-Hoseok debe explicarte por qué pasó todo esto Minnie y después deben divorciarse así pedes ser libre y completamente mío. -Hundió su cabeza mas en el cuello de Jimin.

-Ya soy tuyo Yoongi, un papel no hace más ni menos, para mi lo que realmente importa es lo que me haces sentir cuando estamos juntos.

Yoongi estaba muy de acuerdo con eso, nada importaba más que lo que ambos sentían el uno por el otro.

-Tienes razón mi bonito, nada importa si nos amamos.

Jimin asintió, estaba tan feliz que las cosas fueran más claras ahora porque podía ser libre de decir lo que su corazón lo hacía sentir. Y su corazón le hacia sentir amor por ese joven pálido de ojos oscuros. Y solo eso importaba, lo demás no.